La Preferia

Una lectora proponía ayer que el Ayuntamiento tome medidas para controlar la Preferia porque,
a su juicio, está desvirtuando la fiesta y, lo que es peor, la deja vacía de sevillanos a partir del
jueves. Si el pueblo soberano ha convertido la Preferia en Feria, ¿por qué el Ayuntamiento
debería  ponerle puertas al campo? Prohibido prohibir, como en el mayo francés. La Feria es un
reflejo de su tiempo y viceversa: al cambiar la sociedad cambia también la fiesta, su ritmo y su
disfrute sin perder por ello su esencia. En todo caso, ha de ser el Consistorio el que se adapte a
la Feria o la ‘evolucione’, como los ingenieros ‘evolucionan’ la Fórmula-1 carrera tras carrera y
temporada tras temporada sin que nos deje de parecer siempre la misma apasionante
competición. Seguro que al ingeniero de la Feria, el súperconcejal Goro Serrano, se le ocurre
algo en esa darwiniana evolución, como este año se le han ocurrido las visitas guiadas para
turistas. Y en último extremo, atengámonos al mandato bíblico: no se hizo el hombre para el
sábado, sino el sábado para el hombre.

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