Como el Betis es un club señorial y su entrenador todo un caballero, Pepe Mel no sólo deseó que Messi se recuperara para jugar el domingo contra los verdiblancos, sino también que batiera el récord goleador de Gerd ‘Torpedo’ Müller. Y ‘la Pulga’ argentina, ‘Misil’ Messi, satisfizo sus deseos y logró en el Villamarín lo que nunca antes ningún futbolista en la historia: marcar el 86º gol en un año natural. El Betis no debería desperdiciar la ocasión de perpetuar este hito histórico para los Anales del fútbol, como hizo México tras el fabuloso Italia-Alemania de la Copa del Mundo de 1970, partido en el que Müller marcó dos goles en una prórroga de locura y aun así perdió por el gafe de los alemanes ante los italianos. Desde entonces hay una placa con esta leyenda: ‘El estadio Azteca rinde homenaje a las selecciones de Italia (4) y Alemania (3). Protagonistas en el Mundial de 1970 del ‘Partido del Siglo’. 17 de Junio de 1970’. Otra placa debería recordar en Heliópolis como santuario del fútbol la gesta de Messi, el jugador del siglo (y para muchos, de los siglos).