Amparo Rubiales ha reconocido que su bufete percibió a finales del año 2009, cuando aún ella era miembro del Consejo de Estado, pagos periódicos de 6.000 euros de Nueva Rumasa, la empresa de José María Ruiz Mateos. Unos medios dicen que los abonos eran mensuales y otros que semanales, y que podrían haber ascendido a casi 55.000 euros. La actual presidenta del PSOE (A) defiende la legalidad de su actuación y justifica el cobro de tan sustanciosas minutas por su intermediación ante el Ayuntamiento de Sevilla en la era Monteseirín o bien ante el de La Rinconada, también gobernado entonces por su partido, para que le concediesen licencia urbanística a Ruiz Mateos. Sin entrar en esas mismas disquisiciones de Miguel Ángel Vázquez sobre la diferencia entre legalidad, ética y estética (en 2009 ya estábamos en plena crisis), yo, en plan ingenuo, planteo como simple ciudadano si para pedir una licencia municipal hay antes que pasar por la caja de ciertos despachos. ¿Será acaso ésta la famosa pregunta del millón (de las antiguas pesetas), o sea, de los 6.000 euros?