Costas rellenará con 700.000 m3 de arena un frente de casi 4 kilómetros de la playa de Matalascañas

Y recrecerá en 1,5 metros uno de cada dos espigones para incrementar su capacidad de retención

La Dirección General de la Costa y el Mar ha aprobado definitivamente el proyecto denominado ‘Aportación de arena y mejora de los dispositivos de retención de la misma en la playa de Matalascañas, término municipal de Almonte (Huelva)’, que contará con un presupuesto de 5.999.863,12 euros.

Se llevará a cabo la remodelación de 9 de los actuales espigones (uno de cada dos) para recuperar la antigua capacidad de retención de arena del sistema. La remodelación consiste en la elevación de las estructuras 1.50 metros sobre el nivel actual de la playa, de forma que la cota de coronación del espigón vaya descendiendo según nos alejamos del paseo marítimo, adaptándose a la cota decreciente del perfil de playa.

Sólo se recrecerán los primeros 50 metros de cada espigón. La sección tipo de los espigones estará formada por escollera de 1-2 tn cimentada sobre los restos de la escollera actual y sobre el perfil de playa, a una cota variable entre +1.0 m y + 4.0 m, de forma que su coronación estará situada entre las cotas +2.5 m y +5.5 m.

Colocación de las escolleras

Con el objeto de aumentar la estabilidad de los espigones y reducir su impacto visual, las piezas de escollera se colocarán concertadas, de forma que queden trabadas unas con las otras, alternando en lo posible los de distinto tamaño dentro de su categoría para tratar de evitar la continuidad de juntas en cualquier plano.

En ningún caso se colocarán los cantos de forma que puedan rodar o deslizarse independientemente. De esta forma, la superficie exterior tendrá un aspecto liso y continuo, sin aristas que sobresalgan de la misma, lo que le dará un aspecto visual mucho más agradable.

Cada espigón remodelado llevará en su extremo una señal de advertencia para los bañistas, visible durante todas las fases de marea. Para ello se hincará en el fondo de la playa una barra metálica de grosor suficiente, la cual alcanzará hasta la cota mínima de +4.00 m referida a la BMVE.

APORTE DE ARENA

Asimismo, se procederá al relleno de arena procedente de dragado, con un volumen de 700.000 metros cúbicos. Este material se repartirá a lo largo de 3.700 metros de playa, siendo el inicio del punto de vertido el espigón norte actual, situado al inicio del paseo marítimo.

Planta general de las obras previstas

En la actualidad la playa está mucho más erosionada en su extremo sur. Si se dispone un único perfil de relleno para todo el tramo, el volumen asignado a la zona sur sería excesivamente elevado. Esto no es conveniente, dado que la arena tiende a desplazarse hacia el sur, de forma que en un plazo corto la aportación realizada desaparecería de la
playa de Matalascañas.

Por ese motivo, se establece un perfil de relleno más elevado en la zona norte que en la sur.

EXTRACCIÓN

Las zonas de extracción de arena previstas son las siguientes:

− Banco sumergido frente a Punta Umbría (parcelas 9 y 11).
− Banco sumergido frente al Dique Juan Carlos I (parcelas 6 y 7).

Zonas previstas de extracción de arena


Dado que se siguen llevando a cabo investigaciones para la localización de zonas de préstamo de arena en el entorno del banco del Dique Juan Carlos I, es posible que se añadan más parcelas a los posibles puntos de extracción.

SITUACIÓN ACTUAL Y FUTURA

A lo largo de la playa de Castilla se produce un transporte neto de sedimento en sentido sur, con un orden de magnitud de 100-200.000 m3/año. La interrupción del transporte litoral frente a la ría de Huelva ha generado una onda erosiva que se propaga hacia el sur a lo largo de esta playa.

El acantilado situado a poniente de la playa de Matalascañas retrocede a una tasa aproximada de 0.5 m/año. Este retroceso se debe tanto al déficit de sedimento como a la sobreelevación del nivel medio del mar, que en las últimas décadas ha alcanzado una tasa media de 3.5 mm/año. La erosión de la playa de Matalascañas ha venido también muy influida por la ocupación de las dunas y de la playa activa por la urbanización y el paseo marítimo.

El sedimento se acumula al final del tramo, en la costa de Doñana, estando la dinámica sedimentaria muy influida por el transporte eólico hacia el interior del parque, y por los procesos fluviales en la desembocadura del Guadalquivir.

Las conclusiones más relevantes sobre el posible impacto de la actuación sobre la playa de Doñana son las siguientes:

− Al sur de Matalascañas comienza a producirse un descenso lento del transporte sedimentario, motivo por el cual en las últimas décadas la costa de Doñana se encuentra en un proceso acumulativo. Este proceso acumulativo es reducido en los primeros 5 km de playa, y crece hasta un valor de 1 m/año hacia el sur de la playa.

− La construcción del paseo marítimo de Matalascañas y de los espigones de retención no ha causado ninguna tendencia erosiva en la playa de Doñana, ni tan siquiera en la zona más cercana a la urbanización.

Esquema de los procesos sedimentarios en el entorno de Doñana

-Tras las obras de regeneración, se producirá un incremento del transporte sedimentario hacia el Sur debido a la aportación de 700.000 m3 de arena a la costa. Esta arena no será retenida en su totalidad por los espigones remodelados, sino que una gran parte se incorporará al transporte neto longitudinal, incrementando su volumen actual. Esto supondrá un beneficio para la playa de Doñana, que recibirá inicialmente un aporte suplementario de sedimento.

− Con el paso del tiempo, según vaya erosionándose el material aportado, los espigones remodelados empezarán a incrementar su efecto sobre el transporte litoral, disminuyendo su volumen. El descenso máximo teórico del transporte litoral que los espigones remodelados podría suponer es del un 7-8%. Sin embargo, el efecto real será bastante inferior, dado que la hidrodinámica en torno a estas obras hace que parte del material que debería ser retenido, acabe sobrepasándolas por su exterior.

− El recrecimiento de los espigones es una obra de mucha menor envergadura que la construcción de los espigones originales de 1978, ya que sólo se actúa sobre una de cada dos obras, y sólo sobre la mitad de su longitud.

− El último espigón remodelado hacia el Sur se encuentra a 820 m del inicio de la playa de Doñana. Se considera que esta distancia es suficiente como para que el transporte litoral se recupere de cualquier posible influencia del recrecimiento de los espigones.

− La aportación de 700.000 m3 de material impedirá que la playa de Doñana se vea afectada por un posible descenso inicial del transporte sedimentario, dado que este volumen compensará sin duda el descenso del transporte inicial generado por el recrecimiento de los espigones.

Por tanto, se considera que las obras previstas no tendrán ningún impacto negativo sobre la playa de Doñana, la cual se encuentra en un proceso acumulativo que no ha sido afectado por ninguna de las actuaciones anteriores (espigones y paseo marítimo), ambas de mayor envergadura que la que ahora se propone.

La remodelación de los espigones sí puede provocar una pequeña erosión en la propia playa de Matalascañas, hasta unos pocos de cientos de metros al sur del último espigón remodelado, una vez que el relleno aportado haya sido transportado completamente hacia el Sur.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *