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(El eje) Sevilla-Málaga

El día de la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta coincidieron en el Parlamento andaluz el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el de Sevilla, Juan Espadas. De aquel encuentro surgió una declaración compartida y reiterada en diversas ocasiones en los últimos días: la conveniencia de crear un eje Sevilla-Málaga/Málaga-Sevilla que acabe con la estéril rivalidad entre las dos grandes ciudades andaluzas, fomentada por cierta clase política miope como mecanismo de autoafirmación frente al otro.

“Siempre he tenido la mayor disposición a sacar partido de la potencia de las ciudades andaluzas y de los ejes que puedan unirnos. Trabajar juntos para ofrecer un mejor servicio a los vecinos. Lo mejor es ponerse a andar”, afirmó Francisco de la Torre.

Por su parte, Juan Espadas dijo: “hay que cambiar el ‘chip’ de la relación entre ambas ciudades; pensar en planes estratégicos y tejer una alianza como la de las universidades de Málaga y Sevilla. Con la ayuda de la Junta seríamos mucho más potentes”.

Este tipo de declaraciones de buenas intenciones no es nueva. Ya se escucharon anteriormente en boca del propio De la Torre y de los alcaldes sevillanos que precedieron a Espadas y coincidieron en el tiempo con el regidor malagueño, Monteseirín y Zoido, pero luego no se fue más allá de la retórica, ni se concretó ningún tipo de acción conjunta.

UNIVERSIDADES PRIMERO

Sin embargo, esta vez el clima es diferente y ya se han puesto en marcha, o están a punto de ponerse, iniciativas que han demostrado que es posible y deseable un eje sevillano-malagueño, como ha ocurrido con la alianza forjada entre las dos grandes universidades de cada ciudad, la Hispalense y la de Málaga, con el proyecto Andalucía Tech, reconocido como Campus de Excelencia Internacional.

Meses antes de que Zoido accediera a la Alcaldía, los entonces rectores de las dos universidades, Joaquín Luque (Sevilla) y Adelaida de la Calle (Málaga), suscribieron lo que, dada la artificial rivalidad creada por los políticos, parecía impensable: un acuerdo para formar entre ambas instituciones uno de los mejores campus tecnológicos de España, Andalucía Tech.

Ambos rectores designaron una comisión de expertos para que elaboraran un catálogo de titulaciones conjuntas, tanto en grados como en másteres oficiales y doctorados, así como proyectos de investigación e innovación en campos como la energía, la biomedicina y los estudios sobre Asia oriental, hasta donde se está desplazando la geopolítica mundial debido al auge económico de China y de los denominados tigres asiáticos (Taiwán, Corea del Sur, Singapur, Malasia…).

Esta apuesta por la internacionalización superando los estrechos límites localistas se plasmó en la apertura de sedes en China y Corea y en la alianza con VLC-Campus para la apertura de una sede en los Estados Unidos.

La transferencia de conocimiento y la cooperación con las empresas andaluzas han sido otros de los pilares de Andalucía Tech, que firmó con Eticom (la patronal andaluza de las tecnologías de la información) un convenio sobre iniciativas estratégicas en torno al ‘cloud computing’, los contenidos digitales y la calidad del software; y otro con la multinacional Ericsson para el desarrollo de proyectos singulares. En esta línea, el acuerdo más reciente es el nuevo convenio marco firmado con la Fundación Sando, que aportará anualmente 7.500 euros para la movilidad internacional de los estudiantes malagueños y sevillanos.

CINCO AÑOS

El quinto aniversario de Andalucía Tech, el próximo mes de octubre, es una ocasión excelente para hacer balance de este lustro de imbricación entre las dos universidades y de lanzar nuevos retos conjuntos con el deseable apoyo de la Junta. No parece casual que Susana Díaz haya nombrado consejeros de su nuevo Gobierno a los rectores de Sevilla (Antonio Ramírez de Arellano era la mano derecha de Joaquín Luque) y Málaga (Adelaida de la Calle, ya rectora entonces), las dos universidades que crearon Andalucía Tech y demostraron que era posible vertebrar académicamente Andalucía Occidental y la Oriental , si bien los medios de comunicación sólo han interpretado estos nombramientos en clave de rebeldía frente a las políticas del ministro Wert.

La elección del malagueño Javier González de Lara como presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), cuya sede está en Sevilla, también ha contribuido a difuminar la interesada imagen del centralismo sevillano en todos los órdenes. González de Lara, con una labor callada, está sentando las bases para salvar a la CEA de la difícil situación económica en que se hallaba tras los excesos previos al estallido de la crisis. El presidente de la patronal andaluza viene y va continuamente de Málaga a Sevilla y ha dotado a la institución de una visión más amplia, que aúna mejor los intereses de los empresarios de las dos mitades de Andalucía, una región tan extensa como Portugal.

Y AHORA LOS EMPRESARIOS

Venciendo suspicacias y tendiendo puentes, se ha ido creando en los últimos tiempos un terreno abonado para la creación de un eje empresarial Sevilla-Málaga que suceda al universitario Andalucía Tech y preceda al político-cultural preconizado por Espadas y De la Torre. Se trata de la denominada Unión Cívica del Sur, constituida oficialmente el pasado 4 de mayo con el número 607708 en el Registro Nacional de Asociaciones, tres semanas después de haber sido recibidos sus promotores en San Telmo por Susana Díaz, entonces presidenta en funciones. Copresiden este foro empresarial dos abogados y exalcaldes de cada una de las dos ciudades, de signo ideológico opuesto, para demostrar aún más que no hay diferencias insalvables: Luis Merino (político de UCD que fue regidor malagueño entre 1977 y 1979) y Manuel Del Valle (político del PSOE, que fue alcalde de Sevilla entre 1983 y 1991).

