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Tranvía: Pimentel, ahora tampoco

Ciudadanos habla del tranvía como derroche pero sólo si lo pagan los sevillanos en vez de la UE

Con la doble ampliación el tranvía costaría 141 millones, un dinero que nunca se halla para los barrios pobres

Gaesco también aprovecha el tranvía para situarse contra Miguel Rus, como ya hizo con el puente de la SE-40

Se aprobará la ampliación del tranvía sin el dinero de la UE como se hizo el estadio Olímpico sin Olimpiadas y la esclusa sin luz verde al dragado

El portavoz del grupo municipal Ciudadanos, Álvaro Pimentel, ha tratado de justificar el veletazo naranja sobre el proyecto de ampliación del tranvía que impulsa Espadas con, entre otros, los siguientes argumentos, que voy a transcribir en letra negrita, y a continuación mi comentario:

Ahora sí es el momento. Ciudadanos siempre se ha mantenido firme en que para respaldar esta ampliación era necesario que cambiaran las circunstancias (….). Ahora sí es el momento, porque al fin este equipo de gobierno empezaría a tomarse en serio los problemas de movilidad en Sevilla con la presentación del avance del Plan de Movilidad Urbana Sostenible que este grupo municipal lleva reclamando desde 2016.

-Ciudadanos nunca supeditó la ampliación del tranvía a la presentación de ese Plan, como demuestra que el anterior portavoz municipal, Javier Millán, nunca lo mencionó cuando votó en contra de la misma hace trece meses. Millán expresó que la ampliación del tranvía “no es una prioridad de Sevilla” y que la “necesidad” de la ciudad es el Metro. El predecesor de Pimentel (Álvaro, que no Manuel) destacó el coste del proyecto, “una inversión de 48 millones de euros que saldrán de los bolsillos de todos los sevillanos para un recorrido que une dos intercambiadores, las estaciones de Santa Justa y de San Bernardo que ya están doblemente conectadas, por superficie con la red de autobuses, y bajo tierra con los trenes de cercanías”.

Por tanto, lo que han cambiado no son las circunstancias, ya que las estaciones de San Bernardo y Santa Justa siguen igual de interconectadas que antes por varias líneas de autobuses de Tussam en superficie y , bajo tierra, por los trenes de Cercanías de Renfe; el que ha cambiado es Pimentel (Álvaro, que no Manuel).


Y en cuanto a su argumento de que el Plan de Movilidad Sostenible (encargado por Espadas, que es el padre de la ampliación ) avala la ampliación del tranvía, sobre la seriedad de este tipo de planes y metaplanes basta recordar un precedente demostrativo de todo lo contrario. Monteseirín también justificó la anterior ampliación del tranvía desde el Prado hasta San Bernardo (que elevó el coste del mismo a 93 millones de euros) invocando un estudio según el cual gracias a dicha ampliación el tranvía pasaría a transportar una media de 18.400 pasajeros diarios y un total por consiguiente de 6.716.000 al año. La auténtica realidad es que el tranvía transporta hoy un millón de pasajeros menos que hace nueve años y que su media ha caído a 10.082 viajeros/día.

¿Y qué decir de la seriedad del estudio justificativo de Ayesa en que se basa el proyecto de ampliación de Espadas y en el que, entre otras cosas, se omitió el dato de la caída de viajeros para así presentar una realidad ficticia acorde con los deseos del alcalde? Remito a mi análisis de dicho informe, por el que no cobré ninguna millonada, al contrario que Ayesa:

-Pero nuestro sí a la ampliación del tranvía lleva aparejadas unas exigencias que persiguen el éxito del proyecto. Ciudadanos tiene claro que esta obra tiene que costar lo mínimo a los sevillanos, que no deben consentir más derroches económicos. Por eso es fundamental que el alcalde pelee por la consecución de los fondos europeos necesarios para financiar la obra.

-Pimentel (Álvaro, que no Manuel) se pone él solo en evidencia cuando se refiere a la ampliación del tranvía en términos de derroche económico que los sevillanos no deben consentir pero del que él sí se va a hacer consentidor y cómplice. En Europa causa asombro el derroche de Monteseirín de gastarse 93 millones de euros en una línea de tranvía que en sus tres cuartas partes tiene un trazado que se solapa en superficie con el de la línea 1 del Metro y que en la cuarta parte restante (Puerta de Jerez-Plaza Nueva) el tramo es tan corto que se llega incluso antes andando. ¿Y no es otro derroche, como bien dice Pimentel (Álvaro, que no Manuel), gastarse otros 48 millones de euros en seguir ampliando esa línea de tranvía redundante por el mismo tramo que ya sirven, y de forma mucho más barata, los autobuses de Tussam y el Cercanías de Renfe?

Objetivamente la ampliación es un despilfarro económico a costa del contribuyente, pero para Pimentel (Álvaro, que no Manuel) el derroche no es tal si lo pagan los europeos en vez de los sevillanos, como si la calificación de una obra dependiera no de su naturaleza, sino de quien la costeara, un paupérrimo argumento que deberían tener muy en cuenta los tecnócratas de Bruselas. En el colmo de los contrasentidos, el portavoz del grupo naranja dice haber puesto como condición a Espadas para la ampliación del tranvía que éste logre fondos europeos para su financiación. ¿Condición? En realidad le ha dado un cheque en blanco, sin condiciones, porque Espadas, sin garantía alguna de que Bruselas libre alguna subvención, ya le ha comprado a Pimentel (Álvaro, que no Manuel) su veletazo y se ha apresurado a llevar a la Gerencia de Urbanismo el próximo 12 de febrero la aprobación del proyecto, el mismo que tumbó Ciudadanos hace trece meses, cuando lo dirigía Javier Millán.

-Nuestra prioridad es la red completa de Metro.

-Prioridad, según el Diccionario de la Real Academia, significa “anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden”. Si la prioridad de Ciudadanos es el Metro, entonces carece de sentido gastarse otros 48 millones de euros en el tranvía redundante, que sumados a los 93 millones derrochados por Monteseirín elevarían la factura a 141 millones, un dinero que se podría haber destinado a pagar parte de lo que le corresponde al Ayuntamiento de la futura línea 3 del Metro, a renovar por completo con modernos autobuses ecológicos la flota de Tussam, a mejorar el servicio en las barriadas del Centro o a otros usos alternativos como a mejorar las condiciones de vida de los más de 100.000 sevillanos que viven en zonas desfavorecidas. ¿Habrá alguna vez 48 millones para el Polígono Sur, Los Pajaritos, etcétera?  Con su apoyo a la ampliación del tranvía, Pimentel (Álvaro, que no Manuel) convierte en prioritaria no la suya, sino la prioridad política de Espadas, y además sin exigir nada a cambio ni obtener contrapartidas. ¿Cuánto tiempo lleva Ciudadanos exigiendo el autobús rápido a Los Bermejales y Bellavista? Pues desde el mandato anterior, y Espadas, ni caso. Y qué decir de su exigencia de la conexión entre el aeropuerto y Santa Justa, que lleva el mismo tiempo sin avance alguno.

En conclusión, Pimentel (Álvaro, que no Manuel) dice tener claro que va a seguir tendiendo la mano a Espadas para desbloquearle otros asuntos,  y políticamente en plan gratis total, porque Espadas no ha hecho ni siquiera amago de desbloquearle proyecto alguno a los naranjas como signo al menos de agradecimiento por su veletazo.

