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El millón

Una cochina envidia se ha extendido por diversos ámbitos de la ciudad al conocerse que en los Presupuestos se da 1,1 millones de euros a la Hermandad de la Macarena por obras en su basílica. Para justificar la pasta, más aún que la destinada a la ronda SE-35 ‘de’ Ikea, el capilliteo militante arguye que el Tribunal Supremo falló en favor de la Hermandad tras años de pleito con el laicista Gobierno de Zapatero; que el dinero es legal porque la partida deriva del 1% cultural (sí, pero Arenas, no se lo dijo a nadie más) y que hay que valorar la riqueza que genera la Macarena atrayendo turismo, algo que no se tiene nunca en cuenta. Pues si es cuestión de valorar el impacto económico de la Macarena en Sevilla, ¿qué mayor experto para hacerlo que Emilio Carrillo, que ya tuvo esa ocurrencia con la Feria y la Semana Santa? Si Manolo García hubiera contratado los servicios de Carrillo, el gran aforador de multitudes, a esta hora el Gobierno, en proporción a las cifras que habría medido el exvicealcalde,  habría tenido que darle a la Macarena mucho más que un simple millón.

El millón

Una cochina envidia se ha extendido por diversos ámbitos de la ciudad al conocerse que en los Presupuestos se da 1,1 millones de euros a la Hermandad de la Macarena por obras en su basílica. Para justificar la pasta, más aún que la destinada a la ronda SE-35 ‘de’ Ikea, el capilliteo militante arguye que el Tribunal Supremo falló en favor de la Hermandad tras años de pleito con el laicista Gobierno de Zapatero; que el dinero es legal porque la partida deriva del 1% cultural (sí, pero Arenas, no se lo dijo a nadie más) y que hay que valorar la riqueza que genera la Macarena atrayendo turismo, algo que no se tiene nunca en cuenta. Pues si es cuestión de valorar el impacto económico de la Macarena en Sevilla, ¿qué mayor experto para hacerlo que Emilio Carrillo, que ya tuvo esa ocurrencia con la Feria y la Semana Santa? Si Manolo García hubiera contratado los servicios de Carrillo, el gran aforador de multitudes, a esta hora el Gobierno, en proporción a las cifras que habría medido el exvicealcalde,  habría tenido que darle a la Macarena mucho más que un simple millón.

Impactos

A Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y diputado cunero por Sevilla, se las ponen como dicen le ponían las carambolas al ominoso Fernando VII.

Por si no se hubiera levantado ya suficiente polvareda -por más que el albero haya estado este año más compactado que nunca-  a cuenta de los inspectores enviados por el ministro para supervisar la Feria de Abril tras divulgarse desde los tiempos de Emilio Carrillo que el festejo sevillano genera un impacto de 675 millones de euros que escapaban por completo al Fisco, en Granada se ha presentado un estudio similar sobre la repercusión económica de la Alhambra. Parece que es la nueva moda de la temporada primaveral.

La capital nazarí no había entrado mucho en el juego de la rivalidad con Sevilla, quizás porque tiene a Málaga más cerca y la ve como una competidora más directa y peligrosa por el segundo lugar del podio, pero también ha sufrido ataques de fijación con la capital de Andalucía.

Ya no sólo alardea de que sus estudiantes organizaron una botellona para el Guinness de los records con el solo propósito de batir el número de participantes en otra movida con motivo de una Fiesta de la Primavera aquí en la Cartuja, sino también de que el monumento más visitado de España, la Alhambra, genera más riqueza que la Feria de Abril, 750 millones de euros frente a 675, y más empleos: 10.000.

El estudio lo ha patrocinado La Caixa y lo ha elaborado la Universidad de Barcelona por encargo del Patronato del monumento, sin que el consejero de Cultura, Luciano Alonso, haya dicho ni pío sobre cómo desde un órgano dependiente de la Junta de Andalucía se encargan informes allende Despeñaperros. Sin pecar de nacionalistas, mal de nuestro tiempo, ¿habría sido concebible que un estudio similar sobre, por ejemplo, la Sagrada Familia de Barcelona lo hubieran encomendado en Cataluña a una Universidad andaluza?

Granada, pues, ya se ha apuntado esta pírrica victoria sobre Sevilla en la Liga de los impactos económicos. Pírrica porque así sólo conseguirá atraer sobre sí la atención de los hombres de negro de Montoro sobre cuanto se mueve en derredor de la Alhambra.

