Responsables de una treinta de colectivos sevillanos han acordado, tras una reunión en la Casa Sahara, la constitución de EcoMetroPolis: una red de apoyo mutuo frente a la amenaza que a su juicio supone la degradación ambiental que sufre la capital de Andalucía y su área metropolitana. La constitución definitiva de la red llega tras el primer encuentro, que tuvo lugar el pasado día 1 de febrero en el Parque del Alamillo, y confirma la decisión de actuar conjuntamente “para mejorar la habitabilidad, la salud y la calidad ambiental en Sevilla”.
Según la nueva asociación, la emergencia climática tiene muchas aristas pero el grave deterioro ambiental que sufre el hábitat urbano provoca consecuencias en la calidad de vida de las personas, que no pueden tratarse únicamente en los hospitales y centros de atención sanitaria.
“Vemos a diario la fuerte dependencia del coche en el estado del tráfico de esta ciudad. Esto tiene consecuencias para la seguridad y la calidad del aire. Si le sumamos la inestabilidad del tiempo a la falta de planificación urbana y el deterioro del arbolado urbano, el resultado es una bomba de relojería como ocurrió el pasado 2023 con la borrasca Bernard. Los desastres ecológicos, la contaminación del río, la pérdida de espacios de calidad ambiental…., todo está relacionado y apunta a la destrucción de servicios ecosistémicos valiosos, especialmente necesarios para la calidad de vida de las personas”, afirman estos colectivos en una nota de prensa.
Destacan que la dependencia energética es cada vez mayor y nos hace más vulnerables en las ciudades. Afirman que el impacto ambiental aumenta la brecha de vulnerabilidad y que lLa emergencia climática tiene efectos muy diferentes en los distintos barrios del centro y la periferia: desde fuertes rachas de viento, acompañadas de lluvias torrenciales (incluyendo inundaciones trágicas como la que hemos sufrido en Valencia) a nuevas enfermedades por efecto del cambio global, como el Virus del Nilo Occidental, que transmite un simple mosquito.

Momento de la reunión constituyente de la red de apoyo mutuo
«Estamos sufriendo ataques desde muchos frentes que en las grandes ciudades son más evidentes. Vemos crecer el interés por parte de grandes sociedades a manos de grupos de inversión internacionales, que operan a través de la gestión de carteras de créditos y fondos buitre, a los que únicamente les interesa especular con los recursos andaluces, algo que se comprueba en el auge del extractivismo minero o el crecimiento desaforado del sector inmobiliario, donde los apartamentos turísticos afectan a bienes básicos como la vivienda y la economía familiar», aseguran. Y añaden: «Esta cultura del pelotazo pone la ciudad en venta y nos perjudica a todas las personas que habitamos en ella».
LOS MIEMBROS DE LA RED
La Plataforma ciudadana S.O.S. Guadalquivir defiende la calidad del estuario del Guadalquivir frente a la reapertura de la Mina Los Frailes en Aznalcóllar (en su próxima reapertura desde el desastre de 1998) y la Mina las Cruces, contra la contaminación que el extractivismo minero de dos empresas internacionales están provocando en nuestra comarca.
La Red de Sevilla por el Clima, desde un perfil multidisciplinar, se centra en la emergencia climática y la desfragmentación a través del Anillo Verde y Azul de Sevilla.
WWF Sevilla, Ecourbe y Ecologistas en Acción trabajan la sostenibilidad a través de la investigación y la educación ambiental en temas como la conservación de la biodiversidad, la movilidad sostenible o los residuos urbanos.
Artistas por Tablada dan visibilidad a toda esta problemática de forma artística y transversal al problema del desarrollo insostenible.
La Mesa ciudadana para conseguir que Tablada sea un espacio libre que mejore la calidad del aire y proteja la ciudad en caso de inundaciones.
La Asociación para la Defensa del Territorio del Aljarafe pone especial atención en los nuevos planes urbanísticos metropolitanos.
Otras asociaciones, como Pulmón Verde, Huerto del Rey Moro y la Revuelta, trabajan para combatir la carencia de zonas verdes que caracteriza al centro de Sevilla, contra el urbanismo despiadado que borra su identidad debajo de una ciudad de cartón piedra.
La Plataforma SAVE! defiende un anillo verde y azul desde las lagunas del Este para toda Sevilla.
Torreblanca Verde defiende la integración social en la mejora del verde urbano y también trabaja contra la pobreza energética, como hace la Comunidad Energética en San Jerónimo.
Desde el sur, Parque Vivo del Guadaira, Las Portadas de Dos Hermanas, la Asociación Montequinto Ecológico y Espacio Verde Cortijo el Cuarto, en Bellavista, luchan contra el impacto del urbanismo inmobiliario y la contaminación, a favor de la restauración ambiental y el verde urbano.
La Asociación de Vecinos el Triángulo se movilizó recientemente contra la especulación en Santa Justa.
La AVV Iniciativa Ciudadana RUN o Reverdes Macarena por un modelo de ciudad diferente que tenga en cuenta la movilidad sostenible, el verde urbano, los espacios libres y la salud pública para conseguir una ciudad segura, accesible y respirable para todas las personas, reduciendo la polución atmosférica y acústica.
Otros colectivos como el de Jardines comestibles o la Red Tejar en el Norte de Sevilla, trabajan desde la Permacultura el “diseño del paisaje para generar espacios sostenibles de acceso libre, promover la soberanía alimentaria y la solidaridad en un modelo de ciudad resiliente que nos prepare ante el colapso.
Muchas de estas asociaciones buscan un modelo de ecomunicipalismo donde la participación ciudadana sea real y permita la implicación comunitaria mediante proyectos concretos en red con otros colectivos. Otras, como Redes de Educación trabajan desde la escuela pública por integrar todas estas temáticas en el mundo educativo.
En palabra de los portavoces de la asociación, «la falta de participación ciudadana y transparencia institucional respecto a la planificación territorial recuerda que no se puede retroceder ni un paso, pues las élites son lobbies fuertes que presionan a los poderes públicos mediante herramientas como la recalificación, la transformación de los porcentajes de edificabilidad y VPO, que dejan de serlo para convertirse en vivienda de lujo en espacios hasta ahora libres; una urbanización basada en el crecimiento ilimitado de la ciudad, dependiente del transporte privado y motorizado, contamina y congestiona el tráfico, que se ha tornado imposible en la ciudad. La reducción del espacio al peatón afecta tanto a la seguridad de las personas (mayores y niños) como a la calidad del aire que respiramos. Además, las intervenciones urbanas que revalorizan ciertas áreas, aumentan el precio de los inmuebles pero expulsan a las personas de ingresos medios y bajos. La rapidez con la que se pierde cada vez más calidad ecológica, aumenta la brecha social y el impacto ambiental de las actividades humanas».
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