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Isla Mágica hablará en francés

Apenas conocerse la noticia de la venta, por CaixaBank, de Isla Mágica a los franceses de ‘Looping Group’, llamo a un exalto cargo del Parque Temático para que me amplíe la información sobre los nuevos propietarios. Aunque en su día negoció con AsproOcio, Parques Reunidos y otros operadores de parques el cuaderno de venta de Isla Mágica (las Cajas estaban locas por desprenderse del espacio lúdico y los potenciales compradores, conociendo su ansiedad, lo querían poco menos que regalado), carece de referencias sobre el grupo galo, por ser un recién llegado al sector y formar parte de la ‘otra Liga’ de los Parques Temáticos, la de carácter regional, no la ‘Champions’ de Disney, Six Flags y otros elegidos.

¿Quiénes son, pues, los nuevos dueños de Isla Mágica? No ‘suenan’ porque aparentemente son nuevos en el gremio, ya que formalmente ‘Looping Group’ no es visualizado por la opinión pública hasta hace dos años, pero en realidad hunde sus raíces de forma más profunda en el tiempo, hasta unos años antes del nacimiento de Isla Mágica en su primera acepción, la de ‘Cartuja. El Parque de los Descubrimientos’, gestionado por Partecsa en 1993.

Y en el origen, la sorpresa: de nuevo hay una Caja de Ahorros, aunque en este caso francesa: Caisse d´Epargne (Caja de Depósitos y Consignaciones). Su nombre probablemente sí resultará familiar a los aficionados al ciclismo, ya que es una gran patrocinadora del deporte de las dos ruedas en todas sus formas y, especialmente, de equipos profesionales que han participado en las tres grandes pruebas del calendario ciclista: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España. En nuestro país prestó su nombre hasta 2010 al equipo propiedad de Abarca Sports que dirigía Eusebio Unzúe, y contaba en sus filas con, entre otros, Alejandro Valverde y ‘Purito’ Rodríguez.

Caisse d´Epargne constituyó el 26 de enero de 1989 la Compañía de los Alpes, con sede en Boulougne-Billancourt y con el fin de gestionar estaciones de esquí, deporte al que por la abundancia de nieve en el país tan aficionados son los franceses. Poco a poco, la nueva compañía se fue haciendo de estaciones invernales como Tignes, Les Arcs y La Plagne (nombre asociado de nuevo al ciclismo, a una de las míticas victorias de etapa de Miguel Induráin en el Tour) en Francia, y de otras en Suiza y los Países Bajos, hasta un total de catorce destinos blancos.

SALTO DESDE LA NIEVE

 

 

En el año 2001 su actividad se extiende a los parques de atracciones, acuáticos, temáticos y de ocio en general y da un salto cuantitativo y cualitativo cuando tres años más tarde le surge la oportunidad de comprarle a Six Flags, el mayor operador de parques de ocio del mundo y rival de Disney, los parques europeos agrupados bajo la marca Walibi y otros en el Viejo Continente. Al cabo de veinte años de su creación, la Compañía de los Alpes, que había empezado con una estación de esquí tipo Sierra Nevada, se había convertido en uno de los operadores de ocio más importantes de Europa, al ser propietaria total o parcialmente de 35 espacios lúdicos o invernales en una decena de países del Viejo Continente.

Casi en paralelo, el Parque Temático de la isla de la Cartuja, creado en 1993 bajo la acepción de ‘El Parque de los Descubrimientos’, sólo daba pérdidas año tras año y se libraba del cierre merced a las generosas quitas de sus acreedores y a las inyecciones a fondo perdido de las Cajas de Ahorros, presionadas por los políticos.

La Compañía de los Alpes creó una filial, Grevin & Cie, para gestionar todo lo que no fueran sus estaciones de esquí: la veintena de parques que fue incorporando con el tiempo en Francia, Holanda, Alemania y Reino Unido. Entre ellos, el más conocido en el país vecino, aparte de Futuroscope y Disney París, cual es el Parque Astérix, dedicado al mítico personaje de los cómics, con su aldea gala perfectamente plasmada, y que recibe del orden de 1,5 millones de visitas anuales. En conjunto, sus estaciones invernales y  parques registran unos 24 millones de visitas y la compañía facturó 641,5 millones de euros en 2011.

 

 

EXPERTO EN REFLOTAR

 

 

Laurent Bruloy, el presidente de ‘Looping Group’, es hijo de un carnicero y un ‘self made man’ a la francesa. A partir del negocio familiar hizo de todo. Organizando recepciones para hombres de negocio y sirviendo a los restaurantes, llegó al mundo del ocio casi por casualidad, tras hacerse cargo de la cafetería de Aqualud, un parque acuático en un pueblo de 5.000 habitantes llamado Le Touquet,  situado de forma estratégica en el Paso de Calais y que era deficitario desde 1985. En 1997 lo compra, invierte en nuevas atracciones y en su especialidad, los establecimientos gastronómicos bajo la marca Nemo, y tan sólo dos años después ya atrae a 119.000 visitantes, que se convierten en 175.000 en 2002; en 180.000 en 2003…. En diez años, el negocio antaño ruinoso es tan próspero y apetecible que se lo compra la empresa española Parques Reunidos en 2007.

