Urbanismo difunde una nota sobre la concesión de licencia al SAS para ampliar el “antiguo Hospital Militar Vigil de Quiñones”. Tras su traspaso a la Junta, intentaron borrarle el nombre por pensar en su incultura los gerifaltes de hogaño que Vigil de Quiñones era un franquista de tomo y lomo, cuando fue un héroe de los ‘últimos de Filipinas’ que murió años antes de nuestra guerra incivil. Lo llamen como lo llamen, el centro sanitario será siempre el Hospital Militar en el argot popular, como el Duque del Infantado es el Pabellón Vasco y a la Ciudad Sanitaria aún la denominan García Morato. El pueblo tiene su particular memoria histórica aunque los políticos, al igual que el corazón de Pascal, no lo puedan comprender. Lo mejor de la nota es ésto: “La Gerencia de Urbanismo contribuye con esta licencia a aumentar los servicios asistenciales de Sevilla”. Osea, que el SAS invierte los 12 millones de euros y el que se pone las medallas hospitalarias es Urbanismo por dar la burocrática licencia. En este caso el orden de los factores sí altera el producto.
Descaro
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