Hace días se coló en la prensa una carta que reflejaba la realidad que percibo en mi deambular por la ciudad. Un sevillano contaba cómo llevaba a diario en moto a su hija al colegio y ello le permitía comprobar el progresivo y avanzado deterioro de la feble capa asfáltica existente en las calles y avenidas por las que circulaba, incluyendo el entorno del Parlamento de Andalucía, en las Cinco Llagas. Y, consciente de que el también alcalde de Sevilla es diputado autonómico, se preguntaba si Zoido no se percataba de que muchas vías de comunicación están como un queso gruyère, con el riesgo que ello supone para conductores y viandantes, o era que ya no se baja del coche oficial ni se patea la ciudad. Al leer la misiva me vino a la memoria cómo el pueblo soberano, ante una situación similar a ésta, acabó rebautizando a Manuel Del Valle, finalmente sustituido por Luis Yáñez. Como Zoido no espabile y no invierta pronto los 9 millones de euros presupuestados para reparaciones en las calles, corre el riesgo de que lo equiparen a su antecesor en plan ‘Zoidobache’.
En la plazoleta de acceso a los Salesianos de la Trinidad, justo antes del arco que da acceso al colegio y al lado justamente del monumento a San Juan Bosco, el estado de la pavimentación, con las losas cuarteadas y destrozadas, resquebrajadas y salidas, es realmente lamentable. Además de que los coches invaden dicha zona peatonal como les viene en gana, lo cual es otro asunto, se trata de una zona diaria de tránsito de niños y personas mayores, y cualquier día habrá un mal tropiezo –ya he visto algunos- con las consiguientes lesiones. Lleva así desde el mes de septiembre, un día tras otro, y algún correo he puesto interesándome por el asunto, sin que haya recibido siquiera atención ni respuesta de la alabada micropolítica municipal. Aprovecho esta entrada para exponer el hecho, sin demasiado convencimiento ni esperanza de que nadie vaya a solucionar el asunto. Atentamente.