Bruloy se queda con el gusanillo de los parques de ocio y convence a la filial europea del fondo americano de capital riesgo HIG Capital (que en España ha entrado en la audiovisual Vértice) para fundar la empresa ‘Looping Group’ y comprarle a la Compañía de los Alpes, el 31 de enero de 2011, sus más pequeños parques de ocio, ya que aquélla estaba más interesada en potenciar sus grandes marcas, como Astérix, Walibi y Grévin. La operación fue apoyada por los representantes de los trabajadores de cada parque que se iba a segregar de la compañía matriz, ya que se les promete una inversión de unos 20 millones de euros en mejoras en el curso de cinco años. Los vendidos son Bagatelle, Minichateaux, el Acuario de Saint Malo y el Acuario del Valle del Loira, en Francia; Aquaparc, en Suiza; Aventurenpark Hellendoor, en Holanda; y Hills Pleasurewood, en Reino Unido.

 

LÍDER DE LOS PEQUEÑOS

 

 

En conjunto, estos espacios habían recibido 1,6 millones de visitas en la temporada 2009-2010, generado una facturación de 28,3 millones de euros y obtenido unos beneficios de 4,9 millones antes de impuestos. La Compañía de los Alpes se quedó con el 30% del capital de ‘Looping Group’, a fin de facilitar la transición y de tutelar el proyecto desde sus inicios, y también concedió un crédito de proveedores.

Bruloy había diseñado un ambicioso plan de negocios para acelerar la expansión de estos parques como plataforma desde la que seguir creciendo vía adquisiciones. Así, el 22 de mayo de 2012 ‘Looping’ compra el Cobac Park, cerca de Rennes (Bretaña), que el año anterior había recibido unas cien mil visitas. Cédric Lépée, director de HIG Capital, declara: “Nuestra meta es llegar a ser uno de los líderes europeos en la operación de los parques de atracciones regionales. A la vista de los proyectos actualmente en revisión, esperamos anunciar más adquisiciones en los próximos meses”.

Isla Mágica ha sido la nueva pieza de este proyecto de Bruloy, el hombre al que no le asustan los retos, capaz de posar ante un tigre para un reportaje y apasionado del enduro, las carreras de motos de resistencia.

 

 

Portaveu

Isla Mágica es fruto, previo concurso público,  de una concesión por un plazo de 50 años de la Junta de Andalucía, ya que se asienta sobre parte de la antigua Exposición Universal del 92, hoy propiedad del Gobierno andaluz, al que debe pagar un canon anual en concepto de utilización de los terrenos y activos. El cierre o venta del Parque Temático supondría una modificación del contrato de concesión. Por tanto, lo más lógico habría sido que, ante los rumores desatados en tal sentido, La Caixa hubiera desmentido o comunicado sus intenciones a su casero, al que le paga el alquiler, o sea, la Junta de Andalucía. Sin embargo, quien ha salido a la luz pública en funciones de delegado territorial y/o portaveu/portavoz de la entidad financiera  ha sido el alcalde de Sevilla, el cual ha confesado que habla con mucha frecuencia con La Caixa o Caixabank, que tanto monta, monta tanto. A este paso, y tras esa foto suya para la posteridad bendiciendo con los directivos el traslado del Caixafórum a la torre Pelli, Zoido va a acabar como Aznar: hablando catalán en la intimidad.

Paseando a Curro

Desde el 20 de abril de 1992 se sabe que el vigésimo aniversario de la Expo se cumplía el 20 de abril de 2012; que el cincuentenario será en 2042 , y que el centenario, conjuntamente con el VI del Descubrimiento, podrá conmemorarse en 2092. Si gobernar es prever y decidir, nuestros munícipes han dado otra muestra de su capacidad previsora y decisoria al reunirse el 17 de abril para acordar un programa de actos conmemorativos de la Exposición….. después de la Feria. Se comprende, pues, por qué la Gran Exposición Iberoamericana, que iba a celebrarse en 1909, y luego en 1911, y después en 1914, no se inaugurara hasta 1929, y que, por más que le pese a Olivencia, cobre cuerpo en el imaginario colectivo la tesis de que si no hubieran mandado a Pellón desde Madrid y no hubiera convertido la Muestra en un ‘hecho exógeno’ a Sevilla, jamás se habría cortado la cinta inaugural a tiempo para el 92 por el tópico (¿o no?) de nuestra indolencia.

A la espera de que las cabezas pensantes de los grupos municipales aclaren sus ideas y presenten los actos conmemorativos, por lo que ha trascendido no cabe hacerse demasiadas ilusiones. Al alcalde lo sacaron por la radio hablando ¡del recuerdo de las colas y de los sellos en los pasaportes para los pabellones!; la Oposición ha propuesto ponerle una calle a la Expo y darle un homenaje a todos los ex: excomisarios, exalcaldes, extrabajadores de la Organizadora….. e Isla Mágica ha recuperado la mascota Curro, la más que amortizada película ‘Vientos de España’ del antiguo Movimax y los restos de la Cabalgata.

