El (sin) alcalde ha otorgado en su adiós medallas de la ciudad a las hermandades del Rocío de Sevilla Sur, cortijo electoral de Torrijos –que, tan laico él, la exigió en su día como prueba de su poder en el gobierno-, y del Cerro del Águila, en compensación a Fran Fernández tras su descabalgamiento de las listas por Susana y Viera. Cuentan que, como no podía ser menos, la decisión ha levantado ampollas en los ambientes rocieros porque estas dos hermandades ya gozan de tan alto honor pese a contar con tan sólo 25 años de existencia, mientras que la más antigua, la de Triana, con 75 años de historia y un papel estelar en la universal devoción a la Blanca Paloma ha sido ignorada. El problema de Triana es que no ha observado las reglas no escritas de esta particular romería que cada año ha organizado el (sin) alcalde con el reparto de las medallas. Ha hecho el camino sola, mientras que Sevilla Sur y El Cerro del Aguila hicieron su presentación apadrinadas por Torrijos y Fernández. Y con Monteseirín y Marchena, quien no tiene padrinos políticos, no se bautiza.
Medallas
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