Archivo de la etiqueta: Copa Davis

La foto

El portavoz socialista, Juan Espadas, intentó dar un golpe de efecto en el último Pleno al mostrar una imagen de Zoido jugando al tenis en la cancha que se montó en el estadio de la Cartuja durante los prolegómenos de la final de la Copa Davis entre España y Argentina, que nos dejó un agujero de un millón de euros.  “No vaya a repetir esta foto con este revés”, le espetó al alcalde. Rauda y llena de reflejos respuesta de éste: “Eso es un ‘drive’, señor Espadas”. Réplica pusilánime del líder de la oposición: “Ah, es que yo no sé de tenis”. Espadas fue por lana y salió trasquilado, pero sólo porque eligió la foto errónea. Entre las instantáneas que difundió el Gabinete de Prensa del alcalde cuando éste se adueñó de la pista como si fuera su cortijo particular para chupar cámara había una en la que se veía a Zoido sacando mientras pisaba la línea de fondo. Y éso es falta de pie y debió ser punto para su rival imaginario o real pero fuera de la foto. Así que en materia tenística, los dos políticos andan parejos: uno por no saber nada y el otro por pasarse de listo.

Zoido, tómales la palabra

Los presidentes de las tres patronales sevillanas del sector turístico (Manuel Otero, hoteleros; Pedro Sánchez-Cuerda, hosteleros, y José Miguel Nicolás,  agentes de viaje) dijeron tras la firma de un convenio por el que el Ayuntamiento les otorga una subvención de 155.000 euros, que “si nos pidieran que pusiéramos de nuestro bolsillo esa cantidad (en referencia al déficit de la Copa Davis), pondríamos hasta un millón para traer no una, sino tres finales al año”.

Esta declaración enlaza con mi anterior artículo sobre ‘Las cuentas de la Davis’, lo cual me da pie a abordar la implicación en los proyectos de la ciudad de los empresarios de este sector, que suele ser el principal beneficiario de las iniciativas municipales, factura unos 3.000 millones de euros anuales y da ocupación a 30.000 personas.

“Si nos pidieran que pusiéramos de nuestro bolsillo….”, dicen. Pues bien, ¿acaso no se lo pidió el Ayuntamiento cuando lanzó un programa de patrocinios para la Davis y tuvieron así una inmejorable ocasión de adherirse a cualquiera de las categorías establecidas?

Una treintena de empresas contribuyeron al evento (se recaudaron 937.838 euros) y sus representantes fueron recibidos oficialmente por Zoido a finales de noviembre como muestra de gratitud. Repárese en la lista para ver cuántas pertenecen a las tres patronales que ahora, a toro pasado, dicen estar dispuestas a poner no un millón, sino tres, para otras tantas Copas Davis.

Estas diecisiete desembolsaron 50.000 euros cada una: Abades (en especie), Acciona, Aquagest, Ayesa, Azvi, Befesa, Cajasol, Cruzcampo, Endesa, FCC-Aqualia, Gea-21, Martín Andaluza de Supermercados, Martín Casillas, Sando, Sacyr, Syrsa y Telefónica. Hubo ocho colaboradoras locales, a razón de 25.000 euros cada una: Gesalus y Hospital Infanta Luisa (en especie), Magtel (en especie), Aldesa, Contract, Elecnor, Licuas, Ullastres y Urbaser. Y cuatro asociadas locales: Garrigues, 15.000 euros; Price Waterhouse, en especie; Tecnocom, 3.000 euros, y Vorsevi, 10.000.

En los veinte años transcurridos desde la Expo, los empresarios sevillanos han tenido dos grandes ocasiones de impulsar proyectos mucho más importantes que la Copa Davis, por su magnitud y la ingente cantidad de dinero que podían mover y/o por su permanencia en el tiempo como generadores de negocio. El primero fue la candidatura para los Juegos Olímpicos de 2004, lanzada tras la Exposición Universal para aprovechar el prestigio mundial conseguido por la ‘marca’ Sevilla y las infraestructuras legadas por la Muestra, y también la estela del éxito de Barcelona-92.

En aquella época me contó un periodista de La Vanguardia especializado en Olimpismo que cuando en el mandato de Narcís Serra como alcalde de la Ciudad Condal (1979-1982) se fraguó la sexta candidatura olímpica de Barcelona, proclamada felizmente como sede por Samaranch el 17 de octubre de 1986, los empresarios barceloneses aportaron para promover internacionalmente el proyecto 1.000 millones de pesetas, que hoy serían el equivalente a 18 millones de euros, porque eran conscientes de las enormes posibilidades que se les abrirían a ellos y a toda la ciudad de materializarse el sueño olímpico.

Enrique Moreno de la Cova, primer ‘comisario’ olímpico sevillano, jamás pudo ni soñar con una aportación de las empresas locales que supusiera siquiera el 20% de aquella cantidad y hubo de basar los apoyos económicos para el frustrado proyecto en filiales de grandes compañías radicadas en Madrid.

La segunda gran oportunidad, y en dos etapas distintas, ha sido la construcción del Parque Temático. Según los datos publicados en 2010 por el Consorcio Turismo de Sevilla, Isla Mágica está entre los doce lugares de interés turístico más visitados de la ciudad y genera unas 500.000 pernoctaciones en los hoteles. Un estudio del propio Parque Temático sobre el perfil de sus visitantes (768.150) ese año revelaba que el 91,3% de los no sevillanos afirmaban haber venido a Sevilla expresamente por Isla Mágica y que el 22,32% pasaban la noche en la ciudad.

Por tanto, según la empresa de ocio, el Parque Temático incrementa en dos días la estancia promedio de los turistas en Sevilla y en su entorno andaluz -pernoctación media de 3,2 días de los visitantes no sevillanos- y genera ingresos indirectos a las empresas de su entorno, fundamentalmente los hoteles, por valor de 51,5 millones de euros al año.

De hecho, Isla Mágica tiene firmados acuerdos con más de 40 hoteles de Sevilla y su provincia, a través de los cuales, con la colaboración de agencias de viaje, se venden paquetes de entradas y alojamientos, sobre todo para los periodos  ‘valle’ de verano y Navidad.

Con todo lo que supone el Parque Temático para el sector turístico local, lo lógico sería que éste formara parte de su accionariado. Nada más lejos de la realidad. No hay ni una sola empresa sevillana que haya puesto un euro en Isla Mágica, que en 2004 se vio obligada a suspender pagos y que sólo se sostiene merced a los 34 millones de euros que como mínimo le ha inyectado Cajasol en los últimos años para evitar su cierre.

Pero si ahora las tres patronales locales del sector turístico proclaman su disposición a poner de sus bolsillos un millón de euros para traer a Sevilla eventos como la Copa Davis, bienvenida sea este cambio de actitud. Más vale tarde que nunca. Zoido debería tomar buena nota de sus palabras y proponerles que, por ejemplo, financien la celebración de la Copa del Rey de fútbol en Sevilla: 50.000 hinchas entre los dos equipos finalistas serían un negocio seguro.

 

 

 

 

 

 

Las cuentas de la Davis

A falta de dos meses y medio para que se cumpla el XX aniversario de la clausura de la Expo-92, el Ayuntamiento, como ha sido incapaz de articular aún el programa conmemorativo al que se comprometió, ha optado por rendirle su particular homenaje a la Muestra Universal con la presentación, casi ocho meses después de celebrada, de las cuentas de la Copa Davis.

El paralelismo con la Expo es evidente. Al igual que Olivencia, el comisario general del 92, Zoido también prometió un ‘balance cero’ (nada de déficit) por la organización del acontecimiento deportivo y, sin embargo, ha acabado costándonos casi un millón de euros (965.844).

Y al igual que Pellón camufló las pérdidas de la Expo metiendo en el balance su particular valoración de los activos que se quedaron en la Cartuja (mírese qué pasó luego con el telecabina, monorraíl, pérgolas…), Gregorio Serrano, delegado de Economía, ha tratado de rebajar las pérdidas en 380.000 euros restándoles el valor de los activos adquiridos por el Ayuntamiento (la cubierta -toquemos madera- y las lonas). Unos activos que, conforme al cuadrante del flujo del dinero de Robert Kiyosaki, son hasta ahora un mero pasivo porque no generan ingresos, no han sido reutilizados en estos 8 meses y causan gastos de almacenamiento y seguridad, no vaya a ser que los roben de nuevo.

Pero, ¿qué digo ‘balance cero’ o equilibrio entre gastos e ingresos al modo de Olivencia con la Expo-92 en su bienintencionado afán de espantar el fantasma de la ruina de la Expo del 29, que Sevilla estuvo pagando hasta muchos años después? La Davis iba a ser una mina de oro para la ciudad, ¿o es que ya nadie recuerda que se habló de que el tenis iba a reportar 30 millones de euros y de que por cada euro invertido íbamos a recoger 30?

Gregorio Serrano ha abundado en la tesis de que se habría conseguido no ya el  ‘balance cero’, sino incluso superávit si la Junta de Andalucía y la Diputación hubieran aportado al menos la mitad (607.650 euros) de la subvención que concedieron en 2004 (1.215.300 euros) cuando quien organizó la final tenística fue el Ayuntamiento gobernado por el socialista Monteseirín.

Serrano ha reprochado a los mandamases de las dos Administraciones en poder del PSOE que hayan aportado ‘cero euros’, para darle así “un tortazo a Zoido en la cara de todos los sevillanos”, pese a que, según denuncia, estuvieron luego sentados viendo los partidos y se colige que gratis total por invitación (¿o es que acaso se colaron?) del propio Ayuntamiento.

SOLO ANTE EL PELIGRO

 

Hasta Zoido se lamenta de que la Junta y la Diputación lo hayan dejado “solo ante el peligro” de organizar la Davis. Maticemos este nuevo intento de confrontación política  a costa del deporte entre el Ayuntamiento y la Junta, acaecido el mismo día en que el alcalde se entrevistaba con el presidente Griñán en San Telmo y ambos se hacían mutuas promesas de enterrar el hacha de guerra.

Zoido, recién llegado por entonces a la Alcaldía, quiso dar un golpe de efecto solicitando la final de la Davis, aun a costa de aceptar imprudentemente el pago de un millón de euros a la Federación Española de Tenis pese al escenario de crisis existente y cuando por el horizonte asomaba el Plan de Ajuste, para ponerse él solo la medalla y obtener réditos políticos si el evento salía bien, como salió deportivamente (España ganó a Argentina) y organizativamente.

El alcalde no se encomendó previamente a la Junta y a la Diputación, sino que las abocó ante un hecho consumado, pese a que existía el precedente de que el Gobierno andaluz se había negado a subvencionarle al Ayuntamiento de Córdoba la semifinal alegando que las circunstancias económicas eran muy diferentes a las de los dorados años del ‘boom’ inmobiliario y el supuesto ‘milagro económico’ español, que permitieron librarle a Monteseirín  1,2 millones en 2004 para la otra final de la Davis en Sevilla.

Por tanto, Zoido nunca debió embarcarse en organizar el evento deportivo por su cuenta y riesgo y confiando en una subvención ‘a posteriori’ de la Junta y la Diputación, subvención que tampoco habría ocultado el balance final de pérdidas de un millón de euros para el contribuyente, porque Gregorio Serrano parece olvidar que tan público es el dinero del Ayuntamiento como el de las otras dos Administraciones.

Al margen de que Zoido aceptara un contrato demasiado leonino con la Federación para los tiempos de crisis que corren y de que por tanto la Davis podría haber resultado más barata, la cuestión de fondo es si es rentable para la ciudad organizar eventos de este tipo aunque nos cuesten un millón de euros, pensando en que a corto, medio o largo plazo generan esos retornos económicos que nadie ha medido objetivamente,  y también en que fortalecen la ‘marca’ Sevilla, máxime cuando la final del tenis tiene una audiencia televisiva planetaria.

Obviamente, el gran beneficiario es el sector turístico. El presidente de los hosteleros, Sánchez-Cuerda, dice que la Davis incrementó en un 30% la facturación de bares y restaurantes y que su organización saluda la celebración de grandes eventos deportivos y culturales como herramienta de estímulo económico.

No basta con saludar. Cuando se repasa la lista de patrocinadores de la Davis, sólo hay una empresa del sector turístico, el restaurante Abades, y con una aportación en especie y no en dinero líquido. Así pues, si el sector turístico quiere eventos, que los patrocine, porque la política actual equivale a privatizar los beneficios (para ellos) y socializar las pérdidas (costeadas por todos los sevillanos).