OPERACIÓN NOSTALGIA

Sacar a pasear a Curro en plan Miss Daisy equivale a convertir la conmemoración exclusivamente en una operación nostalgia, que ya fue un fracaso hace 19 años cuando con la antecesora de Isla Mágica, la Partecsa de Prado y Colón de Carvajal, se lanzó ‘Cartuja. El Parque de los Descubrimientos’ meses después de la clausura de la Muestra Universal.
La opinión pública creyó que aquello iba a ser la reedición de la Expo, pero a pesar de que en torno al Lago original seguían en pie parte de los pabellones (autonómicos y el de España), equipamientos del gran evento (telecabina, tren monorraíl) y espectáculos (el del Lago, la Cabalgata), decenas de miles de sevillanos que acudieron el primer día juraron no volver para que la visión de aquel remedo no destrozara su recuerdo de la Exposición. Parte de la ‘leyenda negra’ de los jaramagos proviene de aquel entonces.
Y es que cuando el Estado apagó la luz de la Cartuja el 13 de octubre de 1992, quedaban pendientes de pago facturas por la gran fiesta que ascendían a unos 210 millones de euros (auditoría del Tribunal de Cuentas) y para las que hubo que pedir un crédito multidivisas a un ‘pool’ de un centenar de bancos extranjeros, el Gobierno se vio obligado a devaluar por tres veces la peseta y se entraba en una crisis económica que iba a durar cinco años. Los días de vino y rosas se habían acabado y la ciudad se despertó del sueño para darse de bruces con la realidad.

DESIDIA

Si con la memoria aún fresca la prolongación artificial de la Expo ya fue un fracaso, como prueba el hecho del cierre del Parque Temático en ella inspirado y su reinvención como Isla Mágica, menos sentido aún tendría hoy, al cabo de veinte años, recuperar unos simples fragmentos, elementos o símbolos del 92 que decepcionarían a los 70.000 sevillanos nacidos posteriormente y que se han alimentado del recuerdo idealizado de sus padres, y aún más a los centenares de miles que la gozaron cuando, como en la canción de Serrat, eran veinte años más jóvenes.

Aunque por la crisis -aún peor que la del 93- Zoido apueste por una conmemoración austera, digna y con el menor coste posible, cabe reprocharle su desidia al respecto, pues tomó posesión en junio y sí tuvo tiempo de captar una treintena de patrocinadores para la Copa Davis.
Si ese mismo empeño lo hubiera puesto en sumar a este aniversario a las multinacionales que participaron en el 92, Sevilla podría haber diseñado un programa de lujo como excusa para relanzar la ciudad, llenarla de actividades atractivas para nativos y turistas en el ‘año Expo’ y devolverle el orgullo por el éxito de la Muestra, que insufló nueva  ida a un tipo de eventos que hasta entonces se consideraban arcaicos y sin sentido en la era de la televisión.
Alcatel, Sony, Telefónica, Danone, Heineken (Cruzcampo), Siemens, Schindler, Fujitsu, Coca Cola, Xerox, la gran banca española, El Corte Inglés…..fueron algunas de las grandes compañías patrocinadoras de la Expo o incluso con pabellón propio en Sevilla 1992 y que  podrían haber estado también en Sevilla 2012.

FUTURO FRENTE A PASADO

Si la Exposición Universal, como su nombre indica, supuso traer al mundo a Sevilla, este aniversario podría aprovecharse para que Sevilla hiciera una Exposición de sí misma ante el mundo, mostrara su evolución en estos veinte años y cómo ha transformado el legado de la Expo, para lo cual debería abrir las puertas de la isla de la Cartuja y exhibir cuanto allí se investiga y se crea para, entre otras cosas, acabar de una vez con el mito de los jaramagos y el tópico, en línea con la imagen que proyectó el embajador americano ante la OCDE, de que aquí sólo se vive para el vino y el flamenco.
Más que de desempolvar a Curro, la Cabalgata y nuestros recuerdos, se trataría de, rememorando el lema de la Exposición, invitar a España y al mundo al Redescubrimiento de una Sevilla que no mira con nostalgia al pasado que representa 1992, sino que afronta con ilusión y esperanza los nuevos retos del futuro.

Excesos

Las cuentas de Isla Mágica en 2010, aprobadas de forma oficial, muestran que el Parque Temático vuelve a perder dinero (¿lo ganó alguna vez?), a razón de 3,6 millones de euros, y que su facturación bajó un 13% pese a los ímprobos esfuerzos de su plantilla, dignos de todo encomio. Cajasol ha evitado el concurso de acreedores inyectándole casi 10 millones, pero ya no está dispuesta a poner más dinero (lleva 34 millones), máxime desde que es Banca Cívica y está en Bolsa. La única solución ‘imaginativa’ que circula es, cómo no, otra recalificación urbanística. Fuentes de Cajasol indicaban a una querida colega que el Ayuntamiento tendría que aceptar usos comerciales en el Parque Temático, ya que existe un exceso de oficinas en Sevilla. Por el inconsciente habla la verdad. Si Cajasol admite que hay exceso de oficinas, ¿qué sentido tiene entonces gastarse 300 millones de euros en la torre Pelli, sita tan sólo a unos 2.000 metros de Isla Mágica, para ofertar más oficinas a un mercado saturado y sin demanda por la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria?

