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La casa de Rembrandt

La Fundación Casa de Rembrandt es un modelo cultural-fiscal en Sucesiones y Donaciones

Gestiona desde 1907 la casa del pintor holandés, mientras que aquí aún se trata de recuperar la de Murillo

 

Tras la conmemoración del IV centenario del nacimiento de Murillo, el gobierno de Espadas se ha trazado como objetivo la recuperación de la casa que habitó el pintor en la calle Santa Teresa -actualmente propiedad de la Junta de Andalucía-  como museo permanente y la creación de una fundación público-privada que se nutra de donaciones empresariales para la restauración del patrimonio en peligro, como la Capillita de San José.

Se da la circunstancia de que en este 2019 se cumple el CCCL aniversario de la muerte de otro genio de la pintura que fue coetáneo de Murillo (1618-1682), el holandés Rembrandt (1606-1669), motivo por el cual la gestión de su figura nos puede servir tanto de contraste como de inspiración para lo que se pretende hacer en Sevilla, donde hay proyectos en ciernes no sólo sobre Murillo, sino también sobre Velázquez, Cernuda, Bécquer y Aníbal González.

La primera gran diferencia es que mientras aquí todavía estamos tratando de recuperar algún inmueble ligado a la vida u obra de estos personajes y de articular una fórmula para invertir en la salvación de nuestro patrimonio, en Holanda en general y en Amsterdan en particular llevan bastante tiempo aplicando una muy eficaz.

CENTENARIA

Para empezar, el pintor Jozef Israels promovió en 1907 la creación de la Fundación Casa de Rembrandt, la cual compró la vivienda en que durante casi veinte años vivió a orillas de uno de los típicos y preciosos canales de Amsterdam uno de los mejores pintores y grabadores de la historia, inmueble situado en la calle conocida hoy como Jodenbreestraat.

La casa fue restaurada por la Fundación y convertida en museo dedicado a Rembrandt, el cual fue inaugurado en el año 1911 por la reina Guillermina. Así pues, fue la sociedad civil neerlandesa la que financió -y sigue financiando- la casa-museo de Rembrandt, mientras que entre nosotros todo se fía a lo que hagan las Administraciones Públicas, desde la Junta de Andalucía al Ayuntamiento.

La Fundación Casa de Rembrandt está registrada ante la Hacienda holandesa como una organización de utilidad pública, por lo que las donaciones económicas que recibe gozan de beneficios fiscales para los donantes, independientemente de que también pueda recibir subvenciones del Ayuntamiento de Amsterdam, en consideración a su labor de preservación del legado del artista y a su contribución  a la captación del turismo. Actualmente la casa-museo recibe del orden de entre 250.000 y 300.000 visitas anuales, cifra que se espera incrementar notablemente con motivo de este Año Rembrandt.

DONACIONES

La Fundación estimula las donaciones y legados. Se le puede donar una suma de dinero de una vez o bien de forma periódica. Esta última tiene mayores beneficios fiscales. Se realizan mediante acuerdos o incluso escrituras ante notario. Los benefactores pueden legar en su testamento una parte o todo su patrimonio monetario o bien obras de arte. Desde un mínimo de 50.000 euros se puede crear también un fondo con el nombre del filántropo, fondo que se destinará a proyectos específicos de la casa-museo. Como la Fundación rectora está exenta del pago del impuesto sobre sucesiones y donaciones, los benefactores saben de antemano que sus legados acabarán de forma íntegra en el museo.

La Fundación publicita una cuenta bancaria para la recepción de donativos al margen de las herencias y legados nominativos como patrocinadores públicos. Además, impulsa una Asociación de Amigos, cuyos miembros pagan actualmente una cuota anual de 75 euros. Les da derecho a la entrada gratuita en la casa-museo y en todas las exposiciones, conferencias y actividades que allí se organicen, amén de a un descuento del 10% (aplicable a dos personas) en la compra de cualquier artículo de la tienda física y de la tienda ‘online’.

No sólo de donaciones económicas se alimenta la casa-museo de Rembrandt. Dice al respecto la Fundación: “Dado el carácter único de nuestro museo, en el que queremos mostrar a los visitantes todas las facetas de la vida y obra de Rembrandt, el servicio de voluntarios es de gran importancia para animar las presentaciones, intensificar las experiencias y mantener y fortalecer los lazos con el vecindario de Amsterdam, por responsabilidad social corporativa. La creación de oportunidades para voluntarios y personas en desventaja en el mercado laboral se ajusta a este objetivo”.

Los voluntarios reciben un curso introductorio durante dos noches, tras el cierre al público de la casa-museo, en el que aprenden sobre la historia de la misma y la vida y los trabajos del artista. Cuando se organiza una nueva exposición se les organizan con los conservadores rutas previas preparatorias. Además, la Fundación cuida de que actualicen sus conocimientos mediante cursos y conferencias de forma regular.

Por otra parte, existe la figura del anfitrión, personas que se comprometen a dedicar al menos medio día a la casa-museo, para ayudar en lo que haga falta; envían sus solicitudes explicando sus motivos para ofrecerse a realizar esta labor y su currículum vitae a un correo electrónico habilitado al efecto.

