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El coronavirus pone en cuestión el papel reductor del paro en Sevilla de la Semana Santa y la Feria de Abril

La caída en el número de parados en marzo y mayo de 2021, aún bajo la pandemia, supera a la registrada en los mismos meses de todos los años con fiestas primaverales

Únicamente en abril del año en curso la bajada del paro ha sido inferior a la de sus meses homólogos, salvo en un año de la serie histórica

El impacto de los dos festejos en bajar las listas del paro se nota más cuando ambos se celebran en el mismo mes o poco separados entre sí

La caída en el número de parados registrada en los meses de marzo y mayo de 2021, año sin fiestas primaverales (Semana Santa y Feria) en Sevilla debido al coronavirus, ha superado a la que se produjo en los mismos meses de todos los años de la serie histórica reciente (desde 2006), cuando dentro de la «vieja normalidad» se celebraban los festejos más importantes de la ciudad. Abril del año en curso ha sido la excepción, ya que la caída del paro únicamente superó al dato de un abril anterior, el de 2008, año del inicio de la crisis financiera.

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El Plan Turístico califica el Día de San Fernando como seña de identidad de Sevilla pero el Ayuntamiento lo eliminó definitivamente como festivo local

En los últimos 27 años sólo ha sido declarado festivo cinco veces y en otros dos coincidió con el Corpus Christi, que lo es de forma habitual

El resultado de la consulta popular de Espadas en el año 2016 facultó al gobierno de la ciudad a sustituirlo por un festivo en medio de la Feria de Abril

Su mayor biógrafo contemporáneo, el catedrático Manuel González Jiménez, calificó en un libro a Fernando III el Santo, patrón de Sevilla, como el rey que marcó no sólo el destino de la ciudad que conquistó y que eligió para descansar para siempre, sino incluso el destino de España. Pese a su objetiva importancia histórica, San Fernando ha sido maltratado por las sucesivas corporaciones municipales, que han acabado dejándolo sin festividad local y lo han sacrificado a los intereses del sector turístico al sustituir su fiesta por una jornada no laboral en la Feria, generalmente en función del calendario festivo de Madrid para así poder captar madrileños en «puente» con los que llenar los hoteles y los restaurantes.

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Coronavirus: el dinero de la Semana Santa y la Feria

El Consejo de Cofradías no entiende la devolución del dinero de sillas y palcos como un derecho, sino como una gracia suya

Espadas ha devuelto las tasas a los feriantes de la calle del Infierno pero se niega a reintegrarlas a los titulares de las casetas

Más de 600 malagueños han firmado ya en la plataforma de Internet Change.org la siguiente  petición dirigida a la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa de Málaga:

“En unos momentos tan complicados para la economía de las familias como los que estamos viviendo, en donde se pone de manifiesto la solidaridad de todas las personas y de muchísimas empresas privadas…

La Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, tras comunicar la suspensión de los desfiles procesionales, no se ha comunicado con los abonados de las sillas para tramitar la devolución del importe, que ya ha cobrado por adelantado.

Hay empresas, como Renfe, que han ofrecido la devolución del importe de los billetes de tren a todos los afectados por la crisis del coronavirus. La Agrupación de Cofradías es una institución eminentemente solidaria y con labor social. Nos preguntamos cómo no ha valorado devolver el dinero de los abonos. Para muchas familias supondría un respiro en este sacrificio económico que ahora nos toca hacer. 

Firmemos todos para que la Agrupación nos devuelva el importe de los abonos de las sillas (más el IVA que nos añadieron) y que, de esta manera, también aporte su granito de arena en este gran esfuerzo que todos estamos haciendo”.

RESPUESTA

La demanda ciudadana ha provocado la reacción del presidente de la Agrupación, Pablo Atencia, el cual ha declarado al diario Sur que no quiere perjudicar a los abonados pero que la decisión no le corresponde a él, sino a la Junta de Gobierno, la cual, debido al estado de alarma, no se ha podido reunir. Aun así, dice que tras haber hablado con los hermanos mayores “la Agrupación tiene la intención de devolver el dinero de los abonos”. 

Pablo Atencia, presidente de la Agrupación de Cofradías de Málaga

Pero tras esta afirmación empiezan los matices, ya que añade: “Se decidirá cuando nos reunamos y podamos poner sobre la mesa todos los elementos, ya que por el hecho de que se ponga en marcha la Semana Santa hemos acumulado una serie de costes que eran ineludibles…Cuando tengamos la Junta de Gobierno será el momento de concretar cuándo se podría hacer esa devolución, en qué plazos. Puede ser en uno o dos años; tenemos que barajar distintas opciones según la economía y tesorería de la propia Agrupación y de los compromisos que ya tenemos adquiridos; y ¿cuándo se haría? Si se hace en efectivo, en compensación a futuros años….”. 

La situación es similar en Sevilla, donde también se ha suspendido la Semana Santa, pero a diferencia de Málaga en Change.org no se ha registrado ninguna demanda de devolución del dinero de las sillas y palcos, sino otra en la que se propone una procesión Magna Mariana el próximo verano con todas las Vírgenes de la ciudad. Ha sido apoyada hasta ahora por 2.525 personas. 

EN SEVILLA

Quien está dando la batalla en Sevilla y reclamando la devolución del dinero abonado por sillas y palcos es Facua, la organización en defensa de los consumidores. El Consejo General de Hermandades y Cofradías, que preside Francisco Vélez, ha respondido de forma parecida al presidente malagueño: “Respecto a lo que afecta a los fondos obtenidos por la explotación de las sillas y palcos, no es una decisión que la Junta Superior pueda tomar por sí misma, ya que dicho efectivo no es propiedad de la institución sino de las hermandades a las que representa. Son ellas las que tienen la última palabra y serán convocadas cuando pase esta crisis sanitaria para tomar una resolución colegiada, la más beneficiosa posible para las cofradías y los propios abonados, con los que somos especialmente sensibles, teniendo en cuenta las circunstancias económicas, jurídicas y sociales”.

