Ray Bradbury

Ha muerto Ray Bradbury, maestro de la ciencia ficción y autor de obras como ‘Farenheit 451’, así titulada porque es la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde (233 grados en nuestro sistema Celsius): en el futuro los libros serán ilegales y los quemarán los bomberos. No hay que viajar en el tiempo ni siquiera irse al planeta de sus ‘Crónicas marcianas’; basta con quedarse en el presente y, en Sevilla, en la Fundación Valentín de Madariaga. Allí, a algún vanguardista de nuevo cuño, para ilustrar la exposición ‘Bécquer tan cerca… A través del arte’, se le ocurrió el otro día convertir el suelo de una de las salas en un lecho de hojas arrancadas directamente de dos tomos del Diccionario Enciclopédico  Espasa, edición 1957, para que la gente pasara por encima y las pisoteara. No eran meras fotocopias, sino páginas originales de una enciclopedia así destrozada. La realidad supera a la ciencia ficción: la Fundación Valentín de Madariaga, tan progre, destruye los libros sin necesidad de aplicarles el lanzallamas de los bomberos de Ray Bradbury.

6 comentarios en “Ray Bradbury

  1. Pilar Alcalá

    Escribo en relación al comentario que sobre la Exposición «Bécquer tan cerca… A través del Arte» se ha hecho a propósito de los libros destruidos.
    Soy la Coordinadora Literaria de la Exposición, cuyo comisario es el escultor Jesús Méndez Lastrucci.
    Creo que antes de juzgar dicha obra deberían haberse tomado la molestia de saber qué quieren expresar los autores, arquitectos, de esta obra…
    Amo los libros por encima de cualquier cosa… soy filóloga y lectora empedernida… y si los autores han decidido poner esas enciclopedias para que sus hojas les sean arrancadas es porque quieren decir algo. Y no sólo hay libros para ser deshojados… ¿No se han fijado en el libro que en esta misma obra aparece colocado como objeto de culto? La información para que sea tal debe ser completa… Es muy fácil la crítica gratuita… y sin fundamentos.
    En vez de clamar por esta obra de arte deberían hacerlo por el estado de abandono en que se encuentra la Venta de los gatos, ¿saben a qué me refiero?
    Saludos,
    Pilar Alcalá

  2. Paco García

    Estuve a punto de quedarme con el comentario que más aparece en tu blog «No hay comentarios», pero como la exquisita y erudita Pilar Alcalá ha empleado su verbo en defender nuestro trabajo, yo voy a emplear mi menos valioso tiempo en comentar tu escrito. Soy coautor de la instalación u obra o como la quieran llamar, un arquitecto sevillano de esa vanguardia que en esta rancia ciudad no es bien llevada, que defiende la torre Cajasol como edificio y la critica por su impacto urbano (nadie habla de eso, solo de la Unesco e Icomos, que pasarán en coche o paseando una vez en su vida). De nuevo cuño, también, porque no soy de nadie y nadie me conoce y aunque rozo los cuarenta en esta rancia ciudad siempre seré «nuevo», y a mucha honra.
    Gracias sr. Florindo porque en su alarde enciclopédico y al leer su artículo he aprendido varias cosas, como que llevar el papel a los 233º C no es tan peligroso como llenar de hojas de una enciclopedia el suelo. Que había muerto Ray Bradbury. Y sobre todo que aun hay quien ama los libros aunque existan los e-book.
    Quisiera de manera sincera devolverle su aportación a mi cultura y agradecerle el tiempo empleado en observar nuestra obra perteneciente a la magnífica exposición «anticrisis» coordinada por Jesús y Pilar (tan cercanos ellos también).
    Le explico:
    La enciclopedia se adquirió en un mercadillo de muebles y objetos de segunda mano, y eran ejemplares sueltos. Yo tengo una completa en mi casa y le puedo asegurar que la tengo en muchísima valía. Le dimos muchas vueltas a como expresar sin molestar, pero es imposible. En este sentido mil disculpas a todos aquellos amantes de los libros, entre los que me encuentro, porque ese no era nuestro objetivo. Quisimos emplear un elemento de conocimiento blanco, no contaminado, ni politizado (como un periódico) y expresar con ello la gran intelectualidad y erudición de nuestro Bécquer, más allá de la poesía. Nada que ver con el tan manido romántico que todos
    conocemos.
    Termino aclarando que no es una obra vacía ni de unos aspirantes a nada, simplemente como arquitectos hemos reflexionado sobre la figura de Bécquer y con algunos sencillos conceptos y bastante trabajo decidimos expresar en dicha obra.
    Gracias Pilar.

    Paco García Romero, arquitecto.

