Ecologistas en Acción aboga por un nuevo sistema de transporte en la ría del Guadalquivir

Gabarras y barcazas para contenedores y ferries para pasajeros, que se adapten al calado

Ecologistas en Acción Andalucía propugna que la Autoridad Portuaria de Sevilla, cuyo titular es Rafael Carmona, vaya mucho más lejos en su proclamada nueva filosofía de trabajar con y por la Naturaleza en la ría del Guadalquivir y se convierta en uno de los protagonistas de la renaturalización del estuario exigiendo la rápida coordinación de las Administraciones y sectores implicados para establecer la estrategia de adaptación.

Para los verdes, esta nueva estrategia podría pasar por evolucionar hacia fórmulas de transporte fluvial distintas: de gabarras y barcazas con remolcador para contenedores y de ferries para viajeros, que se adapten al calado de un estuario renaturalizado como el que se debería lograr de seguir las propuestas de la Comisión Científica, en un modelo de funcionamiento alternativo basado en la cooperación con los puertos marítimos cercanos como los de Huelva, Algeciras y Cádiz, los cuales serían los puntos de transferencia de mercancías y pasajeros hacia Sevilla.

Transporte fluvial de contenedores mediante gabarras

Según el planteamiento de Ecologistas en Acción, las operaciones se realizarían por empresas locales, lo que generaría mayor valor añadido socioeconómico que el sistema actual, en un escenario que si se atiende con la coordinación necesaria no tiene que suponer pérdidas de ningún tipo más allá de la necesaria adaptación.

Para los verdes, los beneficios socioambientales serían muy altos, ya que se regeneraría la maltrecha situación del estuario como zona de alevinaje de buena parte de las pesquerías del golfo de Cádiz; se mantendrían la industria de la acuicultura y el aporte adecuado de sedimentos que mantienen en buen estado de uso las playas de interés turístico de Huelva y Cádiz; y, lo que no es menos importante, «un estuario vivo que sea la fuente de biodiversidad que puede ser si se permite desarrollar todo su potencial».

En sus Consideraciones al documento de evaluación ambiental de optimización de la navegabilidad de la Eurovía del Guadalquivir recuerdan que las necesidades del Puerto de Sevilla, junto con la transformación de la marisma para su uso agrícola, han determinado las grandes obras de transformación del territorio del Bajo Guadalquivir y conformado un espacio altamente antropizado.

En el mismo se han desconectados los grandes brazos laterales del río, conocidos como de la Torre y del Este, que conformaban las islas Mayor y Menor, respectivamente; se han desarrollado cortas que han rectificado el cauce para favorecer su navegabilidad conformando un trayecto desde Sevilla a Sanlúcar de 80 kilómetros frente a los 120 que tenía antes de las actuaciones, y se han ido produciendo incrementos de calado y eliminación de barras litorales para adaptarse al aumento del tamaño de los barcos que tenían que llegar a Sevilla.

Vista del Brazo de la Torre

A juicio de Ecologistas, estas transformaciones ha generado un incremento de la carrera de mareas que facilita la navegabilidad pero que a su vez es la causa última del deterioro socioambiental del río, en un proceso en el que un único objetivo, el de la navegabilidad, ha determinado la pérdida de servicios ecosistémicos que también tienen un importante componente socioeconómico, menos visible por ser menos inmediato  pero no por eso menos importantes: son las pesquerías y la acuicultura,  las playas y el turismo asociado los principales sectores socioeconómicos afectados de forma negativa.

Aunque se entiendan compatibles con la conservación del estuario, Ecologistas en Acción entiende que la realización de dragados de mantenimiento debería tener un seguimiento, para un mejor conocimiento de las posibles afecciones. Además, estima que se tendrían que llevar a cabo actuaciones como la reconexión del cauce principal con los brazos cegados, en especial el Brazo de la Torre y la recuperación de llanos mareales, y trabajar sobre la posible liberación del cauce eliminando la presa de Alcalá.

Presa de Alcalá del Río

De adoptarse estas medidas, que para Ecologistas debían ser de obligado cumplimiento y más aún cuando se acoplan con una actuación aprobada por Decreto como es la recuperación del Brazo de la Torre en el Plan Doñana 2005, sería el momento de plantear cómo queda ese nuevo estuario renaturalizado y sentar entonces, y no al contrario, las bases de la navegabilidad admisible para el puerto de Sevilla.

Un requisito que se considera imprescindible para la recuperación del estuario es el incremento de aportes de agua dulce. Ecologistas duda mucho de que esto vaya a ocurrir con la rapidez deseable, dados los incrementos en la superficie regable de la cuenca y el continuo incremento de las demandas para la creación de nuevas zonas regables. Si a ello se le suma el predecible efecto de disminución de las precipitaciones ligado a los fenómenos de cambio climático, poco se puede esperar por ese lado.

A esta cuestión de carácter general, los verdes añaden las actuaciones previstas, ya en el mismo estuario, derivadas del proyecto de modernización del regadío del arrozal que pretende desvincular el riego de las 36.000 hectáreas de arrozal del Bajo Guadalquivir de los aportes directos del río mediante la recepción de aguas del Canal de los Presos, previo recrecimiento, lo que en opinión de Ecologistas reducirá de forma considerable los aportes de agua dulce estivales. La consecuencia podría ser una importante disminución de las aguas dulces que llegan durante el periodo de riego del arrozal y que ahora se incorporan para evitar la subida del tapón salino.

Tablas de arroz

Así, de llevarse a cabo las actuaciones que se entienden imprescidibles para el estuario, como son la recuperación de llanos mareales y la reconexión de los brazos, junto con el descenso de los aportes de agua dulce, el caudal circulante se verá mermado y la dependencia de la marea para mantener los calados que se pretenden va a incrementarse.

Para Ecologistas en Acción se debería estar en un escenario distinto y habría que contemplarlo, ya que si para mantener el calado se incrementa la entrada de marea por falta de agua dulce, los efectos del incremento de la salinidad en todo el estuario pueden ser indeseables. En su opinión, el incremento de la fuerza de la marea está detrás también del incremento de turbidez, directamente relacionado con ésta, y que se ha demostrado la principal causa de turbidez al provocar resuspensión de los sedimentos de fondo, sin necesidad de aportes externos, es decir, incluso si se llegase a corregir la masiva llegada de sedimentos aportados por la cuenca, en su mayoría debido a la intensificación de las prácticas agrícolas.

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