Ahora sólo caben dos opciones, o que el Ayuntamiento hispalense rescate a Emilio Carrillo para que con su proverbial retórica infle los datos referidos a la Feria de Abril y recuperemos así el liderazgo andaluz perdido, o que a Gregorio Serrano le dé por encargar otro estudio, esta vez sobre el impacto económico del Real Alcázar, para competir con la Alhambra.

Mejor no meneallo.

 

Pecado de vanidad

Uno de los pasajes de la Biblia refiere cómo Israel acaba siendo invadido, derrotado, esclavizado y obligado al exilio en tierra extranjera durante varias generaciones no mucho tiempo después de que el rey de los judíos hubiera mostrado las riquezas acumuladas en el Templo a una delegación de otro país que había acudido en son de paz y cargada de valiosos presentes para el sucesor de David.

En medio de la aflicción de los hebreos, los sacerdotes imploran a Yaveh, pero Dios considera justo el castigo por su pecado de vanidad, al haber hecho ostentación de sus tesoros y haber despertado así la codicia del rey extranjero, que en principio no tenía noticia alguna de los mismos y que por arrebatárselos acabó sometiendo a aquéllos a cautiverio.

Salvando las diferencias, obviamente, recordaba el texto bíblico con motivo de las quejas populares (se han escrito hasta sevillanas sobre este tema, como ‘Los hombres de Cristóbal’, que el grupo Rancias Maneras ha colgado en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=fWnmB9LByxU ) y a través de los medios de comunicación sobre los inspectores enviados por el ministro de Hacienda y diputado por Sevilla, Cristóbal Montoro, a supervisar el montaje de las casetas y de las actividades desarrolladas durante la Feria de Abril, con el fin de aflorar la economía sumergida tradicionalmente ligada al festejo sevillano.

INFORMES PREVIOS

El ministro ha confesado que adoptó esa decisión al leer las informaciones sobre el impacto de la Feria en la economía sevillana, esos estudios, como el citado previamente por Gregorio Serrano, de que genera el 3,42% del Producto Interior Bruto de la ciudad, o sea, unos 675 millones de euros.

Con el enorme déficit público existente y la necesidad de recortar gastos y de sacar dinero hasta debajo de las piedras para calmar a Bruselas y a Angela Merkel, Montoro vio el cielo abierto al leer cómo Sevilla alardeaba de su particular tesoro, un tesoro al que nunca antes Hacienda había prestado atención porque las actividades en el campo de Los Remedios carecían de reflejo estadístico al no haberse declarado de manera alguna. Oficialmente era como si no existieran.

Así pues, Montoro debe de estar muy agradecido a Sevilla, no sólo por haberlo elegido como diputado, sino también por haberle abierto los ojos sobre el dinero opaco escondido en el seno de las fiestas populares, sobre todo las que en la grandes urbes congregan una ingente cantidad de personas, cuyas necesidades básicas de comer y beber hay que satisfacer con un montaje efímero de estructuras de hostelería: la Feria de Abril, las Fallas de Valencia, los sanfermines de Pamplona, el Pilar de Zaragoza…. Los hombres de negro del ministro de Hacienda marcan ahora en rojo el calendario festivo nacional al igual que los Bañulls y otros dueños de atracciones en la calle del Infierno, con los que de hacer la ruta anual pueden acabar hasta confraternizando.

EL PIONERO

En el PP y su entorno se recuerda que el pionero, el promotor de los informes estadísticos que traducían a dinero las magnitudes de la Feria y han acabado así atrayendo la atención de los inspectores de Hacienda no ha sido precisamente el delegado de Empleo y Economía, Gregorio Serrano, sino el socialista Emilio Carrillo, el hombre que pudo reinar en Sevilla y al que Monteseirín le segó tanto la hierba bajo los pies que logró hasta su abandono de la política y que hoy transite por los derroteros de la vida contemplativa, la filosofía zen y la meditación trascendental.

Por más que los populares señalen a Carrillo como el ‘culpable’ de que se cumpla la legalidad en la Feria, aquél ya está amortizado políticamente para el PSOE y personalmente se encuentra en una situación en que estas polémicas no le afectan.

EXITO DE LA PORTADA

La portada de este año, inspirada en las torres y puentes de la Plaza de España y diseñada por Manuel Jesús Jiménez Varo y Miguel Angel Pérez Cabo, no ha suscitado controversia alguna y ha merecido un elogio generalizado por su belleza y por cómo, iluminada, resalta en la noche abrileña.

