Afirmó que no había simetría con Bocachanza y que previamente había que definir el caudal del río en su último tramo
El Gobierno de España, a través del Ministerio para la Transición Ecológia y el Reto Demográfico (Teresa Ribera), ha acabado aceptando que Portugal instale en Pomarao una estación para bombear 30 hm3 anuales del río Guadiana pese a haber negado previamente una «simetría» con la estación española de bombeo de Bocachanza, considerada ilegal por Portugal, y haber alertado sobre el presunto incumplimiento del Convenio de Albufeira y los negativos impactos ecológicos y en la salinidad que tendrá la ejecución del proyecto del país vecino.
Por las características del proyecto, el Gobierno portugués, en el marco del Convenio de Albufeira entre los dos países, informó sobre el mismo a su homólogo español y le dejó abierta la puerta a que hiciera las observaciones que creyera oportunas.
Por Nota Verbal No. 76/3.4, de 22 de diciembre de 2023, el Ministerio español de Relaciones Exteriores, Unión Europea y Cooperación comunicó su intención de participar en el procedimiento de evaluación de impacto ambiental.
De los resultados de la consulta al Reino de España, la Agencia de Medio Ambiente de Portugal destaca los siguientes aspectos expresados por el Gobierno español:
-La cuenca del Guadiana es la única de las cuencas compartidas entre España y Portugal para la que no se estableció un régimen de flujo definitivo en el tramo internacional aguas abajo de Pomarão. El caudal en el tramo final del Guadiana, y concretamente en el tramo fronterizo, está claramente condicionado por la gestión del embalse portugués de Alqueva. Por lo tanto, antes de considerar un proyecto de cambio y reducción del régimen de caudales en el Bajo Guadiana es necesario definir el régimen de caudales y cumplir con el párrafo 1 del artículo 16 del Convenio de Albufeira.
-No se ha realizado un estudio completo y actualizado, según lo acordado por ambos países, sobre la situación actual y necesidades hídricas del Bajo Guadiana, incluida la ría, con el fin de determinar el régimen de caudal ecológico necesario para alcanzar y mantener un buen estado del agua.
-El régimen de caudales en el Bajo Guadiana se verá reducido como consecuencia de la captación de agua propuesta. Esto provocará la modificación y el deterioro del estado ecológico del tramo internacional del río Guadiana, los hábitats y comunidades biológicas existentes y el estuario. Por lo tanto, tendrá un impacto negativo en el estado ecológico de las masas de agua transfronterizas en el estuario, en una extensión e intensidad que se desconoce, ya que no se han realizado estudios sobre las necesidades ecológicas del tramo del Bajo Guadiana.
-Se pueden poner en riesgo las regulaciones europeas.
-Respecto al avance de la cuña de la sal, los datos de las autoridades españolas sobre la evolución reciente de la salinidad en el Bajo Guadiana y Bocachanza, contradicen los resultados de la evaluación de impacto ambiental realizada por la Agencia de Medio Ambiente de Portugal. España ha comprobado una tendencia negativa en la calidad del agua, especialmente durante la marea baja, lo que indica una alta penetración de la cuña de sal aguas arriba. Esto ya sucede con los usos existentes y demuestra que la corriente fluyente actual es insuficiente para contener el avance de la cuña, por lo que el problema podría agravarse si hay una reducción de caudales como consecuencia del proyecto de estación de bombeo en Pomarao.
-El proyecto afecta directamente a los intereses de España, ya que la actuación propuesta se sitúa en el último tramo de la cuenca del Guadiana, donde existen solicitudes de agua para las cuencas del río Guadiana, del Guadalquivir y de los ríos Tinto, Odiel y Piedras.
Estación de bombeo de Bocachanza
-Sobre la estación de bombeo española de Bocachanza: El Gobierno de España destaca que se encuentra incluida dentro de la legislación española, concretamente en la Ley 10/2001, de 5 Julio, del Plan Hidrológico Nacional. Esta ley también contempla la ampliación de la captación de agua existente a través del proyecto “Ampliación Bocachanza”, según el Anexo II de la citada Ley “Lista de Inversiones”.
Asimismo, aparece de forma inequívoca en la Ley 10/2018, de 5 de diciembre, de transferencia de 19,99hm³ desde la Cuenca de los ríos Tinto, Odiel y Piedras hasta la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir. La citada Ley tiene como objetivo garantizar el abastecimiento de los municipios del Condado de Huelva, mejorar la garantía del regadío, la recuperación de los acuíferos de la zona y el balance hídrico del medio ambiente -especialmente en el Parque Nacional de Doñana-, y establece en su Disposición adicional única las condiciones necesarias para garantizar los caudales. La ampliación de Bocachanza II figura como una de las infraestructuras que la Administración española debe priorizar.
-En cuanto a la disponibilidad de caudales, debería hacerse un nuevo análisis de la disponibilidad en Pomarão que tenga en cuenta la realidad esperada durante la fase de explotación del proyecto.
-Sobre la simetría entre la captación de agua en Pomarão y en Bocachanza citada en el documento, en opinión del Gobierno español no existe base para ello, siendo aceptable sólo como hipótesis de estudio, pero no vinculante.
Cabe recordar que en octubre de 2022 el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó la declaración de emergencia de las obras de aumento de la capacidad de la estación elevadora y del colector de impulsión del Bocachanza, en la demarcación Hidrográfica Tinto-Odiel-Piedras-Chanza.
INCREMENTO DE CAPACIDAD
Desde la Junta de Andalucía se informó de que esta infraestructura hidráulica contaba entonces con capacidad para bombear 63 hm³ de agua de la desembocadura del río Chanza con el fin de incorporar los recursos al sistema de explotación onubense. La ejecución del proyecto impulsado por el Ejecutivo andaluz permitirá sumar 12 hm³ anuales hasta alcanzar los 75 hm³ establecidos en el plan de emergencia de la cuenca.
Según se reconoce en el Informe de Participación Pública sobre el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana, «Bocachanza I y un posible Bocachanza II son captaciones en el tramo internacional compartido con Portugal, no acordadas aún con el país vecino. Bocachanza I, situado en el tramo internacional del Guadiana, se construyó para su uso en momentos de sequía y se consintió por Portugal para esas situaciones, en tanto entraba en explotación el embalse del Andévalo.
Dado que este embalse está en explotación desde hace años, en estos momentos el uso del bombeo de Bocachanza no tiene respaldo legal alguno, no está acordado con Portugal ni está soportado por nuestros Convenios con el país vecino. Por tanto, el uso del actual Bocachanza y el desarrollo de un Bocachanza II debe previamente
gozar de un acuerdo con Portugal».
Las sección española y portuguesa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ya denunciaron «la gravedad de los planes de ambos países de aumentar las extracciones en el estuario del Guadiana, sin haber acordado en base a la legalidad vigente las captaciones actuales, ni haber establecido los caudales necesarios y disponibles para asegurar la conservación y el buen estado de las masas de agua de transición del Guadiana y de las que ambos países son responsables».
WWF reclama a las Administraciones públicas de ambos países que se pongan de acuerdo, al amparo del Convenido Internacional de Albufeira, para estimar los recursos reales disponibles del tramo bajo del Guadiana, para poder llevar a cabo una gestión coordinada y sostenible de las captaciones y trasvases actuales, que asegure el cumplimiento de los objetivos ambientales que exige la Directiva Marco del Agua.
En su opinión «es imperativo evaluar los impactos ambientales de las captaciones actuales, analizar de forma conjunta las presiones a las que está sometido el estuario del Guadiana, y establecer de manera coordinada las medidas necesarias para cumplir con el buen estado de estas masas de agua de transición de las que son responsables ambos países».
Para las organizaciones ecologistas a uno y otro lado de la frontera, la protección y mejora de los ríos, humedales y acuíferos de las regiones del Algarve y de Huelva deben ser prioritarias para poder compatibilizar la mejora y la conservación de las aguas y los ecosistemas que dependen de ellas con el desarrollo económico de esta región transfronteriza. «Mientras esta condición no se cumpla -afirman-, el río Guadiana seguirá padeciendo las nefastas consecuencias de la falta de gestión coordinada del agua entre ambos países».
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