Francisco Vélez, presidente del Consejo General de Cofradías y Hermandades de Sevilla

De las respuestas  malagueña y sevillana se desprende que los máximos responsables de ambas Semanas Santas entienden la posible (está por ver) devolución del dinero de las sillas y palcos no como un derecho de los usuarios, sus clientes, sino como una concesión graciable suya; sin límite de plazo (Atencia llega a hablar de dos años) y eligiendo a su capricho la modalidad de devolución, que podría no ser en forma líquida y por el importe abonado sino a plazos, como compensación a futuro….

LEY DE ESPECTÁCULOS

Sin embargo, si las procesiones se entienden afectas a la Ley de Espectáculos Públicos de Andalucía nos hallamos ante la cancelación de un espectáculo, situación en que la norma obliga a la devolución de las cantidades satisfechas previamente para su contemplación. Así pues, tanto la Agrupación malagueña como el Consejo de Cofradías sevillano estarían, presuntamente, haciendo caso omiso de su obligación legal de devolución automática del dinero que han cobrado por anticipado. 

Se amparan en que no pueden adoptar tal decisión debido a la imposibilidad de sus Juntas de Gobierno de reunirse por el estado de alarma. Parece, pues, que los directivos cofrades malagueños y sevillanos son los únicos en toda España, en contraste con los de numerosas empresas y entidades, que no pueden comunicarse entre sí por teléfono, videoconferencia, correo electrónico o cualquier otro sistema, ni tampoco teletrabajar, para decidir la devolución del dinero, un dinero que no es de las hermandades, como sostiene el Consejo General en su respuesta a Facua, sino de los consumidores que lo entregaron por adelantado a cambio de disfrutar de un espectáculo (las procesiones) que ha sido cancelado.

Alberto Garzón, ministro de Consumo

Otro aspecto enormemente significativo es la inhibición en ambos casos, Málaga y Sevilla, de las Administraciones teóricamente competentes, como el Ayuntamiento hispalense (no se olvide que el Consejo de Cofradías organiza la Semana Santa por concesión municipal), la Junta de Andalucía y el Ministerio de Consumo. El titular de este último es, por cierto, el podemita y diputado por Málaga Alberto Garzón. Aquí todos se lavan las manos, como Pilatos, y se atienen a la máxima de Santiago Montoto de “ni fías, ni porfías, ni cuestión con cofradías”, en la mejor demostración de que el Consejo de Hermandades y  Cofradías sigue siendo tratado como un Poder fáctico contra el que no se atreven ni los ministros de Podemos.

LA FERIA DE SEPTIEMBRE

El paralelismo entre la Semana Santa y la Feria es evidente, pero en este último caso el organizador del festejo abrileño, el Ayuntamiento de Sevilla, se niega también a devolver el dinero abonado por las casetas (habitualmente en la segunda quincena de enero) con el argumento de que técnicamente la Feria no se ha suspendido o cancelado como la Semana Santa sino sólo aplazada a septiembre.

Según el gobierno de Espadas, este aplazamiento se enmarca en la estrategia de reactivación de la ciudad tras la grave crisis sanitaria y su objetivo consiste en aprovechar al máximo todos los trámites, actuaciones e inversiones realizadas en el recinto ferial, por lo que sería contradictorio volver a iniciarlos. 

Compárese  la actuación del Consistorio con la del Teatro de la Maestranza, cuyo Consorcio preside el portavoz de Espadas, Antonio Muñoz. Tras la declaración del estado de alarma el Maestranza anunció la reubicación de los espectáculos afectados en otras fechas (como el Ayuntamiento la Feria) siempre que sea posible y que informaría del procedimiento a seguir “para el cambio o devolución del importe de las localidades de los espectáculos afectados”.

El Ayuntamiento debería haber dado a los sevillanos con caseta la opción de mantenerlas para la hipotética Feria en septiembre o bien de recuperar las tasas abonadas sin perder por ello su derecho para el futuro, y haber dado también la opción de cubrir las bajas a los miles de solicitantes que están en la lista de espera, tanto por haber cambiado unilateralmente la fecha (¿para esto no sabe organizar referendos telemáticos como el anterior?) como las circunstancias económicas generales a consecuencia de la pandemia. 

Juan Espadas, en la caseta municipal de la Feria

Porque, ¿cuántos sevillanos se habrán quedado en el paro y ya no tendrán dinero para ir a la Feria en septiembre? ¿Cuántos no irán sólo por miedo a un posible contagio? ¿Y si tenían otros planes para septiembre, como irse a la playa o a la sierra y han firmado contratos acordes con esos planes que les impedirían acudir al Real en las coincidentes fechas septembrinas?

Moralmente al menos el gobierno de Espadas debería haber dado la opción de la devolución de la tasa de las casetas y así, además, habría conocido el nivel real de aceptación de la Feria en septiembre en vez de retener el dinero cobrado por un festejo no celebrado en su fecha. ¿Se admitiría este comportamiento en, por ejemplo, el empresario de la plaza de toros en caso de que cambiara la fecha de un cartel?

DISCRIMINACIÓN

El Consistorio, juez y parte en la Feria, se ha quedado ya sin el argumento técnico que invocaba tras haber comunicado a los dueños de las atracciones de la calle del Infierno que les devolverá los 2,3 millones de euros cobrados en tasas. Según la comunicación que les ha enviado, “el motivo por el que se ha decidido la devolución de oficio de todas las tasas de instalaciones feriales ha sido porque había multitud de peticiones de devolución y, en caso de celebrarse durante este año, se abriría un nuevo procedimiento que habría que analizar….Ningún titular de ninguna atracción -añade- perdería sus derechos sobre la misma, ya que la suspensión o aplazamiento se ha debido a una causa de fuerza mayor y el reintegro de las cantidades abonadas no implica la renuncia al sitio”.

Calle del Infierno

¿Por qué el Ayuntamiento sí devuelve las tasas a los feriantes y no a los sevillanos titulares de las casetas, a los que sigue reteniendo el dinero abonado? Su doble rasero implica un trato discriminatorio. Por otra parte, se pone de manifiesto un vacío legal en la Ordenanza de la Feria de Abril, donde no se regula la cancelación del festejo, y también la necesidad de suscribir un seguro que cubra tal eventualidad, hasta ahora impensable pero que tras el coronavirus podría repetirse con cualquier otra pandemia en el futuro.

La otra calle del Infierno de Sevilla

Sevilla tiene una calle del Infierno oficial y otra oficiosa. La oficial es la de la Feria de Abril. Su nombre se debe al infierno de ruidos a la máxima potencia que tradicionalmente han emitido los cacharritos que allí se instalan y que convierten en otro infierno la vida de los vecinos del colindante barrio de Los Remedios, algunos de los cuales tienen que emigrar durante la semana festiva por no poder soportar tal agresión ambiental.

Afortunadamente, la asociación de padres de niños autistas logró en 2019 que el Ayuntamiento decretara una reducción del ruido de cuatro horas durante un día de la Feria de Abril en atención a la extrema sensibilidad de estos niños al impacto del ruido extremo.

Vista de la calle del Infierno en una Feria de Abril de Sevilla

Mientras en la calle oficial del Infierno se empieza a aminorar el ruido ambiental -la diversión en las atracciones no tiene por qué ser sinónimo de contaminación acústica-, en la otra calle del Infierno de Sevilla, que es la Ciudad Deportiva del Real Betis Balompié, hacen alarde de todo lo contrario. Allí, cada dos por tres el Betis organiza algún evento que acompaña de megafonía y música atronadoras para martirio de los colindantes vecinos de Los Bermejales y de Heliópolis.

El último suplicio acústico infligido por el club verdiblanco a su sufrido entorno ha sido con motivo de la Liga Genuine Santander, celebrada en su Ciudad Deportiva el 29 de febrero y el 1 de marzo de 2020 y en la que han participado 18 equipos compuestos por personas con algún tipo de discapacidad intelectual.

¿Necesitan estas personas para jugar al fútbol acompañamiento de música atronadora y de un vociferante “speaker” desde antes de las 9 de la mañana hasta al menos las 20 horas, como ocurrió el sábado 29 de febrero? ¡Once horas seguidas machacando los oídos de los jugadores, sus familiares y los pobrecitos vecinos de Los Bermejales y Heliópolis, sin que al club de las trece barras le preocupara lo más mínimo la situación de enfermos, niños y ancianos! ¿Hace falta que a los atronadores aporreos de los hinchas en los tambores, como en aquella sevillana rociera, se una por megafonía un coro permanente de decibelios rockeros y rumberos?

Ciudad Deportiva del Betis durante la Liga Genuine Santander

¿Mide alguna vez el Ayuntamiento el volumen de la megafonía de la infernal Ciudad Deportiva del Betis, a cuyos responsables les da igual que viva gente al lado? ¿Permitiría el gobierno de Espadas que otras entidades emitieran similar contaminación acústica que el Betis?

Dicen que en la Liga Genuine Santander no sólo se tienen en cuenta los resultados deportivos, sino también las actividades positivas que se realicen durante los partidos. Pues en tal caso al Betis hay que calificarlo con un enorme negativo, por este innecesario y reiterativo despliegue híper sónico, máxime ante personas que se supone son más sensibles al ruido como las que sufren algún tipo de discapacidad y, como ya es costumbre, para los residentes del entorno, sus pacientes  habituales.

Como los clubes de fútbol en esta ciudad tienen bula para todo, y a los antecedentes me remito, los vecinos de Los Bermejales y de Heliópolis tendrán que seguir soportando no sólo los excedentes de vehículos que no caben en el aparcamiento de Lagoh, sino también esta segunda calle del Infierno de Sevilla que es la Ciudad Deportiva del Betis ante la vista gorda y los oídos sordos del Ayuntamiento.

Feria de Abril y Mayo

Con la regla de las dos semanas de Espadas, mayo le disputará la Feria a abril

Sevilla gana en certidumbre sobre el festejo, pero pierde en una seña de identidad

 

Beltrán Pérez, el portavoz y alcaldable del PP, declaró hace unos días que Espadas, su gran rival en las próximas elecciones municipales, sólo será recordado como el alcalde que convocó el referéndum sobre la Feria de Abril. Obviamente, Espadas ha hecho bastante más que convocar aquella consulta ciudadana, pero la irónica o malévola (según se mire) frase de Pérez refleja también la amplia dedicación del alcalde a la segunda (o primera en opinión de otros) fiesta mayor de la ciudad.

Y es que cuando todavía no ha cumplido su tercer año como regidor de Sevilla, Espadas ha convocado un referéndum sobre la Feria, le ha cambiado el formato ampliándola en un día y con un festivo en medio como norma, ha modificado la Ordenanza municipal del festejo una vez y ahora ha de modificarla de nuevo para dar rango normativo a un segundo cambio de formato que establece como regla una separación de dos semanas entre el Domingo de Resurrección y el inicio de la Feria.

Para justificar este nuevo cambio de formato del festejo, el segundo en tres años de mandato, Espadas invoca razones de seguridad y un informe del Centro de Coordinación Operativa (Cecop) según el cual la Feria de 2019 no debería celebrarse a partir de las cero horas del domingo 28 de abril porque la Semana Santa concluirá el domingo previo, el 21, y no habría tiempo suficiente para el montaje del festejo en el campo de Los Remedios.

“La actual concentración de personas, la seguridad, la demanda creciente de los turistas….exige -ha afirmado Espadas- que no se puede terminar la Semana Santa el Domingo de Resurrección y que en cuatro días tengamos que poner todas las placas en Los Remedios, que los bomberos revisen las casetas, que Emasesa compruebe los imbornales. Ya no es una cuestión de gustos, sino de responsabilidad y seguridad”.

