El congresillo del PSOE de Sevilla ha confirmado la validez de aquella frase del recién fallecido Manuel Fraga de que “la política hace extraños compañeros de cama”. Veamos. Viera se cargó hace ocho años a Caballos; y hace cuatro a Monteseirín y su cohorte de críticos (Celis, Evangelina, Demetrio…) con el apoyo como fieles ejecutores de Susana Díaz y Fernando Rodríguez Villalobos. Sin embargo, las cañas se han tornado lanzas –y viceversa- y ahora resulta que Susana y el ‘cortijero’ (Toscano ‘dixit’) de la Diputación han querido ejecutar a Viera, a cuyo toque de socorro han acudido, en plan Séptimo de Caballería, gente otrora víctima del aún secretario general sevillano (un ‘muerto viviente’, según la jerga de su ‘invitado’ como presidente de la Ejecutiva y que, pasando por cordero, ha hecho honor a su apellido de lobo múltiple) como Caballos, Celis y Evangelina, mientras que Carmelo Gómez ya no se sabe si es represaliado o represor de los dos bandos indistintamente. En el PSOE de Sevilla uno puede acabar como (que no con) Julia Roberts: durmiendo con su enemigo.
El congresillo
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