GAESCO, TAMBIÉN

Otra que se ha subido en las últimas horas al tranvía de Espadas es la patronal de la construcción, Gaesco. Según el “lobby” del ladrillo, el proyecto de ampliación del tranvía es “complementario a las diferentes alternativas de tráfico actualmente existentes”. Y añade: “El proyecto tiene un carácter estratégico y prioritario junto con el Metro para la mejora de la movilidad en la ciudad”. 

Como hemos visto hasta la saciedad, el proyecto no es complementario, sino REDUNDANTE, pero Gaesco aplica el “principio de la esclusa”. ¿En qué consiste? Como se recordará, las fuerzas vivas sevillanas se llevaron años y años clamando por el dragado del río Guadalquivir y presionaron para que el puerto, sin tener ninguna garantía de recibir luz verde por parte de la Administración española y de los organismos internacionales, construyera la esclusa para tener así un hecho consumado con que inclinar la balanza a su favor, aunque ello supusiera un gasto de unos 200 millones de euros que ha dejado hipotecada a la Autoridad Portuaria (debe aún del orden de 100 millones, cuyo abono se come el 40% de su presupuesto anual) hasta el año 2035.

En esta tierra en la que no impera la lógica ni la racionalidad sino la ilógica, la irracionalidad y los intereses políticos y económicos, se hizo la esclusa antes de tener permiso para el dragado, como se hizo el estadio ‘Olímpico’ antes de obtener unas Olimpiadas y está previsto (12 de febrero en la Gerencia de Urbanismo) aprobar la ampliación del tranvía antes de obtener los fondos de la Unión Europea, esa condición que Pimentel (Álvaro, que no Manuel) dice haber puesto a Espadas.

Cuenta la leyenda que a raíz del fiasco del dragado, algunos empresarios dijeron lo siguiente: “Lo importante no era que la esclusa fuera o no necesaria, sino que se hiciera y que el dinero nos lo lleváramos nosotros”. 

Con la ampliación del tranvía se aplica ahora el mismo principio que con la esclusa: la cuestión no es si se necesita o es redundante con la línea del Cercanías y perfectamente sustituible y de forma más barata por una plataforma reservada para autobuses de Tussam (como ha hecho Toscano en Dos Hermanas al sustituir el tranvía por un ‘Metrobús’ : tres kilómetros a un coste de 3,1 millones de euros, frente a los 48 millones de euros para 2,1 kilómetros del tranvía de Espadas), sino que se van a gastar 48 millones de euros, un pastel demasiado goloso como para que Gaesco entre en otro tipo de disquisiciones sobre el coste de oportunidad.

El veletazo de Gaesco es tan clamoroso como el de Ciudadanos, ya que hasta ahora había seguido la doctrina oficial marcada por el órgano superior al que pertenece, la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) y el presidente de esta última, Miguel Rus, el cual también lo fue de Gaesco. En las últimas asambleas anuales de la CES, Rus ha dicho y repetido que la ampliación del tranvía “no es prioritaria en estos momentos para la ciudad porque su recorrido ya está cubierto de forma suficiente por tres líneas de Cercanías y por los autobuses de Tussam”.

La disidencia de Gaesco respecto de la línea marcada por Miguel Rus en la CES demuestra que éste no dejó atada y bien atada su sucesión en la patronal del ladrillo, en la cual parece que se está gestando un núcleo opositor a su figura y gestión que puede disputarle el liderazgo de la patronal sevillana. Y es que en los últimos tiempos Gaesco hace alarde de llevarle la contraria públicamente a Rus. Así, su eterno gerente y que en realidad es quien manda, Juan Aguilera, contradijo a Rus respecto de la idoneidad de sustituir los túneles de la SE-40 por un puente. A nadie se ocultó que para tratar de llevar al hombre fuerte de Gaesco al redil, la CES le concedió pocos días después uno de sus Premios Empresariales. 

Miguel Rus, en el centro, con Juan Aguilera (izquierda) y Rafael Sánchez Alcalá (derecha)

Ni por esas. Ahora, Gaesco aprovecha de nuevo la ocasión para darle con la ampliación del tranvía una patada en el trasero a Miguel Rus, el cual había vuelto a reiterar hace unos días que la prioridad de Sevilla debe ser el Metro y no el tranvía del alcalde. Así pues, las infraestructuras se han convertido en campo de batalla interno en el seno del empresariado sevillano, que habla ya con dos voces distintas y en el que se han creado dos facciones a cuenta de la SE-40 y del tranvía.

Y mientras, Espadas viendo cómo los planetas se alinean en torno a él. Nunca fue más fácil gobernar en minoría en Sevilla. De hecho Espadas parece que lleva gobernando con mayoría absoluta, la que no tiene, desde hace más de cuatro años al aprovecharse de la fragmentada oposición existente en el Ayuntamiento y también de la (inexistente) sociedad civil sevillana.

El ‘Black Friday’ de Miguel Rus

Después de años reivindicando los túneles de la SE-40 el presidente de la CES y líder de Sevilla Ya se conforma con un puente

Mientras Teruel existe empieza arrancando 30 millones al Gobierno, Rus quiere ahorrarle  entre 500 y 1.000 millones de los túneles

Si dice que cambia de opinión tras consultar a los técnicos, entonces su discurso anterior careció de base técnica y se queda sin credibilidad

El ‘Black Friday’ (literalmente, ‘Viernes Negro’) es la denominación anglosajona del viernes con el que se abre la temporada de compras navideñas y que se caracteriza por la aplicación de importantes rebajas por la inmensa mayoría de los comercios.

Pues bien, el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) y líder de la plataforma cívica ‘Sevilla ya’, Miguel Rus, aprovechó el ‘Black Friday’ del año 2019 para ofertar una sorpresiva e importantísima rebaja en las reivindicaciones del también conocido como “lobby del ladrillo”, especialmente en lo referido a los túneles de la ronda de circunvalación SE-40.

Miguel Rus, presidente de la CES y líder de la plataforma Sevilla Ya

Dijo Miguel Rus al hacer el primer balance de las actividades de la Plataforma que habían mantenido en estos meses contactos con los principales técnicos del proyecto (se supone que de la SE-40) y que la mayoría de ellos no ve factibles los túneles planeados para que la autovía salve el cauce vivo del Guadalquivir, amén de que la opción del puente es “más sencilla” y su coste “muy inferior”.

El presidente de la CES recordó cómo se había rescindido uno de los contratos para la construcción de los túneles y se había actualizado el proyecto antes de sacarlo de nuevo a licitación, así como las “complicaciones técnicas y de ingeniería”, por lo que se provocaría una desviación presupuestaria desde los aproximadamente 800 millones del coste inicial de los túneles a más de 1.300 ó 1.400 millones de euros.

Por tanto, según Rus, la sustitución de los túneles por un puente se antoja ahora “más sencilla, factible, realista, práctica y barata, ya que sólo requeriría unos 350 millones de euros y su plazo de ejecución se reduciría bastante”.

El ‘Black Friday’ o rebajas navideñas de Rus equivale a la caída de Saulo del caballo camino de Damasco, después de haberse llevado años y años exigiendo el paso subterráneo del Guadalquivir y descalificando con su verbo a quien aún no lo ha ejecutado.

