Como el valor en el servicio militar, que cuando no se ha podido acreditar por no haber entrado en combate se anota como supuesto en la cartilla del licenciado de la ‘mili’, el juego limpio en los partidos politicos se presupone, conforme además al mandato de la Constitución (artículo 6º), que exige de ellos una estructura interna y funcionamiento democráticos. Y, sin embargo, Antonio Gutiérrez Limones, el alcalde de Alcalá de Guadaíra y rival de Susana por la Secretaría General del PSOE de Sevilla, no hace más que apelar al ‘fair play’, con lo cual en realidad está poniendo en duda la pureza de su organización. Y más la cuestiona aún Carmeli Hermosín cuando habla de “construir un partido donde el pensamiento no sea un estorbo, la libertad sea de verdad y no se tenga miedo a decir lo que se piensa”. Si hay que construir ese PSOE en Sevilla y en Andalucía es que el actual no responde a esos parámetros. Lo más destacable es que quien lo diga no sea Limones, sino Carmeli, una de las históricas del partido cuarenta años después de la foto del clan de la tortilla.
Juego limpio
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