La paga extra

Torrijos, convertido en Gran Inquisidor de Sevilla, exige que el Ayuntamiento revele quiénes son los concejales que han incumplido el acuerdo plenario de donar la paga extra de diciembre al Banco de Alimentos. Al portavoz de IU, que también podría sustituir a la Fley como Gran Fiscalizador municipal, no le salen las cuentas: El Consistorio ha entregado globalmente a la organización caritativa 74.755 euros, pero según Torrijos, que al parecer controla hasta lo que cobra cada uno en la Casa Grande, deberían haber sido diez mil euros más, por lo que deduce que alguno, o más de uno, se ha escaqueado y quiere ponerlo(s) en la picota.

El líder de IU, siempre tan proclive a tender trampas saduceas a los demás, se remite a un acuerdo adoptado por el Pleno y en virtud del cual los concejales, los gerentes y los directores de las empresas públicas, fundaciones participadas y organismos autónomos se veían obligados a donar la extra de Navidad al Banco de Alimentos.

¿Y quién es el Pleno para obligar a nadie, ya sea concejal, directivo o simple empleado de una empresa pública, a donar su soldada? ¿Y quién es el Pleno para decidir, a instancias de Torrijos, que la paga extra se done al Banco de Alimentos, y no a Manos Unidas, el Domund, Médicos sin Fronteras o los Amigos de La Tierra?

La solidaridad no puede ni debe imponerse por decreto, sino que nace del corazón de cada uno  como fruto de una decisión libre e individual. ¿Por qué Torrijos tiene que coaccionar moralmente a los demás a secundar su iniciativa y no la adopta de forma anónima y en solitario sin darle publicidad como quienes en la Biblia se daban golpes en el pecho?

El colmo de la intromisión en la vida privada de ediles y altos cargos es la exigencia de que se revele el nombre de quienes, supuestamente, han incumplido el acuerdo plenario. Y va el portavoz del PP, Juan Bueno, e invita a Torrijos a mirar los expedientes. O sea, que para una cuestión personal que a nadie debe importar no rige la Ley de Protección de Datos, la misma que se invoca desde el gobierno municipal para no abrir infinidad de expedientes que sí afectan a la vida de todos los sevillanos, en cuyo nombre decide el Ayuntamiento.

Bueno tampoco es nadie para rendir cuentas en nombre de terceros, que sólo deben hacerlo ante Hacienda en la declaración individual del IRPF. Aquí nos movemos entre la demagogia y el colectivismo.

Al igual que aquel digno campesino andaluz que le dijo al señorito lo de “en mi hambre mando yo”, los concejales y altos cargos del Ayuntamiento también podrían decirle a Torrijos “en mi dinero mando yo”.

 

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