La SE-40 británica que tiene puente y dos túneles

La M25 salva el Támesis por el cruce de Dartford, con dos túneles paralelos de casi kilómetro y medio y un puente de casi tres kilómetros

Al contrario de lo que estima el Gobierno español para la SE-40, en el Reino Unido el puente costó el doble que el túnel más moderno

El puente EQ2 se convirtió en el primer símbolo de la política de financiación privada de infraestructuras de los Gobiernos conservadores

El Gobierno de Pedro Sánchez encargó a la embajada en Londres y al Icex un estudio específico sobre las obras públicas británicas financiadas por capital privado

El primer ministro Boris Johnson vetó otro puente sobre el Támesis cuando era alcalde de Londres y propuso como alternativa una línea de ferries hasta que se comprobara la demanda real

Mientras el Gobierno de España vuelve a deshojar la margarita para elegir entre un puente y un túnel como forma de que la SE-40 salve el río Guadalquivir, en Gran Bretaña existe el denominado Dartford Crossing para el cruce por la M25 del río Támesis y que se ha llegado a invocar como referencia en alguno de los estudios sobre la ronda de circunvalación exterior sevillana. Y es que allí, entre Dartford (condado de Kent) y Thurrock (condado de Essex), se han aplicado no una u otra soluciones, sino las dos: un puente, que en su momento fue el atirantado más largo de Europa, y primero uno y, luego, un segundo túnel paralelo. El Dartford Crossing o cruce de Dartford es digno de estudio porque puede augurarnos lo que puede pasar también en Sevilla en el futuro. Y es que primero fue la SE-30; ahora, la SE-40, ¿y después habrá necesidad de una SE-50 si no se cambia de modelo de movilidad? El cruce de Dartford revela el efecto llamada de las grandes infraestructuras sobre el tráfico.

A unos 32 kilómetros al Este del centro de Londres y a orillas del río Támesis se halla la localidad de Dartford, de unos 110.000 habitantes y conocida en el mundo anglosajón por haber nacido allí tres de los fundadores de los Rolling Stones, la banda musical más famosa después de los Beatles: Mick Jagger, Keith Richards y Dick Taylor. Dartford era desde la Edad Media un sitio tradicional de cruce del Támesis, desde que las monjas de un convento cercano consiguieron un permiso real para cobrar peaje por pasar en embarcación de una orilla a otra con el pretexto de dedicar el dinero a su congregación y a la Iglesia.

Esa tradición puso a Dartford en el punto de mira del Gobierno británico para construir allí un túnel bajo el lecho del Támesis (alcanza en ese lugar una anchura de 590 metros) que aliviara la circulación que ya por entonces atraía como un imán la capital, Londres. Los proyectos iniciales datan del decenio de 1920. En 1936, mientras estallaba la guerra civil en España, ya se excavó un pozo de ensayo o «piloto», como impropiamente se dice en el mundo inmobiliario. Dos años después, en 1938, comenzaron las primeras perforaciones propiamente dichas, pero el estallido de la II Guerra Mundial lo paralizó todo.

El proyecto no se retomó hasta 1955. Se construyó un túnel de una sola calzada y con una previsión de 12.000 vehículos a la hora, en principio para conectar una carretera local, la A282, y con un peaje para los automovilistas de 6 peniques y 2 chelines, equivalentes en 2019 a 2,20 libras esterlinas (2,75 euros). El túnel, de 1.436 metros de longitud, costó 13 millones de libras, equivalentes ahora a 334 millones de euros.

El primer túnel de Dartford bajo el río Támesis (Gran Bretaña) fue inaugurado en el año 1963

El túnel de Dartford, que se inauguró el 18 de noviembre de 1963, se convirtió rápidamente en el cruce dominante del Támesis y pronto circularon por el mismo más de ocho millones de vehículos anualmente, a una media de 22.000 diarios, casi el doble de la capacidad inicialmente prevista. Así que en 1970 se planteó la construcción de un segundo túnel, paralelo y de similar longitud pero con más anchura (11 metros) , popularmente conocido como el ‘East Bore’ o túnel del Este, por lo que el primero pasó a ser el ‘West Bore’ o túnel del Oeste.

