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Luz, más luz

Zoido quiere reconvertir en Corporación la AIE que inventó Monteseirín para darle todo el poder a Marchena en el Ayuntamiento paralelo en que convirtió las empresas municipales. Aparte de coladero para enchufados (también instrumento indirecto de control de las agrupaciones socialistas alineadas con los críticos), la AIE era el cajón sin fondo usado por el valido para comprar complicidades y silencios periodísticos. Dicen ahora en el PP que con la Corporación desaparecerán los gastos opacos de propaganda y patrocinios, como los 15 millones de euros endosados a las cuentas de Emasesa sin comerlos ni beberlos. Muy bien, pero antes de que las facturas desaparezcan en el limbo administrativo del olvido, ¿por qué no se hacen públicas, para saber quiénes se beneficiaron de esos 15 millones y así se convierte la opacidad en transparencia, conforme a la promesa electoral de Zoido de luces y taquígrafos? El emperador romano llevaba al lado a alguien que le recordaba que era mortal. A Zoido hay que ponerle a otro que le recuerde la frase de Goethe: “¡Luz, más luz!”.

Primera vez

La delegada de Hacienda, Asunción Fley, ha logrado terminar el proyecto de Presupuestos municipales justo a tiempo para que Zoido los pudiera presentar el martes ante el Consejo Económico y Social y luego elevarlos a un Pleno para su aprobación antes del fin de 2011, en cumplimiento de su promesa electoral y en contraste con los tradicionales retrasos de Monteseirín, que los estiraba hasta primavera como mínimo. Sin embargo, con ser extraordinario para lo que se acostumbraba por estos lares, este éxito no tiene mérito al lado de otro no bien ponderado y que ha pasado prácticamente inadvertido. Hace un mes, cobró la primera multa de que se tiene noticia a un gorrilla, al amparo de la Ordenanza aprobada en 2008 y que hasta ahora era papel mojado porque todo el mundo sostenía que cobrarle a un guardacoches era imposible, dada su acreditada insolvencia. Sólo han sido 30 euros, pero menos da una piedra y más importante aún es su valor simbólico. Ahora, para que yo la tenga en un pedestal, sólo le falta un tercer milagro: cobrarle algún tributo al Sevilla y al Betis.

Papeles cambiados

Fernando Rodríguez Villalobos, presidente del PSOE de Sevilla y de la Diputación, quiere, a pesar de su ideología socialista, privatizar las acciones que la Corporación Provincial posee en Fibes, el Teatro de la Maestranza y el estadio de la Cartuja, tras caerse del caballo por la crisis y descubrir, una vez desalojado Monteseirín de la Plaza Nueva, que su auténtica vocación son los pueblos como La Roda de Andalucía (sin ánimo de señalar) y no la capital. Zoido, presidente de la FEMP y alcalde de Sevilla por un partido conservador que defiende el libre mercado y la iniciativa privada, quiere que las acciones de la Diputación no salgan al mercado y las pueda comprar cualquier empresa, sino que se las quede el Ayuntamiento para que sigan en el sector público. ¿Hay quien lo entienda? Papeles intercambiados: Villalobos se derechiza y Zoido vira hacia la izquierda. ¿Serán presos de sus particulares síndromes de Estocolmo por contagio de eso que llaman colaboración público-privada? Con razón decía Fraga que la política acaba haciendo extraños compañeros de cama.