 

 

Davis2

Casi una semana después de que saltara la noticia, La Voz a Ti Debida de Zoido, Curro Pérez, ha dicho que el Ayuntamiento no había pedido oficialmente la semifinal de la Copa Davis. Sin embargo, Sevilla figuraba entre las ciudades candidatas que manejaba la Federación. El Consistorio se escuda en que todo ha obedecido a charlas informales entre Zoido y Escañuela. Pensábamos que las charletas informales se referían al tiempo atmosférico. Ahora, gracias a Zoido y Escañuela, cuando no sepamos qué decir en el ascensor siempre nos quedará hablar de tenis, como a Bogart siempre le queda París en ‘Casablanca’. Si el gobierno local ha tardado tanto en rectificarse a sí mismo y/o a la Federación/Prensa (sí, la que siempre lo malinterpreta todo) ha sido al palpar la tibia cuando no negativa reacción a la idea:  aún no ha presentado las cuentas de la Final y no hay ánimo ciudadano para más fiestas tras los fiascos de la Semana Santa y la Feria y el recorte o la nueva tasa de cada día. En este peloteo Ayuntamiento-RFET, uno o los dos han tomado en vano el nombre de Sevilla.

Escándalo

Yo creía que era una inocentada, porque el acuerdo lo llevaron a una Comisión Ejecutiva el 28 de diciembre, pero al final va a ser cierto que la quebrada Tussam, con 70 millones de euros de deuda, 40 de déficit y más agujeros que un queso gruyère firmó un patrocinio de la Davis, asunto de Estado para el alcalde, por  63.500 euros, más dinero que nadie. El objeto de tal dispendio pese a sus arcas vacías fue el transporte de los tenistas, los directivos o quien indicasen. Y, cuchillo de palo, ¡subcontrató los conductores y los vehículos a un tercero! ¿Dónde, pues, el retorno publicitario para (in)justificar la operación? Se trataba, claro, de no cantar la gallina mientras preparaba el plan de saneamiento y el recorte en un 5% de los sueldos del personal. Estas trampas en el solitario y camuflajes a través de la AIE se ve que no eran exclusivas de Marchena y Monteseirín y que, enchufados aparte, éstos ya están tan viciados como sus predecesores en sólo 8 meses. Zoido prometió un cambio y luces y taquígrafos, pero ahora sí pienso que se trataba de una inocentada.

El donativo

El efecto Copa Davis, inducido por el dinero de los sevillanos que el Ayuntamiento gastó en organizar la final siguiendo la senda iniciada por el visionario Rojas Marcos (la del estadio y la de los grandes eventos deportivos), ha llenado las cajas registradoras de comerciantes, hoteleros y hosteleros. Los hoteleros, de suyo siempre llorones y pesimistas, están ahora más contentos que unas pascuas, nunca mejor dicho, porque las pernoctaciones en sus establecimientos se han incrementado en un 10% tirando por lo bajo. Los hosteleros (con ‘s’) confiesan que sus ventas han crecido en un 30%. Estupendo. Extraordinario. Todos nos alegramos por ellos. Ahora, aprovechando que todavía no están cerradas las cuentas de la Davis, esperamos anhelantes el donativo que en justa reciprocidad van a entregar a la ciudad Manuel Otero, Pedro Sánchez Cuerda y José Cañete en nombre de sus respectivas patronales para contribuir a la factura de la Copa, conforme a eso que dicen -quienes lo dicen, claro- de “devolver a la sociedad parte de lo mucho que nos ha dado”. (No caerá esa breva).

La Davis de Zoido

“Sevilla también ha ganado la Copa Davis”, escribió Zoido en Twitter. Y tenía razón, porque a los beneficios intangibles de ligar la marca Sevilla a un gran evento deportivo visto por 2.000 millones de personas en Tv se une el negocio generado por los miles de visitantes llegados al reclamo del tenis y que se vuelven a sus puntos de origen como embajadores turísticos de la ciudad. Porque quien viene, repite más tarde o más temprano. Frente a la actitud cicatera de la Junta –hasta Griñán tuvo que contradecirse a sí mismo sobre sus compromisos previos y supuestamente ineludibles para rectificar su inicial ausencia junto al Rey-, Zoido comprendió desde primera hora que el deporte de alta competición es ya mucho más que deporte: un espectáculo movilizador de masas y, por tanto, de dinero. Si, según la doctrina acuñada por Marchena en la era Monteseirín, un alcalde es el máximo responsable -para bien o para mal- de cuanto acaece en una ciudad, no sólo Sevilla, sino también Zoido ha ganado la Copa Davis. “Entró, entró”, que habría dicho el clásico Juan José Castillo.