La construcción comenzó en 1971, con idea de inaugurarlo en 1976 (cinco años de obras). Sin embargo, debido a un problema de financiación (resuelto a la postre gracias a la ayuda de la Unión Europea, de la que los desmemoriados británicos se han olvidado) y a investigaciones públicas abiertas al respecto, se produjo una demora y no se pudo inaugurar hasta el año 1980. Su coste, 45 millones de libras, equivalentes a 1.155,67 millones de euros de 2019. Por tanto, si desde el Ministerio de Transportes español se miró hacia el cruce de Dartford como referencia para el de la SE-40 entre Coria del Río y Dos Hermanas pensando en que una estimación de coste de 1.000 millones de euros es demasiado cara, estaría en línea con el segundo túnel británico bajo el Támesis.

El segundo túnel de Dartford bajo el río Támesis

Por entonces se empezó a abrir por tramos la autopista M25, la cual fue inaugurada oficialmente por la primera ministra, Margaret Thatcher, el 29 de octubre de 1986. Costó del orden de 909 millones de libras (veinte veces más que el segundo túnel, equivalentes a 23.344,53 millones de euros), la obra pública en su momento más cara de la historia del Reino Unido. Mide 188 kilómetros (110 más que los que tenga, cuando esté terminada, la SE-40 sevillana), y en su recorrido se han acabado construyendo dos túneles, más de 250 puentes diseñados exprofeso para la misma y 32 intercambiadores.

Se diseñó para canalizar un máximo de 88.000 vehículos diarios, pero ya en el mismo año de su inauguración oficial, en el tramo más transitado -el que conectaba con el aeropuerto de Heathrow- se registraron 113.000. Siete años más tarde (1993), el tráfico se incrementó a 200.000 vehículos diarios. ¿Solución? Casi desde el principio, construcción de ampliaciones y de más carriles (tramos con hasta seis).

La autopista M25 de circunvalación exterior de Londres (en un círculo azul, a la derecha, el cruce de Dartford)

Con tal volumen de tráfico embocando los túneles de Dartford éstos resultaron insuficientes (el segundo túnel se proyectó ya pensando en la conexión con la autopista, aunque siguió calificado como si fuera parte de la carretera local A282) y se pensó en 1988 en una tercera ampliación del cruce, pero ya no como túnel, sino en forma de puente.

Mapa de situación del cruce de Dartford, con sus dos túneles paralelos y el puente de Isabel II (en amarillo)

El puente, dedicado a la reina Isabel II (Elizabeth en inglés), es popularmente conocido como EQ2 (Elizabeth Queen II o reina Isabel II), y su construcción fue uno de los primeros frutos de la Iniciativa de Financiación Privada (lo que en España se denomina colaboración público-privada) impulsada por los Gobiernos conservadores británicos de la época, especialmente el de John Major.

Construcción del puente Elizabeth Queen 2 en el cruce de Dartford

Por cierto, que el Gobierno socialista español de Pedro Sánchez, con José Luis Ábalos al frente del Ministerio de Transportes, se ha mostrado muy interesado en la experiencia del Reino Unido y en septiembre de 2019 la embajada de España en Londres realizó junto con el Instituto de Comercio Exterior un informe específico al respecto. La pregunta es ¿con qué objetivo?.

El puente EQ2 en Dartford se convirtió en el primer símbolo de la política británica de colaboración público-privada, hasta el punto de que se colocó en el mismo una placa con la siguiente leyenda: ‘Marca la primera vez en este siglo que el Gobierno contrata al sector privado la financiación, el diseño, la construcción y la gestión de un importante proyecto de infraestructura vial en el Reino Unido’.