En su manifiesto fundacional, proclaman lo siguiente: “(….) Es el tiempo de las ciudades andaluzas; de que se constituyan en potentes elementos de vertebración  de toda la Autonomía. Nuestra red de ciudades, equilibradamente ubicadas sobre el conjunto del territorio y que hoy cuenta con más dotaciones de servicios públicos y una amplia mejora de sus comunicaciones ha de ser la urdimbre sobre la que tejer un proceso de colaboración y cooperación libre, sin más protagonismo que los que generen las propias capacidades de cada una.

En este proceso de cooperación urbana hacia el desarrollo equilibrado de Andalucía, Málaga y Sevilla, Sevilla y Málaga, están llamadas, conjuntamente, a ejercer el liderazgo.  Por sus poblaciones, por la calidad y diversidad de sus sistemas productivos, por su realidad universitaria cooperativa, por la demostrada capacidad  creativa e innovadora de sus habitantes y la evidente atracción que tienen para los de fuera. Existen, además, entre la una y la otra un significativo número de ciudades medias que articulan el territorio entre ambas, un espacio geográfico en el que viven más de tres millones y medio de personas. Un conjunto que, de actuar al unísono, tiene extraordinarias posibilidades de futuro.

Málaga y Sevilla, Sevilla y Málaga… Por la cooperación entre ambas ha de discurrir el futuro de Andalucía…”.

HACIA LA CONVERGENCIA

Así pues, se están produciendo las circunstancias idóneas, desde los ámbitos académico y empresarial, para que se genere una convergencia de intereses entre Sevilla y Málaga, a la que han de poner la guinda política los dos alcaldes, Juan Espadas y Francisco de la Torre, con acciones concretas que superen el mero plano de las palabras.

Al igual que cuando se celebra una cumbre política entre dos gobernantes previamente sus equipos han trabajado al alimón durante meses para llenarla de contenido y que se plasme en la firma de acuerdos, los grupos de Espadas y De la Torre han de trabajar sobre fórmulas que permitan materializar ese eje entre las dos grandes urbes andaluzas en todos los campos posibles, máxime teniendo activos culturales y turísticos que potenciarse mutuamente, y aún más cuando el ‘bypass’ del AVE en Almodóvar permitirá unirlas por alta velocidad en poco más de una hora.

Málaga puede ser la gran puerta de entrada a Sevilla del turismo internacional y Sevilla articular con Málaga una oferta cultural conjunta con los museos de las dos ciudades, el Alcázar, el espacio Santa Clara, el Maestranza…..

Los nuevos tiempos de Andalucía propician el fin de una era en que Sevilla y Málaga han vivido como durante siglos, hasta su integración en la UE, se decía que vivían España y Portugal: de espaldas la una a la otra.

Pompidou: Málaga deja en evidencia a Zoido

Juan Ignacio Zoido ha reaccionado a la noticia de que Málaga había conseguido convertirse en la primera subsede en el extranjero del Centro Nacional de Arte y Cultura de París, más conocido como el centro Pompidou (apellido del presidente francés que lo impulsó) o como el Beaubourg y que incluye un Museo de Arte Contemporáneo, además de biblioteca, filmoteca y otras dotaciones culturales, diciendo que aunque este referente artístico mundial abra una sucursal en un cubo de cristal que se está construyendo en el puerto malagueño, “otras ciudades jamás tendrán lo que tiene Sevilla”.

El alcalde se lamentó, no obstante, de que mientras el Ayuntamiento de Málaga ha sabido invertir en tiempos de bonanza económica, “nosotros estamos pagando aún proyectos de esa época, como las Setas o Fibes, que no se pueden destinar a uso museístico”. Zoido no desaprovechó la ocasión para culpar de nuevo a la Junta, de la que dijo “está aportando poco  en Sevilla y mucho en Málaga”, y le pidió que desbloquee la construcción de un museo en las Atarazanas.

El problema para Zoido es que habiendo sido él el primero en hablar del Pompidou o su equivalente para Sevilla casi tres años antes que su homólogo y correligionario alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, éste lo ha dejado en evidencia al conseguir para su ciudad lo que Zoido ha dejado abandonado por el camino, por cambiar su propio programa electoral. Al alcalde de Sevilla le ha pasado como a esos equipos de fútbol que pierden cuando traicionan su filosofía de juego.

Tiremos de hemeroteca y echemos la vista atrás para tratar de comprender cómo es posible que Málaga le haya acabando arrebatando a Sevilla no ya sólo la idea de emular al Pompidou, sino el Pompidou original.

EL ORIGEN

El 27 de enero de 2011, Zoido eligió el estudio del artista Mundi Martín Iglesias para presentar su programa cultural para las elecciones municipales de mayo del mismo año.

En ese acto anunció que si era elegido alcalde convertiría el abandonado mercado de la Puerta de la Carne en “el centro Pompidou de Sevilla”, al que definió como “un nuevo espacio para creadores de arte contemporáneo andaluces, con talleres de formación, becas de estudio, seminarios, exposiciones y centros de estudios”.

Zoido afirmó que reconvertiría un edificio cerrado y sin uso, “que -añadió- tiene unas posibilidades de espacio y de ubicación increíbles para la cultura más emergente y vanguardista de Sevilla”, y abundó en su idea: “Aspiro a que, con el tiempo, Puerta de la Carne se convierta en el Centro de Arte Contemporáneo, con la misma filosofía que el Centro Pompidou de París”.