AMSTERDAM ORIGINAL

La Fundación, por tanto, busca la autosuficiencia financiera mediante ahorros gracias al voluntariado, por una parte, y, por otra, mediante fuentes de ingresos diversas, sin limitarse a la típica venta de entradas a los turistas. En este sentido ha firmado acuerdos con diversos turoperadores para ver cómo encajar la casa-museo en las rutas turísticas por Amsterdam. Así se ha involucrado en el itinerario denominado ‘Amsterdam original’, una excursión de tres horas por la parte más antigua de la ciudad en la que se visitan tres museos que ilustran su denominada Edad de Oro: el Marítimo, la Sinagoga portuguesa y la casa-museo de Rembrandt. En esta línea de colaboración con los turoperadores les ofrece folletos de producción propia y fotos de alta resolución libres del pago de derechos e investigan conjuntamente sobre mejoes fórmulas de venta por Internet.

La casa-museo tiene al frente un director que es tutelado por un Consejo de Supervisión, el cual determina los salarios que se pagan pero cuyos miembros no cobran nada y se atienen a un Plan de Responsabilidad Financiera cuatrienal (el último, para el periodo 2017-2020) que se cuelga en Internet para el conocimiento público, al igual  que el informe económico anual, en un ejemplo de transparencia. También se rigen por un Código de Buen Gobierno y por otro de Diversidad Cultural.

BALANCE

En este siglo largo de actividad, la Fundación ha comprado -y ampliado- la casa en la que vivió Rembrandt entre 1639 y 1658 y la ha decorado con muebles y utensilios de su época basándose en el inventario de los bienes que el artista tenía cuando se declaró en quiebra; ha reunido 260 de los 290 grabados que realizó a lo largo de su vida, así como cuatro de sus planchas de cobre; realiza demostraciones diarias de sus técnicas de grabado y frecuentes de cómo se mezclaban las pinturas en el siglo XVII; muestra cuadros de pintores contemporáneos de Rembrandt, de sus pupilos y de su maestro, Pieter Lastman; tiene preparado un plan de renovación del museo con las más modernas técnicas y ganará un 30% de espacio para atender mejor al creciente número de visitantes.

En este año conmemorativo ha organizado tres grandes exposiciones sobre el genial artista que constituye su razón de ser: ‘La red social de Rembrandt’, sobre el papel que jugó en su vida y obra su círculo de amigos, motivo por el cual se expondrán cuadros poco o nunca vistos en Holanda; ‘Inspirados por Rembrandt’, con telas de Degas, Picasso, Donker y otros maestros que lo tomaron como referencia; y ‘Laboratorio Rembrandt’, dedicada a cómo realizaba sus obras, los nuevos descubrimientos al respecto y el dilema de los investigadores y restauradores al acercarse a ellas.

El funcionamiento de la Fundación Casa de Rembrandt en Amsterdam puede servir de modelo  a la Junta de Andalucía sobre el tratamiento a los legados de carácter cultural en su futura normativa sobre Sucesiones y Donaciones (si es que los está contemplando siquiera), así como nos recuerda la falta de una ley andaluza de Mecenazgo, la cual fue anunciada en su primera comparecencia parlamentaria (15 de julio de 2015) por la entonces consejera de Cultura, Rosa Aguilar, y ha vuelto a ser prometida por la nueva titular del Departamento, Patricia del Pozo. ¿Se aprobará durante este mandato o volverá a ser anunciada dentro de cuatro años por el siguiente consejero de Cultura?

Dos picas en Holanda

Cuando estas líneas vean la luz, debe de haberse reinaugurado uno de los museos más importantes del mundo, el Rijksmuseum (literalmente, el museo del Reino) de Amsterdam, tras su restauración y adaptación a las necesidades en el siglo XXI por los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz que, como ahora suele decirse, han prestigiado con su fantástica labor la marca Sevilla en Holanda y ante el mundo, ya que la prensa internacional que asistió a la presentación restringida de las obras ya terminadas (500 medios se acreditaron) se ha deshecho en elogios ante el resultado conseguido.

Nada hacía presagiar la odisea que los artífices entre nosotros del estadio de la Cartuja, la estación de Santa Justa y la biblioteca Infanta Elena iban a sufrir cuando en 2001 ganaron el concurso internacional para remodelar el equivalente al Prado holandés. Según el presupuesto considerado más o menos como el original, los trabajos debían costar 272 millones de euros y estar ejecutados en 2008.

Se han finalizado en 2013 y al coste de unos 375 millones, equivalentes al de la torre Pelli o al triple de las Setas de la Encarnación, pero con un resultado artístico excepcional y, se espera, también económico en el tiempo, ya que se prevé captar dos millones de visitantes tras el reestreno del museo y la expectación mundial que ha suscitado.

El retraso en cinco años sobre el plazo inicialmente previsto se ha debido, fundamentalmente, a dos factores: el conflicto con los ciclistas y la complejidad técnica para materializar algunas de las propuestas de los arquitectos sevillanos.

