Mi añorado compañero, amigo y viejo republicano Lorenzo Muñoz, que en la posguerra enseñó a nadar a media Sevilla si no a toda, contaba que un sevillano émulo a su manera de Martin Luther King tenía un sueño: lanzarse desde el balcón de su casa y nadar por su calle como si fuera una inmensa piscina. Y hete aquí que en una de las últimas riadas que sufrió la ciudad pudo al fin zambullirse de cabeza en un Guadalquivir salido de madre. Me acordé de Lorenzo al ver la insólita foto de gente jugando al dominó sobre una mesa playera en medio de la Ronda, cortada al tráfico el domingo desde las 6 de la mañana por la Ciclovida de Torrijos. El líder de IU dice que imágenes como ésta, pese al cabreo de los residentes aislados y de los turistas arrastrando maletas por falta de transporte público, son un triunfo de la ciudad sostenible. Su oración puede volverse por pasiva: el mensaje que transmite es que hay que cortar la Ronda porque no hay espacios para actividades lúdicas, deportivas y alternativas. La sostenibilidad no es flor de un día ni fotos para la galería.
Flor de un día
Deja un comentario