Cuando Zoido hizo este anuncio, las Setas de la Encarnación llevaban casi cinco años en obras, hasta el punto de que Monteseirín las inauguró ya casi acabadas el 27 de marzo de 2011 por aquello de que eran el icono de su último mandato, y el actual alcalde era consciente de las modificaciones presupuestarias que habían tenido que aprobarse en los Plenos municipales para rematarlas y que dispararon su coste a más de 100 millones de euros. Lo mismo cabe decir sobre las obras de Fibes. Por tanto, el alcalde no puede ahora llamarse a engaño sobre su promesa electoral de convertir el mercado de la Puerta de la Carne en el equivalente a un Pompidou, cuanto más de que albergara una sede del museo parisino. Esto denota una vez más la escasa seriedad de Zoido, por hacer promesas infundadas económicamente y por incumplir al menos el 70% del programa con que concurrió a las elecciones.

GOURMET ANTES QUE MUSEO

Después de que en el año 1999 los placeros del mercado, dado su deterioro, se trasladaran a la antigua estación de Cádiz, los técnicos municipales redactaron un proyecto de rehabilitación del inmueble, que fue valorado en 99 millones de pesetas (menos de 600.000 euros actuales), aunque no se ejecutó porque los comerciantes se negaron a volver,  al comprobar que tenían más y mejores clientes en su nueva ubicación y obtenían mayor rentabilidad. Aunque el coste se hubiera duplicado e incluso triplicado en los catorce años transcurridos desde entonces, la rehabilitación a un precio relativamente moderado podría haber permitido la reconversión del edificio en ese Pompidou a la sevillana prometido por Zoido.

Y, sin embargo, ¿qué ha hecho el alcalde? Pues traicionar su programa electoral y en vez de invertir fondos municipales en la restauración, obrar al revés: privatizar el antiguo mercado de la Puerta de la Carne al sacarlo a concesión -tan sólo dos semanas antes de que Málaga anunciara el fichaje del Pompidou- para su reconversión en otro mercado gourmet y reservándose para usos culturales municipales tan sólo 200 m2 del espacio y únicamente durante 73 días del año. A eso ha quedado reducida la promesa de Zoido de un Pompidou sevillano, sin que haya influido nadie (¿o también va a echarle la culpa a la Junta de Andalucía?) en su decisión: ha preferido destinar el antiguo mercado a gastronomía para ricos en vez de al arte contemporáneo.

FINANCIACIÓN

En otros proyectos (museo Picasso, por ejemplo), Zoido podría haber tenido razón al hablar de las inversiones culturales de la Junta en Málaga, pero es que en el caso del museo Pompidou se equivoca de cabo a rabo, porque se trata de un proyecto estrictamente municipal, al menos de momento. Dado que Sevilla fue incapaz de mantener sus dos Cajas de Ahorro y que la fusionada Cajasol cavó su propia tumba embarcándose en el dislate del rascacielos justo al advenimiento de la crisis inmobiliaria, el alcalde malagueño sí puede esperar que Unicaja le sufrague el 50% de la operación Pompidou, pero De la Torre ha declarado de que si no contara con ese patrocinio, el Ayuntamiento de Málaga abordará el proyecto con sus propios recursos.

¿Y cuánto le cuesta traerse el Pompidou al Ayuntamiento de la Costa del Sol? Pues un millón de euros al año por un periodo de cinco, en concepto de canon, alquiler o como queramos llamarlo. Un millón de euros en una operación de esta envergadura, con los réditos que puede reportar a la ciudad al potenciar su ya amplia oferta museística (el Picasso y el Thyssen, entre otros), no es tan gravoso. Equivale al coste del alumbrado de Navidad de Sevilla más el de instalar en el Parque de los Príncipes la cubierta de la Copa Davis. Pero, claro,  cada ciudad demuestra con sus obras y proyectos cuál es su modelo urbano y cuáles sus prioridades.

Por otra parte, Zoido ha alardeado de haber logrado superávit en las cuentas municipales, por más que invoque continuamente la ‘herencia recibida’, hasta el punto de disponer de 48 millones de euros como remanente de tesorería.

PATALETA

La reacción de Zoido a la noticia de la incorporación del Pompidou al portfolio cultural malagueño no deja de ser una pataleta y una torpeza política, tanto en su calidad de alcalde de Sevilla como de, aún, presidente del PP de Andalucía, lo que le vuelve a inhabilitar para ser el candidato de los populares a la Presidencia de la Junta al carecer de una visión global de Andalucía distante de localismos y aldeanismos.

El regidor sevillano ya se equivocó  en sus declaraciones sobre la condena carcelaria de Del Nido y ahora ha vuelto a hacerlo al decir, como el zorro sobre  las uvas supuestamente verdes en la fábula de Samaniego, que Málaga podrá tener el Pompidou pero nunca los atractivos de nuestra ciudad, cuando lo que procedía era haber felicitado a la capital de la Costa del Sol por un éxito que beneficia a todos los andaluces, incluidos los sevillanos amantes de la cultura, al poner a un tiro de piedra de Sevilla las exposiciones que canalice el Pompidou hacia Málaga. Y, además, los turistas urbanos que acudan a la Costa del Sol por el arte que allí se muestre siempre sentirán la tentación de acercarse también a nuestra ciudad, con lo que se impondría la necesidad de articular de forma inteligente y cooperativa paquetes turísticos conjuntos Málaga-Sevilla.