José Luis Ábalos, ministro de Fomento

Si dice ahora que su conversión a la nueva fe del paso en altura sobre la lámina de agua del río se debe a que ha hablado “con los principales técnicos de este proyecto” (pero no dice ni los nombres de los técnicos ni cuándo habló con ellos, ¿o es que sólo hace seguidismo de las opiniones del presidente de Ayesa, José Luis Manzanares?), entonces ¿qué credibilidad merece un dirigente empresarial que ha estado durante años clamando por una solución constructiva (él, que para colmo preside una empresa constructora y que ha sido el presidente de la patronal del sector) sin haberse asesorado previamente por los técnicos, que supuestamente abogan por la solución contraria o alternativa? ¿Tienen la misma falta de fundamento técnico el resto de reivindicaciones de la plataforma Sevilla Ya? 

Si se tira de hemeroteca se puede comprobar la magnitud del giro copernicano de Miguel Rus, para satisfacción del Gobierno y especialmente del Ministerio de Fomento (del que ha acabado convertido en el mejor aliado objetivo) a los que tantísimo había criticado en el pasado por lo que él calificaba como “maltrato presupuestario” a Sevilla. Veamos algunas declaraciones de Rus en diversos foros y/o medios de comunicación en los últimos años, en las que exigía una y otra vez los túneles de la SE-40 como condición “sine qua non”:

Marzo 2016, en la inauguración de su segundo mandato como presidente de la CES: Miguel Rus hizo en su discurso un repaso a los proyectos empresariales y a las inversiones públicas y privadas que, en su opinión, permanecen bloqueadas por problemas achacables a la Administración. Entre ellos citó los edificios de la Gavidia, Altadis, Sevilla Park -zona comercial y de ocio prevista en el puerto-, las Atarazanas, la Ciudad de la Justicia, el Metro, el dragado y los túneles de la SE-40

Marzo 2017, en la asamblea general de la CES, celebrada en el Club Antares: “¿Se imaginan -dijo- que el nuevo puente de Cádiz no se hubiera hecho o estuviese parado como los túneles de la SE-40? ¿Se imaginan que el aeropuerto de Málaga no estuviese conectado con la red de trenes AVE? ¿O que no se hubiesen terminado las obras del Metro de Granada? (…) Mientras la futura autovía metropolitana SE-40 sólo cuenta con algunos tramos que llevan a “ninguna parte” al no haber empezado siquiera los túneles del río o no haya planificación para las tres líneas de Metro pendientes, lo cierto es que en Sevilla no pasa nada”. 

Miguel Rus, ante la asamblea de la patronal sevillana (CES)

Julio 2017: En una entrevista concedida a Europa Press “pide que comiencen ya los túneles de la SE-40 y considera “una vergüenza” que la capital de Andalucía esté “bloqueada, como mínimo tres veces al día, por el cuello de botella que supone el puente del V Centenario. Por todo ello vuelve a pedir que comiencen ya los túneles de la SE-40….”. 

Septiembre de 2018: La Confederación de Empresarios de Sevilla ha dirigido cartas al ministro de Fomento y al delegado del Gobierno en Andalucía en las que pide un pronunciamiento claro sobre los túneles de la SE-40 y expresen públicamente si van a seguir adelante con el proyecto bajo el río Guadalquivir.

Al principio de su carta, el presidente de la CES, Miguel Rus, expresa tanto a José Luis Ábalos como a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis la preocupación del empresariado sevillano ante “la cascada de informaciones por la posible paralización del proyecto de túneles bajo el río Guadalquivir, obra necesaria e imprescindible para la conexión de los tramos de la SE-40, sin la que no tiene sentido su configuración…

(….) Para la CES, el hecho de que el Ministerio vaya a primar, y dotar presupuestariamente, el estudio para la ampliación del puente del Centenario puede entenderse como “una maniobra de distracción” y que vayan a dejar en el olvido uno de los proyectos necesarios para nuestra provincia; los trabajos sobre la SE-40 deben ser una prioridad en los Presupuestos Generales del Estado, incluyendo la obra de los túneles del río”.

6 Marzo 2019. Intervención del presidente de la CES, Miguel Rus, ante la Asamblea General en la Sala Machado de la Fundación Cajasol: “En el mes de septiembre del pasado año dirigimos al ministro de Fomento una carta en la que le especificábamos la necesidad de retomar las obras de los túneles de la SE-40 bajo el río. No hemos tenido noticias oficiales al respecto, pero sí que se había destinado una importante partida en los Presupuestos Generales del Estado que le han tumbado al actual Gobierno. Con lo que, seamos realistas, seguimos sin ese paso bajo el río. Una obra de gran envergadura pero necesaria y urgente para la vertebración viaria de Sevilla y su área metropolitana. Seguiremos, por tanto, sufriendo el calvario del puente del Centenario y con una SE-40 sin conectar entre sí”. 

25 Junio 2019: Presentación de la plataforma Sevilla Ya (Por una Sevilla con futuro) en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias del Trabajo. “No vamos contra nadie, pero reivindicamos ante nuestros políticos, porque queremos que nos oigan y actúen”, aseveró Miguel Rus poniendo su mirada en los próximos Presupuestos Generales del Estado para 2020, al objeto de que dicho documento presupuestario suponga ya un punto de inflexión en las “infraestructuras estratégicas” que necesita Sevilla, como la finalización de la SE-40, con todos los túneles proyectados en el tramo comprendido entre Dos Hermanas y Coria del Río….

Presentación de la Plataforma Sevilla Ya

1 Julio 2019. Entrevista a Miguel Rus:
Pregunta: Dentro de la lista de infraestructuras e inversiones pendientes que reclama la Plataforma (Sevilla Ya), ¿hay alguna(s) que consideren más urgente (s)?

Respuesta de Miguel Rus: ….como ya he mencionado, la construcción de la Red completa de Metro, la finalización de la SE-40, especialmente el “arco Sur” con los túneles para la conexión Huelva-Cádiz….

Los agradaores de Rus califican su renuncia a los túneles de la SE-40 como «un ejercicio de pragmatismo». Entonces, conforme a esta nueva doctrina de aceptar lo más baratito que se despache para Sevilla y su provincia, cualquier rebaja que también en plan ‘Black Friday’ apliquen las Administraciones Públicas al Metro, el Museo de Bellas Artes, el Museo Arqueológico, la conexión entre el aeropuerto de San Pablo y la estación ferroviaria de Santa Justa, etcétera, etcétera, deberá ser calificada no como hasta ahora, en que se tachaban de ejemplos palmarios del evidente y tradicional maltrato a Sevilla desde los tiempos de la Expo-92, sino como ejercicios de pragmatismo presupuestario que permitirán al Gobierno y/o la Junta de Andalucía ahorrar recursos económicos que se detraerían de Sevilla para su inversión en otra parte menos conformista.

Para este viaje, y viraje, de Miguel Rus no hacían falta las alforjas de la Plataforma Sevilla Ya….(te veré).

Declaró el presidente de la CES y líder de la Plataforma Sevilla Ya…(veremos): “Aquí no tenemos un Teruel existe, pero sí un Sevilla Ya al que van a tener que escuchar” (¿?).

El diputado de Teruel existe

La gran diferencia demostrada objetivamente por la realidad es que mientras Teruel existe ha conseguido de Pedro Sánchez como precio a su investidura 30 millones de euros de inversión inicial para su provincia (el equivalente al coste de la conexión ferroviaria entre San Pablo y Santa Justa), la plataforma Sevilla Ya de Miguel Rus quiere hacerle perder a la capital de Andalucía y a su provincia -y por tanto a ahorrárselos al Gobierno socialista- entre 500 y 1.000 millones de euros con la renuncia a los túneles de la SE-40 a cambio de un puente, para felicidad del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, quien ha encontrado en Rus el mejor e inesperado aliado para sus tijeras y su política de recortes.


Tranvía a Los Pajaritos

Hay que reconocerle a Rus su sensibilidad social al ofrecer el apoyo de la CES para regenerar Los Pajaritos

Con la mitad del coste de la ampliación del tranvía se podría evitar que el barrio se convierta en otro gueto

 

En la reciente asamblea general de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) pasó prácticamente inadvertido un pasaje de gran calado social del discurso que pronunció su presidente, Miguel Rus, el que dedicó a la situación de Los Pajaritos. Rus se expresó en los siguientes términos: “Debemos cortar de raíz la degradación de la barriada de Los Pajaritos para que no se convierta en un gueto inaccesible como el existente en una parte del Polígono Sur. Los reportajes con los que la prensa nos ha hecho conocer la verdadera realidad del problema demuestran los límites de una degradación en donde los clanes de la droga están haciéndose fuertes en esta zona.

El problema -continuó- no debe ir a más y es fundamental el papel que, en este terreno, tiene que jugar y liderar el propio Ayuntamiento, y para ello puede contar con la colaboración del empresariado, dispuesto a trabajar en un plan de choque, reurbanización y recuperación de esta zona. A medida que pase el tiempo, más difícil será la solución. Ya tenemos experiencia.

Desde la Confederación de Empresarios de Sevilla nos negamos a instalarnos en la comodidad o en la autocompasión.

No se nos puede achacar inmovilismo o que no pasemos a la acción en muchos de los problemas planteados y en numerosos de los frentes que tenemos aún abiertos”.

Por más que pueda decirse que Rus, como empresario de la construcción barre para casa al proponer un plan de reurbanización y de recuperación de Los Pajaritos para evitar que más pronto que tarde se convierta en otro gueto de la ciudad como las Tres Mil Viviendas, hay que reconocerle que haya dado este ejemplo de sensibilidad social cuando podía haberse ahorrado perfectamente sus palabras sobre este barrio degradado y concentrado únicamente en las reivindicaciones habituales de los empresarios en materia de obras e infraestructuras, que no dejó de citar: el Metro, la SE-40, el dragado del Guadalquivir…

 

NO A LA AMPLIACIÓN

 

A esta sensibilidad social hay que unir la sensatez al pronunciarse en contra del plan del alcalde de gastar 48 millones de euros (prácticamente los 50 millones del superávit acumulado por el Ayuntamiento por las restricciones económicas durante la crisis y que ahora le permitirá gastar el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro) en la ampliación del tranvía hasta Santa Justa. “Una obra de gran envergadura, pero en nuestra opinión -aseveró Miguel Rus- no prioritaria en estos momentos para Sevilla. Opinión que ya hicimos pública el 14 de junio de 2016, como acuerdo de nuestra Junta Directiva”.

Y añadió el presidente de la patronal sevillana: “Como ya apuntamos en aquel momento, y recogen algunos medios de comunicación, ese recorrido está lo suficientemente cubierto ya por las líneas de trenes de Cercanías C-1, C-4 y C-5, que ofrecen una más que amplia alternativa desde San Bernardo a Santa Justa con frecuencias semejantes a la del tranvía, mientras que en superficie Tussam tiene destinados a este recorrido  varias líneas de autobuses y además la línea 1 del Metro cubre ya el trayecto San Bernardo-Eduardo Dato”.

Rus, quizás sin pretenderlo, ha señalado indirectamente el mejor destino posible para los 50 millones de euros del superávit municipal: basta con quitarlos de la casilla del innecesario tranvía redundante y colocarlos en la casilla de la necesaria reurbanización y recuperación de Los Pajaritos para evitar su conversión en un nuevo gueto de Sevilla.

 

LA BASE DE LA PIRÁMIDE

 

Esta reasignación de recursos casaría además con el orden de prioridades sociales extrapolable de la pirámide de Maslow, ya desarrollado en esta misma página ( http://andaluciainformacion.es/sevilla/711605/la-piramide-de-maslow/ ) y que se fundamenta  en el principio de que no se debe dedicar dinero público a los estratos superiores de la pirámide si previamente se han dejado sin cubrir las necesidades elementales, radicadas en la base de la misma. Y en este caso es mucho más importante para Sevilla salvar a Los Pajaritos y a sus habitantes que prolongar el tranvía en un tramo servido con creces por los trenes de cercanías de Renfe, líneas de Tussam y hasta, parcialmente, por el Metro.

Nos hallamos ante una paradoja: Espadas pretende hacer de Rus pensando en que gastando el dinero en su plan de ampliación del tranvía va a complacer a los empresarios, y Rus hace de Espadas al proponer para Los Pajaritos una política de reurbanización y rehabilitación de viviendas como el que en sus tiempos de senador proponía el hoy alcalde tomando como experiencia-piloto el Polígono de San Pablo.

Recuérdese que Espadas prometió en 2011 que si ganaba las elecciones municipales de aquel año (tampoco las ganó en 2015 pero finalmente pudo ser elegido alcalde) aplicaría en el Polígono de San Pablo un programa de rehabilitación energética de viviendas que, en su opinión, permitiría recuperar el sector de la construcción, crear empleo, solucionar el problema del arreglo de las viviendas antiguas “y mejorar la calidad de vida de los vecinos, sobre todo los de la clase trabajadora, con recursos económicos limitados”.

EL PLAN DEL SENADOR


El plan de Espadas consistía en rehabilitar las 3.500 viviendas del Polígono de San Pablo con un coste promedio de 20.000 euros cada una (inversión total, 70 millones de euros) mediante un sistema de financiación público-privada: las Administraciones aportarían el 55% del capital necesario y el 45% la empresa constructora adjudicataria de los trabajos. Los vecinos, por su parte, pagarían unos 6.000 euros en números redondos en cuotas mensuales de 24 euros durante 20 años.

La empresa constructora amortizaría en ese mismo periodo de 20 años el coste de la rehabilitación mediante el ahorro que se conseguiría en la factura energética por las mejoras introducidas (aislamiento, bombillas LED y otros) y la gestión de aparcamientos y de locales comerciales.

Es paradójico también comprobar cómo las magníficas ideas que algunos políticos conciben cuando se hallan en la oposición acaban en el cajón de los olvidos o en la papelera cuando llegan al Poder, justo en el momento en que podrían empezar a hacerlas realidad.

INFRAVIVIENDAS

Como se recordará, existe un plan municipal  de regeneración de Los Pajaritos que, desgraciadamente, marcha a paso de tortuga y que consiste en demoler los 524 pisos de la barriada, auténticas infraviviendas con menos de 45 m2 y donde pueden hacinarse tres generaciones de una misma familia, y reconstruir los bloques con menor número de pisos pero más espaciosos (más de 60 m2) y dotados de todas las comodidades posibles.

En agosto de 2014 comenzaron los derribos de las manzanas 8 y 9, con un total de 96 pisos. Las familias ocupantes han sido alojadas en edificios-puente sitos en la Avenida de Andalucía, Nuevo Amate y Torreblanca mientras se levantan los nuevos inmuebles que acogerán a 62 de ellas tras redistribuirse el espacio en viviendas más amplias.

Esta primera fase de la operación se adjudicó por 5,2 millones de euros, pero tras los problemas de la primera empresa adjudicataria y un nuevo concurso se rebajó la cifra en segunda instancia a 3,2 millones de euros.

Los Pajaritos es casi siete veces más pequeño que el Polígono de San Pablo, por lo que Espadas podría ensayar aquí su programa de rehabilitación energética que ideó cuando se hallaba en la oposición y del que se ha olvidado al llegar a la Alcaldía.

 

FUNCIÓN SOCIAL

 

Hagamos una regla de tres: si con 3,2 millones se puede realojar a 62 familias en Los Pajaritos, con 27 millones de euros se podría rehabilitar toda la barriada de una vez: la mitad prácticamente del coste de la ampliación del tranvía. Esa regeneración urbana, más acorde con el ideario socialista del alcalde, iría en línea con su programa electoral, en el que afirmaba que “es imprescindible trabajar en la rehabilitación y renovación urbana de barriadas, el reciclaje de espacios públicos, el desarrollo de equipamientos públicos y, en definitiva, el desarrollo de una ciudad inclusiva y educativa”.

Si Espadas decía que “hay que devolver a la ciudad su función social”, qué mejor sitio para esa devolución que Los Pajaritos, donde además de crear empleo en la construcción (tenemos en el sector 5.640 parados) como preconizaba cuando era senador, contaría con el apoyo de la patronal y hasta tiene para ello 50 millones de euros ahorrados en el banco.

Así pues, metafóricamente hablando y en consonancia con las palabras de Rus, el tranvía de Espadas no debe ir camino de Santa Justa, sino de Los Pajaritos.

 

CES + IU

La patronal sevillana e Izquierda Unida coinciden en contra de la ampliación del tranvía anunciada por Espadas
El alcalde apuesta por un tranvía redundante con la infraestructura actual mientras no hay doble vía en tramos del Cercanías

 

Un hecho insólito se ha producido la pasada  semana en Sevilla: la patronal (CES) e Izquierda Unida (IU) ha coincidido en su rechazo, prácticamente con los mismos argumentos, al nuevo anuncio del alcalde de insistir en su idea de ampliar el tranvía desde San Bernardo hasta Santa Justa como proyecto estrella de su mandato y de redactarlo a lo largo del verano para licitarlo en septiembre, un asunto que ya abordamos en estas páginas el pasado 9 de mayo, en el informe “Tranvía al cubo”.

La paralización o ralentización de inversiones en grandes proyectos de infraestructuras desde el estallido de la crisis en 2008 con el fin de reducir el déficit público (líneas de Metro, el AVE Sevilla-Málaga por la campiña, los túneles del Guadalquivir para la SE-40, la conexión Santa Justa-aeropuerto, la ronda intermedia SE-35…) ha colocado al sector de la construcción en una dificilísima situación.

No hay mes en que desde alguna patronal provincial, regional o sectorial, o desde algún colegio profesional como el de los Ingenieros, se presenten informes sobre la drástica caída en la inversión en obra pública o listas de proyectos básicos aún pendientes de ejecución en Sevilla y Andalucía sobre los que alcanzar un mínimo consenso para, mediante su materialización, reactivar la economía y reducir nuestra elevada tasa de paro.

En este complicado contexto, cabría suponer que la patronal sevillana tendría que estar encantada por el anuncio de Espadas de lanzarse a ampliar el tranvía, un proyecto guadianesco desde los tiempos de Monteseirín y a un coste estimado de entre 76 millones de euros (el cálculo de Zoido cuando era alcalde) y 40 millones (el inicial de Espadas).

 

ERRORES POR DUPLICADO

 

Sin embargo, la Confederación de Empresarios, que preside un constructor tradicional como Miguel Rus, se ha pronunciado tajantemente en contra del plan del alcalde y utilizando para ello argumentos de la más pura lógica económica: “Volvemos a caer en el error -dice en un comunicado- de gastar decenas de millones de euros en duplicar unas conexiones que ya existen”. Y añade: “Actualmente, las líneas de trenes de cercanías C-1, C-4 y C-5 ofrecen una más que amplia alternativa desde San Bernardo hasta Santa Justa, con frecuencias semejantes a la del tranvía, mientras que en superficie Tussam tiene destinados a este recorrido varias líneas de autobuses, y además la línea 1 del Metro cubre ya el trayecto San Bernardo-Eduardo Dato”.

Por tanto, a juicio de la CES, carece de sentido gastar un dinero que no se tiene, y que habría que pedir (¿con qué justificación?) a Bruselas,  en una infraestructura redundante en superficie con la ya existente en el subsuelo, mientras que el Ayuntamiento ni siquiera le recuerda a la Junta (¿será para no incomodar a Susana Díaz?) las tres líneas pendientes del Metro, que tendrían preferencia.

El hecho de que en vez de aplaudir al alcalde para tratar de participar de ese goloso pastel de entre 40 y 76 millones de euros que sería el tranvía, la CES subraye su innecesariedad y redundancia y lo rechace supone toda una sorpresa y produce un cambio de percepción de  la imagen que proyectan nuestros empresarios, ya no tan ávidos del negocio por el negocio y pronunciándose en función de la racionalidad de los proyectos y de la mejor utilización del dinero público, venga de Bruselas o de Madrid.

Con esta posición, aparentemente en contra de sus propios intereses y anteponiendo los colectivos, la patronal y su presidente, Miguel Rus, ganan credibilidad ante la opinión pública al demostrar un mayor sentido de la responsabilidad frente a la imagen de los aeropuertos sin aviones y los trenes AVE sin apenas pasajeros que ha quedado de la España del ‘boom’ inmobiliario.

 

COINCIDENCIA

El diagnóstico de la CES ha coincidido con el de IU, probablemente porque ésta no es una cuestión ideológica, sino de sentido común. Por eso mismo sorprende mucho más la insistencia de Espadas, un político sensato y moderado, de convertir la ampliación del tranvía en el proyecto estrella de su mandato, sea o no sea necesaria o prioritaria. Habrá que remitirse a aquellas declaraciones en que le traicionó el inconsciente cuando dijo que algo tendría que hacer para que lo vieran los sevillanos antes de las próximas elecciones municipales.

Si ha habido una corporación en que la oposición más se haya esforzado en ofrecer alternativas en materia de transporte es ésta que preside Espadas: Ciudadanos elaboró un estudio sobre la reordenación de la zona azul y otro sobre la conexión entre Santa Justa y el aeropuerto, e IU presentó el pasado mes de mayo una moción muy bien construida para la puesta en valor de la Red de Cercanías como alternativa a la ampliación del tranvía anunciada por Espadas.

Curiosamente, el alcalde ha vuelto a la carga con el tema cuando Tussam había empezado ya a trabajar en el cumplimiento de algunos de los puntos de la moción de IU que aprobó el Pleno municipal hace dos meses, pero limitándose sólo a la mejora de la señalización y de la información en sus paradas de autobuses, para que los usuarios se enteren por fin de que en la ciudad existe una red de Cercanías ferroviaria con la que pueden conectar para desplazarse a un amplio arco de barrios extramuros gracias a sus cinco líneas y diez estaciones en el término.

 

PRIORIDADES

 

Al igual que la CES, IU decía en su moción: “Con la actual red de Cercanías, la conexión entre San Bernardo y Santa Justa se realiza en cuatro minutos, con una frecuencia de paso de 10 minutos de media. Cabe preguntarse, por tanto, si es operativo y prioritario en este momento una nueva infraestructura por la superficie, como el tranvía, teniendo ya una subterránea como el Cercanías aun sin haber realizado un adecuado estudio técnico que defina la necesidad real de esta intervención, así como su ampliación planificada y orientada a una futurible red de tipología tranviaria, del mismo modo que en su día se hizo con el Metro. ¿No sería más prioritario y operativo, antes de acometer nuevas grandes obras, focalizar todos los esfuerzos en la ansiada integración tarifaria y en el billete único?”.

En vez de duplicar el trayecto San Bernardo-Santa Justa con un tranvía en superficie, si se construyera una doble vía para el único sentido de la línea circular C-4, que ahora permite ir desde Santa Justa hasta Sevilla Este en unos 6 minutos, los sevillanos no tardarían 20 minutos en dar toda la vuelta a la ciudad si quieren viajar en sentido contrario. Esa doble vía y una mejor organización de los horarios permitiría además, según la moción de IU, reducir en 40 minutos el viaje entre Sevilla Este y la Cartuja.

La doble vía del C-4, la creación de un billete único que permitiera integrar el Cercanías en la red de transporte de la ciudad, la construcción de aparcamientos seguros para bicicletas en las estaciones ferroviarias o su entorno, la señalización combinada de todos los medios de transporte en las respectivas paradas, etcétera, etcétera, se antojan más urgentes y baratas que gastarse entre 40 y 76 millones de euros en conectar en superficie con un tranvía dos estaciones que ya lo están subterráneamente en tan sólo cuatro minutos con los servicios actuales de transporte.

Espadas aún no ha sabido explicar la relación coste/beneficio de un proyecto que por no convencer no convence ni a los que estarían más interesados en ejecutarlo: los empresarios.

Los números rojos

‘Deuda’ fue, probablemente, la palabra que más salió a colación durante el último Pleno municipal de 2013, maratoniano por su duración (empezó a las 9 de la mañana y terminó casi a las 9 de la noche) y caracterizado por la confluencia de informes económicos, al tratarse del más importante del año por abordarse la aprobación de los Presupuestos de la ciudad para 2014.

Aunque fuera con tan sólo cuatro días de antelación sobre el plazo límite del 31 de diciembre, Zoido pudo alardear con razón de haber cumplido su promesa de que en su mandato las Cuentas de la ciudad se aprobarán antes del año natural para el que hayan sido formuladas, evitando los desbarajustes y prórrogas de la era Monteseirín, cuando años hubo en que no se aprobaron hasta bien entrada la primavera.

En el pleno del 27 de diciembre confluyeron el dictamen previo y obligado, aunque no vinculante, del Consejo Económico y Social (CES); los informes del interventor alertando de desequilibrios pasados y de riesgos futuros por excesivo endeudamiento, por lo que pedía hasta dos planes de saneamiento o económico-financieros; y los informes a su vez de la delegada de Hacienda, Asunción Fley, para contrarrestar a unos y otro.

La apodada ‘dama de hierro’ y dueña de la llave de la caja de caudales municipal, como había hecho caso omiso de las advertencias previas del interventor y éste insistía ‘erre que erre’ hasta el final, tuvo que improvisar en horas veinticuatro un argumentario con el que sostener el edificio contable construido por su Delegación, porque ya se sabe que el papel lo soporta todo, llámese dictamen del CES u observaciones del interventor municipal.

LA JUNTA, A COLACIÓN

Pero empecemos por el final, como en la crónica de una aprobación presupuestaria anunciada, que así la habría titulado el maestro García Márquez, dada la mayoría absolutísima de Juan Ignacio Zoido con sus veinte concejales incluido él mismo.

Si la cita iba de deudas, el alcalde nunca pierde la oportunidad de perder la oportunidad de confrontarse con la Junta de Andalucía, máxime ahora que ya puede expresarse con la libertad de saber que no va a ser el candidato del PP (A) a la Presidencia de la Junta y no tiene necesidad como antes de medir sus palabras por aquello de qué podrían pensar en Málaga, Granada y demás ciudades hermanas.

Zoido aprovechó el altavoz del Pleno para elaborar sus particulares tablas Imput/Output con el Gobierno andaluz y cifrar en 20 millones de euros la deuda ‘viva’ de la Junta de Andalucía con el Ayuntamiento, debido a supuestos impagos de tributos locales, una espinosa cuestión que San Telmo no acaba de reconocer oficialmente con el argumento de que entre Administraciones Públicas no cabe este tipo de exigencias tributarias y que las sedes autonómicas están tan exentas de pagar como recientemente los tribunales le han reconocido a la Iglesia católica frente a las tentaciones crematísticas de algunos ayuntamientos ayunos de ingresos.

Zoido, obstinado, atribuyó a los supuestos impagos de la Junta la imposibilidad de diseñar y aplicar un Plan de Empleo municipal (cambio en su discurso; antes sostenía que no tenía competencias), pese a que no condicionó a la presunta deuda autonómica ni su promesa de convertirse en el ‘alcalde del empleo’ cuando aún estaba en la oposición, ni la de formular el nonato Plan a la vuelta del verano en su primer debate sobre el estado de la ciudad como alcalde. Desde entonces han pasado un par de regresos del verano, pero el Plan de Empleo ni existe ni se le espera, mientras que la ciudad ha superado la barrera de los 90.000 parados.

ADVERTENCIAS DEL INTERVENTOR

De las supuestas deudas de la Junta con Sevilla, según Zoido, a las deudas de Sevilla con los bancos, según el interventor municipal, Braojos. Despachada con un contrainforme la petición de un primer plan de saneamiento por el interventor al estimar, como juez y parte, Asunción Fley que con su mayor presión fiscal y los ahorros en plazas vacantes no cubiertas y otras medidas (40 millones de euros) se habían compensado con creces los 13,9 millones de euros en números redondos de déficit advertidos por Braojos en la liquidación del Presupuesto de 2012, la delegada de Hacienda centró sus esfuerzos en tumbar la exigencia de un segundo plan de saneamiento por mor de la forma de contabilizar la deuda municipal.

Atención al dato dado por el interventor: el Ayuntamiento gobernado por Zoido debe ahora 494,81 millones de euros.

Al repasar el proyecto de Presupuestos para 2014, el interventor alerta de que la deuda puede superar los 580 millones de euros debido a dos circunstancias:

1) Necesidad de liquidez a corto plazo por 30 millones de euros.

2) Obligación de asumir el préstamo de 55,4 millones de euros a largo plazo que en su día pidió Emvisesa para acometer la ampliación de Fibes pese a no ser su objeto social (otra de las ocurrencias impuestas por Monteseirín para sus megalómanos proyectos, como el desviar a las ‘Setas’ de la Encarnación la ‘hucha’ del PGOU) y que debe subrogarse el Consistorio, máxime  tras la creación de una nueva sociedad (Contursa) cuyo fin expreso es la gestión del Palacio de Congresos y Exposiciones.

DESAUTORIZACIÓN

La delegada de Hacienda desautoriza al interventor y su petición de un plan de saneamiento por esta causa al entender que significaría imputar dos veces lo mismo, ya que el Ayuntamiento habría reconocido en su día el aval otorgado al préstamo solicitado para la ampliación de Fibes.

Al debate sobre qué cabe computar como deuda y qué no hay que sumar el dictamen que 24 horas antes emitió el Consejo Económico y Social (CES) sobre los Presupuestos para 2014 y que incluye un revelador cuadro evolutivo de la deuda municipal año a año en el periodo 2004-2013, acompañado de este pequeño texto: “El Ayuntamiento de Sevilla prevé aumentar su deuda en 2013 en 13 millones hasta los 495”.

Dado que el CES bebe de las cifras oficiales que le facilita el Ayuntamiento -y así lo reconoce con gratitud en su informe-, este dato coincide con la cifra de deuda que maneja el interventor y que sale a colación en el Pleno: 494,8 millones de euros.

MAS QUE ANTES

Según el Consejo, el pico de deuda del Consistorio se alcanzó en 2009, segundo año del tercer mandato de Monteseirín, con 522 millones de euros, para descender a 454 millones en 2010 y 452 millones en 2011, año con medio de gestión del anterior alcalde y medio de gestión de Zoido (desde el 11 de junio, en que toma posesión como alcalde).

¿Y qué ocurre después? Pues que según la estadística del CES, la deuda del Ayuntamiento ha vuelto a crecer bajo el mandato de Zoido y pese a los recortes y el plan de ajuste: 482 millones en 2012 y los citados 495 en 2013, con el miedo del interventor de que haya que contabilizar 580 millones en 2014.

La paradoja es que Zoido puede acabar su mandato como alcalde con más endeudamiento que con el que tomó el testigo de Monteseirín en 2011, pese a lo cual lleva dos años y medio invocando como causa del incumplimiento de la mayor parte de su programa electoral la hipoteca que según él le ha supuesto ‘la herencia recibida’.

Legitimidades

El delegado multiusos y chico para todo del alcalde, Goro Serrano, ha tratado de descalificar al presidente de la CES -por un quítame allá ciertas críticas a su jefe- diciendo que “Rus representa a una parte legítima de los empresarios sevillanos, pero no a todos, ni mucho menos”. Hagamos una analogía. De los 562.670 sevillanos con derecho a voto en las últimas elecciones municipales, tan sólo 166.040 votaron la lista del PP que encabezaba Zoido. Y Zoido, les guste o les disguste a los 99.168 votantes del PSOE; a los 24.066 de IU; a los 16.097 de los andalucistas…. y a los 203.846 abstencionistas, es el alcalde de todos y a todos nos representa, con total legitimidad. Mutatis mutandis, por más que le fastidie a Gregorio Serrano, Miguel Rus representa no a una parte, sino a todos los empresarios sevillanos. Item más, Miguel Rus, que fue elegido por aclamación de los empresarios tras retirarse el resto de candidatos, sería incluso más legítimo presidente de la CES que Zoido -votado sólo por el 29,50% de los sevillanos, uno de cada tres- alcalde de Sevilla.

 

Al revés

Los señores del ladrillo disfrutaron de diez años, los de la burbuja inmobiliaria, no de vacas gordas, como en la historia que se cuenta en el Antiguo Testamento bíblico sobre José en Egipto, sino híper gordísimas, cuando se pusieron las botas y los guantes elevando los precios de los pisos a la altura de la nube (y no la de Internet, precisamente) y dando tantos pelotazos con primeras y segundas residencias y pases de suelo, que deberían tener recursos más que  sobrados para aguantar los cinco años de vacas flacas que llevamos de crisis si hubieran atendido el consejo del hebreo en la corte del faraón y reservado una parte de sus ganancias  de los buenos tiempos  Por éso me ha extrañado esta frase del discurso del ladrillero presidente de la CES: “No salimos de ésta cobrando más los pocos que trabajamos; es mejor cobrar menos y generar empleo”. Incorrecto, estimado Miguel Rus. Al revés te lo digo para que lo entiendas. Deberías haber dicho lo siguiente: “No salimos de ésta sin invertir más los pocos que tenemos dinero; es mejor ganar menos y generar empleo”.

Fotos

Zoido y/o su gabinete de prensa, que tanto monta monta tanto, difunden una foto del alcalde tres-en-uno (regidor, presidente del PP (A) y diputado autonómico, amén de señor de cuatro castillos medievales) y sin -dicen- tiempo ni para prepararse los Plenos del Parlamento  paseándose por la Alameda de Hércules con los componentes del grupo cordobés Medina Azahara, que habían venido para la grabación del videoclip de una canción dedicada a Sevilla. Espadas y/o su gabinete divulgan a continuación una foto de la reunión mantenida por el líder de la oposición con la plana mayor de la patronal Gaesco y el indignado (con el alcalde, claro) Miguel Rus al frente, para analizar el impacto de las Ordenanzas Fiscales y estudiar medidas para reactivar el depauperado (ahora) sector de la construcción. Pues nada, Juan Ignacio, tú sigue así: de las sevillanas de la Expo al rock andaluz en la Alameda, y tiras de folklore porque te toca, que la Sevilla de los 90.000 parados y de los cabreados empresarios, por ti pueden seguir esperando. Ahora sólo te falta la foto con Miguel Bosé.

 

Xerrano

He tenido que frotarme varias veces los ojos para comprobar que lo que estaba leyendo obedecía a la realidad y no se trataba de un engaño de mis sentidos, pero el titular en los periódicos era éste: Gregorio Serrano invita a los empresarios sevillanos a invertir en México. No, no era que Serrano había ido a Centroamérica e invitaba a las empresas mexicanas a invertir en Sevilla, sino al revés, tal como lo han leído. Con la que está cayendo y con los 90.000 parados que tenemos en la ciudad, Serrano va, le organiza al país azteca unas jornadas específicas e insta a una fuga de inversores locales: que en vez de invertir y creen riqueza y empleo aquí con los que mitigar la crisis, crucen el Charco. ¿Se tratará acaso de una indirecta directísima a Miguel Rus tras la bronca de éste a Zoido para que haga las maletas? Más que como delegado de Economía, Empleo y etcétera del Ayuntamiento de Sevilla, Goro ha actuado como el mejor embajador de México en España. Allí deben estar poniéndole ya un piso. No diga Gregorio Serrano, sino Xerrano, con equis de México.

 

¿Quién se ha llevado mi queso?

“Las circunstancias han cambiado”. Con esta frase resumieron algunos diputados del PP el tijeretazo dado al Plan de Infraestructuras y Viviendas 2012-2024 (PITVI) presentado el pasado miércoles en el Congreso de los diputados por la ministra de Fomento, Ana Pastor. El cambio de las circunstancias aludía a que cuando se presentó el proyecto por primera vez hace siete meses, la previsión de inversión en obra pública y vivienda era de 225.000 millones de euros, que ahora, de mantenerse la versión reducida y si no hay necesidad de nuevos recortes para cuadrar las cuentas por mayores exigencias de Bruselas, se va a quedar en tan sólo 130.000 millones de euros.

Pero incluso esta cifra tiene truco, ya que únicamente  el 60% procederá de fondos públicos. El 40% restante se confía obtenerlo de una Unión Europea cada vez más restrictiva en la libranza de dinero y de una aportación privada -los famosos proyectos de colaboración público/privada- que no depende de recursos propios, sino de la financiación bancaria, en un escenario con el grifo del crédito aún cerrado.

CADA VEZ MENOS INVERSIÓN

La proyección para el periodo 2012-2024 es que las inversiones en infraestructuras supongan cada vez menor porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), y que pasen del 1,3% en 2013 al 0,90% en años sucesivos. El problema de fondo es que como la economía española no deja de contraerse y la creación de riqueza es menor, también se estima que disminuirá consecuentemente el presupuesto destinado a carreteras, puentes, pantanos, aeropuertos, vías férreas, puertos…. hasta unos 9.000 millones de euros.
En este contexto, la prioridad absoluta de la ministra de Fomento es completar los grandes  corredores del AVE pendientes. Ana Pastor fue tajante al respecto en las Cortes: “Se acabaron los aeropuertos vacíos, los trenes sin pasajeros y las autovías sin tráfico”.

La plasmación de esta política en los Presupuestos Generales del Estado para Sevilla se ha traducido en que el 85%  de los 275 millones de euros asignados a nuestra provincia se destinan a proyectos en marcha y sólo el 7% para nuevas obras; y en que la partida principal, de unos 44 millones de euros, se reserva para el tramo Utrera-Jerez de la línea ferroviaria de alta velocidad Sevilla-Cádiz. En contraste, el dinero para la ronda de circunvalación exterior SE-40 se reduce a unos 15 millones de euros, un 67% menos que en el Presupuesto anterior.

PARÁLISIS

El hundimiento de la obra pública en Andalucía es brutal. El Colegio de Ingenieros de Caminos y representantes de las principales empresas constructoras que operan en nuestra comunidad han denunciado este fin de semana que prácticamente el 90% de las infraestructuras licitadas en Andalucía están paralizadas debido a la “sequía inversora” existente, hasta el punto de que si no se reactivan pronto se perderán los 1.500 millones de euros comprometidos por Bruselas a través de los Fondos Feder.
Si la ministra Ana Pastor hablaba de aeropuertos vacíos, trenes sin pasajeros y autovías sin tráfico como consecuencia de la desaforada política constructora de los años del ‘boom’ del ladrillo, tanto en infraestructuras como en viviendas (al menos hay 600.000 vacías todavía), los ingenieros de Caminos andaluces lamentan que la paralización del 90% de las obras por falta de inversión puede dejar “agujeros abiertos en las ciudades, vías que llevan a ninguna parte y edificaciones públicas abandonadas”. Estamos purgando, pues, los excesos de la etapa anterior, y todo indica que esta “sequía inversora” se va a prolongar en el tiempo.

En este marco se inscribe la estruendosa rueda de prensa de la pasada semana en que el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Miguel Rus, cogestor de una empresa constructora familiar vinculada históricamente a la obra pública y que llegó a la cúpula de la patronal procedente de Gaesco, la sectorial de la construcción, criticó agriamente tanto al Ayuntamiento y a Zoido como a la Junta de Andalucía, aunque el mayor eco de su enmienda a la totalidad la ha tenido el alcalde, el cual se quedó literalmente atónito por lo inesperado del golpe, como el boxeador cazado en frío por un crochet a la mandíbula.

VISIÓN UNIDIMENSIONAL

Al igual que Zoido no ha interiorizado aún que además de alcalde de Sevilla es presidente del PP (A) y por tanto su visión política ha de abarcar el conjunto de Andalucía y no circunscribirse sólo a la capital hIspalense, Miguel Rus todavía carece de una visión global de la economía sevillana y sigue expresándose conforme a los intereses y preocupaciones de Gaesco más que como presidente de la CES. Este carácter  unidimensional de su presidencia ya lo puso claramente de manifiesto cuando despreció públicamente al sector arrocero, al que también representa teóricamente como presidente de todos los empresarios sevillanos, en su defensa unilateral del dragado del Guadalquivir, que beneficiaría a las grandes constructoras, su sector por naturaleza.

Rus alternó ataques contra la Junta y el Ayuntamiento. Acusó al alcalde de falta de interlocución, del abortado ‘tasazo’ de las Ordenanzas Fiscales y de las contradicciones y falta de agilidad de la Gerencia de Urbanismo con Decathlon y Caixafórum, temas en los que podía estar cargado de razones pero que estaban ligados únicamente al sector de la construcción. Su irritación por la falta de grandes obras públicas, debido a los obligados recortes presupuestarios, llegó al extremo de abogar por el cierre de la línea 1 del Metro, en la que se han invertido 658 millones de euros, si no se licitan las restantes pendientes, porque él no le ve sentido a que permanezca en solitario. La tesis no puede ser más disparatada, por cuanto la línea 1 ya arroja beneficios (por más que la empresa constructora de Rus, que participaba en la misma, vendiera en tiempos su participación pensando en que sería deficitaria y por los sobresaltos en su construcción) y es usada por 15 millones de viajeros al año, por lo que algún efecto vertebrador tendrá, diga lo que diga el presidente de la CES.

Sin obviar la responsabilidad de Zoido (derivada de su autocomplacencia y su escudamiento en la confrontación con la Junta para tratar de orillar así los problemas) en la situación de ‘impasse’ de la ciudad, en su desahogo contra la Junta y especialmente contra el alcalde, Rus sangraba por la herida, tal como dejaban en evidencia expresiones en estos términos: “No es de recibo que el recorte sea siempre en obra pública en vez de en presupuestos prescindibles como empresas públicas, observatorios y fundaciones”.

UNA NUEVA REALIDAD

Aun aceptando todas esas lamentaciones, el problema de fondo que expusimos al principio y que parece no quieren ver ni la CES ni Gaesco es que los dorados años de la obra pública y de la construcción del millón de viviendas en números redondos ya no volverán. Por tanto, el sector de la construcción no va a tener ese increíble peso del 17% del PIB, como llegó a ocurrir en Andalucía, y debe adaptarse a la nueva realidad, reinventarse y buscar nuevos nichos de mercados dentro y en el exterior, llámense rehabilitación o eficiencia energética, por más que Rus brame contra las Administraciones que se le pongan a tiro. Su situación recuerda a la descrita en forma de parábola por Spencer Johnson en la famosa obra ‘¿Quién se ha llevado mi queso?’

El libro cuenta cómo la vida de dos ratones y dos liliputienses giraba alrededor de un abundante depósito de queso. Se sentían tan a gusto que no se percataron de que su alimento disminuía día tras día, hasta que se acabó. Al advertirlo, los ratones se lanzaron de inmediato a la aventura por el laberinto en busca de nuevos depósitos de queso. Los liliputienses, por su parte, creían tener derecho al queso que había desaparecido, regresaban cada día al depósito ya vacío, se lamentaban y se limitaban a esperar sentados a que lloviera nuevo queso del cielo, sin arriesgarse a penetrar en el laberinto en busca de una alternativa.

Al margen de que Zoido mereciera en mayor o menor grado el zamarreón del presidente de la CES a ver si sale de su ensimismamiento, en el mensaje contra tirios y troyanos (también la Junta se llevó su buena ración de críticas) de Miguel Rus latía en el fondo la misma airada queja de algunos de los protagonistas de la fábula de Spencer Johnson:

¿Quién se ha llevado mi obra pública?