En la caja de sorpresas en que Monteseirín ha dejado convertido el Ayuntamiento, el equipo de Zoido se ha encontrado con que sólo hay 200.000 euros para mantenimiento de parques y jardines hasta fin de año, cuando se necesitan 3 millones. El delegado especialista en modificaciones, Max Vílchez, ha tratado de hacer unas ídem presupuestarias de emergencia para salvar las zonas verdes de la ciudad pero el secretario se le ha puesto tiquismiquis y le ha tumbado la iniciativa argumentando que la conservación de los parques debe estar prevista de antemano y no es un gasto sobrevenido. La tesis sería impecable si no fuera por que varios de los contratos de mantenimiento de parques firmados en la era Monteseirin caducaban expresamente al día siguiente (12 de junio) de la toma de posesión de Zoido. Osea, que el secretario mijita aceptó entonces o hizo la vista gorda ante unos contratos que no cubrían el cuidado de los jardines durante la mitad del año (un crimen ecológico) y que obligaban a que todos los gastos posteriores fueran igual de sobrevenidos que con el PP.
Sobrevenido
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