Monteseirín perdona a Agesa una pasarela

Lleva cuatro años sin ejecutar el acuerdo urbanístico mientras

exige otra a Cajasol y Barceló

El alcalde y Espadas echan un pulso a cuenta del nuevo puente

que trata de impulsar el mandatario

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el alcaldable de su mismo partido, Juan Espadas, mantienen un enfrentamiento público a cuenta del anuncio del primero de acelerar la construcción de una nueva pasarela entre el casco urbano y la isla de la Cartuja. Espadas sostiene que no es prioritaria y Monteseirín replica que no se puede perder la ocasión de que la paguen Cajasol y la cadena hotelera Barceló. Sin embargo, el Ayuntamiento lleva cuatro años desaprovechando el acuerdo de que Agesa debe pagar otra pasarela sobre el Guadalquivir. La amnesia municipal se ha acentuado desde que la empresa pública fue transferida a la Junta de Andalucía.

Monteseirín y Espadas están manteniendo un pulso y marcando territorio a cuenta del anuncio del aún alcalde de impulsar la construcción de una nueva pasarela sobre el río Guadalquivir que uniría la ciudad (a la altura de la calle José Díaz) con la isla de la Cartuja (entre el hotel Renacimiento e Isla Mágica) para mejorar la movilidad en el antiguo recinto de la Expo-92.

La iniciativa del alcalde no ha sentado nada  bien a Espadas, porque demuestra que Monteseirín sigue sin atender la directriz del PSOE de que dé un paso atrás y deje todo el protagonismo público al alcaldable socialista, el cual querría haber rentabilizado políticamente el anuncio como si hubiera sido fruto de su programa o de sus gestiones.

El alcaldable y futurible senador socialista ha dicho en respuesta a Monteseirín que la Cartuja necesita una reordenación integral que hay que analizar en relación con proyectos futuros como el cierre del Anillo de Cercanías, la llegada del Metro y otras conexiones con el resto de la ciudad, y que sólo si en ese contexto fuera necesaria y razonable la nueva pasarela, su equipo (en la confianza de conquistar la Alcaldía) la estudiaría.

Espadas ha sostenido públicamente que Monteseirín se ha extralimitado al lanzar este proyecto a pocos meses de que deje la Alcaldía y ha afirmado que es “claramente” una propuesta que corresponde analizar al nuevo gobierno municipal “porque no es una necesidad inmediata”.

RECALIFICACIONES EN CURSO

Monteseirín, que ya dijo que acometería recalificaciones en la isla de la Cartuja si contribuían a paliar el paro, ha respondido a Espadas con el argumento de que la pasarela “no es prioritaria, pero sí necesaria”, que está programa desde el nuevo PGOU de 2006; que no se puede desaprovechar la oportunidad de que la paguen los privados Cajasol y Barceló (cadena propietaria del hotel Renacimiento) con una aportación de 11 millones de euros y que la obra generaría puestos de trabajo en la ciudad.

Monteseirín quiere aprovecharse del interés del hotel Renacimiento en reordenar la edificabilidad otorgada en el PGOU a sus parcelas y el de Isla Mágica por construir una zona comercial en las suyas para modificar el Plan, a cambio de que paguen entre los dos la pasarela.

Sin embargo, el alcalde no ha hecho lo mismo con Agesa, que también desde 2006 tiene el compromiso de construir una pasarela sobre el Guadalquivir a cambio de que el Ayuntamiento le permitiera, como así hizo, deshacerse de los suelos de Puerto Triana para vendérselos a las Cajas y propiciar así la construcción del rascacielos de Cajasol, diseñado por el arquitecto argentino César Pelli.

En mayo de 2006, la entonces presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, y el por entonces delegado de Urbanismo, Emilio Carrillo, firmaron un protocolo para determinar el uso del Palenque, Auditorio y Pabellón del Futuro conforme a las recalificaciones previstas en el nuevo PGOU.

Con las plusvalías derivadas de los nuevos usos lucrativos, Agesa se comprometió públicamente con el Ayuntamiento a construir una pasarela sobre el río Guadalquivir, que fue valorada inicialmente en al menos tres millones de euros, mientras que el Consistorio decidiría sobre su ubicación.

Aquel protocolo aún no ha sido elevado a la categoría de convenio urbanístico, que se sepa, y/o el Ayuntamiento no ha exigido a Agesa que cumpla su compromiso. Al contrario: cuando la presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, fue a despedirse este verano de Monteseirín al Ayuntamiento, el alcalde planteó la posibilidad de que la sociedad pública financiase la recuperación de algunos activos aún ociosos de la Expo-92 en beneficio de Sevilla.

