Veintidós mil viviendas más, veintitrés mil habitantes menos

Desde la aprobación del Plan General de 2006 Sevilla ha pasado de 704.000 habitantes a 681.998

El Ayuntamiento promete una y otra vez como receta contra la diáspora la construcción de más viviendas

Ha recalificado para viviendas el suelo tecnológico de Las Razas mientras en la Cartuja se va agotando el existente

Sevilla capital perdió en el año 2022 un total de 2.839 habitantes, al pasar de 684.234 a 681.395, según las cifras oficiales divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La reacción del gobierno local, que dirige Antonio Muñoz (PSOE) a este dato negativo ha sido la misma que la de todos los gobiernos anteriores, fueran del signo político que fueran, en similares circunstancias: prometer la construcción de más viviendas para frenar la sangría demográfica. Sin embargo, la estadística demuestra que no es el remedio exclusivo o/y que hay que aplicarlo de forma diferente a la que prescribe el Consistorio.

El portavoz del Gobierno municipal, Juan Manuel Flores, declaró su confianza en que la estrategia puesta en marcha por el equipo de gobierno desde 2015, centrada en las medidas de impulso económico, el plan de vivienda tanto por iniciativa pública como privada, los desarrollos urbanísticos y la mejora en la gestión del padrón, «logre frenar la caída e, incluso, iniciar una recuperación progresiva de habitantes, aunque, ha recordado, la pandemia frenó en seco ese avance en Sevilla y en otras muchas ciudades».

A este respecto, Flores subrayó en una nota de prensa que se han concedido 10.000 licencias para nuevas viviendas en los últimos años y «seguimos trabajando para aprovechar todas las bolsas de suelos y oportunidades urbanísticas que tiene la ciudad y que vinieron definidas en el PGOU». En este sentido, ha recordado el «desbloqueo –conseguido a través del trabajo técnico de Urbanismo, de la agilidad y eficiencia en la gestión y de un marco adecuado de colaboración público privada– de suelos y proyectos que llevaban décadas atascados y que son ya una realidad o están a punto de serlo».

Al respecto, ha enumerado los suelos de la Fábrica de Vidrios que se encuentra ya en obras; el desbloqueo de los suelos de los talleres de la Florida que permitirá la construcción de 35 viviendas y un nuevo espacio de uso público de más de 600 metros cuadrados; el entorno de Santa Justa, que está ya sólo pendiente de la aprobación definitiva para generar una amplio espacio libre frente a la estación, un intercambiador, nuevas actividades económicas y residenciales, o la algodonera de Alcosa, en la que ya se han ejecutado los trabajos de demolición y se iniciará pronto la ejecución de las primeras viviendas.

Juan Manuel Flores, a la derecha, junto con el alcalde, Antonio Muñoz

Flores ha destacado especialmente la expansión de la zona sur de la ciudad, con los proyectos de Palmas Altas, Artillería y Guadaíra Sur, que se encuentran en obras con más de 4.000 viviendas en marcha; Hacienda del Rosario y las nuevas manzanas residenciales, con viviendas ya entregadas y otras en construcción; las manzanas de la Florida o Barqueta, vacíos urbanos que ya se han rehabilitado por completo y se están entregando a sus nuevos propietarios; la antigua fábrica de tabacos de Los Remedios, que se reformará en los próximos meses tras la aprobación de la modificación del PGOU y los suelos de la antigua fábrica de Cruzcampo.

«El gobierno local sigue trabajando en una estrategia completa e integral que estamos seguros que va a dar resultado en los próximos años una vez que se empiecen a entregar las nuevas viviendas públicas y privadas que se han impulsado en los últimos años. La generación de empresas y los proyectos estratégicos que tenemos en marcha en Sevilla son iniciativas que nos van a permitir crecer como ciudad en los próximos años», ha explicado Juan Manuel Flores.

Asimismo, el delegado municipal ha añadido que el gobierno de Antonio Muñoz tiene un proyecto para esta década «con estrategias a corto, medio y largo plazo que va a permitir recuperar la cifra de 700.000 habitantes en los próximos años gracias a proyectos que permitan retener el talento y generar oportunidades para la juventud y atraer profesionales que puedan desarrollar su actividad laboral en la ciudad».

