Insiste en que su continuación habría generado más de un millón de m3 de materiales
El Gobierno central ha respondido a una pregunta escrita del Grupo popular del Congreso de los Diputados sobre la declaración de impacto ambiental (DIA) del nuevo anteproyecto del tramo de la autovía metropolitana SE-40 comprendido entre Dos Hermanas y Coria del Río (Sevilla), que se decanta por la alternativa A con más de cinco kilómetros de trazado, 3,2 de ellos materializados en un puente sin pilas en el Guadalquivir y de más de 70 metros de gálibo. Según el Ejecutivo, durante el procedimiento realizó 46 peticiones de informe o consulta y que ahora «se debe proceder a la aprobación del anteproyecto» como tal.
Según dicha respuesta, emitida el pasado 23 de febrero y recogida por Europa Press, durante el periodo de información pública de la citada declaración de impacto ambiental, «se efectuaron 46 peticiones de informe o consulta, de las que se recibieron 20 respuestas» y «de esas 20 contestaciones se recibieron seis alegaciones»; toda vez que «una vez superada la declaración de impacto ambiental de forma favorable, se debe proceder a la aprobación del anteproyecto».
Ello, en un marco en el que el nuevo estudio informativo promovido por el Gobierno central del PSOE y Sumar para este tramo de la SE-40 apostaba ya por la opción de sustituir por un puente los túneles contratados en 2009, cuya ejecución quedó paralizada poco después de comenzar las obras, en el marco de la gran recesión y la cruda asfixia económica de las administraciones públicas.
Las obras de los túneles habrían sido suspendidas en 2012, sin que el Ejecutivo del popular Mariano Rajoy retomase las obras en sus años de gestión, apostando el actual gabinete de Pedro Sánchez por un nuevo estudio informativo, bajo la premisa de que el proyecto original de los túneles resultaría inviable al ser detectado un grado de permeabilidad de los suelos superior al inicialmente previsto.
La última idea de puente barajada, con las pilas fuera del cauce
El Gobierno central, en ese sentido, admitía ya años atrás, al plantear el nuevo estudio informativo, que la solución del puente reduciría la inversión necesaria a unos 458 millones de euros frente a los 1.077 y 1.826 millones de las opciones de túneles y que el puente podría estar quizá listo en 2028 y los túneles entre 2032 y 2036.
En la declaración de impacto ambiental del puente, en cualquier caso, figura como requisito «indispensable» que «las pilas del viaducto se ubiquen fuera del cauce del río para evitar impactos ambientales significativos».
La Dirección General de Espacios Protegidos de la Junta de Andalucía informa al respecto que la alternativa sin pilas en el cauce tiene «menor afección medioambiental», y por tanto, «no presenta afección apreciable a la Red Natura 2.000, definida en términos de mantenimiento de la coherencia y función ecológica en toda su superficie y en relación a los hábitats o poblaciones de especies que motivan su declaración».
Por ello, este órgano ambiental considera que la alternativa elegida, «sin pilas en el cauce, no producirá perjuicio a la Zona Especial de Conservación (ZEC) ‘Bajo Guadalquivir’, siempre que se desarrollen las medidas indicadas y se realicen con el visto bueno del organismo competente en medio ambiente de la Junta de Andalucía».
El promotor, o sea el Gobierno, tras la ponderación de todos los factores analizados en el estudio de impacto ambiental, indica en la DIA que las soluciones del cruce en viaducto «son ligeramente más favorables, a pesar del impacto paisajístico de la infraestructura»; descartando la alternativa del túnel «debido al impacto sobre la geomorfología y al elevado volumen de excedentes de la excavación, superior al millón de metros cúbicos en el caso más favorable»; después de que años atrás ya se calculase un gasto de cerca de 80 millones de euros en las obras iniciales de los túneles, jamás continuadas.
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