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El Sur antes que el Norte

La idea de ampliar la oferta turística al Norte del Casco Antiguo incrementaría el riesgo de su “gentrificación”

La alternativa sería potenciar el Sur con San Telmo, un museo sobre Aníbal González y el Tesoro del Carambolo

 

Tan sólo seis días después de la presentación del estudio de diagnóstico sobre el parque de viviendas de la ciudad, el delegado de Turismo, Antonio Muñoz, avanzó la propuesta municipal para la elaboración del II Plan Turístico. Muñoz expresa en sus distintas comparecencias opiniones contradictorias. Por una parte, reconoce el riesgo de que la masificación turística acabe provocando protestas ciudadanas como en Venecia ( cuando se está allí se comprende el porqué) y Barcelona, y la despoblación del Casco Antiguo por la proliferación de pisos turísticos; y, por otra, aboga por atraer a cada vez más turistas para mantener e incrementar el negocio del “lobby” turístico local.

La penúltima muestra la tenemos en el concurso convocado por la Dirección del Alcázar, con un presupuesto de 21.000 euros, para un estudio del sistema de visitas al monumento y tras el que se esconde el objetivo de ver si es posible justificar el incremento actual de no más de 750 visitantes de forma simultánea, para exprimir aún más la gallina de los huevos de oro.

Muñoz quiere ahora ampliar las zonas de interés más allá del triángulo declarado Patrimonio de la Humanidad: el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias.

Al respecto ha declarado lo siguiente: “Podemos apostar por una zona como Triana o la zona Norte del Casco Antiguo; o por un sector determinado, como el comercio; o por potenciar rutas como el barroco. Es lo que hay que decidir  mediante este proceso participativo. Nuestra opinión la tenemos clara: es necesario ampliar las zonas en las que el turista tiene la experiencia. La ciudad tiene argumentos más que suficientes para ello. También tiene que servir para incorporar elementos innovadores”.

EXPULSIÓN

Ahora, volvamos a la semana anterior, a la presentación del estudio de diagnóstico sobre las viviendas de la ciudad. En ese informe se reveló que en Sevilla existen 10.000 viviendas destinadas no a alojar vecinos, sino a turistas que nos visiten, y ello sin contar con los apartamentos turísticos. Y, atención, el 20% de las viviendas del distrito Casco Antiguo (una de cada cinco) se dedica ya a los turistas, en detrimento de residentes de toda la vida, que han sido expulsados a otros distritos del extrarradio, con un efecto dominó de encarecimiento de los alquileres.

Muñoz ha tratado de contener el fenómeno, ya registrado en sitios como Barcelona, imponiendo ingenuamente en las Ordenanzas Fiscales (y decimos ingenuamente porque la cantidad no es disuasoria frente a los pingües beneficios que puede reportar la actividad) una tasa de 300 euros (actualmente es de 24) a los propietarios que quieran convertir sus pisos en alojamientos para turistas. Ha fracasado en su intento porque la oposición le ha tumbado la propuesta, no sabemos si por insuficiente capacidad de negociación o convicción por su parte o por las presiones bajo cuerda del “lobby” turístico local.

Si los estudios del Ayuntamiento constatan que el 20% del Casco Antiguo ya está convertido en viviendas turísticas en detrimento de los vecinos tradicionales y el delegado del ramo afirma que hay que tratar de frenar la conversión de nuevas viviendas poniéndoles “una mínima barrera de entrada” (la citada tasa de 300 euros), ¿cómo abogar, pues, en el II Plan Turístico por ampliar a la zona Norte del Casco Antiguo el área turística de la ciudad si de esa manera se incrementa el riesgo de que se conviertan aún más viviendas en turísticas y crezca la percepción de un Centro convertido en parque temático, sin vida cuando se retiran los visitantes porque no quedan apenas vecinos?

Sin embargo, como delegado del ramo, Antonio Muñoz tiene la misión de procurar incrementar la cifra de negocio del sector turístico, del que viven miles de familias en la ciudad y que supone una parte muy significativa del PIB local. ¿Cómo potenciar y diversificar la actividad sin incrementar la “gentrificación” del Casco Antiguo?

 

DIEZ POSIBILIDADES

 

Quizás la respuesta consista en mirar no al Norte del Casco Antiguo, sino al Sur del mismo, hacia una zona sin apenas viviendas y articulada en torno a la dársena del Guadalquivir y a la avenida de la Palmera, el gran eje de la Exposición del 29, donde podrían acometerse actuaciones como las que se enumeran a continuación:

1.-El Central Park a la sevillana: Tanto el gobierno de Zoido como el de Espadas, cada uno a su manera, hablaron en su día de crear una gran zona verde allende la Puerta de Jerez y al estilo de otros internacionales como el Central Park (Nueva York), Hyde Park (Londres), las Tullerías (París) y El Retiro (Madrid), que se convierta en un foco de atracción turística “per se” y en lugar de encuentro y de realización de actividades para los sevillanos. Se dijo que se abordarían como un todo y no como zonas inconexas los Jardines de Cristina, los del Palacio de San Telmo, el Casino de la Exposición, el Prado de San Sebastián, el Parque de María Luisa, los Jardines de la Casa Rosa y los del Paseo de las Delicias. Nada se ha hecho en tal sentido al cabo de seis años y medio de las primeras propuestas.

2.-Apertura al público, siquiera los fines de semana, del Palacio de San Telmo, especialmente por su capilla y patio principal, incluyendo en las visitas explicativas la extraordinaria portada de Figueroa y las esculturas de los sevillanos ilustres, obra de Susillo. Aunque la Junta dice tener un sistema de visitas concertadas, es poco operativo y/o desconocido por nativos y turistas.

3.-Creación en la Plaza de España de un museo dedicado a Aníbal González, nuestro particular Gaudí, y al regionalismo arquitectónico, que acogería el legado del genial arquitecto que custodia su familia. En tiempos se habló de ubicarlo en la Puerta de Aragón, con su impresionante artesonado de madera que corona la escalinata y con posible acceso a terrazas y tejados del conjunto, como ya se hace en los techos de la Catedral.

4.-Rehabilitación de una vez por todas (que el PSOE y el PP dejen de tirarse a la cabeza su nula consignación de dinero en los Presupuestos cuando gobiernan) de los deteriorados museos Arqueológico y de Artes y Costumbres Populares que les dote de una renovada y moderna propuesta museística acorde al siglo XXI, para convertir la Plaza de América en nuestra particular “isla de los museos”.

5.-Sacar de la caja fuerte de un banco el Tesoro del Carambolo (más de 50 años en esta situación) para exhibirlo de forma permanente y estelar en el Museo Arqueológico o bien, convirtiéndolo en un anexo del mismo, en el Pabellón Real, que necesita de un nuevo uso cultural tras la decisión del gobierno local de ubicar la colección Bellver en la Casa de Fabiola, en el Centro, con lo que reconcentra, nunca mejor dicho, los atractivos en el Casco Antiguo y así también a los turistas, en vez de dispersarlos fuera de ese ámbito.

6.- Apertura a las visitas, siquiera en fin de semana, de la Casa Rosa y de sus jardines.

7.- Los sucesivos inversores que han ido quebrando y teniendo que irse del acuario se han quejado, creemos que con razón, de que aquél nunca ha sido promocionado por la Administración ni incluido en los recorridos y señalización turísticos de la ciudad. Es como si no existiera, ni para los sevillanos, que apenas lo conocemos, ni para los turistas, que lo ignoran. ¿No dice Muñoz que hay que ampliar el espacio donde el turista desarrolla su experiencia? Pues aquí tenemos un atractivo de primer nivel totalmente marginado, por lo cual han fracasado de forma añadida las norias que se instalaron en su entorno. Si no se crea una corriente turística desde el Centro hacia el Sur salpicando el eje de la Palmera/Parque de María Luisa de nuevos hitos, el acuario puede acabar cerrando sus puertas.

 

8.- La misma necesidad de promoción institucional y de inclusión en rutas y señalización cabe decir de la Casa de la Ciencia, con su planetario incluido, en el antiguo pabellón del Perú.

 

9.- Crear un programa permanente de actividades lúdicas y culturales en los muelles de Nueva York y de las Delicias para arropar la terminal de cruceros turísticos y potenciar la ribera del Guadalquivir.

