La bolsa

Cuentan las crónicas de los periodistas locales enviados a cubrir la información de alto riesgo de la huelga de Lipasam cual corresponsales de guerra, debido a que los huelguistas los declararon personas ‘non gratas’ por revelar las prebendas del convenio, que una de las máximas preocupaciones entre los huelguistas al conocerse la apertura  de la Bolsa de trabajo era si a partir de ahora se iban a colocar sólo los enchufados del PP. Esto denota el concepto sindical sobre el sentido de una Bolsa de trabajo: el botín del partido vencedor. Habida cuenta de lo ocurrido tras el triunfo del PP en los talleres de distrito con Pepelu, correligionarios y demás parientes, en la faunística versión pepera del clásico libro de Gerald Durrell, no es de extrañar que cunda esa fundada sospecha. Así que en aras de esa transparencia que tanto predica el alcalde de la luz y los taquígrafos, sugiero que la Bolsa la gestione una agencia externa en vez de esa Comisión Paritaria de que se ha hablado. Y es que eso de paritario me suena a reparto clientelar: uno para ti y otro para mí.

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