El Norte se perfila como rival de Sevilla y Andalucía por el turismo nacional

Los hoteles sevillanos llevan ocho meses consecutivos perdiendo viajeros españoles mientras once de quince destinos septentrionales captaron más en agosto que un año antes

El Banco de España el pasado mes de agosto (2024) y BBVA Research en septiembre han alertado sobre el impacto que el cambio climático puede tener sobre la demanda turística y los destinos vinculados al modelo de sol y playa, como los del litoral de Andalucía, o marcados por su clima más caluroso, caso de Sevilla. En julio del año en curso Asturias superó por primera vez en la historia a Málaga en la captación del turismo nacional y los hoteles sevillanos han perdido a lo largo de 2024 uno de cada diez clientes de origen español. Por el contrario, y a modo de botón de muestra, de 15 destinos del Norte peninsular analizados, once (el 73%) recibieron en agosto más viajeros españoles en sus hoteles que en el mismo mes del año anterior.

El Banco de España, en un informe titulado ‘La reciente diversificación de los flujos turísticos internacionales hacia España‘, ha constatado cómo en el primer trimestre de 2024 el número de pernoctaciones hoteleras de extranjeros ha crecido más en las
regiones del Norte de España en comparación con los archipiélagos y el Sur peninsular, que presentaban las cuotas más elevadas en el pasado, lo que ha redundado en una mayor diversificación geográfica de los flujos turísticos en el conjunto del territorio nacional.

En particular, las pernoctaciones hoteleras en las regiones del Cantábrico, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja se incrementaron más de un 26% en 2023 frente al período previo a la pandemia, mientras que en Canarias, Illes Balears y Andalucía se debilitaron ligeramente (–0,5%, –0,1%, y –0,2%, respectivamente).

Según el banco supervisor, si bien aún es pronto para extraer conclusiones definitivas, el cambio climático podría estar originando desplazamientos de turistas hacia destinos con temperaturas más moderadas en verano, consecuencia de ello, se reduciría la concentración en las zonas de mayor afluencia en los meses estivales y aumentaría la ocupación de los destinos de playa durante los meses de otoño e invierno.

En esta línea, algunos estudios han señalado cómo cambios en la distribución geográfica del gasto turístico en España en temporada alta están asociados a aumentos de la temperatura superiores al promedio diario histórico.

EL CALOR Y EL TURISMO

El cambio climático podría alterar el patrón estacional y geográfico del turismo en España, según un informe elaborado por BBVA Research, que alerta de las consecuencias que podría tener sobre la economía española el aumento de las temperaturas globales, al reducir el atractivo tradicional de muchos destinos. De hecho, las Islas Baleares podrían ver reducida su demanda turística en verano hasta en un 60%.

El cambio climático constituye un desafío para el sector turístico español, en particular para los destinos tradicionales del sur y del Mediterráneo. A medida que aumentan las temperaturas globales, el atractivo de estos territorios puede disminuir, provocando cambios en el patrón estacional y geográfico del sector y, por extensión, sobre la economía española.

El informe ‘El impacto del cambio climático en la demanda del turismo en España‘, elaborado por BBVA Research, alerta de que el atractivo tradicional de destinos costeros puede verse afectado por el aumento de las temperaturas globales, pudiendo afectar a la economía española en su conjunto. Y es que, según los expertos, las variaciones en las temperaturas y precipitaciones y la mayor frecuencia de los eventos climáticos extremos pueden afectar de manera significativa a la demanda turística y al atractivo de los destinos.

El análisis de BBVA Research revela que un mayor confort climático se asocia a un aumento de los flujos turísticos mensuales, con diferentes efectos según el tipo de turismo prevalente en cada provincia. «En España, las zonas costeras son las más sensibles, en particular las de la costa mediterránea y las islas, seguidas de las provincias costeras del norte y del turismo de montaña y naturaleza, mientras que las zonas urbanas apenas se ven afectadas por los cambios en las condiciones climáticas», asegura el informe.

Para finales de siglo, los resultados revelan un claro patrón Norte-Sureste en los cambios de la demanda de turismo de playa, donde las provincias costeras del Norte se beneficiarían de la progresión del cambio climático y las del Sur y Este perderían demanda turística, especialmente en escenarios de elevado calentamiento global. El impacto sobre el turismo urbano sería menos pronunciado.