  3. Gabriel Romero

    Muy buena reflexión, señor arquitecto. Es decir que, como usted tiene ya la obra completa en su casa, impide con su destrozo que los demás podamos ir completando la enciclopedia que un día iniciamos poco a poco en librerías de viejo. ¿No ha pensado que estas obras compuestas por volúmenes se puedan adquirir de forma aislada? ¿No se da cuenta que cada volumen es un tesoro que tiene vida propia y un valor potencial enorme? Usted, con la frivolidad de su espectáculo, ha mutilado seguramente el estante de un biblioteca ya incompleta. Uno de los tomos destrozados es el de la B, la B de Belmonte, de Bach y Beethoven. La B de Bécquer. Por favor, que no pisoteen la página del poeta. Le felicito por esa capacidad de crear cultura de vanguardia destruyéndola al mismo tiempo, como hace la obsoleta torre Cajasol en el paisaje de esta ciudad.

  4. Pilar Alcalá

    «Que no pisoteen la página del poeta». Preciosa frase pero prefiero que pisoteen esa página a que se digan tantas estupideces y tantas cosas erróneas sobre él. A Bécquer ya se le ha pisoteado bastante en esta ciudad encastrada en la necedad. Ya se opuso la iglesia a que sus restos se trasladaran a Sevilla, ya se celebró el 150 aniversario de su nacimiento con su casa por los suelos. Ya se le quitó el nombre Gustavo Adolfo a la calle que hoy se llama sólo Bécquer. Ya vemos la vergonzosa situación en la que se encuentra la Venta de los gatos. Ya vemos los destrozos del monumento de la glorieta…
    ¿Que se ha destrozado un libro? Vale… Pero a lo mejor es más útil destrozado y pisoteado, haciendo que la gente reflexione, que en la estantería de alguien que no sabe apreciar el arte o de la librería de viejo en el ángulo oscuro esperando que alguien pague por él. Bécquer era un esteta y seguro que desde la biblioteca del cielo, cada noche baja a la Fundación Madariaga para arrancar páginas a esa enciclopedia y hacer que la gente un día más se pregunte qué significa todo aquello.
    La cultura becqueriana se construye leyendo las 1600 páginas que componen las Obras Completas del poeta más milagroso de la lírica española… del poeta de lo inefable soñado…

  5. Alejandro Estévez

    Desde luego, Sevilla nunca se ha desvivido por sus hijos ilustres y apenas queda alguna casa natal que los recuerde. Ni siquiera la de Bécquer, a la que se alude en el anterior comentario. Esa casa de la calle Conde de Barajas, de la que queda la fachada, no es la casa donde nació el poeta. Ya lo dejó claro su biógrafo, el poeta Rafael Montesinos. Bécquer nació en 1836 y la tipología del edificio actual (la fachada) corresponde a la segunda mitad del siglo XIX, por lo que es muy probable que se erigiera todavía en vida del poeta sevillano. Aunque, sí es cierto que la casa original ocupaba ese mismo solar.
    Por otro lado, la supresión del nombre en el callejero, dejando sólo el apellido, no me parece algo grave. Es habitual que las calles de las figuras importantes de la cultura se rotulen sólo con el apellido: Velázquez, y no Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. Y sí Murillo, Cervantes o Petrarca. A otros se les conocen más por el nombre: Miguel Ángel, y eso basta. Ya son personalidades consagradas, y no necesitan más: es parte de su grandeza. Y sólo añadir que, en mi modesta opinión, nunca debe justificarse la destrucción de libros, grabados o impresos importantes. La gente no necesita ese recurso para conocer a Bécquer. Caso aparte es el de Picasso, que para no pasar frío, recién llegado a París en su primera época, no tuvo más remedio que echar a la estufa algunos bocetos suyos.

  6. Pilar Alcalá

    Pues con todos mis respetos… no sé por qué a Picasso hay que perdonárselo… Seguro que si no fuera famoso sería distinto… Seguro que a cualquier mendigo que lo haga se le reprocha.
    A lo mejor en esta ciudad hay gente que tiene mucho frío intelectual y es necesario emplear algunas hojas para calantarlos…
    Conozco perfectamente lo que dijo Montesinos de la casa de Bécquer ya que poseo toda su bibliografía becqueriana. Dónde nació Bécquer es lo de menos… nació del alma de la ciudad y su Poesía es la sangre que ha corrido y sigue corriendo por las venas de los más grandes poetas (Aleixandre, Guillén, Salinas, Juan Ramón, Cernuda, Montesinos, Ángel Guinda, García Montero, etc.) Sin Bécquer no se puede entender la Literatura española, se adelantó a su tiempo en todo: poesía, prosa, periodismo, y hasta a nivel familiar. Bécquer merece de su ciudad todo el cariño y el reconocimiento, ya que él la llevó siempre en su corazón y su obra está llena de continuas referencias a la ciudad del Betis.

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