Señor conde

Cayetano Martínez de Irujo, aristócrata miembro de los Alba, familia que trinca cada año 3 millones de euros en subvenciones de Bruselas cultive o no sus 25.000 Has.  de tierras (50 latifundios en la escala de Pascual Carrión), critica el chocolate del loro del PER en los pueblos andaluces y dice: “”En Salamanca, por ejemplo, hay una disponibilidad y mentalidad frente al trabajo y el rendimiento que no hay en Andalucía”. ¿Que no hay disponibilidad? Pues pió justo el día en que el Ministerio de Trabajo  difundió que los andaluces realizaron en el tercer trimestre del año 1.352.000 horas extraordinarias (un 47,3% más que en 2010), siendo Andalucía la tercera comunidad más hipertrabajadora  de España y la quinta en menos horas de trabajo perdidas por absentismo, huelgas, permisos, bajas de maternidad, formación y actividades sindicales. ¿Que no hay rendimiento? Pues también largó Irujo el mismo día en que la Renault de Sevilla batía un récord histórico con la fabricación de un millón de cajas de cambio para toda la red de factorías de la multinacional francesa. Con el conde de Salvatierra se cumple el dicho de que siempre salta un cojo.

*Pulse aquí para ver el análisis de los errores de comunicación del conde de Salvatierra en el blog de Paco Torres

El donativo

El efecto Copa Davis, inducido por el dinero de los sevillanos que el Ayuntamiento gastó en organizar la final siguiendo la senda iniciada por el visionario Rojas Marcos (la del estadio y la de los grandes eventos deportivos), ha llenado las cajas registradoras de comerciantes, hoteleros y hosteleros. Los hoteleros, de suyo siempre llorones y pesimistas, están ahora más contentos que unas pascuas, nunca mejor dicho, porque las pernoctaciones en sus establecimientos se han incrementado en un 10% tirando por lo bajo. Los hosteleros (con ‘s’) confiesan que sus ventas han crecido en un 30%. Estupendo. Extraordinario. Todos nos alegramos por ellos. Ahora, aprovechando que todavía no están cerradas las cuentas de la Davis, esperamos anhelantes el donativo que en justa reciprocidad van a entregar a la ciudad Manuel Otero, Pedro Sánchez Cuerda y José Cañete en nombre de sus respectivas patronales para contribuir a la factura de la Copa, conforme a eso que dicen -quienes lo dicen, claro- de “devolver a la sociedad parte de lo mucho que nos ha dado”. (No caerá esa breva).

Gratis total

Todos los alcaldes que en Sevilla han sido –y Zoido no iba a ser la excepción- han justificado la organización, cueste lo que cueste, de eventos de todo tipo por los beneficios que reportan al sector turístico de la ciudad: hoteles, bares, restaurantes, tiendas de ‘souvenirs’…. Ha sido ése también el motivo invocado para pedir la final de la Copa Davis: el Ayuntamiento paga un canon de un millón de euros porque el tenis va a reportar 30 millones. Zoido ha pasado luego entre las empresas el platillo con el barniz de los patrocinios para que aflojen la tela. Han sacado la cartera veintinueve, que han apoquinado en conjunto incluso más pasta de la que supone el canon, de lo que se colige el olfato mercantil del alcalde, desarrollado en la pastelería de su pueblo adoptivo. Leo la lista de los patrocinadores y entre multinacionales de todo cordaje sólo hay una empresa turística, Abades, que además lo es sólo en especie y no en metálico. Toda una ciudad trabaja para un sector, el turístico, que siempre está llorando y que a la hora de la verdad no se retrata nunca.

A la carta

La Cámara de Cuentas ha desvelado otra de las trapazas de Monteserín al dictaminar en su informe fiscalizador sobre la ampliación de Fibes -revela un sobrecoste del 91% al dispararse el precio ¿final? a 113 millones de euros- que la encomienda de la obra a Emvisesa fue ilegal. La empresa municipal de la vivienda, el cajón de sastre de Monteseirín, no era un medio propio del consorcio de Fibes, no tenía presupuesto ni crédito para acometer el trabajo y en el convenio diseñado a tal  efecto no se consignó su coste real (una especialidad monteseirinesca, por otra parte) . Un engaño de principio a fin contra el que alertó un informe jurídico encargado al bufete Garrigues y que, como a Monteseirín no le satisfizo por razones obvias, acabó en la papelera, se supone que después de pagarle a aquél la habitualmente módica factura de estos casos. El (sin) alcalde soslayó el obstáculo jurídico encargando otro informe al señor secretario municipal, que lo emitió conforme a su deseo. Osea, que aquí no sólo había Urbanismo a la carta, sino también Derecho a la carta.

De la crisis de la deuda a la crisis de la moneda

Por su interés para comprender qué está pasando realmente con el euro y la deuda de los países europeos reproducimos a continuación el artículo publicado por Antonio España el día 15/11/2011 en El Confidencial:
Imagínense por un momento que forman parte de una investigación sociológica que estudia un grupo de pastores que comparten un pequeño prado con pastos. En esta situación, ¿cómo creen que se comportará un pastor que actúe racionalmente en su propio interés? Lo más normal es que éste tienda a incrementar su cabaña, pues pronto descubrirá que puede capturar el beneficio en su totalidad de la mayor producción que le supone tener más cabezas de ganado, mientras que el coste en términos de menos pasto disponible se diluye proporcionalmente entre todos los pastores.
Ya se ve que si todos los pastores son sensatos, el pastizal tiene los días contados, dado que todo el grupo actuará de igual manera. Y así se produce la tragedia: se acaban los pastos, las ovejas perecen de hambre y los pastores se van al paro. Este ejemplo, que no es mío sino de Garrett Hardin, ilustra lo que se conoce como la tragedia de los comunes, o más correctamente de los bienes comunales, y es justo lo que está pasando con el euro y la crisis de deuda, que va camino de convertirse en una crisis de divisaen toda regla.
La tragedia de los bienes comunales fue descrita por Hardin en 1968 en un artículo que publicó en la revista Science y viene a ilustrar una situación en la que un grupo de individuos que comparten un recurso limitado, actuando de forma independiente y buscando racionalmente su interés individual terminan por destruir el recurso comunal pese a que eso es lo que menos les conviene a todos.
Pues bien, otro tanto ocurre con el euro, tal y como explica Philipp Bagus en su libro The Tragedy of the Euro*, publicado hace un año y que harían bien los políticos europeos en leérselo, subrayarlo y aprendérselo de memoria. Porque pese a la rapidez con que se desarrollan los acontecimientos, esta obra está hoy más que de actualidad con el caso no sólo de Grecia sino de Italia, que de momento se ha puesto por delante de nosotros en la cola de los rescates, pese a que, según anunciaba el viernes pasado el FT y ayer mismo McCoy en estas mismas páginas, en España seguimos siendo firmes candidatos al bail out.
Según la teoría que desarrolla Bagus, el euro permite que se produzca un efecto de redistribución involuntaria de la renta desde los países más serios en la gestión de sus cuentas hacia los países más díscolos y con tendencia a incurrir en mayores déficits. Esta redistribución ofrece a los políticos de estos países un poderoso incentivo a seguir gastando y retrasar sine die los impopulares ajustes y reformas que son necesarios, pues disfrutan de todos los beneficios electorales de este curso de acción.
Sin embargo, ese comportamiento fiscalmente irresponsable se traduce en déficits que han de ser financiados mediante la emisión de deuda pública. Deuda pública que esos estados no son capaces de pagar por sí mismos porque no generan caja suficiente. Y entonces debe intervenir el BCE, ya sea explícitamente mediante un rescate, ya sea sotto voce mediante compras de bonos soberanos en el mercado secundario —o incluso primario, pues con Mario Draghi uno puede esperarse cualquier cosa visto su estreno a los mandos del BCE.
Son pues los países más díscolos fiscalmente hablando, los más beneficiados por el paraguas común del sistema monetario fiduciario que es el euro, creándose en opinión de Bagus, y que yo comparto, una especie de carrera por imprimir más dinero que puede llevarnos a que la moneda única estalle en mil pedazos, tal y como estamos viendo.