Evolución de la demanda turística en Asturias y Sevilla hasta 2100 en función de escenarios climáticos manteniendo constantes el resto de factores (mes de agosto). Los RCP son cuatro proyecciones de probables futuras concentraciones de gases de efecto invernadero en partes por millón: RCP 2.6; RCP 4.5; RCP 6.0, y RCP 8.5, la de mayor concentración)

El informe indica que en un escenario de cero emisiones netas, se espera que el impacto del cambio climático sobre el turismo sea mínimo (con un descenso de la demanda del 0,3% en 2100 frente al periodo 2024-2030). Pero, a medida que aumenta la temperatura esperada para final de siglo, el impacto negativo se vuelve más pronunciado, particularmente en los meses de verano, cuando el calor extremo puede disuadir a los visitantes de los destinos tradicionales.

Así, en un escenario de emisiones futuras de CO2 bajas a moderadas, compatible con un aumento de temperatura de 2,8ºC en 2100 respecto a los niveles preindustriales, la disminución neta del turismo en España también sería relativamente pequeña (-0,6%), si bien los impactos diferenciados a nivel provincial ya serían visibles.

En el escenario de calentamiento más severo, con un aumento de temperatura de 4,8ºC a finales de siglo, sí se prevé una reducción significativa en la demanda turística, con una disminución neta de aproximadamente el 7% en 2100 respecto al periodo 2024-2030.

ZONAS MÁS AFECTADAS

Los efectos esperados serían más pronunciados en el Mediterráneo y la costa Sur, como las Islas Baleares, cuya demanda turística en verano se podría reducir en un 60%, con una recuperación parcial en otoño en el escenario más adverso. Esto llevaría a una disminución neta anual de alrededor del 27%.

«Mientras tanto, las provincias del Norte y los destinos naturales podrían beneficiarse de este cambio en la demanda, lo que resultaría en un aumento del turismo, especialmente en temporada alta. El mayor incremento de la demanda se observaría en Asturias, casi un 7%, asegura el informe.

El estudio también destaca el potencial de desestacionalización del turismo, con la primavera convirtiéndose en una temporada especialmente favorable para los viajes.

Evolución del Índice Climático Turístico en diversos modelos turísticos españoles entre 1980 (línea de color más claro) y 2023 (línea más oscura): Asturias (costa cantábrica), Baleares (Mediterráneo), Sevilla (modelo mixto urbano) y Huesca (montaña y Naturaleza)

Como el calor extremo del verano desalienta los viajes a los destinos tradicionales, la primavera podría convertirse en una temporada más popular para los turistas. Además, este cambio podría ayudar a aliviar la presión sobre el turismo de verano, siempre que esté respaldado por las medidas políticas necesarias y la inversión en infraestructuras necesaria.

«Para mitigar los efectos adversos, la industria turística debe adaptarse promoviendo los viajes fuera de temporada alta, desarrollando infraestructuras sostenibles y diversificando las atracciones turísticas más allá del turismo de playa para garantizar la resiliencia a largo plazo del sector turístico español», apuntan los economistas de BBVA Research.

SEVILLA VERSUS EL NORTE

A lo largo del año 2024, los hoteles de Sevilla capital han perdido cerca de cien mil clientes españoles, uno de cada diez de los que se registraron en los ocho primeros meses del año anterior.

La tabla estadística refleja que justamente en los dos meses principales del verano es, junto con mayo, cuando se ha registrado una mayor caída de viajeros nacionales alojados en los hoteles de la urbe sevillana: un 16% menos que en los mismos meses del año pasado.

En contraste, en quince destinos del Norte analizados, los datos de ocupación hotelera muestran un incremento del turismo nacional en once de ellos, las tres cuartas partes en números redondos.

Sólo en Vitoria, Santiago de Compostela, Oviedo y Bilbao ha habido el pasado mes de agosto menos viajeros españoles alojados que en el mismo mes del año previo, mientras que en los otros once destinos del Norte tomados como referencia ha habido mayor afluencia de turistas nacionales que un año antes.

Destacan los casos de Lugo, con casi un 15% más, y de Vigo, con un 13% más. Otros dos destinos septentrionales con incrementos de dos dígitos han sido Ribadeo y Ourense. Entre los destinos de Galicia, sólo Santiago de Compostela, con mayor carácter patrimonial y urbano, ha perdido viajeros españoles en el balance interanual.

Los indicadores apuntan, pues, a que a medida que se acentúe el cambio climático y suban las temperaturas se harán más atractivos para los turistas los destinos con un clima más suave, especialmente en verano, y, en sentido contrario, menos atractivos aquellos más calurosos, caso de Sevilla, que de momento se salva por el auge del turismo internacional, y del litoral de Andalucía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *