Monteseirín se hizo su foto

El Boletín Oficial del Estado del pasado 29 de enero publicó la reforma de la Ley Electoral, por la que se regirán las elecciones municipales del 22 de mayo y los sucesivos comicios autonómicos y generales dentro de aproximadamente un año. El objetivo declarado por el legislador para esta modificación normativa es, por una parte, evitar la incidencia de los poderes públicos en las urnas mediante la realización de campañas institucionales e inauguraciones de obras; y, por otra, reducir la publicidad y la propaganda al limitarla estrictamente al periodo (15 días) de la campaña electoral.

Para comprender la fiebre de primeras piedras e inauguraciones de obras más inacabadas que la famosa sinfonía de Schubert de los últimos días en Sevilla hay que remitirse a la introducción de estos  dos apartados clave en el artículo 50 de la Ley Electoral reformada:

1)      Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones.

2)      Durante el mismo periodo queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos, o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada, sin perjuicio de que dichas obras o servicios puedan entrar en funcionamiento en dicho periodo.

ROZANDO EL LÍMITE LEGAL

Como Alfredo Sánchez Monteseirín ha calculado que la convocatoria oficial de las elecciones municipales del 22-M se iba a publicar  en el Boletín Oficial del Estado  el día 28 de marzos o, a lo sumo, el 29, se apresuró  a anunciar para el domingo 27 de marzo  la ‘inauguración’ de su particular estadio olímpico o mausoleo político de las setas de la Encarnación, cuyo coste global estimamos en su día en unos 140 millones de euros (valorando, además de las obras actuales, las indemnizaciones por la paralización del primer proyecto, que se elevaron a nueve millones de euros,  y la aportación en especie del edificio de la Hacienda Municipal para que Sacyr lo explote durante cuarenta años y que fue tasado en más de 32 millones de euros por el Ayuntamiento).

encarnacion 4La ‘inauguración’ del icono de la era alfrediana es una metáfora del personaje y de su política, ya que todo aquí hoy es pura fachada con el fin de que, antes de que entrara en vigor la prohibición legal de inaugurar nada,  Monteseirín pudiera hacerse la foto oficial del paripé del fin de las obras, que acumula cuatro años de retraso sobre la fecha inicialmente prevista de mayo de 2007 (para las anteriores elecciones municipales), pese a lo cual el alcalde, cómplice de la situación con tal de vez alzadas las setas y dejar su huella para la posteridad en la trama urbana de la ciudad, ha sido incapaz de imponer sanción alguna a la empresa constructora.

EL PRECEDENTE

La impostura de Monteseirín le lleva a ‘inaugurar’ unas obras inacabadas y hasta por fases, como ya hizo con el mercado, cuya actividad se ha desarrollado durante meses en un escenario plagado de andamios y con un trasiego de operarios trabajando a triple turno (¿quién ha pagagado este sobrecoste y por qué no se aplica  para rematar otras obras menos electoralistas?), con el riesgo que ello implicaba para los clientes de la plaza de abastos.

Ni la autoridad (¿?) laboral ni Torrijos, tan aparentemente preocupado por la seguridad laboral, han alzado la voz. Como tampoco la Policía Municipal, encargada de velar por que se cumplan las Ordenanzas contra el Ruido en horario nocturno, el mismo en que se han hecho todo tipo de trabajos en el Metropol Parasol sin importar las molestias que estuvieran causando al vecindario.

La compañera Ana Sánchez Ameneiro hizo un estupendo trabajo de campo periodístico al indagar sobre el terreno de la Encarnación y en las cuadrillas de operarios que estaban trabajando contra el reloj en las setas. El testimonio recogido de un jefe de cuadrilla deja en evidencia las mentiras de Monteseirín: “No sé a quién quiere engañar –aseveró el operario- el Ayuntamiento. Nosotros tenemos aquí trabajo para dos o tres meses más. Los alrededores de los parasoles sí puede que estén urbanizados a tiempo para que pase el alcalde y se haga la foto, pero no así los demás elementos del proyecto”.

DOS O TRES MESES MÁS

Según el inventario de mi colega, para poder dar por finalizadas las setas quedan por rematar al menos siete tareas todavía, entre ellas pintar con poliuretano las copas de dos parasoles, revestir de hormigón y de metal la base de dos setas, acabar el restaurante-mirador y abrirlo, equipar el Antiquarium y probar su equipamiento multimedia…. Una labor para la que harán falta dos o treses meses más de trabajo, lo cual no es óbice para que  Monteseirín haya protagonizado  otra de sus farsas: el paripé de inauguración de su faraónico proyecto, con, probablemente, hasta una placa en cualquier parte que empiece por la manida fórmula de “siendo alcalde….”.

Pero, muy a su pesar y tal como nos enseñaron en la Facultad de Periodismo, la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino al revés. Y la noticia que ha desmontado la farsa ha sido, a partir del lunes 28 de marzo, ver la foto de los operarios rematando por dentro y por las alturas  unas setas que, según la versión oficial y el aparato de propaganda del alcalde, ya están terminadas desde hace una semana.

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