Sus magnitudes invitan a una reflexión. Pesa 250.000 kilogramos. Lleva incorporadas 20.000 bombillas para lucir en todo su esplendor. Ha precisado pintura artística para cubrir el equivalente a una superficie de 4.000 m2. La altura de sus torres es de 43 metros. El conjunto tiene un frente de 50 metros longitudinales y ha precisado de 15.500 horas de montaje, con una inversión total en su construcción de 500.000 euros.

La portada, que entre montaje (cuatro meses a partir de diciembre) y desmontaje sufre las inclemencias meteorológicas durante una larga temporada (este año, desde un prolongado temporal de lluvias hasta el sol inclemente, veraniego, de esta semana), es tan de madera como las ‘Setas’ de la Encarnación (aunque es de suponer que no de la misma calidad).

COMPARACIÓN CON LAS ‘SETAS’

El Metropol Parasol, seis parasoles apoyados sobre dos columnas de hormigón y compuestos por 3.000 piezas de madera unidas mediante barras de acero encoladas y tratadas con una resina especial para soportar el calor sevillano, tiene una altura de 28,50 metros y mide 150 metros de longitud  por 75 de anchura. Tiempo de construcción: 6 años. Coste más o menos admitido oficialmente: unos 120 millones de euros.

Las ‘Setas’ de la Encarnación, pues, equivalen a 4,5 veces la portada de la Feria de Abril, pero se tardó en construirlas 18 veces más tiempo y su coste ha sido 240 veces superior.

Si al equipo que ha montado la portada le hubieran encargado el Metropol Parasol, ¿cuánto habría costado?

Monteseirín perdona a Agesa una pasarela

Lleva cuatro años sin ejecutar el acuerdo urbanístico mientras

exige otra a Cajasol y Barceló

El alcalde y Espadas echan un pulso a cuenta del nuevo puente

que trata de impulsar el mandatario

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el alcaldable de su mismo partido, Juan Espadas, mantienen un enfrentamiento público a cuenta del anuncio del primero de acelerar la construcción de una nueva pasarela entre el casco urbano y la isla de la Cartuja. Espadas sostiene que no es prioritaria y Monteseirín replica que no se puede perder la ocasión de que la paguen Cajasol y la cadena hotelera Barceló. Sin embargo, el Ayuntamiento lleva cuatro años desaprovechando el acuerdo de que Agesa debe pagar otra pasarela sobre el Guadalquivir. La amnesia municipal se ha acentuado desde que la empresa pública fue transferida a la Junta de Andalucía.

Monteseirín y Espadas están manteniendo un pulso y marcando territorio a cuenta del anuncio del aún alcalde de impulsar la construcción de una nueva pasarela sobre el río Guadalquivir que uniría la ciudad (a la altura de la calle José Díaz) con la isla de la Cartuja (entre el hotel Renacimiento e Isla Mágica) para mejorar la movilidad en el antiguo recinto de la Expo-92.

La iniciativa del alcalde no ha sentado nada  bien a Espadas, porque demuestra que Monteseirín sigue sin atender la directriz del PSOE de que dé un paso atrás y deje todo el protagonismo público al alcaldable socialista, el cual querría haber rentabilizado políticamente el anuncio como si hubiera sido fruto de su programa o de sus gestiones.

El alcaldable y futurible senador socialista ha dicho en respuesta a Monteseirín que la Cartuja necesita una reordenación integral que hay que analizar en relación con proyectos futuros como el cierre del Anillo de Cercanías, la llegada del Metro y otras conexiones con el resto de la ciudad, y que sólo si en ese contexto fuera necesaria y razonable la nueva pasarela, su equipo (en la confianza de conquistar la Alcaldía) la estudiaría.

Espadas ha sostenido públicamente que Monteseirín se ha extralimitado al lanzar este proyecto a pocos meses de que deje la Alcaldía y ha afirmado que es “claramente” una propuesta que corresponde analizar al nuevo gobierno municipal “porque no es una necesidad inmediata”.

RECALIFICACIONES EN CURSO

Monteseirín, que ya dijo que acometería recalificaciones en la isla de la Cartuja si contribuían a paliar el paro, ha respondido a Espadas con el argumento de que la pasarela “no es prioritaria, pero sí necesaria”, que está programa desde el nuevo PGOU de 2006; que no se puede desaprovechar la oportunidad de que la paguen los privados Cajasol y Barceló (cadena propietaria del hotel Renacimiento) con una aportación de 11 millones de euros y que la obra generaría puestos de trabajo en la ciudad.