Contrastan las palabras de Zoido con las de Francisco de la Torre tras conocer las declaraciones de aquél: “Yo siempre me alegraré de cualquier avance en Granada, Sevilla o Córdoba, por decir alguna ciudad andaluza”.  Antes eran los políticos sevillanos los que se mostraban con altura de miras hacia Málaga frente al victimismo de los malagueños y ahora empieza a ser al revés, lo cual no deja de ser significativo a la vez que preocupante.

ATARAZANAS

Sin olvidar que fue el Ayuntamiento en que con sus continuas trabas burocráticas propició el abandono de las Atarazanas por La Caixa hace ya más de un año, Zoido sí tiene razón en exigirle a la Junta de Andalucía que presente de una vez por todas el proyecto sustitutivo al de Vázquez Consuegra que prometió por aquel entonces la Consejería de Cultura con la financiación supletoria acordada con la entidad catalana para este nuevo objetivo.

Mientras el alcalde se enfanga en polémicas urbanísticas con el Gobierno andaluz a cuenta de la interprertación del PGOU porque no ha tenido arrestos para modificarlo durante su mandato y plasmar así su modelo de ciudad (¿tiene alguno aparte de potencial el tráfico privado?), no ha sabido abanderar en todo este año la reivindicación de las Atarazanas. ¿Será porque allí no puede montar otro mercado gourmet?

Viento del Este

La encuesta del IESA ha tenido como efecto colateral la reactivación del sector malagueño del PP, donde no ha dejado de alimentarse la rivalidad con Sevilla y lo sevillano, que ahora encarna Zoido como alcalde de la capital de Andalucía y líder regional admitido a regañadientes en la Costa del Sol.

Tras las tímidas voces que le pidieron que aclare ya si va a ser o no el candidato a la Junta en 2016, el secretario general y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, trató de zanjar la cuestión diciendo que ese debate “no toca” y “no está abierto”, pero que él se inclinaba por 2015 o incluso 2016, “porque hasta esa fecha no hay elecciones”. “No entiendo -añadió- por qué hay que elegirlo antes”. Contra su criterio se ha pronunciado el presidente del PP malagueño, Elías Bendodo: “Cuanto antes la sociedad pueda visualizar una cara como candidato -ha dicho-, será mejor para todos”.

 

CAMBIO EN TRES MESES

 

Y aunque Bendodo pudiera tener razón, hace tan sólo tres meses coincidía plenamente con Sanz, ya que cuando en una entrevista en este mismo medio le preguntaban si creía que había ya candidato para las autonómicas, afirmaba: “Es pronto para hablar de eso. El mismo Zoido lo ha dicho. Toca reforzar el partido y marcar las estrategias de ganar para gobernar. Además, la prioridad es 2015, donde queremos seguir siendo la principal fuerza política con ese carácter municipalista”.

Desde Málaga, además, se ha abierto la veda contra Zoido al cuestionar que un alcalde de Sevilla pueda ser también candidato a la Junta, una doble condición a la que no se pusieron pegas cuando quien la reunía era la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Dicho de otro modo: si Zoido fuera alcalde de Jaén, por ejemplo, en Málaga no objetarían que aspirara a San Telmo. No es, pues, la oposición a la persona lo inquietante, sino a lo que representa: Sevilla.

 

A VUELTAS CON LA CAPITALIDAD

 

Y es que en la urbe de la Costa del Sol sigue existiendo fijación con Sevilla. En la entrevista citada, a Bendodo le sacaron a colación la petición de una ley de Capitalidad para Sevilla y si la veía bien. Respuesta: “Yo no sé si la ley de Capitalidad es para ahorrar o para gastar, y no están los tiempos para gastar. Cualquier ley debe servir para racionalizar los servicios públicos. Yo lo que querría es que no hubiera discriminación entre provincias y que a cada una se le reconociera su papel. No tengo ningún inconveniente en que Sevilla tenga su reconocimiento como capital cultural, pero Málaga tiene que tener también su reconocimiento como capital turística y económica y de las nuevas tecnologías, igual que Granada puede ser del conocimiento. Esto lo tiene que hacer la Junta y no tengo inconveniente en que haya un Estatuto de Capitalidad, pero que haya otro para Málaga”.

No reconoce la capitalidad política de Sevilla, sino que la limita a lo meramente cultural. Y pese a que al principio dice que no procede ley en tal sentido por inferirse que supondría un mayor gasto público, soslaya esta consecuencia si se le reconoce a Málaga no una capitalidad, sino tres: la turística, la económica y la de las nuevas tecnologías.

 

EL ESTUDIO DE LA CÁMARA

 

Para contrarrestar la capitalidad política de Sevilla y requerir, por la vía del supuesto agravio comparativo y del centralismo sevillano, un trato paritario, en Málaga se han autoconcedido el título de capital económica de Andalucía. Pero, ¿hasta qué punto es cierto ese liderazgo económico?

En el año 2009, último del que conozco datos aplicables a esta manida y superficial cuestión, la Cámara de Comercio hispalense realizó un informe sobre la posición relativa de Sevilla respecto al resto de provincias andaluzas, en el que de la comparación general entre las ocho puede deducirse otra bilateral entre Sevilla y Málaga. Este estudio se basó en datos del Instituto Nacional de Estadística para cerca de una veintena de indicadores, que vamos a enumerar con, a continuación,  la posición de Sevilla en comparación con el resto de provincias, Málaga incluida:

-Población: la 1ª.

-Producto Interior Burto (PIB): la 1ª.

-PIB per cápita: 4ª, superada por Almería, Huelva y Málaga.

-Población activa: 1ª.

-Ocupados: 1ª.

-Parados: 1ª, seguida de Málaga, pero al ser un elemento negativo el indicador en realidad favorece a esta última.

-Número de empresas: 1ª.

-Densidad empresarial: 4ª.