10.-Incluir en este Plan el estadio del Betis, club que tras los grandes es el de mayor demanda de espectadores en sus partidos televisados por las cadenas de pago y que goza de simpatías en toda España. A título indicativo, el F.C. Barcelona creó un museo en su estadio en 1984. El primer año recibió 19.432 visitantes. Pues bien, hace un año acudió el visitante número 30 millones. Entre la venta de entradas y de recuerdos, el Barça ingresó por su programa turístico casi 30 millones de euros en 2015.

Un Plan que mire al Sur en vez de al Norte permitiría potenciar el negocio aliviando al mismo tiempo la presión turística sobre el Casco Antiguo de Sevilla.

 

Turistificación

Por primera vez, en España hay más plazas turísticas en viviendas privadas que en los hoteles

 En Sevilla ya han surgido empresas dedicadas a la gestión de las viviendas que se alquilan a turistas

La patronal turística Exceltur ha constatado oficialmente que por primera vez en España la oferta de plazas en viviendas que se alquilan a los turistas superan a las plazas en los hoteles y que esta tendencia se ha acelerado a un ritmo vertiginoso de unos años a esta parte merced a plataformas de intermediación por Internet de la denominada economía colaborativa, como Airbn y Homeaway: ya hay prácticamente un 10% más de plazas turísticas en viviendas que en los hoteles (362.493 frente a 323.113).

Sevilla no escapa a este fenómeno, ya que habría unas 27.500 plazas en viviendas de alquiler para turistas frente a las 22.500 que ofrece el sector hotelero, pero sólo unas 7.000 de aquéllas se habrían inscrito en el Registro instituido por la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía y tendrían la consideración de viviendas turísticas legales, por lo que 20.000 se hallarían al margen de la ley, sin pagar ningún tipo de impuestos y haciendo desde la economía sumergida una competencia desleal a quienes sí se han registrado y al sector hotelero.

EXPULSIÓN DE RESIDENTES

Como el dinero llama al dinero, al reclamo del éxito de plataformas de intermediación como Airbn, que nació en 2008 y que en tan sólo nueve años copa la mitad de la oferta de viviendas de alquiler turístico, se multiplica la oferta (crece a un ritmo anual cercano al 100%), aprovechando además que nuestro país se ha convertido en el destino refugio de millones de turistas (récord de 75,6 millones en 2016) por las guerras y la crisis de los refugiados en el Mediterráneo oriental.

Estamos introduciéndonos en un círculo cada vez más vicioso: a mayor número de turistas y mayor demanda de alojamiento, más oferta turística en viviendas particulares, en detrimento no sólo del sector hotelero tradicional, sino también de los residentes en, fundamentalmente, el casco histórico de las grandes ciudades, como está ocurriendo en Barcelona, donde la mitad de las viviendas del Barrio Gótico ya no están en el mercado clásico de alquiler porque para sus propietarios es más rentable arrendarlas por días o semanas a los turistas que a un inquilino habitual: pueden ganar hasta cuatro veces más y sin someterse a los dictados de la Ley de Arrendamientos Urbanos ni a la posible morosidad de los arrendatarios.

La consecuencia de este fenómeno, acelerado en los últimos años y que ha empezado a denominarse “turistificación”, es la subida de los alquileres o la reconversión de viviendas hasta ahora en el mercado inmobiliario para uso turístico, con lo que los centros urbanos y sus áreas de influencia se van despoblando de residentes de toda la vida. Estos, incapaces de pagar alquileres más altos ni de competir con turistas dispuestos a pagar cifras de hasta tres dígitos por día, se ven forzados a emigrar hacia la periferia.

SIN REGULACIÓN

La extensión del alojamiento turístico en viviendas particulares se ve además favorecida por la inexistencia de una norma reguladora a escala nacional. Ante la inhibición del Gobierno, cada comunidad autónoma o cada Ayuntamiento trata de enfrentarse a la nueva situación a su manera, después de que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) pidiera en vano al Ejecutivo de Rajoy que clarifique cuándo una vivienda es turística y cuándo no, regule su fiscalidad y seguridad y exija a las grandes plataformas de Internet que no publiciten las ilegales. A título de ejemplo, el presidente de la Comisión de Turismo de la FEMP y también alcalde de Palma de Mallorca, José Francisco Hila, reveló que el 90% de los alquileres turísticos en su ciudad son ilegales.

