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Globalización

Recientemente se ha inaugurado al Norte del campus de la Universidad de Michigan (EEUU) el Museo de Arte Eli y Edythe Broad. Les invito a que en el buscador de imágenes de Google tecleen ‘Museo Broad’ y comprueben si las fotos y dibujos del edificio, sobre todo las de su silueta lateral, no les resultan familiares. Salvando la geometría de pliegues, la forma del nuevo museo norteamericano se asemeja bastante a la de la Biblioteca proyectada en el Prado de San Sebastián, derribada por ilegal. Y es que ambas son hijas de la misma madre, la arquitecta iraquí Zaha Hadid. La reflexión de fondo es que este tipo de arquitectura de la globalización lo mismo (no) sirve para Estados Unidos que para Sevilla, porque se factura desde estudios multinacionales al margen del contexto en que se materializará y de la historia, la cultura y la tipología de cada ciudad. Por eso, la torre Pelli es, con ligeros retoques, la misma en la Cartuja que en Bilbao. Así que si quieren saber cómo habría quedado la Biblioteca del Prado no tienen más que irse a Michigan para ver su copia.

 

El escándalo del Prado

La arquitecta angloiraquí Zaha Hadid ha tachado de “escándalo” la orden de derribo decretada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, conforme a sus sentencias previas ratificadas por el Tribunal Supremo, de demoler la biblioteca (o más bien el esqueleto levantado hasta la fecha) diseñada por ella sobre los jardines del Prado de San Sebastián. La estrella del ‘establishment’ de la arquitectura internacional a raíz de ser distinguida con el premio Pritzker (considerado como el Nobel de su profesión) ha hecho sus declaraciones en Madrid, adonde ha viajado para inaugurar en la galería Ivorypress la exposición ‘Zaha Hadid Beyond Bo undaries. Art and Design’.

Dice la arquitecta nacida en Bagdad y afincada en Londres: “No conozco los detalles. Quizás alguien cometió un error. No tengo idea de la historia completa, pero en estas circunstancias, cuando España está pasando por serios problemas financieros, demoler un edificio que ya se está construyendo cuesta dinero y es, simplemente, inaceptable”. Y añade: “Es una locura; es una pena; es un proyecto maravilloso. No es una casa privada, es un edificio público, bueno para los estudiantes. Tenía todos los permisos de edificación”.

 

Este proyecto que ella misma califica de “maravilloso” es obra de su oficina, con arquitectos auxiliares a su servicio como es típico en los grandes estudios internacionales; no es un proyecto singular ni específico para Sevilla, sino de su catálogo previo, con variantes a partir de un diseño primigenio y luego trasplantado a cualquier sitio con mentalidad cateta que crea que por comprar un trabajo firmado por un/una arquitecto/a estrella ya ha entrado de golpe en la vanguardia y en la modernidad. Al igual que el arquitecto argentino César Pelli le ha vendido a Cajasol una mera variante del rascacielos que previamente le ha construido a Iberdrola en Bilbao, Zaha Hadid, o más bien su estudio, le ha trasplantado a Sevilla una copia de uno de sus diseños para Alemania, como las ‘setas’ de Jürgen Mayer en la Encarnación recuerdan inevitablemente la cubierta de una gasolinera de Hamburgo. Arquitectura internacional comodín valedera para cualquier parte al margen de su historia e idiosincrasia.

Ese es, pues, el primer escándalo: comprar supuesta modernidad arquitectónica a golpe de talonario, independientemente de si encaja o no encaja en su contexto, porque lo más importante no es la ciudad donde debe incardinarse, sino el objeto arquitectónico mismo, en línea con el programa iconográfico ideado por Monteseirín para dejar su huella para la eternidad ‘resolviendo’ los espacios vacíos de la ciudad, como la Encarnación, con las ‘setas’, y el Prado, con la biblioteca universitaria.

INSEGURIDAD JURIDICA

Es comprensible, por otra parte, que a Zaha Hadid no le quepa en la cabeza que se pueda demoler una obra que tenía todos los permisos de edificación. Es la misma queja de tantos miles de extranjeros que han comprado una vivienda en España con licencia de obra municipal y que luego los tribunales han declarado ilegales por hallarse situadas sobre una zona rústica, inundable o afectada por la Ley de Costas.

Para un extranjero es, sencillamente, inconcebible que una Administración Pública u órgano oficial pueda incurrir en un acto ilegal. Pero el nuestro es un país diferente como rezaba el lema turístico, y justamente por su inseguridad jurídica (ya sea en urbanismo como en energía o fiscalidad), que la coloca a la altura de una república bananera, hoy la ‘marca’ España está por los suelos y nuestra prima de riesgo disparada en unos mercados internacionales a los que no inspiramos confianza. Nada es casual.

Ya que, por su inhibición o exceso de ocupaciones, Zaha Hadid desconoce todos los detalles del escándalo del Prado con ‘su’ biblioteca, habría que explicarle que se le dio la licencia para construirla sobre una zona verde financiada hace veinte años por los contribuyentes de la Unión Europea, algo que sería inconcebible en un país avanzado de la UE que no fuera España, donde hasta ponen un policía a dirigir el tráfico cuando descubren que un nido de pájaros ha inutilizado un semáforo, en vez de interrumpir la nidificación de las aves para repararlo.

JARDINES MUTILADOS

Habría que explicarle a Zaha Hadid lo escandaloso de que su biblioteca hubiera obligado a suprimir decenas de árboles de los jardines, mutilados así para meter con calzador arquitectónico su proyecto con aires del pabellón de México en la Expo-92. El escándalo ha sido que se eliminara un buen trozo de los jardines del Prado cuando los vecinos, apoyados por otros colectivos del resto de la ciudad, señalaban que en el entorno de los cinco ‘campus’ de la Hispalense había terrenos libres, e incluso en el mismísimo Prado de San Sebastián, justamente en los solares de enfrente, sin que el Ayuntamiento dirigido por Monteseirín y la Hispalense se atuvieran a razones en su política de hechos consumados para desembocar, en su abuso de poder, en la situación por la que ahora se escandaliza la arquitecta: ya que hemos gastado 6 millones de euros o más en la obra, ¿cómo la vamos a demoler ahora?

Pues bien, este derribo simboliza el triunfo del Derecho sobre el Poder y de la razón de una causa refrendada por numerosas sentencias de los tribunales, que fueron desestimando uno tras otro los sucesivos recursos de la Universidad. Se ha cumplido en este caso la máxima de los romanos: ‘Hágasela Justicia aunque se hunda el mundo’.

OIDOS SORDOS

Habría que explicarle a Zaha Hadid que el escándalo radicó en que, pese a las reiteradas advertencias de los vecinos de defender, conforme a Derecho y al dinero de sus propios bolsillos frente a una Universidad soberbia que exigía fianzas millonarias para que no pudieran seguir adelante con el pleito, la zona verde vigente desde hacía veinte años, la Hispalense se lanzó segura de su victoria en todos los frentes a materializar el proyecto en plan Goliath que desprecia a David con su humilde honda. Hasta tal punto pecó de soberbia que le firmó al Ayuntamiento de Monteseirín y Marchena un documento por el que le exoneraba de cualquier responsabilidad por la concesión de la licencia urbanística y asumía plenamente las consecuencias de su actuación irreflexiva. Estos vecinos han defendido con sus escasos medios frente al gigante de la Administración (Ayuntamiento+Universidad) el interés general por la preservación de un equipamiento que, como han ratificado los tribunales, era esencial y que derivaba de un ejido comunal durante siglos.

No es lo mismo construir una biblioteca ex-novo sobre un suelo baldío y rodearla de jardines que sacrificar parte de unos jardines consolidados desde hacía veinte años y sus árboles para levantar una biblioteca que podría haberse alzado sin problemas justo enfrente y cuyo sentido hasta cabe cuestionar en esta era de Internet, cuando ya es posible subir los libros a la ‘nube’ de la Red para que tanto estudiantes como cualquier ciudadano puedan descargárselos directamente a su ordenador sin necesidad de desplazarse, perder tiempo, gastar dinero en viajes y / o hacer cola para coger sitio en una mesa física.

El escándalo, pues, radica en que Zaha Hadid ignore todos estos extremos y en que los responsabes de este quebranto para las arcas públicas y del desprestigio para la Universidad se hayan ido de rositas. Será Sevilla quien pague este doble error: el de la construcción primero y (el coste) de la demolición después.

El escándalo del Prado

Compatibilizar

La biblioteca del Prado da más juego que la de Alejandría. Ahora, Espadas insta a Zoido a que se pronuncie “sin intermediarios” sobre la sentencia y sobre cómo se “compatibilizará” su ejecución con “la conservación de una inversión que ya ha supuesto un importante gasto”. En su obsesión por meterle las cabras en el corral a Zoido o viceversa, yerra. Desde que Monteseirín y Marchena embaucaron a la Hispalense y ésta les firmó un papel exonerador de responsabilidad, quien debe pronunciarse es el rector, no el alcalde. Se nota en Espadas la nefasta cultura del “ya que”. Ya que la Universidad ha gastado un dineral en las obras, ¿cómo se van a derribar?, plantea subliminalmente con el término “compatibilizar”. Ya que hemos gastado 170 millones en la esclusa, ¿cómo no se va a hacer el dragado?, dicen los del Puerto. Ya que se alzó el ilegal hotel en el Algarrobico, ¿ahora cómo se va a tirar?, dicen los del ladrillo. “Compatibilizar”, amigo Espadas, equivale en todos estos  casos a premiar la política de hechos consumados y a saltarse a la torera el Estado de Derecho.