Rojo y azul

A Juan Ignacio Zoido, pese a haber tenido la agudeza visual del ojo de halcón para traerse hasta el estadio de la Cartuja de Sevilla la final de la Copa Davis, se le van las mejores. Sabido es que en esta competición tenística el país organizador monta la pista más conveniente a sus intereses, ya sea de tierra batida, yerba, cemento, superficie sintética ultrarrápida o ultralenta. Más de una vez se han fabricado en horas veinticuatro, como las obras teatrales de Lope de Vega, pistas ex profeso lo más adversas posibles para las condiciones del rival, como nos hizo una vez en una eliminatoria la Alemania de Boris Becker. Sabían que nuestros tenistas eran mejores en tierra y construyeron un antídoto, cuando aquéllos no disputaban los torneos en todo tipo de superficies como ahora: una cancha  rápida. Y, claro, perdimos la eliminatoria. Zoido no ha caído en la cuenta de un pequeño pero a la vez significativo detalle: el color de la pista. Sigue siendo el mismo de siempre, con las connotaciones simbólicas que ello implica, cuando la tierra batida de la Caja Mágica de Madrid ya es desde el jueves azul, para mejorar la visibilidad de la bola y facilitar el seguimiento del juego a los espectadores.  Un cambio cromático bendecido por la ATP y la WTA y hasta por Manuel Santana, Ion Tiriac y Carlos Moyá, que se retrataron sobre ella. Zoido ha perdido otra oportunidad de ser en tenis como en la política en Sevilla: el pionero de la marea azul.

Demagogia

En el peloteo político en que unos y otros han convertido la Copa Davis llama la atención la demagogia en el debate parlamentario del diputado socialista Antonio Núñez y del consejero de Turismo, Luciano Alonso, los cuales se escandalizaron por el gasto de 80.000 euros en viajes en coche y compararon los desembolsos con los ‘Oscar’ de Hollywood. Al margen de que las partidas presupuestarias son, con el efecto IPC, equivalentes a las de 2004, cuando la Davis la organizaron Monteseirín y Torrijos (y aunque ganó España ellos perdieron la cubierta de 1,4 millones de euros), sorprende el asombro de Luciano ante un acontecimiento ‘Vip’ como es éste, que obliga a un trato ‘Vip’ a sus protagonistas, máxime cuando él ha viajado a costa del Presupuesto público a todo tipo de ferias turísticas (Madrid, Berlín, Londres) donde corren los langostinos a cuenta nuestra y preconiza que Andalucía debe captar turistas de alto poder adquisitivo antes o mejor que los de mochila y alpargata.  En el debate sobre la Copa Davis al consejero de Turismo se le ha visto el pelo de la dehesa.

En clave de sol

El Ayuntamiento y la Junta se pelean por quién pone o deja de poner 700.000 euros para afrontar el coste (3 millones) de organizar en Sevilla la final de la Copa Davis, un evento que, dicen, producirá un retorno valorable en 30 millones de euros por la promoción que supondrán las noticias sobre el tenis en los medios, más la afluencia de visitantes.
Ante esta disputa política, me pregunto en cuánto valorarían el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta un evento que:
1)    No costara ni un solo euro traerlo, sino al contrario: que aportara una inversión de 240 millones.
2)    Que durante sus preparativos creara 1.800 empleos y que posteriormente mantuviera unos 30 de forma permanente.
3)    Que redujera el déficit de la balanza de pagos de España en 25 millones de dólares anualmente.
4)    Que saliera en todos los medios de España y en buena parte del extranjero, en especial en los países árabes.
5)    Que permitiera tener como socios de Sevilla a unos magnates del petróleo que han comprado Cepsa (refinerías de Huelva y Algeciras), tienen un fondo de 10.000 millones de euros para inversiones y poseen el 9% de la reservas de petróleo del planeta y el 5% de las de gas natural.
6)    Que gracias a este evento, Sevilla, Andalucía y España proyectaran una imagen de liderazgo mundial por encima incluso de los EEUU de Obama.
Este evento gratuito existe: ha sido la inauguración por el Rey y el príncipe heredero de Abu Dabi (socio del proyecto) de la central termosolar ‘Gemasolar’, ubicada en el municipio sevillano de Fuentes de Andalucía.
En realidad la planta llevaba meses operativa y en julio logró un hito histórico que ya es rutinario y que entonces fue ignorado o minimizado en los medios de comunicación, lo cual dice poco de nosotros: generó electricidad de origen solar durante 24 horas sin interrupción, osea, incluso de noche y en ausencia de sol, gracias a que de día acumulaba la energía en un gigantesco tanque de sales fundidas. ‘Gemasolar’ ha ratificado ante el mundo el liderazgo de Sevilla en energía termosolar, ya que la provincia cuenta con siete centrales operativas y cuatro más en construcción o tramitación.
En unos momentos en que la marca España no inspira confianza en los mercados y se dispara nuestra prima de riesgo, grandes fondos de inversión internacionales y capital árabe, alemán, japonés y norteamericano están apostando por las termosolares andaluzas, hoy posibles gracias a la I+D+i desarrollada en la Plataforma Solar de Almería y en la Escuela de Ingenieros de la Universidad Hispalense (profesor Valeriano Ruiz), hasta el punto de que la patronal del sector está aquí y no en Madrid y de que Sevilla volverá a acoger a finales de noviembre a mil expertos de todo el mundo en el congreso termosolar ‘CSP Today’.

