El centro de salud de Los Bermejales, situado prácticamente enfrente del Hospital Militar, dispone de dos rampas de acceso para minusválidos, discapacitados en general y madres que acudan con sus bebés a bordo de carritos, pero «a quien corresponda» en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha tomado la decisión de cortar el paso por la rampa más fácil de usar, que ha reservado sólo para «personal autorizado», y enviar a los pacientes a la situada en un fondo de saco, habitualmente bloqueada por el tránsito y aparcamiento de todo tipo de vehículos, incluidos los de carácter sanitario.
Los enfermos que para moverse precisen de una silla de ruedas, más aún en días de lluvia como los del paso de la borrasca Berenice a mitad de octubre de 2024, se encuentran con dificultades añadidas a la hora de acceder en taxi o automóvil al centro de salud de Los Bermejales, a pesar de que éste dispone de dos rampas para entrar en el edificio aparte de la escalera principal, destinada a personas que no sufran ningún problema de movilidad. Vamos a comprobarlo en el siguiente reportaje gráfico.
El conductor del taxi o automóvil que lleve a bordo a una persona que se mueva en silla de ruedas con destino al centro de salud de Los Bermejales se encuentra de frente con esta perspectiva, en que a la izquierda se ve parte del centro de salud y a la derecha queda el Hospital Militar
En esta imagen se aprecia a la izquierda del paso de peatones la vía de acceso al fondo de saco (sin salida) de un pequeño aparcamiento y la escalera principal de entrada al centro de salud de Los Bermejales
Al final de la vía que discurre paralela al centro de salud (que queda a la izquierda) hay dos pasos deprimidos para sillas de ruedas y el taxista o automovilista puede luego girar en el aparcamiento que queda al fondo a la derecha para salir. Estos dos pasos deprimidos (en rojo) están además muy cerca de la rampa de acceso más lógica y fácil de utilizar para los minusválidos
Camino que lleva desde los pasos anteriores hasta la rampa de acceso del fondo, la cual desemboca en la puerta blanca, a la izquierda de la cual, por dentro del edificio, se halla el ascensor (columna de color gris) para poder subir hasta las plantas superiores
La rampa de acceso para minusválidos situada detrás del olivo plantado en el jardín y a la derecha de la escalera del centro de salud
Detalle de la rampa para minusválidos sita a la derecha de la escalera principal
Cuando el minusválido llega a la puerta se encuentra con el mensaje de que sólo está habilitada para personal autorizado y que se le prohíbe el paso
La otra rampa que permite el acceso en silla de ruedas está en el lado contrario, a la izquierda de la escalera principal, y parte de una calle sin salida convertida en aparcamiento sin apenas espacio para que los vehículos puedan maniobrar cuando las plazas de estacionamiento están plenamente ocupadas
La rampa que parte de la zona de aparcamientos en la calle sin salida
La calle sin salida convertida en un fondo de saco y en la que se hallan los aparcamientos junto a los cuales se inicia la otra rampa para minusválidos (al fondo, Los Bermejales)
El taxi que transporte a un minusválido se ve obligado a aparcar en primera opción junto al paso de peatones para descargar la silla de ruedas, pero así bloquea la calle sin salida en que aparcan los vehículos sanitarios y privados
El conductor del vehículo que trata de salir de la zona de aparcamientos junto al centro de salud ha de esperar a que el taxista acabe con su servicio, al igual que tendría que hacer otro conductor que viniera detrás del taxista
La segunda opción que le quedaría al taxista con un minusválido a bordo sería introducirse con el vehículo hasta el fondo de saco de la calle sin salida convertida en aparcamientos, un trozo de los cuales se ha pintado en el suelo como vía de acceso a la rampa, trozo de suelo sobre el que aparcan los automovilistas cuando les conviene, con lo cual impiden el paso a las sillas de ruedas
Vista desde el lado de la calle sin salida del trozo pintado en el suelo, tras una alcantarilla, reservado teóricamente para el paso de las sillas de ruedas
Una anciana minusválida, con su silla de ruedas en la acera junto a los aparcamientos que lleva hasta la rampa a la izquierda de la escalera principal, acera en la que falta una de las losetas desde hace tanto tiempo que hasta crecen plantas y hierba en el hueco, pero nadie se ha preocupado de reponer la losa que falta y que dificulta el paso de los discapacitados. Cuando el pasillo para minusválidos pintado en el suelo entre las plazas de estacionamiento es ocupado por los automovilistas, el minusválido no puede acceder desde ahí a la acera que conduce hasta la rampa, debido a que ha de salvar el bordillo, y también encuentra enormes dificultades para salir por esa misma vía
La conclusión de este reportaje gráfico parece obvia: lo lógico y más fácil sería que los minusválidos en silla de ruedas usaran la rampa sita a la derecha de la escalera, que además desemboca en la puerta situada junto al ascensor , y el «personal autorizado» la rampa de la izquierda, la que parte de la calle sin salida convertida en un fondo de saco y destinada al aparcamiento de vehículos, entre los cuales, si aquél está lleno, es muy difícil que pueda maniobrar y aparcar un taxista y más aún una persona con problemas de movilidad, pero como ya vimos en un caso anterior en este mismo centro de salud la lógica no impera en el Servicio Andaluz de Salud.
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