Tarjeta roja

El Supremo estima inadmisible el recurso contra la anulación de la biblioteca en el Prado porque era nula de pleno derecho al haber sido expulsada ya del ordenamiento jurídico. Tarjeta roja. Es la decimotercera sentencia favorable a los vecinos y contraria a la Hispalense, cuyo rector, Joaquín Luque, era vicerrector de Infraestructuras cuando se promovió el ilegal proyecto y se acordó eximir al Ayuntamiento de Monteseirín y Marchena, los dos embaucadores, de cualquier responsabilidad sobre lo que acaeciera. La Hispalense debió haber demolido las obras en julio de 2009, cuando las paralizó el TSJA, y no gastar 10.400 euros/día  en su vigilancia y mantenimiento, empecinada en un recurso tras otro. Los ha perdido todos y en estos dos años y medio, aparte del dinero en la fallida construcción, ha gastado 11.232.000 euros en sostener aquel esqueleto de cemento. Un despilfarro del que Luque, cuya única salida es la dimisión, se hace el loco. Hoy, como no han derruido la biblioteca, la locura de Luque nos cuesta a los sevillanos otros 10.400 euros. Y así sucesivamente.

Reponer

El rector de la Hispalense, que ya era vicerrector de Infraestructuras cuando se gestó el proyecto de la ilegal biblioteca universitaria por él mismo ejecutada en una zona verde del Prado, está buscando escaparse por la tangente al declarar que el Supremo no ha sentenciado que haya que derribar la susodicha en ningún caso y que está evaluando la mejor manera de ejecutar esa sentencia de común acuerdo con el Ayuntamiento. Esto huele a componenda, contubernio, pasteleo o como quiera llamarse y, para más ‘inri’, con un alcalde juez. ¿Se saltará Zoido a pídola el fallo del Supremo? Los vecinos le han recordado al rector que la sentencia ordena “reponer el estado original de la parcela”, lo cual implica la demolición. Es lo mismo que decía el Reglamento de la Expo a los participantes: devolver la parcela tal como se les había entregado. Y todos lo entendieron a la perfección: sin pabellón, osea, con el pabellón demolido. Claro que España, y más aún Sevilla, es diferente. Para el rector la palabra ‘reponer’ sólo le evoca al ‘reponedor’ de mercancías del supermercado.

Símbolo

¿Y qué ganamos los vecinos de Sevilla con que se reponga el solar de la biblioteca universitaria impulsada en el Prado de San Sebastián por Monteseirín y Marchena a su estado anterior? ¿Quién de las generaciones futuras guardará memoria de este triunfo judicial popular sobre la soberbia y las tropelías urbanísticas del Poder si el trozo amputado al jardín se repuebla de árboles y plantas y se funde con el resto del parque como si aquí no hubiera pasado nada de nada? Lo mejor no es que se recupere la zona verde tal como estaba, sino que se deje tal como está ahora, mutilada por efecto del contubernio entre Miguel Florencio y el exalcalde y con la biblioteca de catálogo de Zaha Hadid, que ni siquiera se dignó a venir a Sevilla, a medio construir, como un recordatorio permanente de la victoria del pueblo y advertencia a gobernantes futuros de hasta dónde conducen la chulería y la prepotencia. Frente a las ‘setas’ de la Encarnación, erigidas como hito triunfalista del Régimen, deben seguir alzándose su contrapunto, las ruinas de Palmira de la era Monteseirín.

 

El ficus seco

En el extremo de la ciudad deportiva del Betis, Heliópolis y su émulo Nuevo Heliópolis se alza, como un triste espantapájaros vegetal con sus muñones secos, un enorme ficus ya renegrecido que en su día fue un árbol frondoso en los jardines del Prado. Bajo sus ramas jugaron los niños y en su copa anidaron los pájaros, hasta que un día alguien decidió que estorbaba a la biblioteca universitaria de Zaha Hadid y, para evitar más protestas de vecinos y ecologistas, lo trasplantó a esta tierra extraña.. Se convirtió así en un solitario ejemplar en medio de una pradera de jaramagos que a duras penas verdea en verano. Dijeron no se sabe qué expertos que ninguno de los árboles trasplantados fuera del Prado se había perdido y que la operación fue todo un éxito. Este esqueleto vegetal prueba lo contrario. Quizás murió al verse solo, de la misma tristeza que los naranjos, por no poder oír más las risas infantiles y el trino de las aves. A este ficus seco, al contrario que al olmo de Machado, ya no le brotan ramas reverdecidas, ni espera milagro alguno de la primavera.

Monteseirín: claves de su carta del adiós

El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos  de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.

Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’,  puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición  para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a  improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.

Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:

1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..

Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.

En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde  lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).

En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:

1)      Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.

2)      En caso contrario, dejar colocado como sucesor  a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a  la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con  el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.

Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.

Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.

Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y  que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la  conferencia ‘sine die’.

Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.

2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.

Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..

3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.

Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.

4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….

Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.

Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.

5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…

Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).

Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar  el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.

Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?

6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…

Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.

7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.

Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.

Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías  en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……

8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.

Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.

9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…

Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.

10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..

Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.

11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.

Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….

12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.

…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.

Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).