Monteseirín quiere aprovecharse del interés del hotel Renacimiento en reordenar la edificabilidad otorgada en el PGOU a sus parcelas y el de Isla Mágica por construir una zona comercial en las suyas para modificar el Plan, a cambio de que paguen entre los dos la pasarela.

Sin embargo, el alcalde no ha hecho lo mismo con Agesa, que también desde 2006 tiene el compromiso de construir una pasarela sobre el Guadalquivir a cambio de que el Ayuntamiento le permitiera, como así hizo, deshacerse de los suelos de Puerto Triana para vendérselos a las Cajas y propiciar así la construcción del rascacielos de Cajasol, diseñado por el arquitecto argentino César Pelli.

En mayo de 2006, la entonces presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, y el por entonces delegado de Urbanismo, Emilio Carrillo, firmaron un protocolo para determinar el uso del Palenque, Auditorio y Pabellón del Futuro conforme a las recalificaciones previstas en el nuevo PGOU.

Con las plusvalías derivadas de los nuevos usos lucrativos, Agesa se comprometió públicamente con el Ayuntamiento a construir una pasarela sobre el río Guadalquivir, que fue valorada inicialmente en al menos tres millones de euros, mientras que el Consistorio decidiría sobre su ubicación.

Aquel protocolo aún no ha sido elevado a la categoría de convenio urbanístico, que se sepa, y/o el Ayuntamiento no ha exigido a Agesa que cumpla su compromiso. Al contrario: cuando la presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, fue a despedirse este verano de Monteseirín al Ayuntamiento, el alcalde planteó la posibilidad de que la sociedad pública financiase la recuperación de algunos activos aún ociosos de la Expo-92 en beneficio de Sevilla.

Poco después, el alcalde fue abroncado telefónicamente por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, por la pretensión municipal de que Agesa, colocada bajo su adscripción tras ser transferida por el Estado a cuenta de la Deuda Histórica, realizase gasto alguno. Desde entonces, el alcalde no ha vuelto a abrir la boca, y menos desde que Agesa está en manos de la Junta de Andalucía, cuando hizo famosa por su insistencia la frase de que Agesa “no tiene corazón; sólo cartera”.

EL PROTOCOLO CON AGESA

El protocolo firmado en mayo de 2006 entre Agesa, ahora en manos de la Junta de Andalucía, y el Ayuntamiento estaba condicionado a las recalificaciones contempladas en el nuevo PGOU y a la modificación del contrato de explotación de Isla Mágica con Cartuja 93 para desvincular el Pabellón del Futuro del Parque Temático.

Según el acuerdo firmado por las dos partes, Agesa podrá edificar 20.800 metros cuadrados de oficinas de servicios avanzados en la parcela que hasta entonces ocupaba el Palenque (ya demolido), de 10.400 metros cuadrados de superficie y arrendada en aquel momento al grupo de empresas TCM.

El  nuevo PGOU contemplaba el cambio de uso de la parcela que ocupaba el Palenque en el centro del parque tecnológico Cartuja 93, de modo que dejara de destinarse a espectáculos para tener un uso más acorde con el entorno, como eran los servicios avanzados. Mediante este cambio de uso se permitiría  a Agesa dar respuesta a la fuerte demanda de parcelas en la Tecnópolis de Cartuja 93, de la que sigue siendo accionista, aunque minoritario. Existía un acuerdo previo entre Agesa y la empresa concesionaria del Palenque para rescindir el contrato de alquiler, que en principio no expiraba hasta después de varios años.

El protocolo de intenciones también recogía la cesión al Ayuntamiento de Sevilla del Auditorio, propiedad de Agesa y valorado hace varios años en unos 36 millones de euros. Agesa tenía alquilado el Auditorio también al grupo de empresas TCM, que al parecer también había llegado por entonces a un acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla para continuar explotando este activo de la Expo.

Agesa no se comprometió a entregar  el Auditorio cubierto, pese a que el anterior presidente, Luis Miguel Martín Rubio, abordó con TCM esa posibilidad a cambio de incrementarle el canon de explotación.

Por otra parte, Agesa recuperaba el uso del Pabellón del Futuro y podría construir en una parcela anexa unos 6.000 metros cuadrados de usos lucrativos. Hasta entonces el pabellón se hallaba incluido dentro del contrato de explotación que Isla Mágica firmó con Cartuja 93, por lo que estaba adscrito al Parque Temático, si bien prácticamente sin uso alguno.