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El rebrote de los plataneros

¿Recuerdan el precioso poema de Antonio Machado dedicado a un olmo seco? Aquel que empieza ‘Al olmo viejo, hendido por el rayo/ y en su mitad podrido,/ con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido’.

Parafraseando al gran poeta sevillano, en este caso no a un olmo, sino a los plataneros que el alcalde Espadas ordenó talar en la avenida de Italia (Los Bermejales) no algunas hojas verdes, les están rebrotando tallos enteros que en algunos casos superan el metro de altura.

No se sabe si la política forestal del gobierno de Espadas consiste en dejar abandonados a su suerte los tocones de los árboles cortados para ver si actúa la Madre Naturaleza y se regeneran con su ayuda o, por el contrario, tiene un ignoto plan de replantaciones, con cambio de especies incluido, que aplicar antes de que dentro de tres años acabe éste su segundo mandato.

Por de pronto, gracias a la desidia municipal con la arboleda estamos asistiendo, como habría dicho Machado, a otro milagro de la primavera.

Valor y precio

El Tribunal de Cuentas ha constatado irregularidades en el 100% de las obras del Plan ‘E’ en Sevilla durante el fin de ciclo de la dupla Monteseirín-Torrijos. Dice, entre otras perlas, que el gobierno ‘de progreso’ en ningún caso tuvo en cuenta el precio como criterio de adjudicación en los contratos de obra. Naturalmente. El Tribunal sólo entiende de economía, pero no de política, y, al igual que en el flamenco-fusión, el arte del (sin) alcalde anterior consistía en hacer economía-política o en convertir la economía en pura política. Monteseirín se atuvo a la frase de Machado de que sólo el necio confunde valor y precio, típico error en que incurren los organismos fiscalizadores, que no tienen en cuenta los condicionantes de la vida política. Ya que disparaba con pólvora del Rey, de lo que se trataba con el Plan ‘E’  era de poner en valor el dinero público contratando el máximo número de operarios posible para hacer chapuzas en las aceras. En su inocencia el Tribunal cree que se trataba de inflar las cuentas cuando en realidad se trataba de inflar los votos.

 

Fariseo

El  (sin) alcalde saliente se ha revestido de su habitual piel de cordero para pasar por buena gente y en la hora del adiós pedir perdón de forma farisea por sus muchos errores. Son palabras nada más porque, como expresó Juan Pablo II,  previa al perdón debe ser la reparación del daño causado, un daño que Alfredo, el de la doble moral, nunca resarcirá. Por ende, ha tomado el nombre de Machado en vano al cogerle prestados sus versos de que se va “ligero de equipaje, como los hombres de la mar”. Nada más lejos de la realidad, ni en el sentido estricto, por haber sido el alcalde que más equipajes ha cargado para sus numerosos viajes por todo el mundo a costa de los contribuyentes sevillanos, ni en el sentido metafórico del poema, ya que su primera decisión al llegar a la Alcaldía fue subirse el sueldo en lo que significó un escándalo nacional  y, luego, cobrar todas las dietas de las empresas municipales para al menos duplicarlo. Al discurso de Monteseirín sólo cabe responderle con otro verso de Machado, aquel que dice: “Desdeño las romanzas de los tenores huecos”.

 

Carta del (sin) a los Reyes Magos

El autobombo de Monteseirín en Plaza Nueva

El autobombo de Monteseirín en Plaza Nueva

El (sin) alcalde va diciendo que ya es la hora de Espadas, pero él no deja de chupar cámara (y no sólo de su particular caja ‘tonta’, Giralda Tv) con su romería de despedida sin fin y esa  macrocampaña publicitaria que aunque use el nombre de la ciudad en realidad debería llamarse ‘Monteseirín se ve’. El (sin), que también dice que él es médico pero que sólo vio un fonendoscopio en la Facultad y de lejos, no quiere bajarse del coche oficial ni a tiros y ya le ha escrito una carta a los Reyes Magos, que para él no son ni el imputado Melchor ni los padres, sino el PSOE, y probablemente su presidente (el del partido, no de la Junta), Chaves. Y ha revelado su deseo: “si se piensa en mí para política, que sea fuera de Sevilla”.¿No decía que estaba saciado de popularidad? Si fuera tan popular como pregona, ¿por qué quiere largarse lo más lejos posible de aquí? Yo le pido a los Reyes Magos que se cumpla su afán, para darle así una variante a los versos de Machado: “Sevillanos, que no os dé ninguna pena: ¡qué bonita estará Sevilla sin Monteseirín ni Marchena!”.

El ficus seco

En el extremo de la ciudad deportiva del Betis, Heliópolis y su émulo Nuevo Heliópolis se alza, como un triste espantapájaros vegetal con sus muñones secos, un enorme ficus ya renegrecido que en su día fue un árbol frondoso en los jardines del Prado. Bajo sus ramas jugaron los niños y en su copa anidaron los pájaros, hasta que un día alguien decidió que estorbaba a la biblioteca universitaria de Zaha Hadid y, para evitar más protestas de vecinos y ecologistas, lo trasplantó a esta tierra extraña.. Se convirtió así en un solitario ejemplar en medio de una pradera de jaramagos que a duras penas verdea en verano. Dijeron no se sabe qué expertos que ninguno de los árboles trasplantados fuera del Prado se había perdido y que la operación fue todo un éxito. Este esqueleto vegetal prueba lo contrario. Quizás murió al verse solo, de la misma tristeza que los naranjos, por no poder oír más las risas infantiles y el trino de las aves. A este ficus seco, al contrario que al olmo de Machado, ya no le brotan ramas reverdecidas, ni espera milagro alguno de la primavera.

El traje de Maribel

Maribel Montaño no debió entrar al trapo a la provocación periodística por el traje que lució en el Festival de Cine. Le dolió que escribieran que “gracias a su flujo verbal, ella puede dar una conferencia de hora y media sobre cómo gastarse un pastón en un traje de diseño siendo socialista sin llegar a explicar absolutamente nada”. En vez de aclararle privadamente al colega su error para que de forma elegante se hubiera rectificado a sí mismo, optó por enseñar la factura del modelito. De diseño exclusivo, nada de nada, pues era de ‘prêt-à-porter’ y lo compró por 99 euros en El Corte Inglés. Si la portavoz hubiera ido vestida de calle al Festival, la hubieran crucificado por falta de estilo. Como fue como tenía que ir, vestida de gala porque representaba a Sevilla, también. Y ahora, por haber revelado que dio el pego por sólo 99 euros, la denostarán por lo barato del traje. Tal como cantaba Bob Dylan: hagas lo que hagas, te crucificarán, así que hazlo. Nada hay que objetar a Maribel conforme al verso de Machado: “con mi dinero pago, en mi lecho yago”.