El edificio de oficinas está incluido en el Catálogo elaborado por Urbanismo pero la eliminación se enmarcaría en la Ley de Memoria
El escudo franquista que presidía la fachada principal del antiguo complejo taquero de Altadis en el sevillano barrio de Los Remedios ha sido arrancado de cuajo durante los trabajos de remodelación del inmueble. Teóricamente la fachada y sus elementos están incluidos en el Catálogo de la Fábrica de Tabacos elaborado por la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento, pero la eliminación de esta simbología de la Dictadura podría enmarcarse en la Ley de Memoria Democrática.
Junto al enorme hueco dejado en la fachada se ven dos cartelones de la empresa Erri Berri, con sede en Olite (Navarra). En su página oficial en Internet se presenta como pionera en España en derribos técnicos con maquinaria propia, incluyendo desmantelamiento industrial, gestión de residuos peligrosos y no peligrosos (como el amianto) y compra-venta de materiales metálicos. Sus soluciones integrales incluyen construcción y mantenimiento de infraestructuras.
Asimismo, en su perfil en Linkedin dice hacerle especial ilusión participar en el proyecto de Altadis con su intervención en la demolición de los edificios no protegidos. «Un proyecto -afirma- completamente alineado con el posicionamiento de devolver al origen un espacio sobre el que construir un mundo mejor. Esa es nuestra aportación: demolición sin huella».
El hueco dejado en la fachada por la extracción del escudo
Según el Catálogo de la Fábrica de Tabacos de Altadis redactado en su día por la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, los edificios objeto de protección específica dentro del complejo industrial son:
- Edificio de Oficinas y Talleres
- Capilla
Dice al respecto el documento: «El edificio de Oficinas y Talleres se ha visto modificado a lo largo de los años por la construcción de dos cuerpos edificados: uno exento, situado en el patio principal del edificio y que deberá demolerse en caso de intervención de reforma del inmueble. Otro, una nave adosada a lo largo de la fachada sur del edificio que podría demolerse en caso de actuación integral sobre el inmueble. Los elementos a proteger son las fachadas, cubiertas, la composición espacial y el sistema estructural. Se permitirán aquellas obras de reforma que impliquen actuaciones puntuales en el sistema estructural sin afectar a la composición
espacial del edificio, permitiéndose igualmente la construcción de entreplantas a fin de
materializar la edificabilidad resultante de las demoliciones de los elementos no protegidos, que en ningún caso podrán incidir en las fachadas del edificio».
La fachada principal de Altadis, en la que se hallaba el escudo franquista
Y se añade lo siguiente: «El nivel máximo de obra permitido en cada edificio será el establecido en la correspondiente ficha de catálogo, cuyo alcance viene determinado en el art. 10.3.7 de las Normas Urbanísticas del vigente Plan General de Ordenación Urbanística y que es el siguiente:
- Reforma de adecuación interior que no altere el sistema estructural, la composición espacial, las fachadas y los tipos de cubierta: son obras de reforma donde se permite la adecuación interior y redistribución para un nuevo uso, siempre que no afecte a los valores reconocidos del edificio.
- Reformas interiores que pueden modificar parcialmente el sistema estructural y la
composición espacial, conservando las fachadas y los tipos de cubiertas: son obras de
reforma que además de permitir una redistribución interior permiten pequeñas
intervenciones sobre los elementos estructurales o compositivos interiores como la
ampliación de huecos o apertura y cierre de los mismos, así como la sustitución del sistema estructural de forma puntual».
El escudo sobre la fachada principal del inmueble
La intervención tan contundente en la fachada del edificio de oficinas, teóricamente protegida, en que se hallaba el escudo podría tratar de justificarse al amparo de la Ley de Memoria Democrática al ser uno de los vestigios franquistas que aún quedaban en la ciudad según el recuento que en su día realizó el diario El Mundo, aunque para algunos expertos consultados se podría haber evitado la destrucción de un elemento que simplemente formaba parte del inmueble. Se trataría de no borrar la historia, sino de conservar, cuando no suponen una ofensa para las víctimas, algunos símbolos como exponentes de una etapa de nuestro país para que en el futuro se sea consciente de que se sufrió una Dictadura de 40 años.
Según las fuentes citadas, en ciudades como Lugo, Santander y Palma de Mallorca se ha optado por guardar en almacenes municipales los símbolos franquistas retirados, en espera de ver qué hacer en el futuro, una retirada que se ha efectuado sin provocar un destrozo como el causado en la fachada de las oficinas de Altadis.
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