La culebra avistada en el Parque Amate se ha convertido, al igual que otrora la boa de la Sierra Norte, en la serpiente del verano, pero de carne y vértebras. Si el ofidio es inofensivo, de una especie protegida y no venenoso, ¿por qué intentan cazarlo, infructuosamente?. Sé de unos campesinos en cuyo cesto de la ropa anidaba una culebra a la que tenían en alta estima como animal doméstico porque gracias a ella ningún roedor devoraba sus plantas. Marcos Pantoja, el niño selvático de Sierra Morena, auténtico Tarzán andaluz descubierto por Gabriel Janer Manila, rememoraba cómo una bicha le llevó en su boca las hierbas con que sanó de una enfermedad. Si dejaran en paz a la culebra en vez de aplicarle la consabida leyenda negra, no habría más ratas en el Parque Amate y sus alrededores. Dicen que no han podido atraparla porque los del Zoosanitario van a buscarla por la mañana y el ofidio sólo sale de su refugio por la noche (extraño en una especie de sangre fría,aunque con esta ola de calor….). Claro, en la Naturaleza los animales no tienen horario de funcionarios.