El puente tardó en construirse unos tres años. Fue inaugurado por la propia reina Isabel II el 30 de octubre de 1996. Su coste fue de 86 millones de libras de la época, equivalentes a 2.208,75 millones de euros de 2019. Segunda conclusión, pues: el puente costó el doble de caro que el segundo túnel, mientras que en España la estimación del Ministerio de Transportes sobre el coste del puente de la SE-40 en el Guadalquivir es de 400 millones de euros.

Vistas aéreas del puente Isabel II (conocido como EQ2), sobre el Támesis

Ahora bien, hay puentes y puentes. Para empezar, el EQ2 sobre el río Támesis, con una estructura que mide 812 metros (2,87 kilómetros contando los viaductos de acceso) y una luz de 450 metros, debe salvar un cauce de una anchura (590 metros) que casi duplica a la del Guadalquivir por Coria (300 metros).

Su construcción fue todo un alarde de ingeniería. Desde los Países Bajos se remolcaron por el mar del Norte dos enormes cajones de hormigón armado y con un peso de 85.000 toneladas cada uno que se hundieron en el lecho fangoso del Támesis para servir de apoyo y protección a las dos grandes pilas del puente, de manera que puedan resistir el impacto de un barco que pese 65.000 toneladas y se desplace a una velocidad de 18,5 kilómetros a la hora.

El puente de Dartford, visto desde abajo

En su momento, el de Dartford fue el puente atirantado más largo de Europa. La cubierta está sostenida por dos pares de mástiles de acero y hormigón de 84 metros de altura que se apoyan en pilas de hormigón de 53 metros. Cincuenta y seis pares de cables hacen el trabajo de soporte. El tramo principal sobre el río mide 450 metros y el gálibo o altura del tablero sobre la lámina de agua deja un espacio mínimo de 57,5 metros para la navegación.

Los mástiles de acero que se apoyan en las pilas y que sujetan los 56 pares de cables

Éste es el único puente que salva el Támesis aguas abajo del centro de Londres desde que en 1894 se puso en servicio el famoso e icónico ‘Tower Bridge’ (Puente de la Torre). La histórica ausencia de puentes entre la capital londinense y el mar obedece a la necesidad de garantizar para el ‘Pool of London’ (un importante tramo del puerto) el paso de buques de mástiles altos que transportaban todo tipo de suministros a la urbe, especialmente carbón, razón por la que el Puente de la Torre es levadizo, al igual que el nuestro de las Delicias.

Vista satelital del cruce de Dartford, compuesto por dos túneles paralelos y un puente

Una vez que se construyó el puente, con cuatro carriles, lo cruza el tráfico que va en dirección Sur, mientras que el que va en dirección Norte usa los dos túneles, de dos carriles cada uno. Cuando por el fuerte viento o por otra causa el puente se cierra (así ocurrió el 12 de febrero de 2014, cuando se registró un vendaval de 97 kilómetros a la hora), el tráfico utiliza los túneles en los dos sentidos.

Cabinas para el pago del peaje delante del puente de Isabel II (Elizabeth Queen II o EQ2) antes de su eliminación

El cruce de Dartford, del que forman parte los dos túneles y el puente, siempre estuvo sujeto al pago de peaje y aunque el puente fue rescatado por el Gobierno en el año 2003, como no quería aplicar una orden de la Unión Europea de que se pagara el IVA en cualquier tipo de peaje, lo sustituyó a partir del 1 de abril de ese año por un «esquema de tarifas de congestión», denominación que suponía el reconocimiento explícito del colapso de tráfico que sufrió desde poco después de su puesta en servicio.

Vista lateral del puente Elizabeth II

Desde 2008 se consiguió que el paso fuera gratuito entre las 22 y las 6 horas. En noviembre de 2014 se eliminaron las cabinas y demás instalaciones del peaje y comenzó el cobro por reconocimiento automático de la matrícula por cámaras electrónicas, el denominado ‘Dart Charge’, que se abona de forma ‘online’, por teléfono o mediante una domiciliación bancaria.

Diversas encuestas, entre ellas alguna de la BBC, reflejan la opinión de que el cruce de Dartford es el peor tramo existente en la red de carreteras del Reino Unido, debido a su saturación, ya que soporta 135.000 y más vehículos al día (180.000 en hora-punta). A este cruce de carreteras hay que unir, bajo las que discurren hacia el norte, el del ferrocarril.

La permanente congestión de este nudo de comunicaciones se atribuye a tres causas fundamentales:

1.-Para granjearse las simpatías de los nativos de la región, se les hicieron cruces y accesos a la autopista, con la consecuencia de que también canaliza el tráfico local y no sólo el «a priori» rápido.

2.-La M25, que pasa por aquí, estaba destinada a ser la más exterior (a 32 kilómetros de distancia de Londres) de cuatro carreteras de circunvalación de la capital, pero en realidad se ha quedado limitada a ser la más exterior de una circunvalación y media.

3.-Los estudios de demanda fallaron estrepitosamente: cuando la M25 se estaba terminando de construir, en los tramos abiertos ya se habían superado las previsiones.

Un día cualquiera en la autopista M25, que pasa por el cruce de Dartford

Cuando el 18 de noviembre se conmemoró el LV aniversario de la apertura del primer túnel se dio la cifra de que en esos 55 años se habían registrado a través del cruce 1.537.084.159 viajes, a una media de 76.567 en todos y cada uno de los días de ese más de medio siglo.

Para tratar de aliviar la situación de permanente saturación del cruce de Dartford se hicieron diversos estudios, que culminaron con la propuesta de construir otro puente al Este de Londres, el denominado ‘Thames Gateway Bridge’, con un presupuesto inicial de 500 millones de libras para arrancar el proyecto, cuya ejecución permitiría la construcción de 160.000 viviendas en su entorno.

Situación del ‘Thames Gateway Bridge’ como alternativa al cruce de Dartford y que vetó Boris Johnson

El proyecto suscitó oposición pero también bastantes apoyos en la Administración británica y en municipios ribereños, pero nada más llegar a la Alcaldía de Londres en 2008 el actual primer ministro británico, Boris Johnson, anunció su cancelación basándose en la falta de consenso, insuficiente financiación e impacto ambiental. En su lugar propuso una línea de ferries y que en función de la evolución de la demanda se estudiara posteriormente la opción de un enlace fijo.

Boris Johson, delante del puente de la Torre, vetó cuando fue alcalde de Londres otro puente y propuso una línea de ferries

Ahora, la alternativa que se baraja es la ‘Lower Thames Crossing’, consistente en la construcción bajo el Támesis de dos túneles gemelos de 4,3 kilómetros de largo y más de 15 metros de anchura y de nuevas carreteras que los conecten por el Norte con la A1089 y la M25, y con la A2 por el Sur. El presupuesto global (túneles más carreteras que los conecten) inicialmente estimado es de al menos 6.800 millones de libras (3.799 millones de euros al cambio de 2021).

Nuevo proyecto de túneles bajo el Támesis para aliviar la saturación del cruce de Dartford

Esta cantidad equivaldría a lo gastado en los últimos 58 años entre los dos túneles y el puente de Dartford (3.698 ,42 millones de euros). El proyecto ‘Lower Thames Crossing’, como anteriormente el ‘Thames Gateway Bridge’, demuestra que se ha llegado a un círculo vicioso en el que se responde al tráfico con la construcción de infraestructuras que al poco tiempo se colapsan por su efecto llamada para la circulación, por lo que se ejecutan nuevas infraestructuras de mayor capacidad aún que de nuevo se ven desbordadas, y así sucesivamente. ¿Hasta cuándo y a qué coste admisible para la sociedad? ¿Habrá que construir, al revés que en Dartford, primero un puente y después túneles para la SE-40 en otra espiral al modo británico?

*Próxima entrega: ‘Los municipios sufridores del puente o túnel de la SE-40 en España y los del cruce de Dartford en el Reino Unido no pintan nada para sus Gobiernos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *