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Málaga le ha recortado a Sevilla una diferencia de 47.985 habitantes desde las vísperas de la Expo-92

Si no se le hubiera independizado Torremolinos estaría en condiciones de superar a Sevilla en 2035

Sin Torremolinos, Málaga perdió las playas, los hoteles, el Palacio de Congresos y 27.543 habitantes

Tuvo que inventarse un nuevo modelo de ciudad, que empezó por el Parque Tecnológico (PTA), constituido dos años antes que la Expo-92

Y continuó con el turismo urbano y cultural, apoyado en la apertura de más de 30 nuevos museos

De mero lugar de paso hacia la Costa del Sol ha logrado convertirse en un destino específico por su oferta museística

Ya ha recuperado la mitad de la planta hotelera perdida y es la quinta ciudad en turismo de cruceros

Con el coste de las Setas de la Encarnación en Sevilla el Ayuntamiento de Málaga financia durante 7 años los museos de su ciudad

Año 1991. Vísperas de la Exposición Universal. Justo antes de su glorioso 1992, Sevilla superaba a Zaragoza en 88.634 habitantes, y a Málaga, que tres años antes había sufrido la segregación de su arrabal Torremolinos, en 160.920. Veintinueve años después, Zaragoza sólo tiene 9.518 pobladores menos que la capital de Andalucía, y Málaga le ha recortado a Sevilla una diferencia de 47.985 habitantes. Si la urbe malagueña no hubiera sufrido la pérdida de Torremolinos hoy estaría en condiciones de superar demográficamente a la capital hispalense en 15 años.

Los censos y/o padrones del Instituto Nacional de Estadística tomados como única fuente demográfica de referencia reflejan que entre 1991 y 2020 la ciudad de Sevilla, que se convirtió en capital del mundo con la Exposición Universal de 1992, ha tenido un incremento de población de 8.367 habitantes, a un promedio anual de 288,5, ya que ha pasado de 683.028 almas a 691.395 en estos 29 años.

En comparación, Zaragoza ha ganado en el mismo periodo de tiempo 87.483 habitantes (diez veces más), a una media anual de 3.016,6, y al pasar de 594.394 a 681.877 se queda a tan sólo 9.518 de la capital de Andalucía y en condiciones de arrebatarle el cuarto puesto entre las grandes urbes españolas.

Vista de Málaga

Málaga, por su parte, tenía en 1991 una cifra de 522.108 personas empadronadas. Tras los últimos veintinueve años en su padrón aparecen inscritas 578.460. Ha ganado, pues, 56.352 habitantes, gracias a un crecimiento demográfico medio anual de 1.943,1. Por tanto, Zaragoza ha crecido a un ritmo diez veces superior a Sevilla, y Málaga, a un ritmo casi siete veces superior en los últimos tres decenios en números redondos.

De momento, Sevilla no se ve amenazada por Málaga, al contrario de lo que le pasa con Zaragoza, ya que la urbe de la Costa del Sol, pese a que le ha recortado 47.985 habitantes, aún tiene 112.935 de diferencia en su contra.

Ahora bien, cabria preguntarse qué le ocurriría a Sevilla si de un día para otro le quitaran prácticamente la mayor parte de su planta hotelera, el Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes) y un distrito más poblado aún que Los Remedios. ¿Cuántos años tardaría en recuperarse de semejante golpe a su economía y a su padrón de habitantes?

TORREMOLINOS SE FUE

Pues algo equivalente o incluso peor es lo que le sucedió a Málaga cuando la Junta de Andalucía (cuenta la leyenda que como reacción del entonces presidente autonómico, el sevillano José Rodríguez de la Borbolla, a un desaire del alcalde malagueño, su correligionario Pedro Aparicio) aprobó el 27 de septiembre de 1988 la segregación de Torremolinos -distante 13 kilómetros del centro de la urbe- de Málaga (y sigue contando la leyenda que en el Ayuntamiento malagueño estaban tan poco avisados de lo que se les venía encima que ese mismo día el alcalde Aparicio acudió con parte de su corporación a un acto en Torremolinos y que cuando llegó al edificio no había nadie para recibirle porque los habitantes del hasta entonces barrio se habían echado a la calle para festejar su conversión en municipio independiente).

La leyenda atribuye a José Rodríguez de la Borbolla la decisión de aprobar la independencia de Torremolinos

El impacto de aquella decisión político-administrativa fue demoledor para Málaga capital, que perdió de una tacada lo que hasta entonces eran sus playas y el Palacio de Congresos y la mayoría de los hoteles, radicados en el nuevo término municipal de Torremolinos. Y el censo reveló tres años después (1991) la sangría demográfica: había perdido también los 27.543 habitantes de su antiguo arrabal. Sin Torremolinos, Málaga se quedaba con 522.108 habitantes; con Torremolinos habría alcanzado 549.651, sólo 44.743 menos que entonces Zaragoza, la capital aragonesa que ahora amenaza la posición de Sevilla.

UNA NUEVA ESTRATEGIA

¿Y qué hizo la capital malagueña? Reinventarse. Quizás por mala conciencia o como compensación por haber aprobado la independencia de Torremolinos, al final de aquel mismo año de 1988 el Gobierno autonómico presidido por Borbolla acordó con el Ayuntamiento malagueño presidido por Pedro Aparicio la construcción en su término municipal de un parque tecnológico, el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA).

Parece que no fue casualidad que el 20 de abril de 1990, es decir justo dos años antes de la inauguración de la Expo-92 de Sevilla, como para simbolizar que el PTA sería para Málaga el equivalente a la Muestra Universal para la capital sevillana, el Ayuntamiento malagueño y dos sociedades instrumentales de la Junta, la Empresa Pública del Suelo (Epsa) y la Sociedad para la Promoción y Reconversión Económica de Andalucía (Soprea), firmaran la constitución del PTA como sociedad anónima, a la que posteriormente se incorporaron como accionistas Unicaja y la Universidad de Málaga.

Construido en una finca a unos 13 kilómetros del casco urbano (otra casualidad, la misma distancia a la que se hallaba Torremolinos), el parque tecnológico se inauguró el 9 de diciembre de 1992, cuando recién finalizada la Muestra Universal en Sevilla todavía el proyecto Cartuja-93 de reutilización de los terrenos que la había acogido estaba en mantillas.

Vista del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), en Málaga

Mientras que en Sevilla se abogaba por un purista proyecto exclusivamente de investigación, sólo para los denominados «batas blancas» (cuando ni en toda Andalucía había laboratorios ni investigadores en número suficiente como para llenar los pabellones vacíos en las 215 hectáreas del recinto), en Málaga lo tuvieron claro desde el principio: allí las empresas que se radicaran podrían hacer de todo, desde investigar hasta fabricar, especialmente en electrónica y tecnologías de la información, los iniciales campos de especialización del PTA.

El parque malagueño fue creciendo y atrayendo cada vez mayor número de empresas. Al acabar 2019 en su recinto había 636 compañías que facturaban en conjunto más de 2.000 millones de euros y daban empleo directo a 20.000 personas (unas 50.000 se beneficiaban de su impacto indirecto).

Se estima que el PTA genera uno de cada cinco euros de la economía de la ciudad y que ha contribuido a dotarla de una imagen internacional (potenciada bajo la marca Málaga Tech) como foco de innovación al haber atraído a más de 60 empresas foráneas que se han implantado trayendo consigo a 5.000 empleados extranjeros, los cuales han aportado mayor cosmopolitismo a la urbe costasoleña.

Así pues, la apuesta por la tecnología fue el primer pilar para la nueva etapa de Málaga tras la independencia de Torremolinos.

(A título comparativo y según su Memoria de 2019, el sevillano Parque Científico y Tecnológico Cartuja, en el antiguo recinto de la Exposición Universal, alberga 523 empresas, que facturaron 2.900 millones de euros y dieron trabajo directo a 22.716 personas:https://www.pctcartuja.es/sites/default/files/memoria/Memoria_PCT_Cartuja_2019_DEF.pdf )

EL SEGUNDO PILAR

De repente, tras perder Torremolinos, Málaga se había convertido en un lugar sólo de paso, no de destino, un lugar que los visitantes cruzaban sin detenerse, camino de las playas de Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Marbella, Estepona, Rincón de la Victoria, Nerja…..Y la ciudad también se reinventó en otra dimensión como un destino distinto al del turismo de sol y playa que representaban todos los municipios de su entorno, un destino para el turismo urbano y cultural. Hay que valorar en su justa medida aquella visión de hace treinta años, cuando no era lo que se “llevaba” precisamente, sino todo lo contrario.

Si hoy Málaga ha acuñado como imagen de marca el lema “capital/ciudad de museos”, es porque de los casi cuarenta museos que abren sus puertas en la ciudad, 34 se han creado desde la independencia de Torremolinos, en la mejor demostración de que detrás de esta fiebre cultural había un Plan Estratégico a largo plazo.

Pedro Aparicio, el alcalde que sufrió la segregación de Torremolinos y proyectó la Málaga del futuro

Veamos el número de museos abiertos (entre paréntesis) en Málaga tras la segregación de Torremolinos: año 1988 (1), 1989 (1), 1998 (1), 1999 (2), 2000 (1), 2002 (3), 2003 (2), 2005 (1), 2007 (1), 2008 (1), 2009 (3), 2010 (5), 2011 (3), 2013 (1), 2014 (3), 2015 (2), 2016 (1), 2018 (2). Podría argüirse que muchos de estos museos son de carácter menor, pero en conjunto aportan una enorme potencia a Málaga y a la imagen exterior que quiere proyectar al complementar la oferta de otros de mayor categoría, como los dedicados a Picasso, el Museo de Arte Contemporáneo, el del Arte Pictórico Ruso (acuerdo con los museos estatales de Rusia), la colección de la baronesa Thyssen (arrebatada a Sevilla en su momento, cuando Monteseirín decía tener el acuerdo hecho con la baronesa Carmen Cervera), el Centro Pompidou, la colección de Revello de Toro y el Museo de la Ciudad.

https://memoriasdemalaga.com/museos-malaga/

En la primavera de 2017, con motivo de la presentación de la marca ‘Málaga ciudad de museos’, uno de los invitados a aquel acto destacó en su discurso que era la única urbe andaluza que inventó un proyecto de futuro, una hoja de ruta, un plan director para las siguientes décadas: “Apostó -expresó- por el segmento turístico que más beneficios aporta a corto, medio y largo plazo a cualquier ciudad y tuvo a su favor dos cosas, buenos técnicos y políticos decididos”.

EFECTOS DE LA APUESTA

Y también se conoció un estudio sobre la oferta y demanda de los museos que realizó la empresa Turismo y Planificación de la Costa del Sol y según el cual la oferta museística malagueña era la más competitiva de España, por las siguientes razones:

-En Málaga se registraban 81,4 visitas a los museos por cada cien pernoctaciones, por delante de Valencia (55,5), Madrid (51), Barcelona (33,4) y Sevilla (21,2).

– El impacto generado por el gasto de los turistas y visitantes con motivación museística en la ciudad de Málaga rozaba entonces  los 547 millones de euros, de los que 295,3 millones (54%) se correspondían  con la producción directa que generaba esta actividad. Esta nueva demanda que se ha generado se concentra de forma especial en el comercio, la hostelería y el transporte.

-Del análisis de carga turística (relación del número de pernoctaciones y entradas museísticas) se infería que cinco de los diez primeros museos de España eran malagueños: el Centro de Arte Contemporáneo (24,7), el Museo Picasso (21,8), el Centro Pompidou (7,8), el Museo Carmen Thyssen (7,5) y la Fundación Picasso-Casa Natal (6).

El museo dedicado en su ciudad natal a Picasso

-Tomando como referencia el índice de carga residencial, la ciudad se posicionaba en segundo lugar, con 321 visitas museísticas por cada 100 habitantes, sólo superada por Barcelona (debido al efecto del museo del Fútbol Club Barcelona, el más visitado de España). Su índice de carga residencial era casi 200 puntos mayor que Sevilla, setenta puntos mayor que Valencia y treinta puntos mayor que Madrid.

-En una clasificación de destinos según el número de visitas recibidas en los ocho principales museos de cada ciudad, Málaga era el cuarto destino de España, con 1,8 millones de visitantes. Por delante se situaban  Madrid, con más de 9 millones; Barcelona, con 6,2 millones; y Valencia, con 1,9 millones.

EL COSTE ANUAL

El Ayuntamiento de Málaga viene destinando del orden de 16 millones de euros anualmente al mantenimiento y financiación (acuerdos firmados con instituciones extranjeras, por ejemplo) de los principales museos de la ciudad, como la Casa Natal de Picasso, el Centro Pompidou, el Museo Pictórico Ruso, el Centro de Arte Contemporáneo, el Thyssen, el Museo del Patrimonio, el Museo de la Ciudad, la colección Revello de Toro…. que antes de la pandemia del coronavirus recibían en conjunto unos dos millones de visitas que nutrían la planta hotelera de la ciudad.

El Centro Pompidou de Málaga

Esa cifra de visitas es la que han recibido las Setas de la Encarnación (en las que Monteseirín se gastó al menos 120 millones de euros y de cuya inauguración se cumple este año el décimo aniversario) a lo largo de siete años (un 36%, visitas de sevillanos, no de turistas), tal como vimos en este informe:

https://www.manueljesusflorencio.com/2019/06/la-sevilla-eterna-supera-a-las-setas-de-vanguardia/

Así pues, con el dinero de las Setas de la Encarnación Sevilla podría haber mantenido durante 7,5 años una oferta museística similar a la del Ayuntamiento de Málaga, esa oferta que permite a la urbe malagueña presentarse ante el mundo como «la capital/ciudad de los museos».

Y TAMBIÉN SU EQUIVALENTE A FIBES

Málaga, tras perder el de Torremolinos, tuvo que dotarse de su propio Palacio de Congresos y Exposiciones, hito que tardó en conseguir quince años desde la segregación: en 2003 se inauguró el Palacio de Ferias y Congresos (Fycma), que en tan sólo seis años acogió más de un centenar de ferias y de mil eventos.

El atractivo cultural potenció el turismo de cruceros. En 2018 atracaron en el puerto malagueño 299 cruceros, de los que desembarcaron 507.421 turistas de alto poder adquisitivo. La ciudad se convirtió así en el quinto destino de España en esa categoría. Ese mismo año atracaron en Sevilla 75 cruceros, con 15.813 viajeros.

Siete cruceros llegaron a coincidir un mismo día en el puerto malagueño

En 2019 Málaga había recuperado prácticamente la mitad de la capacidad hotelera perdida tras la independencia de Torremolinos: 11.839 plazas frente a las 22.215 de su antiguo arrabal. De hecho se convirtió en la séptima capital de provincia española por número de plazas hoteleras, sólo superada por Madrid (82.564 por entonces), Barcelona (82.393), Palma de Mallorca (48.506), Sevilla (22.386), Valencia (18.352) y Granada (14.969).

Desde su independencia, Torremolinos también ha crecido, hasta el punto de más que duplicar su población: los 27.543 habitantes reconocidos oficialmente en el censo de 1991, el primero realizado tras su segregación de la capital malagueña se han convertido en 2020 en 69.166: 41.623 más, a una media de crecimiento anual de 1.435, casi cinco veces superior a la de Sevilla.

¿Y SI….?

Si Torremolinos aún perteneciera a Málaga, la urbe de la Costa del Sol tendría hoy 647.626 habitantes, 43.769 menos que Sevilla, y como su ritmo de crecimiento demográfico es muy superior al de la capital hispalense, de mantenerse ambas ciudades en los parámetros de los últimos treinta años, Málaga con Torremolinos estaría en condiciones de igualar y superar a Sevilla en el curso de 14 o 15 años, es decir para 2035.

Aun sin Torremolinos, o justamente por causa de su pérdida, el caso de Málaga demuestra que es posible reinventarse y aplicar con éxito un nuevo modelo de ciudad pensando en el medio y largo plazos. Málaga tuvo clara una estrategia para compensar con el tiempo el impacto de la pérdida de todo lo que le supuso la independencia de su antiguo arrabal.

El coronavirus ha dejado a Sevilla sin turistas extranjeros

En la hipótesis de que Sevilla se quedara de la noche a la mañana sin Fibes, sus hoteles y un distrito equivalente al de Los Remedios, ¿cuál sería su Plan Estratégico? La hipótesis de la pérdida de Los Remedios no parece probable, pero a efectos prácticos el golpe de la pandemia del coronavirus nos ha privado prácticamente del turismo extranjero y reducido a una cuarta parte el turismo nacional

https://www.manueljesusflorencio.com/2020/10/sevilla-ha-perdido-mas-de-medio-millon-de-turistas-en-el-verano-del-coronavirus/

https://www.manueljesusflorencio.com/2020/12/espadas-el-alcalde-que-va-a-vender-la-gavidia-para-hotel-de-cinco-estrellas-habla-ahora-de-reindustrializacion-economia-digital-y-de-reducir-la-dependencia-del-turismo/

por lo que sin turistas es como si Sevilla hubiera perdido el potencial de sus hoteles y el de Fibes, como le ocurrió a Málaga al quedarse sin Torremolinos.

En caso de que los efectos del Covid 19 duren más tiempo del inicialmente esperado o de que en el futuro se presente otra pandemia con similares efectos demoledores sobre nuestro sector turístico, uno de los principales por no decir el principal pilar económico de la ciudad, ¿qué plan alternativo tenemos?

Sevilla, cada vez más amenazada de «sorpasso» demográfico por Zaragoza

En el año posterior a la Expo, Sevilla tenía 106.546 habitantes más que la capital de Aragón

En los veintisiete años transcurridos desde entonces Zaragoza se queda a tan sólo 9.518 habitantes de Sevilla

De mantenerse la misma tendencia actual, Zaragoza adelantará a Sevilla entre 2023 y 2025

El Ayuntamiento no ha invertido en los sistemas generales para nuevos barrios que permitan construir VPO

Sin más viviendas protegidas es difícil que la ciudad pueda crecer al mismo ritmo demográfico que Zaragoza

La Junta de Gobierno ha destinado parcelas de Palmas Altas a aparcamientos al no haber desarrollado todavía el suelo previsto en el PGOU de 2006

La revisión oficial de los padrones municipales de España por el Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero de 2020 ha reflejado el primer crecimiento demográfico de Sevilla capital desde 2010, cuando la ciudad contaba con 704.198 habitantes, pero los 2.803 recuperados en el último año (se ha pasado de 688.592 en 2019 a 691.395) son insuficientes para defender el cuarto puesto como mayor urbe de España ante el ritmo de Zaragoza, que ha pasado de 674.997 a 681.877 en el mismo periodo y ya se sitúa a menos de diez mil de la capital andaluza.

La evolución de la capital aragonesa, la única ciudad que junto a Sevilla albergó durante el pasado siglo una Gran Exposición (aunque en su caso la dedicada al agua en 1998 no tenía el carácter universal -la máxima categoría- de la hispalense, sino sólo internacional o especializada), es sencillamente impresionante, como demuestran algunas cifras.

El impulso de las grandes obras de infraestructura realizadas para el 92 y la propia celebración de la Muestra Universal provocaron que en 1993, al año siguiente de la Expo, Sevilla alcanzara y superara los 700.000 habitantes censados, concretamente 707.438. En ese mismo año, Zaragoza también alcanzó su particular nuevo hito: los 600.000, concretamente 600.892.

En aquel entonces, hace poco más de un cuarto de siglo (27 años), Sevilla tenía 106.546 habitantes más que Zaragoza. Al cabo de ese tiempo, la ventaja demográfica de la capital andaluza se ha reducido a menos de diez mil: 9.518.

