La Encarnación, antes y después de las Setas de Monteseirín

La ejecución del faraónico proyecto impulsado por el entonces alcalde ha propiciado la desaparición de sus jardines tradicionales y, finalmente, de los emblemáticos ficus

La ejecución del proyecto Metropol Parasol (vulgo Setas de la Encarnación), impulsado por el alcalde de la época, Alfredo Sánchez Monteseirín, como icono de su mandato al precio que fuera, supuso que, como se reconoce en la página del Servicio de Parques y Jardines, de la antigua jardinería existente no quede casi nada. «Los espacios ajardinados que se organizaban en torno a la fuente central, y que constituían una isla rodeada de tráfico, han quedado reducidos -puede leerse- a pequeños parterres aislados y a notables ejemplares de laurel de indias (Ficus microcarpa), varios cocos plumosos (Syagrus romanzoffianum), algunos plátanos de sombra (Platanus xhybrida) y naranjos (citrus aurantium)». El Ayuntamiento tendrá que actualizar la página, porque tras el apeo del último, ya no queda tampoco ninguno de sus emblemáticos ficus.

Hace casi medio siglo, yo vivía en la calle Lagar, a un tiro de piedra de la Encarnación. Tenía entonces aquel espacio público todo el encanto de una plaza romántica, con los tradicionales bancos de forja y rosaledas plantadas bajo un primer nivel de árboles formado por naranjos amargos. Y, por encima de todo, las copas de los inmensos ficus, que la dotaban de una cúpula vegetal, como si se tratara de una catedral sin muros y al aire libre. Crucé por aquella plaza en muchísimos amaneceres, momento especial en que infinidad de pájaros cobijados en ese dosel de ramas y hojas saludaban con sus gorjeos el nacimiento de un nuevo día.

La Encarnación perdió su encanto de plaza típicamente sevillana el día en que Monteseirín, el pretendido «modernizador» de Sevilla como si actuara por designio divino (torre Pelli, biblioteca ilegal en los jardines del Prado, conversión de la Alameda en el equivalente al paseo marítimo de Islantilla…), impulsó el proyecto Metropol Parasol, que la adulteró prácticamente por completo y ha sido la causa de la pérdida de los ficus que, paradójicamente, inspiraron las Setas a su diseñador, el arquitecto alemán Jürgen Mayer.

Monteseirín inauguró las Setas pese a que aún estaban en obras

En el expediente 246/2023, del Servicio de Parques y Jardines, presentado al alcalde, José Luis Sanz, para justificar la solicitud de apeo del último ficus superviviente en la plaza, puede leerse lo siguiente:

«Ejemplar de Ficus nítida de grandes dimensiones situado en una zona (de) alta confluencia peatonal, soterrado en parterre sobreelevado de aproximadamente 0,6-0,7 m. Dicho ejemplar ha sufrido recientemente la fractura de unos ejes principales en la zona SO, donde se puede observar separación de las fibras y evidencias de pudrición avanzada. La principal preocupación es que el sistema radicular con funciones de anclaje que presentaba en 2009 se encuentre degradado y pueda producirse el vuelco completo como consecuencia de los daños en el sistema radicular y la subida de cota que sufrió durante las obras de remodelación de la plaza en el pasado, y que como consecuencia de este hecho en mayo de 2022 ya se produjo el vuelco de otro ejemplar de la misma especie, con ID-13, y similar morfología en la misma plaza.

Tras la valoración técnica realizada el 23/09/2023 por la empresa especializada Tecnigral S.L. se constata dos problemas graves que presenta el árbol, y que potencialmente podrían conducir a dos sucesos de riesgo independientes; el riesgo
de fractura de uno de sus ejes principales (incidencia 2023) y el de riesgo de vuelco
completo (incidencia 2022 de otro ejemplar de ficus contiguo).

El principal origen de ambas situaciones está asociado a la obra de remodelación de la plaza que se produjo entre los años 2009 y 2011. Durante dichas obras, se realizó una subida del terreno anexo al árbol de aproximadamente 60-70 cm respecto a la cota original, en la que se creó un parterre elevado y la compactación asociada, que debió modificar las condiciones físico-químicas del suelo donde se desarrollaban las raíces.

Por otra parte, las medidas de protección del árbol durante la obra no debieron ser las adecuadas, lo que provocó una serie de daños como son la muerte radicular por anoxia y heridas que supusieron una vía de entrada de hongos xilófagos.

Con el paso del tiempo (concretamente han pasado 13-14 años), la podredumbre extensiva generada por la acción enzimática de estos hongos ha generado una extensa degradación de la madera del cuello y tronco, que ha alcanzado la base de las ramas principales, lo que genera problemas de estabilidad frente a un posible vuelco e incluso frente a fractura de ramas principales. Por estos motivos se categoriza el riesgo en nivel ALTO para peatones por vuelco por fallo de anclaje por degradación del sistema radicular original y por fractura eje primario (Nº3 y Nº4) por pérdida de capacidad de anclaje».

En esta página he recopilado las imágenes que he podido encontrar en Internet de la arboleda y jardines de la plaza de la Encarnación desde el inicio de la construcción de las Setas de Monteseirín para ver cómo ha evolucionado este espacio público a medida que iba perdiendo zona verde para convertirse, máxime tras el apeo del último ficus, en otra plaza dura más, con predominio del color gris del cemento.

Obsérvese el gran árbol existente en el centro de la imagen al inicio de las obras de las Setas

El gran árbol de la imagen anterior ya ha desaparecido porque estorbaba para levantar el pie de una de las Setas, que se extendería hasta la misma plaza

El ficus recientemente apeado tapaba la visión de las Setas desde la calle Puente y Pellón

El gran ficus a la entrada de la plaza por la calle Puente y Pellón

Tras el apeo del árbol, ya no hay ficus que tape las Setas desde la calle Puente y Pellón, tal como se ve tanto en la imagen superior como en la inferior

En la imagen superior, aspecto de la plaza vista desde la confluencia con la calle Imagen antes de la construcción de las Setas y, en la inferior, tras la erección de las Setas y antes del apeo del gran ficus (en parte visible a la derecha, junto a la Anunciación)

Vista de la plaza desde la confluencia con la calle José Luis Luque durante la construcción de las Setas (foto superior) y después de acabadas aquéllas (abajo)

Arboleda de la plaza, con el ficus al fondo, tapando la vista de la iglesia de la Anunciación

Visión de la plaza tras el apeo del ficus y ya con veladores colonizándola

El ficus antes de su apeo daba sombra con su copa a media plaza de la Encarnación

Restos del ficus talado, que ya no estorba la visión de las Setas de Monteseirín

Vista aérea del ficus recientemente apeado

Arboleda que acompañaba al ficus sito cerca de la iglesia de la Anunciación

Lo que queda tras el apeo del ficus

Cuando aún quedaban dos ficus (marzo de 2019)

Otra imagen de la plaza aún con dos ficus antes de mayo de 2022; ya no queda ninguno

Visión general de la plaza, cada vez más dura y con menos verde, tras el apeo del ficus

Al cabo de tan sólo 12 años, Monteseirín ha conseguido su último objetivo de que ya casi nada le haga sombra en la plaza a sus Setas, visibles sin apenas obstáculos vegetales desde los cuatro puntos cardinales.

  • Informe para el apeo del ficus de la Encarnación:

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