Es obra del arquitecto regionalista Vicente Traver, autor del Casino de la Exposición
La antigua Estación de Filtraje de La Algaba, primera de tratamiento de aguas que tuvo la ciudad de Sevilla, ha quedado inscrita de forma definitiva en el Catálogo Periférico del Plan General de Ordenación Urbana de la capital de Andalucía con protección parcial en grado uno tras la culminación administrativa de la modificación número 49 del Texto Refundido del Plan General.
Durante el trámite de exposición pública, que concluyó el 14 de enero de 2021, no se presentó ninguna alegación. Extemporáneamente se presentó por Emasesa una alegación que fue informada en sentido desestimatorio por el Servicio de Planeamiento
y Desarrollo Urbanístico el 23 de febrero de 2021 y desestimada por acuerdo plenario de 26 de abril de 2021.
Fue construida por la Compañía de los Ingleses, concesionaria desde 1882 del abastecimiento de aguas en la ciudad, a instancias del Ayuntamiento, concluyéndose las obras en 1926. Inaugurada el 1 de julio de dicho año, la Antigua Estación de Filtraje de La Algaba fue la primera estación de tratamiento y filtraje de aguas que tuvo Sevilla, suponiendo un cambio cualitativo en la vida de sus habitantes. La difícil tarea de gestionar el abastecimiento de una ciudad como la capital andaluza pronto tuvo sus primeras dificultades, elaborándose para resolverlas un método revolucionario para la época: filtrar el agua del río Guadalquivir.
En la década de los cuarenta y cincuenta se amplia notablemente la Estación, dedicándose a la potabilización del agua proveniente de embalses, prestando servicio hasta 1963.
La disposición de los distintos edificios dentro de la parcela responde al ciclo del agua, y van desde la captación de agua del río a través de un pozo, balsas de decantación e instalaciones de filtrado e impulsión del agua hacia la ciudad.
Los edificios originales tienen el sello y el carácter de las edificaciones industriales de la época, reconociéndose en ellos las características de la arquitectura regionalista
que se desarrolló en la ciudad en el primer tercio del pasado siglo XX.
Se trata de edificaciones de ladrillo visto, con elementos de inspiración mudéjar y son obra de Vicente Traver y Tomás, uno de los arquitectos más representativas de esta corriente arquitectónica.
Entre los anos 1998 a 2000 se desarrollaron una serie de actuaciones en la Estación de Filtraje, en ese momento ya en desuso, a fin de utilizar las infraestructuras existentes para centro de formación del personal de Emasesa, en el ámbito de un proyecto más amplio que incluiría otras actividades relacionadas con las infraestructuras de tratamiento de agua existentes. Entre dichas actuaciones, se desarrollaron igualmente obras de reurbanización de los espacios libres de la parcela.
Se reconoce en la correspondiente Ficha de Catálogo cuáles son las edificaciones que cuentan con valores que deben preservarse y que se ha considerado son las edificaciones originales, de estilo regionalista, obra de Vicente Traver y Tomás, autor, entre otros edificios en la ciudad, del Casino de la Exposición, el Teatro Lope de Vega y la iglesia del Corpus Christi. Y ello por ser una muestra significativa de la arquitectura regionalista en un conjunto industrial. Estas edificaciones son las siguientes:
Edificio de Oficinas (Edificio núm. 1).
— Centro de Transformación (Edificio núm. 2).
— Central de Impelencia (Edificio núm. 3).
— Laboratorios (Edificio núm. 4).
— Casa de Bombas (Edificio núm. 5).
— Pozo de Aspiración (Edificio núm. 6)
Estas edificaciones e instalaciones están situadas en un entorno rural, junto a la ribera del Guadalquivir y con acceso desde la carretera N-431, entre San Jerónimo y La Algaba, en la zona conocida como Higueral y Monjil; ocupan una extensión de 5 hectáreas.
Emasesa, empresa responsable del abastecimiento de agua a la ciudad, incluyó la Estación de Filtraje en un programa público de visitas durante el periodo entre el 15 de octubre y el 30 de mayo, aunque puede estar condicionado por la evolución de la pandemia del coronavirus, de ahí que se recomiende informarse previamente por su vigencia.
Consta de un recorrido a pie, explicado por un guía y de unos 60 minutos de duración, para personas adultas y en grupos de entre 15 y 30 individuos. Se puede observar el recorrido del agua durante el proceso de tratamiento en las instalaciones de la primera mitad del siglo XX y admirar los edificios industriales de estilo regionalista.
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