-Exportaciones: 2ª, pero por delante de Málaga.

-Importaciones: 3ª, pero por delante de Málaga.

-Nº de sociedades mercantiles creadas: 2ª, superada por Málaga.

-Capital suscrito por las sociedades mercantiles creadas: 1ª.

-Por número de sociedades que amplían capital: 1ª.

-Por capital ampliado: 1ª.

-Por sociedades disueltas: 5ª, por detrás de Huelva, Málaga, Almería y Granada, pero al ser un elemento negativo en realidad el indicador favorece a Sevilla.

-Por licitación oficial: 1ª.

-Por renta bruta per cápita: 4ª.

 

EJEMPLO UNIVERSITARIO

 

El estudio no deja de reconocer el comportamiento “muy dinámico”, similar o incluso superior al de Sevilla en algunas variables de la economía malagueña, pero en el conjunto general el peso económico de Sevilla sigue siendo superior al de Málaga y Sevilla aúna, por tanto, la doble condición de capital política y capital económica de Andalucía.

Pero más allá de rivalidades y localismos estériles, la estrategia que se impone en el siglo XXI es la que las escuelas de negocio denominan ‘win-win’, o sea, la de la cooperación, para que las dos ciudades ganen aliándose entre ellas en vez de arriesgarse a perder compitiendo la una contra la otra, una alianza tal como la que han forjado sus dos universidades en el proyecto conjunto ‘Andalucía Tech’: todo un ejemplo para la clase política.

 

El Thyssen como moraleja para el CaixaFórum

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, declaró el miércoles: “Seguro que habrá un CaixaFórum en Málaga”. Y añadió que desde su Ayuntamiento, “con insistencia, constancia, presión e interés”, se ha conseguido que La Caixa haya modificado los criterios que mantenía hasta ahora para decidir sobre la ubicación de este tipo de centros culturales dependientes de su Obra Social y que “en vez de ir en el orden de las Autonomías, es decir, uno por comunidad autónoma, se haga por orden de población”.

La nueva ofensiva del alcalde malagueño ante La Caixa para conseguir que instale un CaixaFórum en su ciudad ha coincidido con la paralización que sufre en Sevilla el proyecto diseñado por Vázquez Consuegra para las Atarazanas, tras el cambio de criterio (acertado, según exponía el ex alcalde socialista Manuel del Valle ) del Ayuntamiento hispalense con su nueva exigencia de redacción de un Plan Especial como condición ‘sine qua non’ para otorgar la licencia urbanística. Zoido teme que la Unesco, que a duras penas ha admitido la torre Pelli, pudiera retirar el título de Patrimonio de la Humanidad si el CaixaFórum acaba afectando visualmente de algún modo a la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcázar.

Por más que De la Torre trate de desvincular su ofensiva de las dificultades que sufre el CaixaFórum en Sevilla y remonta su pretensión a un decenio atrás, no sería la primera vez que el alcalde malagueño le arrebata un gran proyecto cultural a Sevilla o monopoliza lo que en principio iba a ser compartido con la capital hispalense.

Corría el año 2007 cuando Monteseirín filtró un acuerdo con Carmen Thyssen para la creación en Sevilla de un museo que albergaría parte de los fondos pictóricos de la baronesa y que se instalaría en alguno de los pabellones del 29 (Perú, Portugal o el Real de la Plaza de América) o en el convento de Santa Clara. Carmen Thyssen poseía por entonces más de 1.000 cuadros, entre los que -decía- destacaban las colecciones más amplias de telas de origen catalán y andaluz de los siglos XIX y XX, y había expresado su deseo de realizar préstamos gratuitos a museos de Cataluña y Andalucía.

“La colección española es muy extensa -declaró a finales de aquel año- y hay suficientes obras como para llevar a cabo tres museos” (uno en San Feliú de Guixols y dos más, en Sevilla y Málaga). Hasta llegó a hablarse de una visita de incógnito de la baronesa a Sevilla para evaluar personalmente los pabellones ofrecidos por Monteseirín e incluso otros espacios alternativos previamente inspeccionados por expertos de su confianza. En diciembre de 2007, la entonces delegada municipal de Cultura, Maribel Montaño, declaró: “la baronesa tiene todo el interés del mundo en este proyecto y, por lo tanto, vamos a hacer realidad que su colección andaluza de pintura venga a Sevilla”.

Pasaba el tiempo y el proyecto no avanzaba. Montaño dijo en una entrevista que el Ayuntamiento había iniciado algunas gestiones pero que, a petición de la propia Fundación Thyssen, las negociaciones se habían pospuesto hasta después de las elecciones generales de marzo de 2008, para sacarlas del “contexto electoral”, ya que éste podría acabar “entorpeciendo” la iniciativa. El 11 de septiembre de aquel año, la delegada municipal de Cultura volvió a referirse públicamente al futurible museo en estos términos: “Hemos contactado con ellos (la Fundación Thyssen) y hemos pedido una oferta, que no termina de llegar a la ciudad”.

Tan sólo once días después, el 30 de septiembre de 2008, Carmen Cervera compareció en Málaga para firmar el convenio de creación de la Fundación que habría de regir los destinos de su museo malagueño y habló ante los medios de comunicación: “No creo que sea serio llevar a Sevilla -aseveró- un tipo de colección parecida cuando ya está cerrada la ubicación y la puesta en marcha del museo desde hace dos años”.

La baronesa destacó “el tesón” del alcalde Fancisco de la Torre para lograr la cesión de su colección a la ciudad malagueña hasta el año 2025, y añadió: “Nunca se ha llegado a un acuerdo firme y serio en Sevilla, mientras que en Málaga siempre han estado muy volcados encima mío para que tomase la decisión de traer la colección aquí”.

Y es que mientras en Sevilla esperaban sentados a que la baronesa acabara de deshojar la margarita del pabellón del 29 de su gusto, el alcalde malagueño se llevó a Carmen Cervera a que conociera las obras de restauración que estaba acometiendo en el Palacio Villalón, que le había ofrecido como sede para su museo, y además compró varias fincas aledañas para agregarlas al mismo y ampliar hasta 7.000 m2 la superficie expositiva.

Maribel Montaño, que se enteró del descarte de Sevilla por la prensa, calificó la decisión de la aristócrata de “sorprendente y desconcertante”, y la acusó de “haber jugado con las expectativas del Ayuntamiento de Sevilla” al haber mantenido y alimentado la esperanza de la creación de la pinacoteca con su frase “tengo cuadros para todos”.

Por cierto que tras aquella frustración el por entonces delegado de Cultura de la Junta, Bernardo Bueno, dijo que no merecía la pena llorar por la colección andaluza de la Thyssen en Málaga porque la del octogenario Mariano Bellver era “bastante mejor” y estaba dispuesto a donarla a Sevilla.

Por si le sirve de moraleja a Zoido, tres años después de aquella historia en que Málaga le ganó por la mano de Francisco de la Torre a Sevilla, seguimos sin CaixaFórum, sin museo Thyssen y sin museo Bellver.

Y todavía habrá quien le eche la culpa de todo ello al alcalde de Málaga.

 

Málaga, capital por un día

Cuentan las crónicas periodísticas que quinientos jornaleros, émulos de ellos o simplemente simpatizantes de la causa del alcalde de Marinaleda y diputado de IU, Juan Manuel Sánchez Gordillo, tomaron el centro de Málaga, incluida la simbólica calle Larios, en este ‘Novecento’ de Bertolucci que sus promotores del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) han convenido en llamar ‘Andalucía en pie’.

El itinerario de la marcha estuvo rodeado de un fuerte despliegue policial. Narraban los colegas que en cada negocio susceptible de ser asaltado por los manifestantes (sucursales bancarias, Cámara de Comercio, supermercados, hoteles, tiendas de telefonía…) se hallaban apostados al menos dos agentes de la Policía.

Sin embargo, como la experiencia de los seguidores de Gordillo en este tipo de actuaciones es mucho más que un grado, burlaron la vigilancia ordenada por la delegada del Gobierno, Carmen Crespo, y con una maniobra de despiste un pelotón de jornaleros ocupó una oficina de Banesto, sita en la Alameda y fuera, por tanto, del itinerario autorizado.

Al final, entre el desalojo del banco, donde se atrincheraron después de que el líder de IU, Cayo Lara, declarara que España necesita la foto de un banquero en la cárcel; una sentada y otras muestras de rebeldía, la ‘marcha obrera’ acabó como el rosario de la aurora, con once detenidos y las imágenes de la bronca en todos los telediarios y periódicos, nacionales y extranjeros.

Y digo yo que el alcalde de Málaga, el pepero Francisco de la Torre, debe estar exultante por que la larga marcha de Sánchez Gordillo en plan Mao Tse Tung con sus 500 descamisados tomara el Centro de la urbe costasoleña siquiera por un día. Además, como según De la Torre el ‘turismo de manifestaciones’ es otro beneficio para Sevilla porque al final los manifestantes “consumen, comen, beben y compran algo”, doble motivo de satisfacción para él viendo cómo echaban las persianas los comercios y los bancos al paso de los jornaleros.

Y es que así Málaga pudo sentirse como casi a diario se siente Sevilla por mor de la dichosa capitalidad de Andalucía, con el tráfico cortado por los manifestantes, el helicóptero policial sobrevolando como un ruidoso moscardón y los antidisturbios apostados ante la sede de la Presidencia de la Junta en San Telmo, la delegación correspondiente de la Consejería objeto de las iras de los contestatarios, la sede del PP en la calle San Fernando y/o la Plaza de España.

Gracias a Sánchez Gordillo y a los jornaleros del SAT, Francisco de la Torre ya sabe por fin el coste de ser la capital de Andalucía que, pese a sus esfuerzos, Zoido nunca había logrado hacerle entender.

La factura de la capitalidad

Zoido anuncia que pedirá al Parlamento andaluz una Carta de Capitalidad para Sevilla. Da así un golpe de autoridad como nuevo presidente del PP (A) frente al alcalde de Málaga e hipotético y futurible rival, Francisco de la Torre, siempre contrario a un cambio del ‘estatus’ de Sevilla. También, como nuevo líder de la Oposición, pone en un brete a Griñán. Si éste rechaza la solicitud, que implicaría dinero extra en plena crisis, Zoido puede utilizar en clave sevillana la negativa en contra de la Junta, dentro de la confrontación PP/PSOE en Andalucía. Y si Griñán accede, Zoido se apunta el tanto por haber conseguido para Sevilla lo que nunca nadie en 30 años de Autonomía. Pase lo que pase, a expensas sólo de dominar su frente interno oriental, Zoido gana políticamente con la iniciativa.

Por lo que viene filtrando, quiere por una parte que se incrementen las competencias del Ayuntamiento en seguridad ciudadana, movilidad, infraestructuras….en línea con la ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y Régimen Especial de Madrid. Y, por otra, que la Junta compense a Sevilla por las ‘cargas extraordinarias’ que soporta por ser capital de Andalucía. ¿Y cuáles son esas cargas y el dinero a percibir?

 

Este es un tema que se presta a todo tipo de interpretaciones y cálculos. Veamos precedentes. En 2010, el Ayuntamiento de Santander encargó a dos economistas que evaluaran los costes adicionales en que incurría la ciudad por ser capital de Cantabria. La conclusión fue que la urbe pagaba cada año del orden de 14 millones de euros por los servicios como capital autonómica a las casi 30.000 personas que a diario acuden o trabajan allí.

En 2011, el Institut d´Economia de Barcelona realizó en su ‘II Informe sobre Federalismo Fiscal en España’ una estimación de la compensación que, a su juicio,  correspondería a capitales de Autonomías o provincias. Madrid encabezaba la lista con 385 millones de euros, seguida de Barcelona, con 149 millones, y Sevilla, con 87 millones. En la lista también figuraban, entre otras, Valencia, con 46 millones; Santander, con 15 millones (en línea con lo calculado por su Ayuntamiento), y Santiago de Compostela, con 12,7 millones de euros.

El Ayuntamiento sevillano alegará que sus costes extraordinarios se deben a “las exenciones tributarias, el tráfico, la seguridad, los servicios municipales e incluso por la utilización de un espacio físico por parte de las instituciones de la Junta”. Esta enumeración coincide prácticamente con los conceptos comprendidos en el estudio ‘Costes de capitalidad: el caso de Compostela’, realizado a raíz de que la ley 4/2002, de 25 de Junio, dotara a la ciudad gallega de un estatuto especial de capitalidad. Los investigadores trataban de traducir a cifras las cargas que soportaban las arcas municipales por el título de capital de Galicia.

Lo interesante de este informe, cuya conclusión final fue un coste extra de 5.507.494 euros anuales (más que duplicado en la estimación más reciente del instituto catalán), era que incluía la metodología empleada para calcular, capítulo por capítulo (y en algunos casos con complejas fórmulas matemáticas para un profano), la factura de la capitalidad gallega, por conceptos como:

-Las exenciones tributarias a los edificios (IBI) y flota de vehículos propiedad de la Xunta de Galicia, que según la ley no pagan tributos, una excepción que Zoido no admite en Sevilla, ya que él, apenas aterrizado en la Alcaldía, exigió en el Parlamento andaluz que Griñán saldase con el Ayuntamiento una deuda de 8,6 millones de euros por IBI, sello del coche y otros tributos municipales.

-Costes de congestión de las vías urbanas por el tráfico inducido por la Xunta.

-Servicios municipales de protocolo y seguridad.

-Utilización de espacio físico por las instituciones autonómicas.

-Conservación y rehabilitación del patrimonio histórico-monumental.

-Reserva de “terrenos institucionales” en el PGOU.

-Por el uso y potenciación del gallego.

-Promoción turística de la ciudad.

El estudio llega hasta el extremo de imputarle a la capitalidad el coste marginal de los efectos nocivos que producen los líquidos utilizados durante la vida útil de los automóviles cuya existencia se vincula de alguna manera, directa o indirecta, con la Xunta, “y que si no se

extrajeran cuando se desguazan pueden producir vertidos contaminantes: líquido de frenos, ácidos de las baterías, gas CFC, aceites lubricantes….”. Calcula el coste marginal de los heridos y muertos en accidentes de tráfico imputables a la capitalidad (¿?), el ruido de la circulación, el tiempo perdido en atascos….

Cualquier cosa es susceptible de ser convertida en un coste marginal para el Ayuntamiento con tal de engordar la factura, pero nunca se valora el beneficio de ese título político-administrativo. En estas Tablas Input-Output sólo hay Output. Por ejemplo, no se calcula la mayor carga de trabajo para los talleres por el desguace o reciclaje de esos automóviles. En el caso del patrimonio, ¿habría gastado el Ayuntamiento sevillano casi 60 millones de euros en restaurar San Telmo para la Junta? ¿O el Palacio de Altamira? ¿O el Coliseo? ¿O ha sido más bien al revés?

Hay sobrecostes claros como el de la seguridad y protección civil (Compostela contrató a 90 policías más) para afrontar desde actos institucionales hasta manifestaciones de protesta, pero en otros casos se riza el rizo con tal de inflar la factura, un error en que no debe incurrir Zoido, pues toda Andalucía va a mirar con lupa la minuta que presente al Parlamento en nombre de Sevilla y su capitalidad. ¿Perjuicio o privilegio?

 

Capitalidad

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha montado otra escandalera tras conocer la carta de siete folios que su colega, correligionario y no sé si también amigo Zoido  le remitió a Griñán para pedirle además de todo lo pedido una ley de Capitalidad para la capital de Andalucía, que dice el Estatuto de Autonomía es Sevilla aunque en la Costa del Sol no se lo quieran creer y sigan anclados en la leyenda negra del centralismo sevillano como los anglosajones en la de la Inquisición. El regidor malagueño, aparte de proclamar que su ciudad se ofrece a ejercer de capital gratis, ha descalificado la iniciativa de Zoido argumentando que eso sería como regalarle a Sevilla una Expo permanente. En medio de esta trifulca dialéctica por la que Málaga se reafirma de vez en cuando gracias a nosotros, alerta Galadí de que Ikea se puede ir a Córdoba. Zoido  reconoce que la multinacional sueca tiene otras ofertas y añade que Sevilla tiene ventaja “por ser la capital de Andalucía”. Así le da Juan Ignacio balas a Francisco de la Torre para que siga disparando a Sevilla.

 

 

 

 

Málaga y Sevilla

Coincidiendo con las presiones desde el PSOE(A) y la Junta para forzar la fusión Unicaja- Cajasol como núcleo de la ‘Gran Caja’ tras el fiasco de Cajasur y la alianza de Caja Granada con entidades foráneas, se constituyó la Plataforma Pro Autonomía de la Región de Málaga. El objetivo de los independentistas malagueños es “ver a nuestra querida Málaga libre del poder injusto y leonino que la Junta en Sevilla ejerce sobre nuestra amada provincia malacitana”.

Los panfletos, declaraciones de los promotores, página web y mensajes recogidos destilan un antisevillanismo exacerbado, con expresiones como éstas:

-Hay que defender Málaga contra “el imperio juntero-sevillano”.

-La Junta quiere llevarse la sede de Unicaja a Sevilla, “la ciudad más mimada y subvencionada” por el Gobierno andaluz.

-Unicaja no se va de Málaga sin que antes todos los malagueños saquemos hasta el último céntimo de un icono malagueño.

– Málaga es la capital económica a pesar de la Junta. Recauda el 25 % de los ingresos fiscales, además de tener una iniciativa económica privada muy potente, que nada tiene que ver con PER y subvenciones.

– Málaga no tiene nada que ver con las diversas manifestaciones sevillanas impuestas por la Junta, como el Rocío, la Copla, el flamenco, los carnavales de Cádiz, etc. Todas son tan respetables en Málaga como la salsa, el tango o la jota aragonesa. Nuestra propia cultura nos lleva a los verdiales, el traje de cenachero, etc. como parte de nuestro pasado y de las nuevas fiestas que puedan provenir de los numerosos residentes  extranjeros, con los que nuestra provincia mantiene estrechos vínculos.

(…) la sociedad malagueña, que salga de la hipnosis y síndrome de Estocolmo en el que estamos sumidos ante la Junta Andaluza de Sevilla.

La Junta ha dejado de invertir en Málaga ingentes cantidades de dinero y los ha invertido descaradamente allí…

FALSOS MITOS

Treinta años de autonomía no han servido para fortalecer la hermandad entre Sevilla y Málaga, sino para todo lo contrario. Hoy, Málaga se afirma contra Sevilla, como fruto de una estrategia de los alcaldes de la capital malagueña, fueran del signo político que fueran, desde Pedro Aparicio (PSOE) hasta Francisco de la Torre (PP), pasando por Celia Villalobos (PP), la misma que botaba en el palco del estadio malagueño durante un partido de fútbol al grito ‘¡Puta Sevilla!’ de la enfervorizada masa de hinchas.

El discurso del agravio comparativo contra Sevilla ha calado tan hondo en el imaginario colectivo malagueño que hasta Griñán tuvo que referirse a ello ante la candidata socialista, María Gámez,  a la Alcaldía: “Tenemos que hacer que el malagueñismo sea una identidad compartida –dijo-, que no se defina por exclusión o por confrontación y llevamos muchos años viendo que a lo que se ha invitado a los malagueños es a ser antital o anticual”.

Este discurso del agravio se basa en dos postulados falsos: 1) Que Málaga es la capital económica de Andalucía, cuando Sevilla aún genera más riqueza al conjunto de la economía andaluza y tiene más empresas que Málaga; 2) Que Sevilla le roba las inversiones a Málaga, cuando en los 18 años transcurridos desde la Expo las inversiones del Estado en Sevilla sólo han superado una vez la media nacional. Y, para acabar con el mito, las inversiones en infraestructuras para la Expo fueron de 258.224 millones de pesetas en Sevilla y de 213.155 en Málaga. Escasa diferencia para ser Sevilla la sede del evento.

EL AVE

En los la Transición, el Gobierno hizo contactos diplomáticos para pedir consejos sobre cómo combatir el independentismo vasco. Una de las recomendaciones recibidas fue que incrementara la construcción de ferrocarriles y de carreteras, para favorecer al máximo los contactos con el resto del país y, mediante la permeabilización de la sociedad vasca, acabar así con los tópicos del nacionalismo y del separatismo, que florecen en la incomunicación.

Sevilla y Málaga pueden complementarse en multitud de iniciativas y en este sentido la futura conexión por AVE, que unirá a ambas capitales en tan sólo 55 minutos, hará más por mejorar las relaciones bilaterales  que cien discursos políticos. La primera consecuencia de la alta velocidad será la desestacionalización del turismo, ya que los 28 trenes en servicio diario permitirán dar satisfacción a una demanda inicial estimada de 2,5 millones de usuarios.

LAS UNIVERSIDADES

Un extraordinario ejemplo de que es posible una estrategia ‘win-win’ (en la que los dos ganen) de Málaga con Sevilla en vez de Málaga versus Sevilla la han dado los rectores de las Universidades al hermanarse en una candidatura conjunta para crear un ‘campus’ único de excelencia y fomentar seis grandes áreas de investigación: aeroespacial, biotecnología, transporte, energía, comunicaciones y turismo.

Ambas universidades se han percatado de que Sevilla y Málaga generan el 45% de la riqueza de Andalucía, agrupan el 80% de las empresas de base tecnológica, tienen dos parques tecnológicos punteros (el PTA y Cartuja-93) y que las fortalezas de una (telecomunicaciones y turismo en el caso malagueño) compensan las debilidades de la otra. Aquí nadie ha dicho que la sede debe estar en tal o cual sitio como condición ‘sine qua non’, sino todo lo contrario: ambas universidades compartirán titulaciones y una escuela internacional de postgrado y planes de atracción de talento y de movilidad de profesores y alumnos.

Mientras políticos, economistas e iluminados se dedican al enfrentamiento, las Universidades de Málaga y Sevilla demuestran que es posible vertebrar Andalucía.