El edificio del Centro Cultural CaixaForum de la isla de la Cartuja proyectado por el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra ha resultado elegido edificio del año en los premios Building of the Year Award 2018. Convocados por Archdaily, el portal especializado en arquitectura más popular del mundo, estos premios de ámbito internacional cuentan entre otros galardonados con figuras tan relevantes en el panorama de la arquitectura como el británico Norman Foster, el holandés Rem Koolhaas y los americanos Diller Scofidio + Renfro.
A esta convocatoria han concurrido más de 3.000 proyectos, de los cuales se seleccionaron 75 edificios como finalistas. Tras una votación abierta en la que han participado más de 100.000 lectores para elegir aquellos edificios que por su belleza, inteligencia, creatividad o servicio a la comunidad representan la mejor arquitectura del año, CaixaForum Sevilla ha logrado alzarse como uno de los 15 mejores edificios del mundo (el único construido en España), según la plataforma con sede en Nueva York.
La organización de los premios ha destacado el hecho de que en ellos se ven representados los valores que consideran su misión como plataforma especializada en arquitectura, brindar inspiración, conocimientos y herramientas a arquitectos de todo el mundo.
El nuevo CaixaForum, demuestra cómo hacer visible un edificio subterráneo. Partiendo de un espacio bajo tierra, el del parking de la Torre Sevilla ideada por César Pelli en la Isla de la Cartuja, Vázquez Consuegra y su equipo han construido un inmueble en el que la elegancia de las nuevas salas de exposición convive con la esencia industrial del contenedor, sabiendo aprovechar los huecos existentes para encajar un amplio programa de espacios públicos, restaurante, salas de exposición, almacenes, oficinas y auditorio sin que pasado y presente del edificio se perturben.
La marquesina ideada por Guillermo Vázquez Consuegra es el elemento que anuncia y destaca el acceso al edificio bajo el nivel del suelo. Fabricada en espuma de aluminio, queda más vinculada con los plazos largos de la arquitectura que con la temporalidad de las modas. Esta cubierta curva que cubre y señala es, además, el conducto de la luz natural que ilumina el espacio subterráneo y lo hace, así, más luminoso, menos críptico.