 

SEGURIDAD

 

La seguridad, pues, y máxime con el recuerdo de los incidentes en la Madrugá, se ha convertido en el nuevo argumento por excelencia para justificar cualquier decisión, porque ¿quién osa correr un supuesto riesgo contra el consejo de los expertos en la materia y asumir la responsabilidad si luego ocurre cualquier problema en tal sentido?

Cuando el alcalde lanza el mensaje de que “esta ciudad no se puede jugar la Feria, no se puede improvisar”, indirectamente o inconscientemente sitúa en el plano de la improvisación a alcaldes que le precedieron, como ha sido el caso de Monteseirín, a cuyo gobierno le tocó en dos ocasiones organizar la Feria tan sólo nueve y siete días después del Domingo de Resurrección, concretamente en los años 2011 y 2000.

Quizás Juan Carlos Cabrera, el actual delegado de Fiestas Mayores, debería preguntar a los delegados de aquellos años, Rosamar Prieto y Juan Ortega, cómo entonces los Servicios Municipales sí eran capaces de colocar las placas en Los Remedios y revisar las casetas y los imbornales y no será posible hacerlo en los siete días que mediarían en 2019 entre el Domingo de Resurrección (21 de abril) y el que podría haber sido inicio oficial de la Feria (cero horas del domingo 28 de abril) para haber cumplido lo que dispone la actual Ordenanza municipal de que la fiesta ha de hacer honor a su nombre y celebrarse siempre en abril salvo que circunstancias excepcionales lo impidan.

 

TRAJES DE FLAMENCA

 

Para justificar la implantación como norma de que deben transcurrir siempre catorce días entre el final de la Semana Santa y el comienzo de la Feria, Espadas ha llegado a decir que las familias necesitan más tiempo para comprar los trajes de flamenca. Si, según el alcalde, las sevillanas no deciden el modelo de traje de flamenca que van a lucir en la Feria hasta que no acaba la Semana Santa, ¿qué sentido ha tenido entonces organizar siempre con tanta antelación el Salón Internacional de la Moda Flamenca (Simof)? Este año, por ejemplo, se ha celebrado del 1 al 4 de febrero, cuando la Feria no se inició hasta la medianoche del 15 de abril, dos meses y medio después.

Si los diseñadores siguieran el razonamiento del alcalde, Simof tendría que celebrarse el año que viene entre la Semana Santa y la Feria en el supuesto periodo de elección y compra de trajes por las mujeres sevillanas, esto es entre el 22 de abril y el 4 de mayo.

El último argumento de Espadas ha consistido en citar los precedentes de algunos de sus antecesores, como Monteseirín, que organizó la Feria del 3 al 8 de mayo en 2011, y Zoido, que la organizó del 6 al 11 de mayo en 2014.

Lo que no dijo Espadas es que si Monteseirín organizó la Feria a partir del 3 de mayo de 2011 fue porque ese año el Domingo de Resurrección “cayó” el 24 de abril, pero sólo dejó pasar el tiempo justo que mediaba hasta el entonces lunes del “alumbrao”, el 3 de mayo, pero no pidió dos semanas de plazo como hace Espadas.

 

CALOR

 

En cuanto a la Feria de mayo (2014) de Zoido, fue la consecuencia de haberse plegado a los intereses del sector turístico de la ciudad, que hace mucho tiempo que ha subordinado la Feria de Sevilla al calendario festivo de Madrid con el fin de captar el máximo de visitantes procedentes de la capital de España.

El resultado fue la Feria más calurosa que se recuerda en los últimos años, con crónicas periodísticas impactantes sobre el efecto de las altas temperaturas en los caballos. Aquel 6 de mayo se registró una temperatura máxima de 33,5 grados (recuérdese que la sensación térmica suele ser siempre superior), y al día siguiente, de 32,7 grados.

El factor climático no se está teniendo en cuenta, pero con una Feria cada vez más en mayo en el futuro, conforme a este nuevo formato, se corre el riesgo de sufrir olas de calor en ese mes, máxime por el cambio climático en curso. Así, por ejemplo,  el 13 de mayo de 2015 se registró una máxima de 40,3 grados.

Independientemente del informe del Cecop, con la tesis de la seguridad y del margen operativo, a nadie se le oculta que también ha convenido a los intereses del sector turístico, ya que si la Feria se celebrara en 2019 a partir del 28 de abril, coincidiría con el primero  de mayo, pero al retrasarse a partir del 5 de mayo, aquél espera beneficiarse de los turistas madrileños en la víspera de la Feria, y de los sevillanos luego, especialmente por el día de fiesta en medio.

Así pues, en el pulso político entre los delegados Cabrera y Muñoz, ha ganado el primero al conseguir que el alcalde acepte el “margen de seguridad” de las dos semanas para siempre, pero la consecuencia de esa decisión será que a partir del año que viene una de cada 2,3 ferias se celebren total o parcialmente en el mes de mayo.

 

CERTIDUMBRE

 

Sin embargo, como toda decisión tiene sus ventajas y sus inconvenientes, con la nueva norma de los 14 días entre Semana Santa y Feria, Espadas instaura un fiable e importante principio de certidumbre, en virtud del cual todo el mundo sabrá a partir de ahora y a años vista cuándo empezará y terminará la Feria y se podrá hacer un “calendario perpetuo” de la misma, porque ya no se estará al albur de que medie una semana, dos o diez días en función del capricho de un alcalde o de las presiones del sector turístico, sino que siempre imperará la misma regla.

El reverso de la moneda es que la Feria ya no podrá llamarse con total propiedad de Abril, como en los 171 años de su historia, porque en el futuro casi una de cada dos se celebrará en mayo. Recuérdese que hubo años, como en 2000, en que se adelantó el festivo tan sólo una hora con tal de que oficialmente empezara en abril y no en mayo. Ahora eso será posible con la nueva regla de los 14 días. Mayo le disputará la Feria a abril.

