Vaticinios

Torrijos ha vaticinado que, al contrario de lo anunciado por Monteseirín, las setas no estarán para el 31 de diciembre de este año sino, como muy pronto, para la primavera de 2011. El teniente del (sin) alcalde se ha amparado en el secreto profesional de los que viven del cuento de la política para no revelar sus fuentes “por deontología”, pero dice contar con información ‘top secret’ que avala su escepticismo “desde el sentido de la realidad, la responsabilidad y el conocimiento”. Ese es el problema. Torrijos entiende por terminar una cosa ponerle punto y final. Para Monteseirín, sin embargo, terminar algo es ponerlo a punto lo justo  para aparentar una foto inaugural en la que él aparezca como protagonista, aunque luego los albañiles se lleven meses e incluso años, como en la Avenida y calle San Fernando, cambiando losetas sobrepuestas o partidas y rematando las muchas puntadas sin hilo. Torrijos, en la más pura ortodoxia marxista, se atiene a la ‘real politik’. Monteseirín, un vendedor de motos averiadas, vive instalado en su particular ‘realismo mágico’.

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