TRAS EL PGOU

Toda esa estrategia aplicada por los socialistas desde que Espadas accedió a la Alcaldía en 2015 no ha servido para el objetivo de frenar la sangría demográfica de la ciudad.

Al finalizar el primer año del mandato de Espadas Sevilla tenía 693.878 habitantes. Siete años después, 681.998; por tanto, 11.880 menos.

En su balance de despedida del Ayuntamiento al finalizar el año 2021, Espadas y su equipo publicitaron que durante sus mandatos se habían otorgado licencias para 10.000 nuevas viviendas. Se construyeron realmente 9.324, de hacer caso a las estadísticas. Añadiendo las del primer año de Muñoz, ascenderían a 11.717, pero la población ha seguido cayendo.

En el Plan General de Ordenación Urbana de 2006, aprobado en tiempos de Monteseirín como alcalde, se calificó suelo para 50.000 nuevas viviendas. Sevilla cerró aquel año con 704.414 habitantes. En los dieciséis transcurridos desde entonces se han construido 21.886 nuevas viviendas, pero se han perdido 23.019 habitantes.

Si al finalizar el año 2022 había inscritos en el Registro de Demandantes de vivienda de la Empresa Municipal de la Vivienda (Emvisesa) 17.916 personas, cabe preguntarse qué tipo de vivienda se necesita realmente en la ciudad y para quiénes se han construido en los últimos tres lustros esas casi 22.000 viviendas si en paralelo más de 23.000 sevillanos han tenido que irse de la urbe.

Item más, hasta el estallido de la pandemia en 2020 en la capital de Andalucía se contabilizaban 30.826 viviendas turísticas, es decir fuera del tradicional mercado inmobiliario de venta o alquiler. Supuestamente, el turismo habría sido el destinatario de gran parte de los 48.223 inmuebles vacíos que existían en la capital conforme al Censo de Población y Vivienda que publicó el INE en abril de 2013 con datos recopilados durante el periodo 2001-2011.

Menos para los demandantes inscritos en el Registro de Emvisesa parece que en Sevilla hay y se construye con suficiencia todo tipo de viviendas (podrían añadirse hasta las residencias para estudiantes universitarios, como las polémicas de la avenida de La Palmera), sin que se frene la pérdida de población, pese a lo cual el gobierno mantiene e incrementa su estrategia fomentadora de más viviendas todavía. ¿Será por ladrillos? Recordemos las 300 previstas en la avenida de Jerez, entre el Hospital Militar y Los Bermejales, parte de las mismas en construcción; las 2.870 en Palmas Altas Sur (Isla Natura), también con parte erigiéndose; las 9.700 en el Pítamo; las 6.000 en El Cortijo del Cuarto….

¿Se retroalimenta el ladrillo a sí mismo si no hay nueva población para tantas promociones como las previstas y se sigue perdiendo número de habitantes? Parafraseando la manida frase de qué fue primero, si el huevo o la gallina, cabe preguntarse qué sostiene a quién, si las viviendas a la actividad económica o si ha de ser la actividad productiva la que acabe generando la demanda de viviendas al sostener o atraer una población que las habite gracias a que cuenta con un trabajo en condiciones.

El pasado 20 de diciembre (2022), ABC publicó una información con el título ‘La Cartuja se queda sin grandes solares para atender la demanda empresarial’, según la cual sólo un 10% de la superficie edificable está sin construir y menos de un 2% de la superficie construida, sin ocupar. En virtud de la lista, en números redondos únicamente quedan disponibles 83.318 m2 de suelo en el Parque Científico y Tecnológico.

Hay viviendas de sobra de un determinado tipo, pero fuera del alcance de esos sevillanos que se ven obligados a irse de la ciudad; y nos faltará dentro de poco suelo tecnológico para que se instalen empresas punteras que creen empleo y fijen población que demande vivienda y no emigre. Sin embargo, al gobierno de Espadas le dio por recalificar en beneficio del Puerto la franja de la Avenida de Las Razas prevista para Servicios Avanzados (140.000 m2 de edificabilidad) para, en su lugar, construir 700 viviendas más.

La pregunta es: ¿para quiénes?

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