El TSJA desestimó su impugnación indirecta del Plan Especial de Protección de la provincia de Huelva
La empresa tampoco completa los trámites ante la Junta para una planta de reprocesamiento de residuos mineros
La poderosa compañía Minas de Aguas Teñidas (Matsa), filial de la australiana Sandfire y que factura del orden de 500 millones de euros anualmente, fracasó en su intento de explorar los recursos minerales potencialmente existentes en parte del término municipal de Paymogo, sito en el Andévalo Occidental y limítrofe con Portugal. A Matsa le limitaron el número de cuadrículas mineras que quería investigar y su recurso judicial, que implicaba la impugnación del Plan de Protección de la provincia de Huelva, fue tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
Matsa presentó ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) un recurso contencioso-administrativo contra la desestimación, por silencio administrativo, de un recurso de alzada que había interpuesto contra las resoluciones de la Delegación Territorial en Huelva de la Consejería de Economía de la Junta de Andalucía por las que se otorgaron los permisos de investigación denominados ‘Los Silos’, número 14.964, fracciones 1 a 3, en el término municipal de Paymogo; e, indirectamente, contra la norma 42 del Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos de la provincia de Huelva.
El recurso de Matsa no sólo iba dirigido contra la Junta de Andalucía, ya que incluyó como demandada a la mercantil Garcibravo, una empresa agroganadera sevillana que, como vimos en un anterior informe referido a Aznalcóllar, se viene oponiendo a la ocupación de fincas por empresas mineras que tratan de averiguar si existen en el subsuelo materias primas susceptibles de explotación económica.
Matsa estaba impugnando indirectamente el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Huelva, propósito que no consiguió entonces, aunque cabe preguntarse si no contribuyó de alguna manera a hacerlo, ya que posteriormente a su pleito en los tribunales el Gobierno andaluz presidido por Juanma Moreno decretó una rebaja de los niveles de protección en la provincia onubense con el fin de fomentar la minería, una de sus grandes apuestas económicas, junto con la del turismo y la agricultura. En realidad, el Gobierno del PP no hizo más que culminar un camino, el de la rebaja de la protección de los espacios naturales, que ya había iniciado el de Susana Díaz.
Complejo minero de Matsa en Almonaster la Real (Huelva)
La compañía propietaria del yacimiento de Aguas Teñidas (Almonaster la Real), del que toma el nombre, pretendía que la Junta de Andalucía le otorgara permiso para explorar 150 cuadrículas mineras (algo más de 4.000 hectáreas), pero la Consejería del Ramo limitó sus pretensiones a tan sólo 150, la décima parte, en aplicación justamente del entonces vigente Plan Especial de Protección del Medio Físico.
Matsa argumentó que la prohibición de las actuaciones mineras resultaba genérica y falta de fundamentación y de ponderación de los intereses en conflicto. Aportó a la causa dos informes periciales: uno, elaborado por la Universidad de Sevilla y la consultora Ekotonia; el otro, preparado por la consultora EPCA. Según estos informes, en la Dehesa de Paymogo no había valores ambientales que justificaran la prohibición genérica de las actividades mineras.
Sin embargo, el TSJA estimó los argumentos de las partes demandadas, Consejería de Economía y Garcibravo, en especial un Informe justificativo sobre la caracterización, protección y evolución de la «Dehesa de Paymogo», que aportó la codemandada, y que
identificaba no sólo los valores ambientales presentes en la zona, «sino además otros de naturaleza cultural, económica y social, cuya protección -puede leerse en el fallo del tribunal- entra además dentro de la finalidad propia del plan especial (Norma 1). Y,
concluye que esta zona mantiene en la actualidad los valores que le sirvieron para estar incluida en el Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos de la provincia de Huelva».
«Aparte de estos valores ya definidos en el PEPMF (Plan Especial), la evolución del sistema ha hecho que se agreguen otros valores añadidos a la importancia de Dehesa de Paymogo, y que hacen -continúa el texto- de este espacio un entorno singular que ha servido para que su relevancia ambiental, económica, social y patrimonial sea más relevante en la actualidad respecto al año 1986, que es el momento en
el que se cataloga normativamente a Dehesa de Paymogo.»
En consecuencia, el TSJA desestimó el recurso presentado por Matsa.
SEGUNDO REVÉS
Por otra parte, las ahora denominada Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía le ha denegado a Matsa el permiso para la construcción de una instalación de gestión de ‘tailings’ en suelos comprendidos dentro de los términos municipales de Almonaster la Real, Cortegana y Cerro de Andévalo.
El término anglosajón ‘tailing’ podría traducirse como reaprovechamiento de residuos/relaves mineros. En este sentido, la compañía matriz de Matsa, la australiana Sandfire, dice respaldar la adopción de un estándar mundial del sector para la gestión de los relaves (el desecho que sale de los concentradores del mineral) en todas sus operaciones, actuales y futuras, y que espera cumplirlo íntegramente en el año 2026.
Estos son los principios que proclama la multinacional propietaria de Matsa: «Sandfire tiene la intención de gestionar los productos de desecho de manera responsable para proteger el medio ambiente y la sociedad de los impactos adversos de nuestras actividades. La extracción y el procesamiento de minerales generan una variedad de subproductos de desecho, incluidos desechos de roca, relaves y materiales peligrosos y no peligrosos. Los relaves y la roca estéril contribuyen a casi la mitad de los desechos producidos a través del proceso de minería. Los relaves son un material similar a lodo, que consiste en roca en polvo y agua. Este es el material sobrante del proceso de extracción de minerales del mineral. Se produce a lo largo de la vida útil de la mina, se mezcla con cemento y se utiliza como relleno de pasta bajo tierra o se almacena en la disposición superficial en la instalación de almacenamiento de relaves (TSF).
Nos esforzamos por gestionar los desechos de una manera que mitigue de manera efectiva los impactos ambientales, de salud y seguridad públicas y de la comunidad, al mismo tiempo que maximizamos los resultados de nuestras operaciones mineras».
Vista interior de una de las instalaciones de Matsa en Almonaster la Real
Matsa pidió el permiso a la Junta de Andalucía en diciembre de 2022, pero el Gobierno andaluz comprobó que la documentación entregada no reunía los requisitos exigidos y dio a la empresa un mes de plazo para que subsanara las deficiencias. La compañía respondió solicitando una ampliación del plazo, prórroga que no ha sido concedida por la Consejería responsable del ramo, aunque en el ínterin la empresa de capital australiano tampoco completó la documentación requerida, por lo que la denegación del permiso se ha hecho efectiva.
La pregunta que surge ahora es que si antes Matsa pensaba ejecutar un proyecto para reaprovechar los residuos/relaves de su explotación en Aguas Teñidas, qué va a hacer ahora o dónde va a depositar aquéllos.
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