Pues las intervenciones del BCE suponen en el fondo una monetización de la deuda que han contraído los países periféricos pero que pagan todos los ciudadanos que cobran sus nóminas y tienen sus ahorros en unos euros que valen cada vez menos. Entre ellos los alemanes, claro, que ven cómo merman sus ahorros para que los españoles, los italianos y los griegos mantengamos nuestro tren de vida. En esta tesitura, y por mal que nos caiga Angela Merkel, no es de extrañar que los alemanes estén un poco hasta las narices de los simpáticos vecinos del sur, cuando con el Bundesbank y el marco no les iba nada mal y el euro, sin embargo, no les está trayendo más que dolores de cabeza.
¿Cuál es entonces el camino que llevamos? Pues bien, vayámonos por un momento al origen de la crisis. Como ya he mencionado aquí en otras ocasiones, ésta se origina en la expansión del crédito no respaldado por el ahorro que causan los gobiernos y sus aliados, los bancos, reduciendo artificialmente los tipos de interés y multiplicando los préstamos merced al privilegio de la reserva fraccionaria.
Esto generó una fase de boom bien conocida que se materializó en una burbuja inmobiliaria. Cuando estalló la burbuja, en lugar dedejar que las fuerzas espontáneas del libre mercado actuaran para liquidar las malas inversiones y así poder volver a crecer de manera sana, el estado intervino cortocircuitando el proceso de ajuste y originando mayores problemas a futuro —futuro que ya está aquí.
No sólo se evitó una rápida recuperación tras un brusco pero breve ajuste que permitiera reubicar los recursos productivos allí donde eran realmente demandados, sino que además se hipotecó el futuro, al dilapidar el gobierno cualquier superávit acumulado en la fase expansiva y endeudarse hasta la ceja para salvar a los sectores de la construcción y del automóvil con sendos planes de estímulo fiscal, para luego tener que salvar al sector financiero, con especial protagonismo de las cajas de ahorros.
Resulta pues que la deuda generada —y multiplicada— en la fase de expansión previa, ha ido pasando de las familias y las empresas (crisis de la economía real) a los bancos, de los bancos (crisis financiera) a los estados, de los estados (crisis de la deuda soberana) al BCE  y del BCE (crisis de la divisa) a… ¿a dónde?
Y en esas estamos. O sea, que se masca la tragedia, sí.
Me cuesta pensar que el euro, que fue una decisión política y no económica, se deshaga para que cada país vuelva a su divisa inicial. Con respecto al euro de dos velocidades, tampoco veo claro que a alemanes y franceses les interese quedarse prácticamente solos en un euro A de primera división. Sería un equilibrio político demasiado complicado para ambos países sin el contrapeso de países del tamaño de Italia o España y no veo que les reportara grandes ventajas con respecto a la vuelta a sus divisas originarias.
Por otro lado, el euro B con toda probabilidad, con Grecia o sin Grecia, se vería devaluado casi inmediatamente. Esto supondría un alivio para estos países pero en la práctica representa un default de su deuda pública —que devolverían en una moneda devaluada—, y tendría un importante impacto sobre los países del euro A, a los que a corto plazo les serviría de poco la doble velocidad.
¿Qué debería pasar? Que se tomaran medidas de ajuste en serio, reduciendo drásticamente el gasto público, recortando donde haya que recortar y privatizando lo que se pueda, que es mucho todavía. Bajando impuestos todo lo que el déficit permitiera para no incurrir en más deuda. Reduciendo el tamaño del sector público para liberar recursos y crédito para las empresas privadas. Dejando actuar las fuerzas espontáneas del mercado para que se terminen de liquidar los errores de inversión del pasado, sin rescates y sin medidas para salvar supuestamente ninguna empresa ni sector. Y flexibilizando y liberalizando la economía para que los recursos productivos puedan reubicarse sin trabas allí donde son necesarios y hoy no están llegando.
¿Qué va a pasar? Honestamente, creo que es impredecible, pues con estos políticos nunca se sabe. Miren ustedes el resultado de la última cumbre. Aunque ya nos lo anticipaba el dicho popular: reunión de pastores, oveja…