 Cada ayuntamiento aplica o estudia aplicar su particular estrategia para tratar de frenar la situación o, al menos, de encauzarla. El de Valencia ha planteado una subida del IBI para las viviendas turísticas, pero se encuentra con que habría que definir previamente la tipología de cada inmueble e incluso el periodo de tiempo en que cumple una función diferente.

 El de Sevilla aboga por gravar con hasta 250 euros la conversión de una vivienda habitual en otra de uso turístico. Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona envió un requerimiento a la plataforma Airbn para que le facilitara en el plazo de quince días la identidad de los propietarios que alquilaban viviendas a los turistas so pena de fuertes sanciones. Como gesto de buena voluntad, ha ofrecido a los 300 propietarios a los que ha logrado sancionar (a una media de 15.000 euros cada uno) una especie de amnistía: les condonará el 80% de la multa si ceden durante tres años sus viviendas al Ayuntamiento con fines sociales, y el total del importe  si la cesión es por un plazo superior.

IMPACTO ECONÓMICO

Sin embargo, no parece que se pueda poner puertas al campo: las viviendas turísticas no son una moda pasajera y han venido para quedarse porque se han convertido en un boyante negocio. La plataforma Airbn difundió un estudio sobre el impacto económico de su actividad en España en 2016, que cifró en 4.170 millones de euros. Su red asociada de pisos turísticos alojó a 5,4 millones de visitantes (2,5 millones más que en 2015), los cuales se gastaron en nuestro país 3.520 millones de euros, mientras que los propietarios se embolsaron por los alquileres 560 millones (en la cuenta faltan 90 millones, que podrían corresponder a las comisiones cobradas por la plataforma).

Con este panorama no es de extrañar que sólo en Sevilla capital se hayan registrado más de 1.350 viviendas de forma legal para uso turístico en exclusiva y que hayan surgido empresas que se dedican a su gestión, bien en propiedad, bien en nombre de terceros, como Singular Apartments, Puerta Catedral, Genteel Home…y que hayan creado su propia patronal, denominada Apartsur.

EL PACTO DE AMSTERDAM

Hace dos años y medio, el Ayuntamiento de Amsterdam fue pionero en firmar un acuerdo de colaboración com la plataforma Airbn tras detectar en el periodo previo un gran crecimiento de alojamiento de turistas en viviendas particulares. Una portavoz del gobierno local explicó la decisión con el argumento de que “la economía colaborativa ha llegado para quedarse y no va a desaparecer. Quisimos regularlo -añadió- porque es algo que la gente quiere hacer, porque es algo que no va a parar y porque creemos que es razonable que la gente comparta sus casas de esta forma”.

 En virtud de aquel acuerdo, la vivienda que se puede alquilar con fines turísticos por un máximo de 60 días al año y a no más de cuatro personas ha de ser la principal del propietario. A cambio, Airbn recauda para el Ayuntamiento el importe de la tasa turística (del 5%) y a quien opere al margen del pacto se le podrá multar con hasta 18.000 euros. Además, el Consistorio abrió una línea de teléfono para recibir denuncias de los vecinos en caso de ruido excesivo por parte de los turistas u otras molestias y de alojamientos ilegales.

El acuerdo soliviantó a los hoteleros de Amsterdam, pero el Ayuntamiento y Airbn  mostraron con el curso de los meses estadísticas según las cuales las pernoctaciones hoteleras crecieron en un 5,2%, entre otras razones porque la oferta de pisos turísticos no se concentró en el Centro de la ciudad, sino en barrios alternativos, donde el 36% de los ingresos generados se dedicó a afrontar pagos esenciales como el de la hipoteca. Algunos propietarios recaudan hasta 3.000 euros mensuales, y los turistas se dejan en los barrios donde se alojan una media de 179 euros diarios.

Acuerdos similares al de Amsterdam han firmado posteriormente con Airbn ciudades como Lisboa y París, donde la plataforma recauda la tasa turística para los ayuntamientos y éstos permiten el alquiler de viviendas con fines turísticos durante una parte del año, que oscila entre dos y cuatro meses. El Gobierno británico también ha aprobado una ley que permite a sus ciudadanos alquilar su vivienda por un máximo de tres meses al año, por entender que millones de visitantes quieren vivir una experiencia como la de los nativos y que para ciudades como Londres se abre una gran oportunidad de adaptarse al estilo de vida del siglo XXI.

 Amsterdam, París, Lisboa, Londres, Milán….han aplicado la máxima de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”.