Ficus de San Jacinto: el ejemplo de la iglesia anglicana con los árboles frente a la sevillana

Aquélla publica guías específicas para el cuidado de ejemplares, especialmente en los cementerios, y aconseja hasta sobre la preservación de los murciélagos

Frente a la despreocupación de la Iglesia de Sevilla por el patrimonio vegetal, como está demostrando con el centenario ficus de la trianera parroquia de San Jacinto, la Iglesia anglicana, que gestiona 16.000 inmuebles en el Reino Unido, es el ejemplo de todo lo contrario. En su página web ha colgado cuatro publicaciones a modo de guías para la conservación especialmente de los árboles en los cementerios, ya que es sabido que en otras culturas los camposantos cumplen también funciones como parques al rodear los templos, aunque se encuentren en el centro de las ciudades. Item más, la Iglesia anglicana también se preocupa de la fauna que habita en los templos y hace recomendaciones específicas sobre especies como los murciélagos, y ha creado un programa de medio ambiente con ejemplos prácticos de cómo sus comunidades parroquiales pueden lograr cero emisiones de dióxido de carbono, y otro de Biodiversidad.

«Los árboles son un elemento tradicional y valioso en los cementerios: crean carácter y sirven de sostén a la vida silvestre. Podemos ayudarte a cuidarlos bien. Descarga nuestras Guías», se lee en la página web de la Iglesia anglicana.

En un texto titulado ‘Cómo cuidar tus árboles’ dirigido a sus fieles y especialmente a los responsables de los templos, se afirma lo siguiente:» Debe mantener un registro de sus árboles y su condición. Los árboles pueden estar en riesgo. O pueden ser un riesgo para las estructuras y las personas. Un buen plan de árbol le ayudará a tomar medidas inmediatas. Si está comenzando desde cero, contrate a un arboricultor (da el enlace a la página web de la Sociedad Internacional de Arboricultura) para que realice una evaluación profesional, que luego los voluntarios puedan usar y actualizar».

Sólo en este primer párrafo ya vemos la inmensa diferencia entre la Iglesia anglicana y la sevillana: la primera recomienda recurrir a los servicios de arboricultores especializados; la segunda ha tratado por todos los medios de evitar que aquéllos dictaminen sobre el estado del ficus de San Jacinto y la posibilidad de salvar el centenario ejemplar y de adoptar un programa que permita su convivencia pacífica con el templo y los transeúntes.

Vista de un cementerio inglés, lleno de grandes árboles

Y continúa la Iglesia anglicana en sus recomendaciones:

«Cada año, y después de cualquier clima extremo, haga una inspección de sus árboles. Busque:

  • Árboles que crecen cerca de estructuras existentes (por ejemplo, edificios, muros o monumentos). Puede que tenga que podarlos.
  • Retoños que han echado raíces en la base de muros o monumentos. Se eliminan mejor.
  • Cables aéreos afectados por el crecimiento de árboles. Pídale a un podador de árboles o a la compañía eléctrica que se ocupe de ello.
  • Árboles de un solo lado, quizás después de perder una rama en una tormenta. Puede que tenga que podarlos.
  • Cambios en el nivel del suelo o alteración del suelo debajo o cerca de la base de los árboles.
  • Troncos de árboles con agujeros, cavidades u hongos visibles en la base; pueden requerir una inspección profesional.
  • ¿Son las hojas de los árboles anormalmente pequeñas, escasas o deformes? ¿Se caen temprano y se ve afectado todo el árbol? Esto puede ser un signo de un árbol bajo estrés por edad, condiciones o enfermedad.
  • Ramas muertas o daños por tormentas. ¿Hay ramas colgando sobre caminos o aparcamientos?
  • Hongos, filtración de savia y corteza suelta o dañada.
  • Los hongos se apoyan en las raíces de los árboles.
  • ¿Ha aumentado el crecimiento de la hiedra desde la última encuesta? ¿Está dificultando la evaluación del árbol? Y recomienda utilizar una lista de evaluación, que (en inglés) puede descargarse desde el siguiente enlace: https://www.caringforgodsacre.org.uk/wp-content/uploads/2018/08/A4-Inspecting-Caring-for-Trees.pdf

Observamos continuamente la recomendación de acudir a los profesionales en cada ámbito e incluso la remisión a páginas webs especializadas y a Guías, en contraste con la Iglesia de Sevilla.

Recuerda la Iglesia anglicana que el cuidado y mantenimiento de un cementerio (pero donde dice cementerio puede decir cualquier inmueble vinculado a esta confesión religiosa) y de los árboles existentes en el mismo son responsabilidad del Consejo Parroquial de cada templo.

«Las obras mayores a los árboles -continúa- necesitarán un  permiso. Pero ciertos trabajos clasificados en la Lista B se pueden hacer con el permiso de su archidiácono. Otros incluidos en la Lista A no necesitan permiso en absoluto. Póngase en contacto con su diócesis para obtener ayuda .(Da la lista de Diócesis con los teléfonos de contacto).

Recuerde que la ley secular también se aplica a los cementerios y debe consultar a la autoridad de planificación local (en nuestro caso sería Parques y Jardines o Urbanismo) antes de realizar trabajos importantes en los árboles, sobre todo si existe Orden de Conservación de Árboles o están situados en un área protegida. La Guía de los trabajos de arboricultura en el patrimonio vegetal de los cementerios británicos puede descargarse (en inglés) desde el siguiente enlace: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2021-10/Works_to_Trees.pdf

La Iglesia anglicana también se preocupa de preservar los murciélagos

Y recuerda que antes de talar un árbol o la rama de un árbol hay que hacer una evaluación sobre la existencia de murciélagos o de si los trabajos pueden afectarlos de alguna manera. La Iglesia anglicana creó un programa de cinco años de duración sobre nuevas formas de manejar las poblaciones de murciélagos «para que puedan vivir felices -afirma- sin dañar el patrimonio histórico ni incomodar a los fieles». Ha habilitado un número telefónico gratuito de información y publicado otra Guía orientativa: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2018-11/CCB_Bats-in-churches_Undertaking-work_Aug-2016.pdf

Mientras que el párroco de San Jacinto dice para justificar la tala del ficus que la parroquia tiene 300 años y el árbol «sólo» cien, la Iglesia anglicana habla en estos términos de los tejos milenarios: «Ningún otro lugar de Europa puede presumir de tantos tejos venerables en sus cementerios, muchos de los cuales se remontan al nacimiento de Cristo e incluso antes. Son enormemente valiosos. Si cree que tiene un tejo antiguo, veterano o significativo en el cementerio, obtenga consejos específicos sobre cómo cuidarlo.

En Inglaterra se ha creado un grupo dedicado a la conservación de los tejos antiguos (lástima que el ficus de San Jacinto «sólo» tenga 100 años y por eso ni el párroco ni la Archidiócesis le dan valor, más allá del romántico) cuya página web https://www.ancient-yew.org/ es el principal portal de información y base de datos sobre tejos del Reino Unido (y del mundo), con información sobre 1.500 tejos antiguos y veteranos. 

Este grupo lanzó una campaña con el fin de recaudar 10.000 libras con las que crear un nuevo sitio web y gracias a las 7.700 recibidas hasta agosto de 2021 pudo comenzar a trabajar en una importante actualización técnica que se necesita para ofrecer una interfaz de usuario fluida en todos los dispositivos, particularmente teléfonos inteligentes y tabletas. El trabajo estaba a punto de finalizar el pasado mes de abril.

Tejos milenarios en un camposanto británico

La Iglesia anglicana insiste una y otra vez en que se busque la ayuda o se contraten los servicios de profesionales: «Trabajar en los árboles puede ser una actividad peligrosa. Siempre debe utilizar un arboricultor profesional para trabajos importantes. Obtenga un horario de trabajo cotizado de más de una compañía para comparar». Y cómo no, de nuevo consejos específicos al respecto: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2021-10/Works_to_Trees.pdf

Llegado el caso de tener que realizar trabajos de emergencia en un árbol, he aquí lo que preconiza la Iglesia anglicana: «Un árbol puede representar repentinamente un riesgo inmediato y sustancial para las personas o la propiedad (por ejemplo, después de una tormenta). Si es posible, comuníquese con su archidiácono y la autoridad de planificación local (si corresponde) antes de realizar cualquier trabajo. Si necesita hacer el trabajo inmediatamente:

Hacer lo mínimo necesario para que el árbol y su entorno inmediato sean seguros. A menudo, la mejor respuesta es cercar el área y obtener asesoramiento profesional (una y otra vez, recomendación de recurrir a los profesionales expertos en cada campo, en este caso la arboricultura, antes de emprender cualquier tipo de acción).

Tratar con la salud y la seguridad es una prioridad absoluta. Por lo tanto, debe asegurarse de que la tala del árbol no ponga en peligro la vida o la propiedad de los demás. No olvide que es posible que necesite obtener permiso para hacer el trabajo.

La Iglesia anglicana ha colgado en su página en Internet cuatro pequeñas Guías de consejos sobre patrimonio vegetal, especialmente en los cementerios:

-Una breve guía de trabajos en árboles en camposantos: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2021-10/Works_to_Trees_brief_guide.pdf

-Trabajos en los árboles de los cementerios: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2021-10/Works_to_Trees.pdf

-Consejos sobre árboles para Archidiáconos: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2018-11/CCB_Advice-on-trees-for-Archdeacons.pdf

-Aplicaciones para trabajos en árboles en Gales: https://www.churchofengland.org/sites/default/files/2018-11/CCB_Application-for-tree-works_Wales.pdf

En una de ellas puede leerse lo siguiente: «No siempre es fácil establecer si un árbol está muerto, moribundo o es peligroso. Este es un juicio especializado que debe ser
hecho por un profesional y por escrito».