EVOLUCIÓN EN UN CUARTO DE SIGLO

Los números hablan por sí solos: Sevilla tiene 16.043 habitantes menos que cuando acabó la Expo y Zaragoza tiene 80.985 más. La suma de los habitantes perdidos por Sevilla y de los ganados por Zaragoza arroja 97.028. Y es que mientras la capital andaluza ha perdido en el balance global de los últimos veintisiete años población a una media anual de 594 personas, Zaragoza la ha ganado, a un promedio de 3.521 habitantes por año.

De las tres grandes ciudades españolas que se disputan la tercera plaza del país tras Madrid y Barcelona como urbes más pobladas, Zaragoza es la que, tomando 1992 como referencia, menos población ha perdido en un año respecto del precedente: tan sólo en cinco (1996, 2011, 2014, 2015 y 2016). Por el contrario, Sevilla es la metrópolis con más años de las tres en los que perdió población respecto del año anterior: 14, lo que significa que prácticamente en un año de cada dos nuestra ciudad registra caída poblacional (1996, 2000, 2004, 2005, 2007, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019). Valencia está en la misma onda que Sevilla, aunque su gran ventaja demográfica respecto de las otras dos le permite mantenerse cómodamente en la tercera plaza. La capital levantina ha perdido población en 12 de los 28 años analizados (1995, 1996, 1998, 2000, 2007, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2017).

Zaragoza, con la basílica del Pilar en primer plano y el río Ebro

Cuando se observan las series demográficas se comprueba el impacto de la crisis económica que estalló en 2008 en las tres urbes: cuatro de los cinco años de regresión demográfica de Zaragoza están comprendidos entre 2011 y 2016. Nueve de los catorce años negativos de Sevilla se registran entre 2011 y 2019. Siete de los peores años de Valencia aparecen entre 2010 y 2017. La diferencia es que antes de la crisis de 2008 Zaragoza sólo registró un año con crecimiento negativo (1996) y que Sevilla y Valencia sufrieron regresiones demográficas también antes de la crisis de 2008.

A la fecha actual, ninguna de las tres ciudades ha vuelto a recuperar su máximo número de habitantes. Sevilla lo alcanzó en 1995, tan sólo tres después de celebrada la Exposición Universal, cuando llegó a 719.588, según Foro Ciudad. Valencia lo hizo en 2009, cuando tuvo un censo de 814.208, y Zaragoza llegó a los 682.004 en 2013. Ahora bien, la capital aragonesa es la que está más cerca de recuperar su máximo nivel poblacional. Con el padrón de 2020 se ha quedado a tan sólo 127 habitantes de distancia. Sevilla tendría que ganar 28.193 habitantes para igualar los que tuvo en 1995. Valencia, por su parte, se ha quedado a 13.993 de los 814.208 que tuvo hace once años.

HITOS ANUALES

El siguiente cuadro nos permite apreciar mejor la evolución de las tres ciudades a partir de unos años-hito: 1992, por ser el año de la Expo en Sevilla; 1993, cuando Sevilla alcanza y supera los 700.000 habitantes y Zaragoza los 600.000; 1995, cuando Sevilla alcanza su máxima población (719.588); 2000, cambio de decenio; 2009, cuando Valencia logra los 814.208; 2010, cambio de decenio; 2013, cuando Zaragoza alcanza su máxima población (682.004), y 2018-2020, el último trienio.

Fuentes: INE para los datos posteriores a 1996; Foro Ciudad, para los anteriores

En cada nuevo decenio Zaragoza ha ido recortando la diferencia con Sevilla. En el año 2000, Sevilla todavía aventajaba a la capital aragonesa en 96.085 habitantes. Estamos hablando de hace tan sólo veinte años. Un decenio después, en 2010, la ventaja sevillana se había reducido a 29.077 habitantes. Y al cabo de otra década, la del nefasto 2020 del coronavirus, la ventaja poblacional sevillana se ha visto reducida a 9.518.

Aunque Sevilla ha vuelto a ganar población en 2020, si lo siguiera haciendo a razón de esos casi tres millares anualmente, no le sería suficiente para contener el impulso demográfico de los últimos años de la capital aragonesa, que en tan sólo cuatro ejercicios ha ganado más de veinte mil habitantes. A tal ritmo, el «sorpasso» poblacional de Zaragoza a Sevilla podría producirse entre 2023 y 2025.

TRIUNFALISMO EXCESIVO

El gobierno local hispalense ha celebrado con triunfalismo el positivo dato de habitantes de este 2020, primer año en los últimos diez en que la ciudad no pierde población, sino que la gana. El portavoz municipal y delegado de Urbanismo, Antonio Muñoz, ha declarado de forma inexacta que «la evolución de la población durante los últimos años constata la tendencia de crecimiento con nuevas promociones de vivienda, proyectos de envergadura, inversiones y generación de puestos de trabajo».

Habla de forma inexacta al expresarse en plural porque de hecho esa tendencia positiva sólo se ha registrado en el último año y no en los nueve anteriores, y también porque, pandemia mediante, desgraciadamente hemos vuelto a superar los 80.000 parados (81.996 en noviembre).

Antonio Muñoz, delegado de Urbanismo

El delegado de Urbanismo destacó posteriormente la contribución de los nuevos desarrollos urbanísticos y las promociones de viviendas privadas por toda la ciudad. Efectivamente, se trata esencialmente de viviendas de renta libre, ya que desde hace años el Ayuntamiento no invierte en el desarrollo de los sistemas generales de terrenos para los que los promotores inmobiliarios abonaron, mediante los típicos convenios urbanístico de la época de las vacas gordas, el dinero necesario. Un dinero que, como se recordará, Monteseirín se gastó en buena parte en las Setas de la Encarnación y en otros proyectos en lo que él denominaba «la ciudad consolidada» en vez de en los nuevos barrios de la ciudad.

Para decirlo con mayor precisión, Monteseirin se gastó la mayor parte de las cantidades abonadas por los titulares de suelos a desarrollar en «sistemas generales» (consiguió un dictamen favorable del Consejo Consultivo a su despilfarro en las Setas) pero no en los sistemas generales que son imprescindibles para desarrollar urbanísticamente los suelos urbanizables del PGOU.

En éstos, la normativa obliga a reservar suelo para, como mínimo, el 30% de la edificabilidad residencial y destinarlo a viviendas protegidas. La mayor parte de las previsiones de estas viviendas se encuentran en suelos pendientes de desarrollo urbanístico y éste no podrá ejecutarse porque el Ayuntamiento no prevé partida alguna en inversiones para ejecución de sistemas generales previstos en el PGOU. Como ejemplo, los dos últimos Presupuestos municipales, en los que se consignan cifras menores y destinadas a abonar deudas pendientes y no a ejecutar nuevas infraestructuras o servicios.