El Rijksmuseum, construido en 1885 por Pierre Cuijpers en una mezcla de estilos arquitectónicos, está situado a medio camino entre el casco antiguo con sus preciosos canales y los nuevos barrios de Amsterdam, y siendo ésta la capital mundial de la bicicleta (700.000 usuarios), los ciclistas utilizaban tradicionalmente el pasaje o galería central del edificio como atajo entre una y otra parte de la ciudad.

La todopoderosa Federación Ciclista y el Comité de Conservación del pasaje paralizaron durante nada menos que dos años (2004 y 2005) la restauración del inmueble (consiguieron que el Ayuntamiento no diera la licencia de obras) hasta que Cruz y Ortiz no idearan una solución arquitectónica que salvaguardara el tránsito ciclista por medio de la galería, una anomalía a ojos de los arquitectos sevillanos, para los que era difícil concebir tal práctica en una de las catedrales mundiales del Arte. Cómparese la lucha de los ciudadanos de Amsterdam por mantener esa tradición de paso con bicicletas por medio del pasaje del museo nacional con la conformidad de los sevillanos a perder su inmemorial derecho de cruzar por el Patio de los Naranjos de la Catedral, cerrado en 1992 por la Iglesia con el fin de explotarlo turísticamente.

Hasta tres soluciones distintas imaginaron Cruz y Ortiz para conseguir el beneplácito  de los ciclistas y lograr finalmente un consenso para integrar carriles-bici en el vestíbulo del Rijksmuseum. Los arquitectos acabaron comprendiendo la exigencia cuando la tradujeron en clave sevillana: “Cambiarle el recorrido aquí a los ciclistas es como intentar cambiarle el recorrido en Sevilla a una cofradía”.

 

El segundo motivo del lustro de retraso fue la idea de ganar espacio mediante la conexión de dos patios interiores separados y desaprovechados hasta entonces, para lo cual había que hacer una excavación de unos nueve metros de profundidad. Este plan, que en otra ciudad se habría resuelto metiendo varias excavadoras sin más, era una misión casi imposible en Amsterdam, gran parte de la cual, si no toda ella, se encuentra bajo el nivel del mar y con la capa freática casi a ras de suelo.

Cruz y Ortiz, sin embargo, ya tenían alguna experiencia en lides similares. Sin ir más lejos, buena parte del estadio de la sevillana isla de la Cartuja se encuentra embutida bajo rasante, con el fin de evitar que su inmensa mole causara mayor impacto paisajístico sobre el perfil llano de la isla y del conjunto de Sevilla, para lo cual, dada la cercanía del manto freático sevillano, hubo que protegerla mediante un anillo de hormigón.

Cómparese también esta preocupación de los dos arquitectos por evitar la afección visual del estadio con lo que se ha hecho luego con la torre Pelli en el lado contrario de la Cartuja y en el borde del casco histórico: 178 metros de altura.

En Amsterdam, Cruz y Ortiz recurrieron a buzos especializados para materializar su idea. El resultado final ha sido espectacular: un atrio de 3.000 m2 con una montera acristalada que inunda de luz natural el interior y que cuando cae la noche se ilumina artificialmente gracias a dos enormes estructuras metálicas en las que se insertan los focos eléctricos. Este atrio se ha convertido ya en el símbolo del nuevo Rijksmuseum y al mismo desembocan los servicios comunes de la institución.

Tuve la oportunidad de visitar el museo en la fase final de los trabajos, cuando al menos por entonces era ya accesible al público -frente a la creencia, incluso para los medios de comunicación, de que estaba clausurado por las obras- y se podía disfrutar sin los agobios ni la afluencia masiva que se daban en el cercano museo dedicado monográficamente a Van Gogh, a cuyas puertas se formaban colas multitudinarias, con largos tiempos de espera.

Con sus paredes redecoradas en azul y gris, el museo, fantástico, no está ya organizado por estilos artísticos, colecciones, material o pintores, ya que su hilo conductor es la ilustración mediante el arte y los objetos (cuadros, maquetas de barcos, muebles…) de la historia de Holanda a lo largo de 800 años: cómo un pequeño país se convierte en una potencia gracias a su dominio del mar y al comercio. Y un detalle significativo: no vi ni un solo motivo religioso ni cuadro de tal temática en las decenas de galerías que lo componen.

La sala estrella es la Galería de Honor, sancta sanctorum del arte holandés, donde se exponen las mejores obras de sus grandes pintores (Hals, Steen, Vermeer), presididas por la imponente ‘Ronda de Noche’ del gran Rembrandt.

En este espacio, en la noche previa al día (próximo 30 de abril) de su entronización, ofrecerán los futuros Reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, una cena de gala a los mandatarios internacionales invitados al acto. Es de dominio público que Guillermo y Máxima iniciaron aquí, en la Feria de Abril de 1999, el noviazgo que desembocó en boda en 2002.

Holanda, pues, debe de alguna manera a Sevilla ese matrimonio real y, merced a Cruz y Ortiz, la recuperación de su museo nacional, dos circunstancias que no hemos sabido aprovechar con acciones especiales para proyectarnos aún más en el mercado de los Países Bajos. Aquí parece que sólo se piensa en la maratón de Nueva York.

* https://www.rijksmuseum.nl/