ECONOMÍA SOLAR

Ahora que el Ayuntamiento y los agentes sociales han creado unas Mesas por el Empleo, teniendo en cuenta que buena parte del ‘Know how’ energético solar se está creando en la ciudad y de que el sol y el calor son parte de nuestras señas de identidad, es inconcebible que no aunemos esfuerzos e incentivos en avanzar hacia una ‘economía solar’ en todos los campos y no sólo en el de las grandes centrales termoeléctricas (quien puede lo grande, puede lo pequeño), para convertir Sevilla en un emporio de la industria solar.
Actualmente  se están desarrollando infinidad de aplicaciones basadas en la energía solar, desde la moda (bolsos, gorros, guantes y ropa con células solares flexibles y lavables que generan energía para recargar el móvil, el iPad y demás) hasta la informática (ordenadores solares que no necesitan ser enchufados); desde la sanidad (hospitales móviles abastecidos por el sol) hasta la agricultura (minietiquetas solares para el seguimiento del ganado mediante radiofrecuencia) y el transporte, ámbitos en que las noticias, al margen de las termosolares, se producen fuera de Sevilla y donde no es que estemos perdiendo terreno, es que no hemos entrado aún en ellos.
Mientras que aquí se proyectó para el AVE un simple túnel que ni se sabe cuándo se construirá para unir la estación de Santa Justa con el aeropuerto, en Bélgica, a pesar de no tenerlo apenas, ya piensan en clave de sol antes que nosotros, quizás porque  nos sobra: los trenes que cubren la ruta Amberes-Amsterdam realizan la décima parte de su recorrido alimentados por energía solar gracias a un túnel de casi 4 kilómetros recubierto de placas fotovoltaicas.

BARCOS Y AVIONES

Más aún en clave de sol piensan en Suiza. Mientras que los astilleros sevillanos se ven abocados al cierre, un suizo ha promovido la construcción en Kiel del ‘Planet Solar’, el barco solar más grande conocido, con todo tipo de innovaciones técnicas para demostrar que es posible dar la vuelta al mundo (ya ha recorrido 35.000 kilómetros) impulsado sólo por el sol y aunque el astro rey no lo ilumine en cinco días. La multinacional helvética Schindler (la de la torre de la Cartuja), Omega, Deutsche Bank, Solvay, Altran, Dassault y Primo Spire, entre otras grandes compañías, financian el maravilloso avión ‘Solar Impulse’, un planeador con la envergadura de un Jumbo y el peso de un coche,  capaz de volar día y noche sólo con la energía del sol merced a su avanzada tecnología y con el que se pretende dar la vuelta al mundo sin escalas dentro de unos años. ¡Qué mejor homenaje a Elcano en el V centenario de la primera circunnavegación de la Tierra que el ‘Solar Impulse’ despegara y aterrizara desde Sevilla!.
Si esto se hace en Bélgica, Alemania y Suiza, ¿por qué no aquí? Sevilla debe de ligar su futuro al sol y ser la Heliópolis del siglo XXI.