Poco después, el alcalde fue abroncado telefónicamente por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, por la pretensión municipal de que Agesa, colocada bajo su adscripción tras ser transferida por el Estado a cuenta de la Deuda Histórica, realizase gasto alguno. Desde entonces, el alcalde no ha vuelto a abrir la boca, y menos desde que Agesa está en manos de la Junta de Andalucía, cuando hizo famosa por su insistencia la frase de que Agesa “no tiene corazón; sólo cartera”.

EL PROTOCOLO CON AGESA

El protocolo firmado en mayo de 2006 entre Agesa, ahora en manos de la Junta de Andalucía, y el Ayuntamiento estaba condicionado a las recalificaciones contempladas en el nuevo PGOU y a la modificación del contrato de explotación de Isla Mágica con Cartuja 93 para desvincular el Pabellón del Futuro del Parque Temático.

Según el acuerdo firmado por las dos partes, Agesa podrá edificar 20.800 metros cuadrados de oficinas de servicios avanzados en la parcela que hasta entonces ocupaba el Palenque (ya demolido), de 10.400 metros cuadrados de superficie y arrendada en aquel momento al grupo de empresas TCM.

El  nuevo PGOU contemplaba el cambio de uso de la parcela que ocupaba el Palenque en el centro del parque tecnológico Cartuja 93, de modo que dejara de destinarse a espectáculos para tener un uso más acorde con el entorno, como eran los servicios avanzados. Mediante este cambio de uso se permitiría  a Agesa dar respuesta a la fuerte demanda de parcelas en la Tecnópolis de Cartuja 93, de la que sigue siendo accionista, aunque minoritario. Existía un acuerdo previo entre Agesa y la empresa concesionaria del Palenque para rescindir el contrato de alquiler, que en principio no expiraba hasta después de varios años.

El protocolo de intenciones también recogía la cesión al Ayuntamiento de Sevilla del Auditorio, propiedad de Agesa y valorado hace varios años en unos 36 millones de euros. Agesa tenía alquilado el Auditorio también al grupo de empresas TCM, que al parecer también había llegado por entonces a un acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla para continuar explotando este activo de la Expo.

Agesa no se comprometió a entregar  el Auditorio cubierto, pese a que el anterior presidente, Luis Miguel Martín Rubio, abordó con TCM esa posibilidad a cambio de incrementarle el canon de explotación.

Por otra parte, Agesa recuperaba el uso del Pabellón del Futuro y podría construir en una parcela anexa unos 6.000 metros cuadrados de usos lucrativos. Hasta entonces el pabellón se hallaba incluido dentro del contrato de explotación que Isla Mágica firmó con Cartuja 93, por lo que estaba adscrito al Parque Temático, si bien prácticamente sin uso alguno.

El traslado de Isla Mágica

Primer Acto: En un curso de verano, el director técnico de Cartuja-93, José Mª Benjumea, cuenta que Isla Mágica sigue perdiendo dinero; que caerá cuando alguien diga que no puede mantenerla y que C-93 fue a California a promocionarla y “vendió una escoba”; y augura que “acabará desmantelándose y convirtiendo (se) el borde del lago en un área residencial”.

Segundo Acto: El presidente de Cartuja-93 (C-93), Isaías Pérez Saldaña, declara: “Ojalá el Parque Temático se hubiera abierto en otro lugar”. Y añade: “No es tan difícil si en el futuro se desarrolla en la ciudad un espacio verde más acorde. Sería un buen espacio para la Ciudad de la Imagen o alojamiento para investigadores y estudiantes, que no es lo mismo que viviendas”.

Tercer Acto: El director de Isla Mágica, Antonio Peláez, critica las palabras “poco reflexivas” de Benjumea tras aludir a los “600 empleos que genera el Parque”. Según Peláez, “no se puede frivolizar y decir que nos vayamos a un terreno virgen en Camas. Hay que apoyar este proyecto para que se consolide. Ahora es necesaria la actividad económica, y el Parque cada año trae más turistas a Sevilla. Que se lo pregunten a los hoteleros. ¿Qué pasaría con los 100 millones invertidos?”.

Cuarto Acto: Monteseirín rechaza el traslado y trata de justificar a Pérez Saldaña: “Cartuja quiere que se sepa que necesita aumentar el espacio y que, en crisis, hay muchas empresas llamando a su puerta. La ubicación de Isla Mágica es una ventaja porque el beneficio que genera recae en la ciudad: en hoteles, restaurantes…..

Quinto Acto: Peláez sostiene que Isla Mágica está “consolidado por el PGOU, que lo califica como ‘área de ocio temático”. “No tiene sentido –añade- cuestionar la idoneidad de este negocio en su actual ubicación”.

Sexto Acto: Saldaña publica un artículo para retractarse y alinearse con Isla Mágica y el Ayuntamiento. Habla del Parque en términos como: realidad consolidada; 13 millones de visitas; más de 600 empleos directos; proyecto de ajustado beneficio….

