Ahora que el humorista José Mota ha vuelto a la televisión y que en su día aplicamos a Monteseirín su ‘gag’ sobre el dinero inexistente que Rubalcaba se daba trazas de encontrar rebuscando entre las rendijas del sofá, también podemos extrapolar la humorada a Zoido, el cual se ha revelado un consumado maestro en sacarse de la chistera fondos de donde antes no había nada.
La cantinela del PP desde que llegó al Ayuntamiento con sus veinte concejales por banda es que Monteseirín no sólo había dejado una deuda de 700 millones de euros, sino que también había casi agotado los Presupuestos para todo el año 2011. A título de ejemplo, la nueva corporación citó dos casos sangrantes: sólo había 8.000 euros en caja para afrontar el arreglo de los colegios antes del inicio del curso y 200.000 euros para todos los parques, una cifra tan insuficiente que algunos como el del Tamarguillo, Miraflores y Guadaira quedarían abandonados a su suerte en pleno verano.
Sin embargo, tan sólo dos meses y medio después el gobierno municipal ha metido la mano por las rendijas del Presupuesto y, ¡eureka!, ha encontrado la forma de gastarse casi 300.000 euros (algo menos de la mitad de lo que le exige a la Junta como contribución a la final de la Copa Davis) en plantas y árboles: 104.000 en flores de Pascua y casi 200.000 en la restauración de árboles singulares. Si no había dinero ni para arreglar los colegios ni atender los nuevos parques en los barrios, ¿de dónde salen ahora estos 300.000 euros para exornos florales en Navidad? ¿Qué partidas presupuestarias se han modificado y qué otros capítulos se han desatendido para liberar estos fondos? ¿Tienen más importancia las macetas que las aulas de los colegios?.
Y es que Zoido va a comprar 54.060 macetas de flores de Pascua (en realidad lo que llamamos flores son las hojas de intenso color rojo que rodean a aquéllas, de diminuto tamaño), un tipo de ‘euphorbia’ cuya savia es tóxica aunque la gente suele ignorarlo; crisantemos, pensamientos, alhelíes y otras especies para adornar casi únicamente el Centro, el parque de María Luisa “y otras zonas emblemáticas y concurridas de la ciudad”, según el Consistorio.
FACTURA MULTIPLICADA
El PSOE ha incidido en que el nuevo alcalde destina a adornos vegetales una partida 25 veces superior a la de la Navidad de 2010, cuando por la crisis sólo se habrían gastado 12.000 euros merced a una política de recorte aplicada ya desde 2009, cuando la partida floral navideña ascendió a 42.000 euros.
El gobierno ha respondido a estas críticas diciendo que el gasto en árboles y flores responde a “mejoras de la sostenibilidad y la estética, no sólo de cara a las Navidades, sino al resto del año”.
Al margen de que en una situación de crisis económica de la gravedad que estamos sufriendo este dinero podría haberse destinado a atender otras necesidades más perentorias y que se trata de un gasto prescindible por haber otras prioridades, el argumento de la sostenibilidad ecológica es injustificable, pues se trata justamente de lo contrario: flores de usar y tirar. Este tipo de plantas son forzadas en los invernaderos para poder crear en la época navideña los denominados ‘jardines móviles’, pirámides de macetas con las que decorar cualquier punto seleccionado al efecto, y que una vez pasadas las fiestas quedan inservibles.
Por tanto, este dinero no contribuye a la sostenibilidad porque no queda ninguna planta viva. Al contrario, es un gasto suntuario, un lujo en las actuales circunstancias. Y no sólo el nuevo Ayuntamiento ha incurrido en esta práctica, sino también la corporación anterior con Eva Patricia Bueno al frente de Parques y Jardines, cuando se gastaron grandes partidas en plantas y en siembras efímeras. Esta tendencia que aún se mantiene entre nosotros y aumentada por el nuevo Ayuntamiento ha sido ya corregida en otras ciudades europeas y, en España, en Barcelona, por su elevado coste, insostenible en un escenario de crisis y cuando la política generalizada es la de ahorrar como sea para reducir el déficit público. En congresos de jardinería se está constatando que los expertos abogan por trabajar a favor de la Naturaleza y no forzando su ritmo con la implantación de flores fuera de temporada u obtenidas en invernaderos a un elevado coste, por lo que propugnan la siembra en los jardines públicos de especies vivaces. Estas permanecen en el terreno tras su floración habitual, que ofrecen de nuevo a la temporada siguiente, por lo que así no hay que gastar dinero año tras año en la compra de macetas que sólo duran unas semanas.
Plantas ya tan típicas entre nosotros como rosales, cannas, agapantos….embellecen los espacios públicos durante todo el año con su verdor después de su floración, porque es imposible encontrar en la Naturaleza una especie que se mantenga florida todo el año.
Ojalá esta polémica sobre la compra masiva de flores efímeras a un elevado coste para las arcas públicas sirva para plantearnos por qué no se potencian los viveros municipales (tenemos dos en Los Remedios) para, con la antelación suficiente, programar la producción abundante no sólo de flores de Pascua, sino también de cualesquiera otras que embellezcan aún más Sevilla a lo largo de las cuatro estaciones.
Quizás no se plantea esta cuestión porque la respuesta sería que Parques y Jardines carece de suficientes medios para actuar a largo plazo. Y, como es sabido, los políticos siempre piensan a corto, por eso la mayoría de ellos acaban siendo en nuestra memoria flor de un día.