Compárese con lo que está haciendo la Iglesia de Sevilla en la parroquia de San Jacinto.

EL EDITORIAL DE ‘THE GUARDIAN’

Abundando en la diferente sensibilidad existente en el Reino Unido en comparación con España respecto del patrimonio natural, el diario británico ‘The Guardian’ publicó el pasado 8 de agosto (2022), en plena polémica en Sevilla sobre la tala del ficus de San Jacinto un editorial titulado ‘Los monumentos naturales necesitan protección’, cuya tesis es que los árboles que han estado en pie durante cientos o miles de años tienen derecho a un trato especial, al igual que los edificios valiosos (tradúzcase: el ficus de San Jacinto merece la misma protección que el templo).

En el editorial se dice, entre otras cosas, lo siguiente:

«Los esfuerzos para aumentar el nivel de protección de los árboles antiguos, o simplemente veteranos, en el Reino Unido se han estado incrementando durante algún tiempo. En 2019, Janis Fry, artista y experta en tejos que vive en Gales, lanzó una petición en pro de nuevas leyes que evitaran la destrucción de unos 157 tejos antiguos de al menos 2.000 años (….)

El lanzamiento de la competición Árbol del año, de Woodland Trust esta semana, en la que cinco robles venerables dominan una lista de 12 preseleccionados, ofrece otra oportunidad. El problema, más amplio, va más allá de la falta de protección de los árboles individuales e incluye cuestiones relacionadas con la conservación de la naturaleza de manera más amplia.

Si bien la cubierta arbórea en el Reino Unido está aumentando, la vida silvestre en los bosques no lo está haciendo, y se necesita una plantación más diversa, incluida una mayor proporción de especies nativas, para que eso cambie. El consenso entre expertos y organizaciones benéficas es que las propuestas gubernamentales recientemente enviadas para consulta no fueron lo suficientemente lejos. Se debe ejercer presión para garantizar que las protecciones existentes no sólo se mantengan, sino que se fortalezcan a medida que los riesgos del calentamiento global sin control y la producción de combustibles fósiles continúan aumentando.

La edad que debe tener un árbol para calificarlo como «antiguo» depende de la especie. Junto con los tejos, plantados tradicionalmente en los cementerios, donde se pueden encontrar muchos de los sobrevivientes más antiguos y famosos, los robles constituyen la mayoría de los ejemplos sobresalientes del Reino Unido. Aunque se estima que tiene 1.000 años, el roble Bowthorpe de Lincolnshire tiene menos de la mitad de la edad del tejo de Fortingall, en Perthshire, que se cree que tiene entre 2.000 y 3.000 años.

El roble Bowthorpe, de Lincolnshire, tiene al menos mil años

La antigüedad es sólo una medida de la importancia de un árbol. Pero la longevidad es una característica que resuena en las personas, y también puede atraerlas como visitantes, lo que hace que los árboles antiguos sean atractivos para el turismo. Se disputa sobre la identidad del árbol más antiguo de todos. Durante mucho tiempo se pensó que el pino bristlecone, que crece en áreas remotas del Oeste de los EE. UU., tenía la vida útil más larga, de cerca de 5.000 años, pero recientemente los investigadores han afirmado que el ciprés patagónico podría superarlo.

Estudios recientes de ecología forestal también han analizado el papel que desempeñan las redes subterráneas de raíces y hongos. Los científicos ahora enfatizan sobre la importancia ecológica de lo que ellos llaman » grandes árboles viejos «, una categoría más amplia que los árboles antiguos. Uno de los desafíos en el Reino Unido es convertir la conservación de los árboles en un tema doméstico vivo, cuando las campañas forestales estuvieron asociadas durante mucho tiempo con los trópicos. Cada vez más lo que solía describirse como «bosque atlántico» ahora se llama selva tropical templada , un cambio de nombre que parece ayudar.

Con solo el 16% de los bosques antiguos en Inglaterra designados actualmente como sitios de interés científico especial, un nuevo estudio sugiere que podría haber alrededor de 2 millones de árboles antiguos o veteranos. Al menos no es difícil encontrar margen de mejora.

Italia aprobó recientemente una ley que otorga protección legal a 20.000 árboles como monumentos naturales. El Reino Unido debería hacer lo mismo, brindando protecciones específicas para los árboles considerados más valiosos, debido a su gran edad u otra importancia. Tal reconocimiento es necesario desde hace mucho tiempo y formaría parte de una lucha más amplia para ayudar a que el mundo natural se recupere.

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