Es la pescadilla que se muerde la cola: sin inversión municipal no hay sistemas generales (el sector privado, los constructores, ya aportó su parte, aunque se utilizara en «otros» sistemas generales), y sin sistemas generales no hay desarrollo urbanístico, es decir no hay suelo preparado para edificar y, por tanto, no hay viviendas de protección oficial asequibles para retener/atraer población en la ciudad.

EL EJEMPLO DE PALMAS ALTAS

Un ejemplo demostrativo lo hemos tenido el mismo día en que se conocía la cifra del último padrón. La Junta de Gobierno ha aprobado la licitación de dos parcelas municipales (16.000 m2 de superficie) ubicadas en la zona de Palmas Altas para su uso como aparcamientos provisionales en superficie «mientras se desarrollan urbanísticamente estos suelos, momento en los que se impulsarán los equipamientos programados».

Monteseirín, haciéndose un selfie en «sus» Setas de la Encarnación, donde gastó parte del dinero del PGOU

Los equipamientos están programados desde el PGOU de 2006, pero al cabo de catorce años el Ayuntamiento sigue sin desarrollar urbanísticamente los suelos de Palmas Altas Sur y, sin desarrollo urbanístico, sin ejecución de los sistemas generales, los solares cercanos sólo se van a poder usar como aparcamientos, no como equipamiento de apoyo a los nuevos barrios que deberían alzarse en el entorno.

Y como no hay nuevos barrios, no habrá viviendas de protección; y como no habrá viviendas de protección para los 12.000 demandantes en lista de espera, pues será difícil que sigan esperando y que no se vayan al Aljarafe y que la población sevillana crezca en la misma proporción que la de Zaragoza, la cual tendrá cada vez más fácil dar el «sorpasso» a Sevilla.

Mutatis mutandis, lo que ocurre en Palmas Altas con la falta de desarrollo urbanístico reconocido en nota oficial por el Ayuntamiento, es lo mismo que ocurre en esos otros suelos citados anteriormente, como Hacienda del Buen Aire y Santa Bárbara.

Y ya que, como reza el dicho sobre la patrona de los mineros, sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, veremos si merced al trueno de la amenaza de «sorpasso» de Zaragoza el Ayuntamiento se motiva para invertir en la ejecución de los sistemas generales, condición «sine qua non» para los nuevos desarrollos urbanísticos y que se pueda construir vivienda protegida en número suficiente, lo cual es también una forma de reactivación económica para paliar el impacto del coronavirus.

Sevilla lleva seis años seguidos perdiendo población

UN CUARTO DE SIGLO

Los 690.566 habitantes actuales equivalen a los que había antes de la Expo-92

NEGATIVO

Es la capital andaluza y la segunda de España con mayor regresión demográfica

INALCANZABLE

Valencia, con 4.012 más, la supera en casi cien mil y se consolida como tercera ciudad

 

El Real Decreto del Ministerio de Economía del pasado 2 de diciembre por el que se declaran oficiales las cifras de población resultantes de la revisión del Padrón municipal referidas al 1 de enero de 2016 revelan que Sevilla capital vuelve a perder habitantes, ya por sexto año consecutivo, y que con sus 690.566 pobladores retrocede al nivel demográfico que tenía en los años previos a la Exposición Universal de 1992, hace un cuarto de siglo.

El panorama de la capital de Andalucía se puede resumir en dos datos reveladores: seis años consecutivos perdiendo población, hasta volver a la cifra que tenía a principios de los años 90 del siglo XX, y cinco años consecutivos superando mes tras mes la barrera de los 80.000 parados. Dos síntomas de una situación cuando menos preocupante.

La ciudad sigue a la cabeza de la estadística demográfica negativa en este 2016 a punto de concluir: es la capital andaluza que más habitantes ha perdido (3.312), por delante de Cádiz (1.549), Granada (1.042) y Huelva (850), aunque proporcionalmente sea la capital gaditana la que ofrezca peor porcentaje (-1,28%), frente al 0,47% de la sevillana.

 

Asimismo, Sevilla es la segunda ciudad española entre las que tienen más de 300.000 habitantes por caída demográfica, sólo superada por Zaragoza (-3.845), aunque proporcionalmente el peor registro es el de Valladolid, cuyos 2.119 habitantes menos en un año, suponen un -0,69%. El caso de la capital aragonesa es aún más preocupante que el de Sevilla, ya que ha pasado de disputarle la cuarta posición como urbe más poblada de España a distanciarse en poco tiempo a casi 30.000. Se ha hundido mucho más que nuestra ciudad.

En el conjunto de España, trece de sus cincuenta capitales de provincia tienen más de 300.000 habitantes. En el año a punto de acabar, la población ha aumentado en seis de ellas y ha disminuido en la siete restantes.

El trío de cabeza, compuesto por Madrid, Barcelona y Valencia, sigue poniendo tierra de por medio respecto de Sevilla. La capital levantina ha vuelto a recuperar población de forma significativa (4.012 habitantes más en un año) y ya supera en casi un centenar de millar a Sevilla: 790.201 frente a 690.566.

MADRID SE RECUPERA

A destacar el cambio experimentado por Madrid. En 2015 era, junto con Sevilla, la ciudad que más habitantes perdió: 23.244. Pues bien, en tan sólo un año ha revertido la tendencia al recuperarlos con creces: 23.550 más. Ha sido un caso similar, aunque en menor medida, al de Valencia, que de perder 235 el año pasado ha evolucionado en positivo al ganar 4.012 en el año aún en curso.

A Málaga le ha ocurrido al revés que a Valencia, ya que ha pasado de ganar población en 2015 (+2.217) a perderla en este 2016 (-121), mientras que tres grandes urbes que crecieron en 2015 (Barcelona, Palma de Mallorca y Murcia) lo han seguido haciendo en 2016.

Atención especial requieren la capital murciana, que va ya camino de los 450.000 habitantes, y Palma de Mallorca, que supera con holgura los 400.000.

Bilbao es un caso aparte. En su día estuvo situada entre las siete grandes ciudades de España por población. Ahora ha descendido a la décima plaza tras otro año en negativo y se queda con 345.122, amenazado por Alicante.

 Evolución de la población de las capitales de Andalucía

 

Ciudad                      2015              2016              Diferencia                %

 

 

Almería                      194.203         194.515         + 312                         +0,16

 

Cádiz                          120.468         118.919         -1.549                        -1,28

 

Córdoba                    327.362         326.609         –  753                         -0,23

 

Granada                     235.800         234.758         -1.042                        -0,44

 

Huelva                       146.318         145.468         –   850                        -0,58

 

Jaén                            115.395         114.658         –  737                         -0,63

 

Málaga                       569.130         569.009         –  121                         -0,02

 

Sevilla                        693.878         690.566         -3.312                        -0,47

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Evolución población grandes urbes

 

 

Ciudad                      2015              2016              Diferencia                %

 

 

Madrid                       3.141.991      3.165.541      + 23.550                    +0,74

 

Barcelona                  1.604.555      1.608.746      +   4.191                    +0,26

 

Valencia                         786.189        790.201      +   4.012                    +0,51

 

Sevilla                            693.878        690.566      –    3.312                    -0,47

 

Zaragoza                       664.953        661.108      –    3.845                    -0,57

 

Málaga                           569.130       569.009       –       121                    -0,02

 

Murcia                           439.889     441.003        +   1.114                    +0,25

 

Palma Mallorca            400.578      402.949        +    2.371                   +0,59

 

Las Palmas                   379.766      378.998        –        768                   -0,20

 

Bilbao                           345.141      345.122        –           19                   -0,01

 

Alicante                        328.648       330.525         +     1.877                  +0,57

 

Córdoba                      327.362       326.609         –         753                  -0,23

 

Valladolid                   303.905       301.786         –      2.119                  -0,69

 

 

 

Sevilla es la capital andaluza que más población pierde (a enero 2015)

 

Y es la segunda gran urbe, tras Madrid, con más regresión demográfica de España

 

En el último año pierde 2.798 habitantes y se queda con 693.878

 

Málaga y Almería son las dos únicas capitales andaluzas que crecen en la crisis

 

 

Cinco años seguidos perdiendo habitantes, siendo la capital andaluza de provincia que lidera la estadística en este sentido y la segunda de España con peores datos después de Madrid es el panorama demográfico de Sevilla que se dibuja tras la revisión del Padrón Municipal referido a 1 de enero de 2015 que mediante un Real Decreto publicó en el BOE el pasado 17 de diciembre el Ministerio de Economía.

La ciudad ha vuelto a perder población en el último año -acumula ya un lustro de regresión demográfica- y con 2.798 habitantes menos se queda a fecha de enero 2015 con 693.878 residentes, frente a los 696.676 de enero de 2014. Las cifras revelan que cada día que pasaba Sevilla perdía siete vecinos.

Aunque pudiera pensarse que este descenso demográfico no es más que un reflejo a escala local sevillana de la tendencia general en España, la estadística demuestra que no siempre ha sido así. Por ejemplo, en el conjunto de Andalucía crece la población de Almería y de Málaga, y hay cuatro cuya población ha aumentado en vez de disminuir.

Madrid es la que tanto en términos absolutos (-23.244 habitantes) como proporcionalmente (-0,73%) es la gran ciudad que más regresión demográfica experimenta, al pasar de 3.165.235 a 3.141.991 habitantes, pero nadie amenaza su liderazgo, ya que Barcelona, aunque gana 2.169 residentes en el último año y ahora tiene 1.604.555, sigue muy lejos de la capital de la nación.

Valencia pierde muy pocos (-235) y con sus 786.189 incrementa como tercera ciudad incluso la distancia respecto de Sevilla, que se mantiene como cuarta porque  Zaragoza, que otrora la amenazaba, también va en continuo descenso, aunque menos acentuado que el de Sevilla: pierde 1.105 y se queda con 664.953.

Málaga es, junto con Barcelona, Palma de Mallorca y Murcia, una de las cuatro que crecen entre las diez ciudades más importantes de España, ya que gana 2.217 pobladores en el último año y con 569.130 se consolida como la quinta del país, con más ventaja aún sobre Murcia.

En el contexto de Andalucía, a Málaga hay que añadirle Almería (+852) como la única capital de provincia con incremento de población, ya que todas las demás pierden. Después de Sevilla, en términos absolutos es Granada la que sufre más regresión demográfica (-1.740), seguida de Cádiz (-1271), pero en términos relativos en la capital gaditana  es donde se registra peor estadística, con la pérdida del 1,04% de sus habitantes en tan sólo un año.

 

 

Evolución de la población en Andalucía

 

 

Capital            Año 2014       Año 2015       Balance           %

 

 

Almería           193.351         194.203         + 852             +0,44

 

Cádiz               121.739         120.468         -1.271             -1,04

 

Córdoba         328.041         327.362         – 679             -0,20

 

Granada         237.540         235.800         -1.740             -0,73

 

Huelva            147.212         146.318         –   894             -0,60

 

Jaén                115.837         115.395         –   442             -0,38

 

Málaga            566.913         569.130         + 2.217           +0,39

 

Sevilla             696.676         693.878       –   2.798             -0,40

 

La nueva caída de población de Sevilla se conoce después de que Espadas haya cumplido medio año como alcalde, periodo en el que aún no ha puesto en marcha ninguna de las medidas que propuso cuando era el líder de la oposición y se conoció en diciembre del año pasado el anterior retroceso demográfico de la ciudad.

Entonces, en una moción elevada al Pleno propuso una campaña de empadronamiento, con una tarjeta única con descuentos en servicios de la ciudad, para poner en valor esta figura y con la distribución de una carta de servicios públicos a los que se pudiera acceder. Además, con el objetivo de frenar la caída de población, también preconizó la creación de una tarjeta única para los empadronados que integrara todos los servicios existentes, desde el pago en Tussam hasta la entrada a un teatro o museo, así como ofertas en comercios, usándola como instrumento para la «reactivación» de determinadas zonas, una tarjeta personalizada con «múltiples ventajas».  

En su moción plenaria, Espadas recogía la necesidad de impulsar un plan de vivienda pública a precios asequibles, con especial importancia del alquiler y las ayudas a la rehabilitación; además del establecimiento de bonificaciones específicas para los empadronados en determinados servicios. También apostó por un servicio de atención al inmigrante, con asesoramiento jurídico, laboral, un servicio de traducción y la centralización de los servicios municipales para este colectivo.

Sevilla se distancia de Zaragoza como cuarta ciudad de España

La capital aragonesa pierde cinco veces más

habitantes que la de Andalucía

 

La diferencia de habitantes entre una y otra

pasa de 18.165 a 30.618 en sólo un año

 

Murcia y Palma de Mallorca son las dos

únicas que crecen entre las trece grandes

 

Once de las trece ciudades españolas con población superior a los 300.000 habitantes han perdido residentes entre 2013 y 2014. Este descenso, al ser mayor en las urbes que preceden y siguen de cerca a Sevilla beneficia a nuestra ciudad en la clasificación general, pese a que también tiene ahora menos habitantes que hace un año. Como Zaragoza es, junto con Madrid, la urbe con mayor regresión demográfica, Sevilla ya no se ve tan amenazada como antes por la capital aragonesa y se consolida en la cuarta plaza por número de habitantes.

 La revisión del padrón municipal a enero de 2014, publicada en el BOE el pasado 22 de diciembre, demuestra que Sevilla ha caído por debajo de los 700.000 habitantes al pasar de 700.169 en 2013 a 696.676 en el año aún en curso. Sin embargo, estos 3.493 pobladores menos (-0,49%) no son tantos como los perdidos por Madrid (-42.012), Zaragoza (-15.946) y Barcelona (-9.436), lo cual tiene el paradójico efecto de que Sevilla se consolida así como la cuarta ciudad de España.

 En 2013, la diferencia en número de personas censadas entre la capital de Andalucía y la de Aragón era de 18.165 personas a favor de Sevilla. Un año después, tras la fuerte caída de Zaragoza (la mayor de España en porcentaje, con un -2,33%, frente al -1,30% de Madrid), la distancia en número de residentes ha aumentado a favor de Sevilla y ahora es de 30.618.

 Otro efecto paradójico es que Sevilla le recorta diferencias a Valencia, aunque la capital del Turia no se ve amenazada por la del Guadalquivir por la gran distancia demográfica que aún las separa. Antes Valencia tenía 92.134 habitantes más que Sevilla, pero como su decrecimiento ha sido mayor que el nuestro ahora ‘sólo’ tiene 89.748 residentes más.

 Un fenómeno paralelo, aunque en sentido contrario, se produce por detrás en la clasificación demográfica, ya que es Málaga la que aun perdiendo también población la recorta diferencia a Sevilla en 1.927 habitantes, al pasar de los 131.690 menos que tenía el año pasado a 129.763 menos actualmente.

 Málaga coloca el listón del primer tramo de las grandes ciudades, con sus 566.913 habitantes, muy por delante de Murcia, que con sus 439.712 hace tiempo que se aupó al séptimo puesto del escalafón y superó con creces a Bilbao. De hecho, la capital vizcaína ya no forma parte del tradicional elenco de las siete grandes urbes nacionales, al ser superada también por Palma de Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria, y ahora ocupa el décimo puesto por población.

 La capital murciana es la única urbe (+ 1.466) junto con la del archipiélago balear ( +931) que registra un incremento de población en 2014, ya que el resto de ciudades con más de 300.000 habitantes pierde pobladores.

 Lidera el ranking negativo y en términos absolutos Madrid, con -42.012, y Córdoba es la que menos descenso sufre entre las que decrecen, con -663 habitantes.

 Sin contar Murcia ni Palma de Mallorca, las dos únicas con datos positivos, Sevilla es la quinta ciudad que más población pierde en términos absolutos (-3.493) y la octava en términos relativos (-0,49%).

Evolución de la población (2013-2014)

 CIUDAD                      2013                      2014                   BALANCE       %

 Madrid                       3.207.247        3.165.235        -42.012      -1,30

 Barcelona                  1.611.822        1.602.386        –  9.436         -0,58

 Valencia                      792.303           786.424        –  5.879         -0,74

 Sevilla                          700.169           696.676        –  3.493         -0,49

 Zaragoza                     682.004           666.676      – 15.946      -2,33

 Málaga                         568.479           566.913       –   1.566      -0,27

 Murcia                         438.246           439.712        + 1.466     +0,33

 Palma Mallorca            398.162           399.093        +    931     +0,23

 Las Palmas                    383.050           382.283         –    767      -0,20

 Bilbao                          349.356              346.574         -2.782      -0,79

 Alicante                      335.052            332.067         -2.985          -0,89

 Córdoba                     328.704             320.041         –   663       -0,20

 Valladolid                  309.714             306.830        -2.884       -0,93

‘Me quedo en Sevilla’

El dato revelado al finalizar 2013 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de que, conforme a la actualización del Padrón, Sevilla ha perdido 2.186 habitantes a lo largo del pasado año y se queda con 700.169, a tan sólo un paso de bajar de la cifra redonda de los 700.000, ha provocado preocupación general y suscitado todo tipo de comentarios sobre si se trata de un indicador de un declive con consecuencias políticas, económicas y hasta de rango, por el riesgo de perder la calificación como ‘gran urbe’ y de ser adelantada como cuarta de España por Zaragoza.

En efecto, la capital aragonesa es la única de las tres españolas (junto con Las Palmas de Gran Canaria y Málaga) que no pierde población en 2013, queda ahora con 682.004 habitantes y está a tan sólo 18.165 de igualar a Sevilla. Tiene muchas probabilidades de sobrepasarla demográficamente antes de que lleguemos al primer cuarto de este siglo XXI.

Hay que subrayar que, de momento, Sevilla aún se mantiene con más de 700.000 habitantes, pero hay que atender la señal de alarma que avisa de que estamos a punto de caer por debajo de esa cifra. La primera consecuencia sería de índole política. Siempre que supere los 700.000 habitantes la ciudad mantendrá los 33 concejales actuales. Ahora bien,  en el momento en que quedase con 700.000 justos o menos de esa cantidad perdería dos ediles (se quedaría con 31), ya que el artículo 179 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General establece que se asignarán  25 concejales por hasta 100.000 habitantes  y uno más por cada otros 100.000 o fracción, añadiendo uno más cuando el resultado final fuese par.

CONSECUENCIAS POLÍTICAS

Con la población actual le corresponderían los 25 concejales por hasta 100.000, más 6 por hasta 700.000, más 1 por la fracción de 169,  más el último por ser el resultado par, a fin de facilitar la gobernación con un número impar de ediles (33) que permita una mayoría absoluta, ya que con 32 (número par) podría generarse una ingobernabilidad por teóricos empates en las votaciones.

Cabe preguntarse si la configuración política de la corporación actual habría sido diferente con 31 que con 33 concejales. Dicho de otra manera: ¿a qué partido político beneficia y a cuál perjudica electoralmente que Sevilla tuviera 700.000 habitantes o menos y perdiera dos concejales? Es imposible saberlo, porque las circunstancias son distintas en cada elección y los votantes no se comportan de la misma manera.

En un mero ejercicio de política-ficción, si extrapolamos los votos obtenidos por cada partido en las últimas elecciones municipales (mayo 2011) a una corporación con 31 ediles en vez de con 33, paradójicamente la cuota de poder  entre los partidos no habría variado pese a que el PP habría perdido dos ediles, pero no su mayoría absoluta. El Ayuntamiento resultante habría sido  del mismo color político que el actual, con estos resultados:

PP: 49,3% de los votos y 18 concejales.