La juez Alaya investiga los ERE de la Cuenca Minera

La juez titular del Juzgado de Instrucción Nº 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, que invetiga las variadas ramificaciones del escándalo Mercasevilla (petición de comisiones ilegales a unos empresarios; adjudicación de unos terrenos a una empresa cuando había una oferta de otra superior en 60 millones de euros…), y dentro de las mismas los expedientes de regulación de empleo (ERE) presuntamente fraudulentos, ha dictado un nuevo auto en el que exige al Instituto Nacional de Empleo el código de ocupación y los coeficientes reductores de la edad de jubilación (y en este caso de prejubilación) de los antiguos mineros de Riotinto y de otras explotaciones de la Franja Pirítica de Huelva, en atención a la penosidad y peligrosidad de su trabajo y aplicables a cada uno de los incluidos en una extensa lista de nombres que llena más de 22 folios.

La juez pide las pólizas de seguro que permitieron financiar las prejubilaciones de los mineros de Almagrera, Navan Resources, Herrerías, Nueva Tharsis y Minas de Riotinto. En este último caso, la magistrada exige los datos referidos además a veintiún mineros pensionados por invalidez absoluta. He aquí el auto completo de la juez:

* Auto Juez Alaya

Sevilla paga todas las crisis

El 17 de octubre de 2019, dentro de ocho años, se conmemorará el centenario del Metro de Madrid, que desde aquella lejana fecha no ha parado de crecer en kilómetros y en líneas en servicio. Actualmente su red se extiende a lo largo de 293 kilómetros, distribuidos entre doce líneas subterráneas y un ramal. Como apéndice tiene un Metro ligero en superficie, con una longitud de 27,78 Kms. Al año siguiente, en 2020, la efemérides centenaria será la del Metro de Barcelona, la segunda ciudad de España. El suburbano catalán se compone de once líneas, tres de ellas totalmente automatizadas, y sus vías cubren un total de 123,661 kilómetros. Lo lógico en esta secuencia cronológica es que en 2021 se festejara el centenario del suburbano de la que tantos años fue la tercera ciudad más importante del país, Sevilla, pero no será así porque aunque su ley del Metro fue aprobada por las Cortes el último día del año 1975, en el tiempo transcurrido desde entonces la han adelantado por la derecha y por la izquierda Valencia, Bilbao y hasta Palma de Mallorca.

El Metro de la capital del Turia data de 1988 y lo conforman seis líneas (más el tranvía), con un total de 146,77 Kms.  y la mitad de ellas parcialmente automatizadas. El suburbano de Bilbao es, por sus vicisitudes, el más parecido al de Sevilla, ya que su proyecto constructivo se aprobó en 1977 (sólo dos años después que la ley del Metro sevillano), pero las obras no comenzaron hasta 1988 después de agrias polémicas y la primera línea no se inauguró hasta 1995. Aun así, los bilbaínos no han perdido el tiempo en estos dieciséis años y ya disfrutan de tres líneas con un recorrido total de 43,31 Kms.; tienen una de 5,88 Kms. en construcción; otra de 6 Kms. con el estudio totalmente redactado y otra más de 6,6 Kms. en avanzada fase de redacción, por lo que a medio plazo podrán utilizar una red de 65,98 Kms.

También se le adelantó a Sevilla la capital balear, Palma de Mallorca: su única línea, de 7,2 Kms., se proyectó a finales del año 2002 y se inauguró en abril de 2007.

Y por fin llegamos a nuestra ciudad en este recorrido histórico por los ferrocarriles metropolitanos. Desde la citada ley del Metro, de 1975, se ha tardado 34 años en abrir una sola línea, de 18 kilómetros. ¿Cuántos años tardaremos en abrir la siguiente? ¿Será plena o en gran parte subterránea o quedará reducida a un Metro ligero para seguir ahorrando costes?

Alguna de las previsiones atribuidas a la Junta de Andalucía indicaban una apertura parcial de alguna línea nueva para el año 2017, pero este hipotético calendario ha quedado en el aire con los ‘Presupuestos de la crisis’ presentados por el Gobierno andaluz, en los que no se concreta partida alguna para nuevos desarrollos del Metro en la capital de la comunidad autónoma y tampoco cuánto dinero se invertirá en la provincia por todos los conceptos. Es la primera vez en la historia reciente que la Junta no ‘provincializa’ los Presupuestos, obviamente con el fin de no agraviar al electorado con el recorte de inversiones productivas que ha practicado (aunque el monto total se haya incrementado en un 1,1% merced a mayores gastos sociales) cuando están en juego las elecciones generales del 20 de noviembre y las autonómicas de la próxima primavera.

Los astros siempre se alinean de forma tal que Sevilla acabe pagando con tijeretazos a sus nonatas infraestructuras las facturas de las crisis económicas. Le ocurrió tras las dos Exposiciones (la Iberoamericana de 1929 y la Universal de 1992) , que habían creado ‘a priori’ las condiciones para su definitivo despegue como la gran metrópolis del Sur de Europa; le pasó con la crisis del petróleo, la de los años 80 y ahora con la de las hipotecas-basura y la de la deuda soberana de la Eurozona.

Siempre hay una causa sobrevenida que paraliza algo o casi todo, ya sea el canal Sevilla-Bonanza, la Ciudad de la Justicia, las nuevas líneas del Metro, el túnel del AVE al aeropuerto, el eje ferroviario…..

Con la tesis de que hay que priorizar el gasto en educación y sanidad, la Junta ha convertido la otrora consejería clave de Obras Públicas en una de las ‘marías’ del organigrama al asignarle sólo 609 millones de euros en los Presupuestos, con un recorte del 25,3%. Si a ello le sumamos la reducción del 9,9% en Medio Ambiente (788 millones), los dos brazos inversores en infraestructuras apenas tienen capacidad de maniobra en una región con más de un millón de parados y necesitada más que nunca de estímulos keynesianos en forma de obra pública.

En los Presupuestos se contempla la continuidad de las obras ya en marcha y hasta el inicio del proceso de licitación de las tres líneas pendientes del Metro, pero hay truco. No aparecen detalladas las partidas específicas para el suburbano hispalense, los Metros de Granada y Málaga y el tranvía de la Bahía de Cádiz, sino un ‘totum revolutum’ de algunos centenares de millones de euros que se manejará según convenga o allí  donde haya que apagar fuegos por intereses políticos.

De momento, el mayor incendio está en Granada, donde las empresas que tienen la ciudad cortada por las obras del Metro (¿nos suena?) no han cobrado a la fecha ninguna certificación del año 2011 (la deuda de la Junta asciende ya a 55 millones de euros) y ya se reconoce oficialmente un retraso de un año como mínimo en la inauguración del suburbano.

Con este precedente, la invocación a la colaboración público-privada para iniciar al menos los trabajos en sólo un tramo de la línea 3 del Metro sevillano (Pino Montano-Prado) suena a brindis al sol. Salvo que recojan el guante las grandes constructoras del país, parece improbable que empresas andaluzas se embarquen en una operación de alto riesgo, por la morosidad de la Junta. Fadeco, la patronal andaluza de la construcción, estima que el Gobierno de Griñán le debe 1.000 millones de euros.

Si además el grifo del crédito está cada vez más cerrado  por la necesidad de la banca de recapitalizarse, los recortes aplicados por la Junta a la obra pública con estos Presupuestos van a darle la puntilla a un sector que hasta hace tan sólo tres años aportaba el 17% del PIB regional.

Con este panorama, la movilidad seguirá siendo la gran asignatura pendiente en la ciudad. Es probable que Madrid y Barcelona conmemoren los centenarios de sus respectivos Metro antes de que en Sevilla se abra aunque sólo sea un tramo de cualquiera de las tres líneas pendientes.