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(El eje) Sevilla-Málaga

El día de la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta coincidieron en el Parlamento andaluz el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el de Sevilla, Juan Espadas. De aquel encuentro surgió una declaración compartida y reiterada en diversas ocasiones en los últimos días: la conveniencia de crear un eje Sevilla-Málaga/Málaga-Sevilla que acabe con la estéril rivalidad entre las dos grandes ciudades andaluzas, fomentada por cierta clase política miope como mecanismo de autoafirmación frente al otro.

“Siempre he tenido la mayor disposición a sacar partido de la potencia de las ciudades andaluzas y de los ejes que puedan unirnos. Trabajar juntos para ofrecer un mejor servicio a los vecinos. Lo mejor es ponerse a andar”, afirmó Francisco de la Torre.

Por su parte, Juan Espadas dijo: “hay que cambiar el ‘chip’ de la relación entre ambas ciudades; pensar en planes estratégicos y tejer una alianza como la de las universidades de Málaga y Sevilla. Con la ayuda de la Junta seríamos mucho más potentes”.

Este tipo de declaraciones de buenas intenciones no es nueva. Ya se escucharon anteriormente en boca del propio De la Torre y de los alcaldes sevillanos que precedieron a Espadas y coincidieron en el tiempo con el regidor malagueño, Monteseirín y Zoido, pero luego no se fue más allá de la retórica, ni se concretó ningún tipo de acción conjunta.

UNIVERSIDADES PRIMERO

Sin embargo, esta vez el clima es diferente y ya se han puesto en marcha, o están a punto de ponerse, iniciativas que han demostrado que es posible y deseable un eje sevillano-malagueño, como ha ocurrido con la alianza forjada entre las dos grandes universidades de cada ciudad, la Hispalense y la de Málaga, con el proyecto Andalucía Tech, reconocido como Campus de Excelencia Internacional.

Meses antes de que Zoido accediera a la Alcaldía, los entonces rectores de las dos universidades, Joaquín Luque (Sevilla) y Adelaida de la Calle (Málaga), suscribieron lo que, dada la artificial rivalidad creada por los políticos, parecía impensable: un acuerdo para formar entre ambas instituciones uno de los mejores campus tecnológicos de España, Andalucía Tech.

Ambos rectores designaron una comisión de expertos para que elaboraran un catálogo de titulaciones conjuntas, tanto en grados como en másteres oficiales y doctorados, así como proyectos de investigación e innovación en campos como la energía, la biomedicina y los estudios sobre Asia oriental, hasta donde se está desplazando la geopolítica mundial debido al auge económico de China y de los denominados tigres asiáticos (Taiwán, Corea del Sur, Singapur, Malasia…).

Esta apuesta por la internacionalización superando los estrechos límites localistas se plasmó en la apertura de sedes en China y Corea y en la alianza con VLC-Campus para la apertura de una sede en los Estados Unidos.

La transferencia de conocimiento y la cooperación con las empresas andaluzas han sido otros de los pilares de Andalucía Tech, que firmó con Eticom (la patronal andaluza de las tecnologías de la información) un convenio sobre iniciativas estratégicas en torno al ‘cloud computing’, los contenidos digitales y la calidad del software; y otro con la multinacional Ericsson para el desarrollo de proyectos singulares. En esta línea, el acuerdo más reciente es el nuevo convenio marco firmado con la Fundación Sando, que aportará anualmente 7.500 euros para la movilidad internacional de los estudiantes malagueños y sevillanos.

CINCO AÑOS

El quinto aniversario de Andalucía Tech, el próximo mes de octubre, es una ocasión excelente para hacer balance de este lustro de imbricación entre las dos universidades y de lanzar nuevos retos conjuntos con el deseable apoyo de la Junta. No parece casual que Susana Díaz haya nombrado consejeros de su nuevo Gobierno a los rectores de Sevilla (Antonio Ramírez de Arellano era la mano derecha de Joaquín Luque) y Málaga (Adelaida de la Calle, ya rectora entonces), las dos universidades que crearon Andalucía Tech y demostraron que era posible vertebrar académicamente Andalucía Occidental y la Oriental , si bien los medios de comunicación sólo han interpretado estos nombramientos en clave de rebeldía frente a las políticas del ministro Wert.

La elección del malagueño Javier González de Lara como presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), cuya sede está en Sevilla, también ha contribuido a difuminar la interesada imagen del centralismo sevillano en todos los órdenes. González de Lara, con una labor callada, está sentando las bases para salvar a la CEA de la difícil situación económica en que se hallaba tras los excesos previos al estallido de la crisis. El presidente de la patronal andaluza viene y va continuamente de Málaga a Sevilla y ha dotado a la institución de una visión más amplia, que aúna mejor los intereses de los empresarios de las dos mitades de Andalucía, una región tan extensa como Portugal.

Y AHORA LOS EMPRESARIOS

Venciendo suspicacias y tendiendo puentes, se ha ido creando en los últimos tiempos un terreno abonado para la creación de un eje empresarial Sevilla-Málaga que suceda al universitario Andalucía Tech y preceda al político-cultural preconizado por Espadas y De la Torre. Se trata de la denominada Unión Cívica del Sur, constituida oficialmente el pasado 4 de mayo con el número 607708 en el Registro Nacional de Asociaciones, tres semanas después de haber sido recibidos sus promotores en San Telmo por Susana Díaz, entonces presidenta en funciones. Copresiden este foro empresarial dos abogados y exalcaldes de cada una de las dos ciudades, de signo ideológico opuesto, para demostrar aún más que no hay diferencias insalvables: Luis Merino (político de UCD que fue regidor malagueño entre 1977 y 1979) y Manuel Del Valle (político del PSOE, que fue alcalde de Sevilla entre 1983 y 1991).

En su manifiesto fundacional, proclaman lo siguiente: “(….) Es el tiempo de las ciudades andaluzas; de que se constituyan en potentes elementos de vertebración  de toda la Autonomía. Nuestra red de ciudades, equilibradamente ubicadas sobre el conjunto del territorio y que hoy cuenta con más dotaciones de servicios públicos y una amplia mejora de sus comunicaciones ha de ser la urdimbre sobre la que tejer un proceso de colaboración y cooperación libre, sin más protagonismo que los que generen las propias capacidades de cada una.

En este proceso de cooperación urbana hacia el desarrollo equilibrado de Andalucía, Málaga y Sevilla, Sevilla y Málaga, están llamadas, conjuntamente, a ejercer el liderazgo.  Por sus poblaciones, por la calidad y diversidad de sus sistemas productivos, por su realidad universitaria cooperativa, por la demostrada capacidad  creativa e innovadora de sus habitantes y la evidente atracción que tienen para los de fuera. Existen, además, entre la una y la otra un significativo número de ciudades medias que articulan el territorio entre ambas, un espacio geográfico en el que viven más de tres millones y medio de personas. Un conjunto que, de actuar al unísono, tiene extraordinarias posibilidades de futuro.

Málaga y Sevilla, Sevilla y Málaga… Por la cooperación entre ambas ha de discurrir el futuro de Andalucía…”.

HACIA LA CONVERGENCIA

Así pues, se están produciendo las circunstancias idóneas, desde los ámbitos académico y empresarial, para que se genere una convergencia de intereses entre Sevilla y Málaga, a la que han de poner la guinda política los dos alcaldes, Juan Espadas y Francisco de la Torre, con acciones concretas que superen el mero plano de las palabras.

Al igual que cuando se celebra una cumbre política entre dos gobernantes previamente sus equipos han trabajado al alimón durante meses para llenarla de contenido y que se plasme en la firma de acuerdos, los grupos de Espadas y De la Torre han de trabajar sobre fórmulas que permitan materializar ese eje entre las dos grandes urbes andaluzas en todos los campos posibles, máxime teniendo activos culturales y turísticos que potenciarse mutuamente, y aún más cuando el ‘bypass’ del AVE en Almodóvar permitirá unirlas por alta velocidad en poco más de una hora.

Málaga puede ser la gran puerta de entrada a Sevilla del turismo internacional y Sevilla articular con Málaga una oferta cultural conjunta con los museos de las dos ciudades, el Alcázar, el espacio Santa Clara, el Maestranza…..

Los nuevos tiempos de Andalucía propician el fin de una era en que Sevilla y Málaga han vivido como durante siglos, hasta su integración en la UE, se decía que vivían España y Portugal: de espaldas la una a la otra.