 

Sevilla ganará en certidumbre, pero (pese a la leyenda sobre la preservación de la tradición y las esencias como norma), a costa de perder señas de identidad históricas.

El Ayuntamiento de Sevilla impugna la Feria de Abril de Madrid

Se opone al registro de la marca madrileña por los promotores de Sevilla Park

Organizaron el sábado un remedo de la Feria en el Palacio de Congresos de la capital

El Ayuntamiento de Sevilla no ha llegado a tiempo de impedir la celebración, en víspera de nuestra Feria, de un remedo de la misma el pasado fin de semana en el Palacio de Congresos de Madrid, pero avanza en esa dirección tras la decisión de impugnar ante la Oficina de Patentes y Marcas el nombre comercial utilizado por sus promotores, la empresa Impulsa Eventos e Instalaciones, la misma que promueve en el puerto hispalense el complejo comercial Sevilla Park.

La empresa madrileña, en línea con lo avanzado por Viva Sevilla, presentó el pasado 7 de marzo la solicitud de inscripción en la Oficina de Patentes y Marcas de la marca comercial “Vive en Madrid la Feria de Abril”.

Al tener conocimiento de esta actuación, y dado que el plazo para oponerse a esta inscripción expira el próximo 13 de mayo, el gobierno de Espadas ha decidido presentar un expediente de oposición ante la Oficina Española de Patentes y Marcas, “por razones de interés público y en aras de proteger el patrimonio marcario propiedad del  Ayuntamiento frente a posibles usos y comercialización indebida por terceros”.

La grafía de la marca solicitada por los promotores de Sevilla Park consiste en un rectángulo alto de color albero sobre el que aparece en letra negra y pequeña la leyenda “Vive en Madrid”, y a un tamaño cinco o seis veces superior “Feria de Abril”. La palabra “de” va insertada en negativo sobre el centro de una peineta roja, y de la ele de la palabra Abril cuelga un sombrero de ala ancha, igualmente de color rojo.

El Ayuntamiento alega que ya en 2004 registró las marcas “Feria de Abril” y “Feria de Abril Sevilla”, y en 2006, “Feria de Abril de Sevilla”, las cuales presentan una denominación casi idéntica al nombre comercial que ahora trata de depositar Impulsa Eventos, “con el consiguiente riesgo -arguye- de confusión en el consumidor”.

“Es fácilmente constatable cómo la Feria de Abril de Sevilla -afirma el Ayuntamiento en su impugnación- conforma una de las grandes manifestaciones de la cultura sevillana íntimamente ligada a su tradición y a la ciudad de Sevilla en sí misma, formando parte de la oferta turística de la ciudad y promocionada como uno de sus grandes atractivos…”. Y añade: “Ello puede producir la tentativa en terceros particulares de depositar en la Oficina Española de Patentes y Marcas una marca o nombre comercial de casi idénticas características, lo cual puede generar un riesgo de confusión del público en el origen empresarial del producto que designa el nombre comercial con el carácter institucional que comportan las marcas de la Feria de Abril del Ayuntamiento de Sevilla”.

CELEBRACIÓN

Hasta la página web del Ayuntamiento de Madrid se ha hecho eco en la víspera de su celebración, el pasado sábado, del evento de los promotores de Sevilla Park, que a la vez gestionan el Palacio de Congresos de la capital, rebautizado por razones comerciales como WiZink Center.

“Madrid tendrá su Feria de Abril a partir de este año gracias a la apuesta del WiZink Center de traer a la capital la auténtica fiesta de la primavera andaluza. Será el día 22 de abril, una semana antes del encendido de la Portada en Sevilla, con horario ininterrumpido desde las 13 horas”, publicaba el Ayuntamiento madrileño.

“La iniciativa, apoyada por instituciones andaluzas, asociaciones, casas regionales, escuelas de baile, locales de ofertas gastronómicas andaluzas y muchos andaluces y amigos de Andalucía, ha tenido respuesta -afirmaba- en el lanzamiento de la Feria de Abril de Madrid, que se celebrará en la pista central del WiZink Center convertida en una caseta de 4.500 metros cuadrados, con su colorido, farolillos, banderas y, desde luego, música, baile y la comida y bebida propia de la feria.

Los visitantes podrán cantar, bailar y disfrutar de los variados platos y tapas propios, como pescaítos fritos, adobos, ensaladilla, jamón, queso… y desde luego tomarse unas cañas, finos y “rebujitos”.  En un gran escenario central actuarán conocidos cantantes y grupos flamencos y en distintas zonas de la caseta también habrá zona de baile, donde realizarán exhibiciones varias escuelas de sevillanas”.

La empresa organizadora, Impulsa Eventos, ofrecía entrada “gratis” a cambio de una consumición más bebida por valor de 5 euros. En su última publicidad decía que como tenía el aforo prácticamente cubierto había abierto unas zonas VIP que incluían mesa, bebida, comida, regalos, entrada preferente… para cuatro personas y al precio de 150 euros.

Tras la Feria

Se acabó la Feria más tardía en el calendario (6-11 de mayo), aunque nos faltan datos para aventurar si ha sido también la más tardía de la historia (otras cuatro se habrían celebrado íntegramente en mayo a lo largo de 168 años), pero sí muy probablemente la más calurosa de los últimos tiempos; y se ha acabado con un sabor agridulce de plenitud no alcanzada, al contrario que la pasada Semana Santa, y de objetivos no logrados, por más que el discurso oficial abunde en la calificación de ‘la Feria de la recuperación’ y se ampare en todo tipo de datos estadísticos para tratar de proyectar la imagen de un éxito total.

El optimista balance del Ayuntamiento no coincide con la percepción ni siquiera de los medios de comunicación situados en el espectro ideológico más afín a Zoido, en los cuales se ha hablado de ambiente de precrisis, poco ambiente, calor sofocante y tórrido en el que se desplomaban hasta los caballos y que los datos oficiales contradicen la impresión colectiva de que la Feria ha estado vacía.

Si la Feria hubiera transcurrido al gusto del Ayuntamiento, los ediles, especialmente Gregorio Serrano, no se habrían pasado hasta el ecuador del festejo justificándose con el argumento de que la Feria se ha celebrado en mayo y con estos calores (un periodista se llevó un termómetro al campo de Los Remedios y registró 35º a la sombra) por atender la petición del sector turístico de la ciudad. Es pura cuestión de psicología humana y política. Si la Feria hubiera sido el éxito que tratan de ‘vendernos’, el Consistorio no habría sentido la necesidad de justificarse ni de desviar la atención sobre el sector turístico, sino que había capitalizado el evento por sí solo y sin necesidad de invocar pretexto alguno.

ESTADÍSTICAS

Durante la segunda mitad de la Feria, la Corporación Municipal ha tratado de tirar de todo tipo de estadísticas para, con los grandes datos, construir una imagen triunfalista: desde el número de viajeros transportados por Tussam (no todos los usuarios del bus van necesariamente a la Feria) hasta los millones de impresiones del ‘hastag’ Feria de Abril en Twitter y los miles de descargas de aplicaciones en los teléfonos inteligentes.


Y cuando el dato habitualmente utilizado por el Consistorio como indicador económico y de consumo en la Feria, los kilos de basura recogidos por Tussam, eran inferiores a los del año pasado un día tras otro (salvo el viernes), Gregorio Serrano, el delegado de Fiestas Mayores, acuñó la peregrina teoría del embalaje: si había menos basura era porque los fabricantes habían hecho embalajes más livianos para las mercancías. La ocurrencia de Serrano, que debe tener más cintura política y no tomarse como cuestión personal toda opinión que le parezca crítica o negativa, es de las que se quedan en la memoria colectiva.

EL CALOR

La impresión general es que con temperaturas tan altas (superiores a los 30 grados durante todo el festejo), en el Real se ha registrado poca afluencia de público a lo largo del día, hasta que no refrescaba al caer la tarde/inicio de la noche. Ha habido menos Feria de día, con lo cual los sevillanos no han comido como antaño en las casetas. Eso se ha traducido en menor consumo y, por ende, en menor generación de residuos, cuando justamente se había justificado la fijación de la Feria en mayo para incrementar su impacto económico.

Por otra parte, aunque los hoteleros hablan de un 85% de ocupación (nadie tiene datos para rebatirles, como tampoco para verificar las cifras oficiales de otra índole), ‘sotto voce’ comentan que no han podido poner los altos precios que habrían deseado, por lo que se habría difuminado en parte el supuesto efecto de la Feria de mayo. Los indicadores de los medios de transporte que nos traen a los turistas de mayor poder adquisitivo  tampoco denotan que la Feria cambiada de mes haya tenido un extraordinario poder de atracción en los mercados emisores. La oferta del AVE se ha incrementado en 6.000 plazas (no significa que se hayan ocupado al 100%) en total para los cuatro días del jueves al domingo y en Renfe se constata que para otras Ferias ha habido mucha mayor demanda que para esta ocasión.

La Feria tampoco se ha notado en demasía en la actividad del aeropuerto, al ser considerada una fiesta de carácter muy local que no justifica un movimiento importante de pasajeros. Para este fin de semana de Feria había programados en San Pablo 280 vuelos (entre llegadas y salidas), frente a los 266 del fin de semana anterior.

POR EL TURISMO

Durante su mandato, Zoido ha adoptado al menos tres grandes iniciativas (intento del parking en la Alameda y recalificación de la Gavidia aparte) en beneficio del sector turístico y comercial. La primera fue la Copa Davis. El sector quedó tan contento con sus resultados (los suyos) económicos, que dijo estar dispuesto a pagar no una, sino tres Copas Davis, pero lo cierto es que el tenis se saldó con un déficit de un millón de euros que pagaron unas arcas municipales  que no tienen ni para abrir por las tardes bibliotecas públicas, mientras que el negocio se quedaba en el ámbito privado.

El segundo hito de Zoido fue el ‘mapping’ navideño, que tiene que patrocinar una multinacional como Telefónica porque el Ayuntamiento no ve que entre nosotros ninguna empresa dé un paso al frente. Y el tercero ha sido programar la Feria de Abril para el 6-11 de mayo, con más riesgo,  por simple estadística meteorológica y cálculo de probabilidades, de temperaturas calurosas, que han restado público durante gran parte del día y facturación a los feriantes, dentro y fuera de las casetas.

SIN RETORNO

Sevilla se ha subordinado con la Feria una vez más a los intereses del sector turístico, pero hay que preguntarse qué retorno obtiene a cambio la ciudad por facilitar la generación de un negocio privado. ¿Qué patrocina el sector turístico? ¿El Maestranza y/o la Sinfónica acaso? ¿Dónde están tres años después las tres Copas Davis o su equivalente que iba a pagar para que vinieran eventos a la ciudad?

¿Es tan estratégico el sector turístico? ¿Por qué hay que fijar la fecha de la Feria en función de sus deseos y no, por ejemplo, del sector tecnológico de la Cartuja, donde se facturan casi 2.000 millones de euros y trabajan unas 15.000 personas? ¿O del sector aeronáutico, que exportó por valor de 1.002 millones de euros -casi el doble de todo lo que genera la Feria- y que dentro de 23 días organiza con ADM 2014 el mayor evento aeroespacial de España, con profesionales y empresas de primer nivel mundial? ¿Y si el sector aeronáutico hubiera dicho que para sus intereses y como factor añadido de atracción habría sido mejor hacer coincidir ese evento con la Feria pero celebrándose ésta del 12 al 18 de mayo?

Aunque, parafraseando la Biblia, no se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre, y por tanto no debemos ser dogmáticos con la fecha del festejo abrileño, también hay que ponderar hasta dónde debe llegarse con esa elasticidad sin poner en peligro su esencia y su imagen de marca.

ESTRATEGIA DE CIUDAD

El aprovechamiento de la Feria como motor económico añadido a lo que ya supone por sí misma debe ser fruto de una estrategia de ciudad, plenamente consensuada por todos los grupos políticos y sectores económicos y aceptando los riesgos que ello puede suponer (el calor ha cambiado las costumbres y el aspecto del Real durante gran parte del día y tanta zona vacía  incluso puede haber afectado a la imagen de la Feria ante terceros), con capacidad de autocorrección y con beneficios compartidos también para lo público y no sólo siempre para un segmento determinado.

Si, como ciudad, la estrategia con la Feria consiste en tratar de rentabilizarla al máximo captando el mayor número posible de turistas de Madrid y aprovechando para ello la coincidencia buscada con las fiestas allí del 1 y 2 de mayo, entonces, en la medida de lo posible (factor Semana Santa), debería celebrarse siempre en los últimos días de abril (primera mitad) y principios de mayo (segunda mitad). De paso, ello permitiría disponer de  un festivo de por medio o al final (la fecha del 1 de mayo), se acabaría así con la anomalía de que la de Sevilla es la única Feria sin festividad local y se preservarían las dos fiestas locales actuales de San Fernando y el Corpus.

Queda el debate de la PreFeria. Gregorio Serrano ha estado más afortunado esta vez con la metáfora de que la Feria es como un organismo vivo que evoluciona con el tiempo. Pues bien, ese organismo vivo que es a la postre el pueblo de Sevilla ha creado la PreFeria, con igual o más ambiente aún que la propia Feria. En vez de perseguirla y de prohibir en simultáneo que funcione la calle del Infierno, ¿por qué no abre el Ayuntamiento el debate sobre la conveniencia de convertir la PreFeria en Feria?

Se haría oficial lo que ya es real.

Feria: el negocio por encima de todo

Los estudiosos de nuestras tradiciones no se acaban de poner de acuerdo sobre si la de 2014 será la primera Feria de la historia (168 años) que no haga honor a su nombre/adjetivo de Abril ni tan siquiera durante una hora, por celebrarse íntegramente en el mes de mayo, en unas fechas tan tardías como las del 5 al 11.Un poco más, y la fiesta no religiosa de Sevilla por excelencia, por diferenciarla de la Semana Santa, acaba enlazando con el día de San Isidro en Madrid (15 de mayo), cuando el objetivo ahora reconocido es el de atraer a nuestro festejo visitantes de la capital de España.

En otras circunstancias en que la fecha de finalización de la Semana Santa, cuando ésta se celebraba muy entrado el mes de abril, condicionaba el inicio de la Feria y se dejaba entre una y otra el mínimo lapso temporal de una semana pero se veía que el evento que ahora se celebra en Los Remedios ‘caía’ en buena parte en mayo, el alcalde que entonces dirigía la ciudad procuraba que arrancara al menos un día o unas horas del mes de abril, para ser fieles a la tradición.

Este año, esa fidelidad de al menos empezar en abril ha sido rota para satisfacer el afán lucrativo del sector turístico o de parte del mismo, ya que incluso en su seno hubo división de opiniones -y las ha seguido habiendo ahora- sobre la conveniencia y oportunidad de una alteración tan acusada del calendario habitual y de una tradición que se remonta al año 1846.

OBJETIVO, MADRID

Recuérdese que el debate ya surgió apenas concluida la Feria de 2013, cuando empezaron las presiones sobre el Ayuntamiento para que matara tres pájaros de un tiro a la hora de captar turistas para la ciudad sin solapar la Feria con el macropuente del 1 y 2 de mayo en Madrid, principal foco emisor de turistas hacia Sevilla.

El sector turístico local ya descontaba, como suele decirse en Bolsa, que los madrileños en particular y los turistas en general ya vendrían en masa a la Semana Santa y el puente de mayo, por lo que su objetivo desde el principio fue crear artificialmente un tercer motivo de visita poniendo la Feria lo más tarde posible para que no coincidiera con el puente y se erigiera por sí misma en polo de atracción turística. En su opinión, esto sólo era posible fijando su celebración después del puente, o sea, entre el 5 y el 11 de mayo, para que así los madrileños desembarcaran por tercera vez casi consecutiva en la ciudad, en el fin de semana del 9 al 11.

Como estas motivaciones puramente economicistas y ajenas a la tradición abrileña, en una ciudad tan oficialmente dada a preservar sus costumbres y que se declara guardiana de las esencias, eran digamos tan poco ortodoxas, hubo que construir un discurso justificativo que no las dejara en evidencia y que al tiempo sirviera para aparentar el mantenimiento de esos rasgos de la marca Sevilla. Había, pues, que inventarse una razón de fuerza mayor que tranquilizara las conciencias.

PROBLEMAS ORGANIZATIVOS

Y recuérdese que hace un año se alegó que si se fijaba como inicio de la Feria de Abril el 5 de mayo no era por razones puramente crematísticas, sino operativas, organizativas y hasta de seguridad. En la tradición sevillana de su Feria de Abril, la lógica habría impuesto como fechas del festejo del 28 de abril a las 24 horas (o el 29 a las cero horas) hasta el 4 de mayo, coincidiendo con el puente de mayo en su segunda mitad y dejando ocho días de margen de maniobra respecto de la Semana Santa.

Ese lapso de tiempo entre Semana Santa y Feria fue calificado de insuficiente por el Ayuntamiento para organizar el montaje del recinto este año, sin reparar en que así se ponía en evidencia frente a todos los ayuntamientos que a lo largo de la historia sí fueron capaces y con menos medios de organizarla con tan sólo siete días de margen y, de paso, ponía en duda su capacidad operativa y de reacción ante grandes eventos, otra de las señas de identidad de Sevilla hasta ahora.

La primera conclusión a que nos lleva la Feria de este año es que la fiesta ya no la decide el Consistorio en representación o pensando en los 700.000 sevillanos, sino el sector turístico empresarial. No es éste el que está al servicio de Sevilla, sino al revés, sin que se aprecie que aquél corresponde en justa contrapartida cuando se necesita su contribución para otras causas.

RECONOCIMIENTO OFICIAL

Así, un año después, ha acabado reconociéndolo el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, cuando hace unos días declaró que la decisión de retrasar la Feria se había adoptado a petición del sector turístico, “del que hoy por hoy -afirmó- vive esta ciudad en gran parte. No es una decisión -añadió- que ha tomado el Ayuntamiento de forma arbitraria, sino que hemos puesto las necesidades de las personas por encima de las tradiciones”.

Y esta polémica sobre el inicio de la Feria nos ha llevado a la segunda, sobre la celebración de la Preferia en el fin de semana previo, costumbre (su reiteración la convierte en tradición) de los últimos años y que en éste, nada más detectarse a través de las redes sociales mensajes llamando a congregarse en el Real, el Ayuntamiento trató de prohibir inicialmente mediante la movilización de los servicios municipales y el veto a los suministros de agua y electricidad en el recinto, unas disposiciones coercitivas que anuló en 24 horas al cambiar de criterio y activar el Plan de la Feria en previsión de que los sevillanos tomaran el campo de Los Remedios por la fuerza de los hechos consumados.

En ese contexto, Serrano no estuvo muy afortunado al declarar: “La Feria empieza el lunes y punto y pelota: los madrileños, que hagan lo que quieran”. ¿Por qué el Ayuntamiento, que incluso en años anteriores ofreció recepciones en el Real durante la Preferia, se ha mostrado este año tan hostil e incluso el delegado de Fiestas Mayores ha tenido palabras que los madrileños podrían considerar un tanto despectivas?

Pues por ese afán de convertir la Feria en un mero negocio para el sector turístico. Si los sevillanos le daban con su masiva presencia el aspecto de Feria a la Preferia, se corría el riesgo de que los turistas llegados a la ciudad durante el puente acabaran también en masa en el recinto y, por tanto, ya no tendrían motivo para volver durante la Feria oficial y llenar así los hoteles y los bares y restaurantes el próximo fin de semana.

APARECE EL CALOR

Pero al igual que Napoleón y Hitler se estrellaron en Rusia contra el ‘general invierno’, el ‘general calor’ de Sevilla se ha encargado este año de acabar con la Preferia antes de que pudiera materializarse y de que pudiera surtir efecto la prohibición municipal.

Al inicio del puente de mayo, termómetros exteriores marcaban 34º a las 10 de la noche. El intenso calor de estos días provocó un éxodo masivo de sevillanos a las playas, y todas las crónicas coinciden en señalar el escaso ambiente existente en las casetas y en la calle del Infierno, amén de en las vías del Centro, que ni mucho menos estaban abarrotadas como en el puente de la Constitución.

Por tanto, los turistas que se acercaron al Real, con temperaturas cercanas a los 40º, se llevaron una triste imagen del recinto, muy lejos de la festiva con que se identifica a la Feria y por más que el Ayuntamiento emitiera el mensaje de que la fiesta no comienza hasta este lunes. Habrá que ver si esos turistas tienen ganas de volver y fuerzas para hacerlo tras la Semana Santa, el puente y, en Madrid, con San Isidro en lontananza.

Los hoteleros no las tienen todas consigo para el próximo fin de semana, en Feria, con un volumen de reservas incluso inferior al de este puente. Habrá que esperar al balance, pero a la luz de las polémicas de los últimos días habría que reflexionar sobre quién organiza y celebra la Feria (si la ciudad, el Ayuntamiento o el sector turístico), para quién (si para los sevillanos o los turistas) y si por afán de estirar tantas fechas festivas aun a fuer de meternos casi en mitad de mayo podemos acabar entre todos matando la gallina de los huevos de oro.

Patios

Trescientas mil personas se han inscrito en la página web creada en Córdoba para los interesados en visitar los preciosos patios floridos, declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Trescientas mil personas son casi un tercio de ese millón que, según el tópico, desfilan por la Feria de Abril. Pues bien, en esta moda por los estudios de impacto económico de fiestas, monumentos y eventos, en Córdoba también han hecho el suyo sobre la repercusión de la fiesta de los patios merced al turismo que llega en mayo a la ciudad de la Mezquita atraído por la vistosidad de sus macetas de geranios y gitanillas. Resultado de la estimación: impacto de 3,3 millones de euros. Cuando en Sevilla se alardea de que la Feria genera 675 millones de euros y en Granada de que la Alhambra mueve 750 millones, aún contrastan mucho más estos escuálidos 3,3 millones de los patios cordobeses. Una de dos, o los dineros de Sevilla y Granada son una exageración andaluza o los 3,3 millones de Córdoba son deliberadamente bajos para no llamar la atención de los inspectores de Hacienda.

 

Paro

Sevilla ha sido durante abril la segunda provincia española que ha registrado mayor caída del paro (5.891 personas salieron de las listas del Inem) y mayor número de contratos laborales (24.444), si bien el 97% de los mismos tuvieron carácter temporal. Tanto en general como para sectores como la construcción y la industria han sido las mejores cifras en muchos años desde que se llevan este tipo de estadísticas. Y ¿a quién se ha debido este machadiano milagro de la primavera? Las centrales sindicales, libres en este sentido de toda sospecha, lo atribuyen a los hombres de negro enviados por el ministro de Hacienda y diputado por Sevilla, Cristóbal Montoro, a la Feria de Abril, los cuales obligaron a dar de alta a todo el que pintara algo en una caseta, desde el montaje al desmontaje. Mientras que en el resto del país sube el pan (y los impuestos) cuando don Cristóbal habla con su risa de conejo, aquí resulta que baja el paro. Con este precedente, Sevilla va a ser el único lugar del mundo donde acabemos felicitándonos por que nos metan una inspección de Hacienda.