PSOE: 29% de los votos y 11 concejales.

IU: 7,1% de los votos y 2 concejales

PA y UPyD no habrían obtenido concejal alguno.

GRAN CIUDAD

Pese a que se ha admitido comúnmente que Sevilla perdería su condición de gran urbe si bajara de los 700.000 habitantes, técnicamente es una falsa creencia, aunque psicológicamente, y máxime si es rebasada por Zaragoza con el tiempo, la ciudad se lo tomaría como una pérdida de rango en la clasificación, máxime en estos tiempos en que se admite cada vez más que son las ciudades y no los países las que compiten en una especie de Liga mundial por la captación de grandes proyectos y la proyección universal de su ‘imagen de marca’.

Legalmente, Sevilla no perdería la condición de municipio de gran población,  ya que esta figura se instauró en  la Ley 57/2013, de 16 de diciembre, de Medidas para la Modernización del Gobierno Local, y en la misma se define como tales  a los municipios con población superior a los 250.000 habitantes, las capitales de provincia de población superior a 175.000 habitantes, los municipios capitales de provincia, capitales autonómicas o sede de instituciones autonómicas y los municipios cuya población supere los 75.000 habitantes que presenten circunstancias económicas, sociales, históricas o culturales especiales. Y es evidente que Sevilla sigue cumpliendo todos estos parámetros.

FINANCIACIÓN

La tercera gran consecuencia con la que se ha especulado es la económica. A menos habitantes, menos transferencias ‘per cápita’ de recursos por parte de las Administraciones estatal y autonómica. Se ha estimado que de entrada la ciudad va a perder 400.000 euros por esta regresión demográfica, un dinero que no sería nada despreciable, por cuanto equivale casi al coste del alumbrado navideño de un ejercicio, según las cifras oficiales facilitadas en su día al respecto por el Ayuntamiento.

No parece que a tenor de las actuales cifras del padrón, pese a la pérdida de habitantes sufridas, la repercusión económica vaya a ser notable, ya que Sevilla sigue ostentando todas las calificaciones como ciudad que vimos anteriormente.

La financiación en virtud de la Ley de Haciendas Locales sólo se vería significativamente afectada si la población bajara de 75.000 habitantes, para lo cual haría falta literalmente una hecatombe. En cualquier caso,  estos parámetros no son fáciles de estimar ‘a priori’,  ya que dependen de  su regulación en los Presupuestos Generales del Estado, en los de la Comunidad Autónoma, en las liquidaciones de las Cuentas Generales de estas dos administraciones, etcétera, y a partir de la aplicación de unas fórmulas matemáticas.

Las consecuencias prácticas, al menos de momento, de la pérdida de población sufrida no son tan graves como al principio se pensaron, pero no por ello la caída en 2.186 habitantes en tan sólo un año deja de ser preocupante. Esta mengua no se ha producido de la noche a la mañana. Cabe deducir que se ha ido produciendo una acumulación sucesiva de bajas en el padrón y que ‘alguien’ en el Ayuntamiento tendría que haber detectado el fenómeno que se estaba produciendo y reaccionado sobre la marcha con medidas paliativas para evitar o contrarrestar la sangría demográfica. Sin embargo, ya hemos visto que no ha sido así. Nadie se ha percatado de nada hasta que el Instituto Nacional de Estadística ha publicado la cifra revisada y disparado la alarma.

REACCIÓN OFICIAL

¿Y cuál ha sido la reacción oficial del Ayuntamiento? Zoido le ha restado importancia. Cuando le preguntaron sobre la posibilidad de que la población empadronada caiga por debajo de la barrera de los 700.000 habitantes, el alcalde señaló que la población de la ciudad lleva dos décadas moviéndose en torno a esa cantidad: “Esa cifra de 700.000 habitantes, arriba o abajo, lleva en la ciudad las últimas dos décadas”.

Sin embargo, muy distinta fue su reacción cuando a final de 2007 se conoció el padrón actualizado y que Sevilla se había quedado en 699.145 habitantes, tan sólo 1.024 menos que ahora. Ocho días después, Zoido, por entonces líder de la oposición, anunciaba el lanzamiento de la campaña ‘Me quedo en Sevilla’, para frenar lo que calificaba como “éxodo de la población”. En una intervención ante el Comité Ejecutivo Regional del PP (A), el hoy alcalde  dijo: “Desgraciadamente, en Sevilla se ha producido un éxodo masivo e innecesario que  ha dado un mazazo al censo, el cual ha bajado de la barrera psicológica de los 700.000 habitantes. Esto demuestra que mientras en España otras ciudades despegan, Sevilla se ancla, al tiempo que el descenso de habitantes supone menos inversiones para la ciudad….”.

 Según Zoido, si en Sevilla vivía menos gente  “es porque los sevillanos se van huyendo de una ciudad con más impuestos, con viviendas más caras y con peores servicios. Monteseirín ha conseguido hacer de Sevilla –añadió- una ciudad incómoda, cara y con una vivienda a la que sólo pueden acceder unos pocos”, por lo cual no había que quedarse cruzado de brazos, sino plantear un programa de medidas (su campaña ‘Me quedo en Sevilla’) que propiciara la vuelta de los sevillanos y el freno del éxodo’.

PLAN DE CHOQUE

Zoido anunció que reclamaría a Monteseirín que se dirigiera “a donde corresponda” y trabajara para levantar en Sevilla 20.000 viviendas, con un cupo del 50% para los jóvenes. De estas 10.000, 3.000 tendrían que ser en régimen de alquiler (1.500 con opción a compra) y las 7.000 restantes en régimen de compra. También abogó por la creación de centros residenciales destinados a un alquiler temporal, económico y con un tiempo de disfrute máximo de cinco años, “para que puedan rotar y así esta medida pueda llegar al mayor número de sevillanos; estos centros serían como residencias universitarias, que permitirían a los jóvenes emanciparse a bajo precio”.

El hoy alcalde también propugnaba que el Ayuntamiento pusiera en marcha programas de alojamiento compartido entre personas mayores de edad, discapacitados y familias monoparentales: “Así –aseveró- los jóvenes resolverían su problema de residencia pagando un alquiler a bajo precio o gratuito a cambio de su ayuda a esas personas con problemas”.

Zoido ha tenido la oportunidad durante estos dos años y medio como alcalde de llevar a cabo las medidas que propugnaba para frenar el éxodo de población. No ha acometido ninguna, el éxodo ha continuado y ahora, frente al catastrofismo con que describía la situación con Monteseirín, dice que lo normal es que Sevilla pierda o gane habitantes según las épocas. Zoido en estado puro.