Primer Apunte: Entre los falsos mitos de Isla Mágica figura el de los 600 empleos. Tiene una estructura fija de unas 30 personas. Después mantiene unos 250 fijos-discontinuos: trabajan sólo cuando se abre el recinto y cobran el paro en los meses de inactividad. Hay un tercer nivel, de unas 100 personas, sin obligación alguna de emplear. Sólo se las llama en temporada alta si es necesario.

Otro falso mito es el del ajustado beneficio económico. Pero, ¡hombre, Isaías, si Isla Mágica ha sido una ruina toda la vida! Ni siquiera tras las generosas condonaciones de deuda por los accionistas primigenios, vista gorda en el impago de impuestos y cánones a la propia C-93 y un rosario de historias contra viento y marea para que no cerrara sus puertas su balance es positivo. En el último ejercicio  registró pérdidas de 3,3 millones de euros, 847.265 visitas (caída del 6%)  e ingresos de 17 millones de euros (un 9% menos).

Dice Peláez que hay que apoyarlo para que se consolide. ¿Más todavía? ¿Cuánto tiempo necesita para consolidarse desde 1993 como ‘el Parque de los Descubrimientos’ y desde 1997 como Isla Mágica? ¿Otros 17 años?

No se invirtieron 100 millones de euros, sino supuestamente 73,5 millones, cifra en que se incluyó la capitalización de las pérdidas de Partecsa.

Los 13 millones de visitas en 13 años equivalen a las de Eurodisney  en uno solo. Nuestras cifras no suben por el agotamiento de la oferta y esconden las 200.000 menores que entran gratis, los recurrentes de los pases de temporada (unas 140.000), las de escolares…..

Si Isla Mágica es tan rentable para los hoteleros, ¿por qué jamás ninguna cadena se hizo accionista? No nos engañemos: se trata de un parque doméstico (40% Sevilla; 40% Andalucía; 10% España; 10% Portugal) y que por su reducido tamaño puede verse en un día (para Eurodisney, a más de 30 Kms de París y con hoteles propios para pernoctar, se necesitan al menos tres jornadas) en viaje de ida-vuelta desde Portugal, Costa del Sol y buena parte de la Península.

El Parque está consolidado por el PGOU y no se puede cambiar. ¿Que no? ¿Quién si no el mismísimo alcalde dijo en referencia a Isla Mágica que él estaba dispuesto a “ajustes” del Plan General con tal de crear empleo en la crisis?

Segundo Apunte: El traslado (que no desaparición, ojo) de Isla Mágica a otro suelo menos constreñido, con más comodidades (parking, hoteles, restauración….) y una oferta renovada que permitiera su relanzamiento estaría más que justificado si el uso alternativo del espacio que ocupa (27 Has. y 119.000 m2 edificables) generara más riqueza y empleo a la ciudad.

Ese suelo debería destinarse al Parque Tecnológico, donde en el último año y pese a la crisis se crearon 626 empleos de alta cualificación, más que todos los que dice tener Isla Mágica al cabo de 13 años. Según Cartuja-93, la Tecnópolis alberga 344 empresas, con 14.380  trabajadores y una facturación de 2.200 millones de euros. Por término medio cada firma emplea a 42 personas y factura 6,3 millones. Con esta ratio, sólo con que se implantaran 14 empresas nuevas donde hoy está Isla Mágica se crearían 600 empleos y se generarían 88 millones de euros. Y por la media de edificabilidad ocupada en Cartuja, en Isla Mágica cabrían 82 empresas tecnológicas más, con un potencial de 3.444 empleos y 516 millones de euros de facturación.

El traslado de Isla Mágica, que no implicaría su desaparición, puede justificarse. Otra cosa, ¿verdad, Isaías?, es que decirlo resulte políticamente incorrecto. ¿Para quién?

El PGOU ya fue la recalificación

El alcalde admitió tras el último Consejo de la Gerencia de Urbanismo que él en persona está negociando con posibles inversores en Isla Mágica y en otros proyectos “ajustes” en el PGOU aprobado hace ahora sólo cuatro años, para favorecer el desarrollo económico de la ciudad en plena crisis. Esos “ajustes” se traducirían en recalificaciones de suelo o aumento de edificabilidad para generar empleo bajo los criterios de un urbanismo “sostenible”, porque, según Monteseirín, el Plan General  nació en un contexto de “vacas gordas” y ahora estamos en “vacas flacas”.

El Ayuntamiento traslada a la opinión pública la idea de que Isla Mágica necesita crecer mediante un cambio urbanístico que permita abrir un gran complejo comercial y de ocio en la parcela sita frente al Teatro Central y redactar un Plan Especial que requería al menos un año de papeleo.

SIN NOVEDAD

Sin embargo, no hay nada nuevo bajo el sol. No hay nuevos inversores ni necesitan recalificaciones o más edificabilidad, aunque a nadie amargan esos dulces. Y, por otra parte, el Plan Especial también estaba previsto desde el principio.

Hagamos memoria. Isla Mágica ya se benefició de una enorme recalificación en la revisión del PGOU de 2006 bajo el gobierno de Monteseirín, justamente con el argumento de propiciar su supervivencia, comprometida desde que vio la luz tras la Expo. Fue el Ayuntamiento y nadie más el que al incrementar la edificabilidad y permitir nuevos usos en diversas parcelas, como la citada y la situada frente al antiguo pabellón de Cruzcampo, predeterminó el futuro del recinto lúdico conforme a ese modelo de ciudad sostenible  del que presume Monteseirín. ¿Ha cambiado el modelo o es que estaba errado?

EL CANON, LA CLAVE

Hace dos años, la Junta sacó a concurso el Parque Temático, que se alza sobre suelo público y en régimen de concesión. La clave del concurso radicaba en que justamente por el incremento de edificabilidad otorgado a Isla Mágica (unos 55.000 m2 para usos terciarios como hoteles, comercios y oficinas, a sumar a los 64.000 que ya tenía) se actualizaba el canon pagadero a la Administración.

Haciendo una comparación en euros constantes, la empresa gestora pasaba de pagar un canon de 985.066 euros/año a otro promedio de 1.209.457 euros a lo largo de 50 años (período también aumentado desde los 30 iniciales). La diferencia era de 224.391 euros/año (un 22,77% más), pero a cambio el adjudicatario podía explotar los 55.000 m2 más de edificabilidad asignados en el PGOU mediante el desarrollo de un Plan Especial y se libraba del mantenimiento de los activos que se incluyeron en el primitivo contrato de explotación y que se devolvieron a sus titulares originales: el Pabellón del Futuro, la torre panorámica y los Jardines del Guadalquivir.

El adjudicatario también se obligaba a pagar el canon y el IBI adeudados por Isla Mágica a lo largo de los años anteriores (unos 5 millones de euros) y a comprarle todos los activos acumulados desde 1997 (valoración extraoficial de unos 37 millones de euros), amén de a conservar la plantilla (91 trabajadores).

HASTA EL CIRCO DEL SOL

El pliego de condiciones era taxativo, por lo que las empresas tenían muy claras las reglas de juego urbanísticas: “De acuerdo con la revisión del PGOU, para materializar la edificabilidad y uso urbanístico previstos…se exigirá la aprobación de un Plan Especial….debiendo respetar en todo momento las previsiones urbanísticas que resulten de aplicación”. Asimismo, se exigían planos y dimensiones de la superficie a ocupar, planos de detalle de las obras, cronograma de los trabajos, memoria justificativa, presupuesto y plan económico-financiero…..

Con ese marco preestablecido, los inversores a que ahora alude el alcalde y que eran y son Inverco, Parques Reunidos y Martín Casillas (entre otros), redactaron un proyecto ‘a priori’ muy atractivo, ya que preveía la instalación de la sede permanente para el Sur de Europa del Circo del Sol, una subsede de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre de Jerez, un centro comercial tematizado –no en sociedad con El Corte Inglés, como se ha llegado a decir- orientado hacia la isla y no hacia la ciudad, un hotel colindante con los Jardines del Guadalquivir, la conexión del Parque con el río y nuevas atracciones “de impacto” en sustitución de las ya demasiado vistas. Se cifró la inversión en unos 250 millones de euros, a desarrollar en al menos cinco años,  y se estimaron unos mil empleos.

DESIERTO

He vuelto a hablar con algunos de los socios de aquel proyecto y me ratifican que el problema no radicaba ni radica en la edificabilidad, a su juicio suficiente, entre otras razones porque las atracciones no computan a efectos urbanísticos. Vieron como principales obstáculos el coste del canon, a su juicio excesivo, y las discrepancias sobre el uso del suelo. Al final, no se presentaron, el concurso quedó desierto y en segunda convocatoria el único aspirante fue la propia Isla Mágica, en manos de Cajasol (73%) y Unicaja.

Su proyecto para el concurso valoraba en 100 millones de euros la futura inversión, que realizaría “en su momento” la entidad sevillana o bien cualquier otra. Inverco y compañía siguen a la expectativa siempre que Junta, Ayuntamiento e Isla Mágica estén por la labor, y reconocen que prácticamente nada ha cambiado, de lo que coligen que el más interesado en “mover ficha” es Monteseirín, dispuesto a abrir la ‘caja de Pandora’ de las recalificaciones aun a costa de colmatar aún más la Cartuja.

Coartadas

Monteseirín ha tardado casi dos semanas en fabricar una coartada sobre el envío a Barcelona de su coche durante los tres días que duró su estancia ‘empotrado’ en la expedición del Sevilla a la final de la Copa. Cuando el escándalo destapado por El Mundo ha alcanzado eco nacional y Monteseirín no ha podido constreñirlo al ámbito local, ha decidido romper su silencio culpable y escudarse en que se trató de una cuestión de seguridad y que con la seguridad no se juega.

Dice que la decisión no fue suya –que lo fue- ni de sus asesores de prensa ni de economía, sino que obedecía a un protocolo de seguridad: cuando se prevé situación de riesgo, como acudir a la Moncloa o un partido de fútbol, el  protocolo exige que lo acompañen policías.

El protocolo, que como es de seguridad es secreto y obliga a un acto de fe en el alcalde (¡pero si en Alfredo no cree ni su propio partido!), podrá decir (concedámosle el beneficio de la duda) que lleve escolta, pero no que los policías se vayan dos días antes en el Renault Vel Satis del alcalde (coche valorado entre 35.000 y 60.000 euros según su equipamiento) para que éste se pasee por Barcelona a todo confort en vez de usar transporte público y que luego los escoltas se vuelvan en el coche oficial dejando de nuevo solo al alcalde en su regreso a Sevilla.

¿Cuál era entonces la misión de los policías? ¿Proteger al alcalde o hacerle de chóferes en Barcelona?

LA DIFERENCIA CON GALLARDÓN

La final era una situación similar para el alcalde  de Sevilla y el de Madrid. Monteseirín, además de enviar el coche por delante, estuvo tres días fuera  y alardeó de que iba invitado por el club blanco, aunque ocultó la factura en combustible y dietas de la expedición policial. Gallardón viajó  el mismo día a las 5 de la tarde en un vuelo de Iberia pagado por el Ayuntamiento de Madrid, al considerarse la Copa que lleva el nombre del Rey y la participación de un equipo madrileño, motivos más que suficientes para justificar un viaje oficial.

A su llegada una hora después al aeropuerto de Barcelona, lo recogió un coche del Atlético de Madrid, que lo trasladó hasta el hotel donde se hallaban los colchoneros. Vio el partido y prefirió volverse aquella misma noche en el avión del Atlético para confortar a los perdedores. El vuelo partió a las 2:30 de la madrugada. El llegó a su casa a las 4 de la mañana y a las 9 ya estaba en la Casa de la Villa  presidiendo una Junta de Gobierno.

En plena crisis, Gallardón no le restó ni un minuto a su tiempo de despacho en el Ayuntamiento. Monteseirín, en cambio, se quitó del medio durante tres días. Siguiendo su ejemplo, ¿no iba a caerse también Rosamar de un Pleno para largarse al Rocío?

SETAS INTOCABLES

Ha habido que esperar a su vuelta  para que, tras el desmarque de sus socios de IU al optar por la abstención, el voto de calidad del alcalde en uno de los múltiples Plenos convocados el  mismo día a la proustiana busca del tiempo perdido permitiera librar 13 millones para las ‘setas’ de la Encarnación. El mensaje es difícil de digerir para los funcionarios municipales, a los que se recorta el sueldo con el argumento del ahorro y que simultáneamente ven cómo Monteseirín se saca de la chistera 13 millones para rematar su cada vez más cuestionado proyecto emblemático, su particular Estadio Olímpico.

Ignorando también olímpicamente el informe del secretario municipal, en el que exigía que se depuraran responsabilidades por el sobrecoste en 38 millones, Monteseirín ha atribuido la desviación presupuestaria a la crisis. Otra mentira más. Las ‘setas’ se paralizaron justo antes de las elecciones municipales de 2007, cuando se comprobó que eran técnicamente inviables, y por entonces no había crisis. El sobrecoste, que aproxima el coste final a más de 100 millones de euros sumando la primera fase de las obras, se ha debido a la necesidad de inventarse soluciones técnicas a un problema que se ocultó a los sevillanos para evitar que dieran al PSOE un voto de castigo en las urnas hace tres años.

VIEJAS VANGUARDIAS

Monteseirín esgrime como coartada que “no se trata de hacer un bloque en medio del campo, sino un proyecto de vanguardia que va a dinamizar la parte norte de la ciudad y en la que ya hay muchas empresas invirtiendo”. ¿Es capaz de citar alguna y los empleos creados? Si existieran unas y otros, ya lo habría divulgado ‘urbi et orbi’, pero como no hay nada, se inventa que las ‘setas’ generarán unos beneficios de casi 400 millones/año (Isla Mágica, con casi un millón de visitas, factura sólo 20 millones) y más de 4.000 empleos (¿?).

Mientras Espadas reconoce que las ‘setas’ se le han escapado de las manos al Ayuntamiento, a Monteseirín se le llena la boca con las palabras “vanguardia” y “modernidad”. Pues bien, esta semana se celebrará en Pamplona un congreso de arquitectura con premios Pritzker como Herzog, Piano y Murcutt. Uno de los promotores, Fernández-Galiano, ha declarado: “La bonanza económica ha impulsado la creación de edificios-icono y ha eclipsado el concepto de arquitectura como arte útil y de servicio a las personas. El gran carnaval de exceso y despilfarro debe dar paso a otra arquitectura . La conciencia de que hay que construir de otra manera, con sensibilidad hacia el entorno, está calando. Alemania lo está haciendo de forma decidida…”.

Aquí levantamos las ‘setas’ de un alemán que ya no se harían en Alemania,  por el complejo de Monteseirín de parecer muy moderno y muy de vanguardia. Cuando él va, los demás ya están de vuelta.