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Divide y vencerás

Espadas, favorito en la encuesta para revalidar como alcalde, tiene frente a él una derecha dividida

Beltrán Pérez tiene casi todo en contra, incluido su grado de conocimiento, la mitad que el de Espadas

 

Suele decirse que una encuesta refleja sólo la opinión de los ciudadanos en un momento dado y que no equivale a una foto fija porque los puntos de vista puede cambiar de forma repentina por multitud de factores, desde acontecimientos inesperados hasta por la influencia del entorno más próximo, pero también es cierto que capta la intención de los encuestados y que han de intervenir esos otros factores para modificarla.

Antes de las elecciones municipales del próximo 26 de mayo hemos conocido el sondeo realizado por SW Demoscopia para Viva Sevilla entre el 1 y el 5 de abril y el resultado de las elecciones generales del pasado día 28, que aunque no han sido de carácter local permiten al menos hacer una extrapolación al ámbito del Ayuntamiento. Con todas las salvedades y aunque ni en matemáticas ni en política sea correcto sumar peras con manzanas, lo que nos permite la encuesta por una parte y, por otra, el “fuego real” de las recientes elecciones generales es apreciar al menos qué tendencia existe en el electorado en vísperas de las elecciones municipales, convocadas para dentro de veinte días en números redondos.

Con todas las prevenciones que se quiera, la tendencia dibuja un escenario municipal parecido al surgido tras las elecciones locales que se celebraron el 24 de mayo de 2015: una victoria de la lista socialista encabezada por Espadas pero sin mayoría absoluta, lo que le obligaría a un pacto de gobierno o programático con otras fuerzas políticas; y, globalmente, el escenario también muestra una mayoría por la mínima del conjunto de los partidos de izquierda (la suma de PSOE y Adelante Sevilla) frente a los de centro-derecha (la suma de PP, Cs y Vox).

DOS ESCENARIOS

Según el sondeo de SW Demoscopia y la extrapolación al Ayuntamiento de los resultados de las recientes elecciones generales, el PSOE podría obtener entre 11 y 13 concejales (actualmente tiene 11); el PP, entre 6 y 8 (ahora tiene 12); Ciudadanos, entre 4 y 5 (cuenta con tres); la confluencia de Participa Sevilla (asimilable a Podemos) e IU-CA en Adelante Sevilla, 5 (los mismos que la suma de ambos ahora), y Vox podría entrar en el Consistorio con entre 2 y 4 (ahora carece de representación).

En los dos escenarios (sondeo y extrapolación de las generales), un pacto del PSOE con Adelante Sevilla sería suficiente para que Espadas revalidara la Alcaldía, ya que alcanzaría la mayoría absoluta con más uno o más dos concejales. Aunque el bloque de centro-derecha aportara todos sus votos al alcaldable del PP, Beltrán Pérez, éste no contaría con más de catorce o quince a su favor, sin llegar a los dieciséis necesarios para gobernar.

Aunque Espadas no es el diseñador de la estrategia romana (atribuida a Julio César) del “divide y vencerás”, puede ser el mayor beneficiario de la división que afecta al bloque del centro-derecha tras las elecciones generales y que comprometería un hipotético pacto “a la andaluza” en el Ayuntamiento de Sevilla. Ciudadanos trata de arrebatarle al PP el liderazgo de este bloque político  y, por su parte, el PP trata de desmarcarse lo máximo posible del extremista Vox para tratar de recuperar el centro perdido, un brusco volantazo que ha irritado sobremanera al partido de Santiago Abascal.

Por tanto, el panorama no puede ser “a priori” más favorable para Espadas, que se encuentra con el bloque ideológicamente más alejado de sus posiciones dividido y con cada uno de sus miembros tratando de no verse asociado con los demás para así remarcar sus diferencias.

ANTECEDENTE

Este escenario no es nuevo en el Ayuntamiento sevillano. Recuérdese que Espadas fue elegido alcalde el 13 de junio de 2015 merced a la suma de los votos de todo el bloque de izquierdas (PSOE, Participa Sevilla e IU-CA), mientras que Ciudadanos y PP fueron incapaces de apoyar a un candidato alternativo y cada formación votó por sus respectivos cabezas de lista: el PP, a Juan Ignacio Zoido; Ciudadanos, a Javier Millán (Vox no obtuvo entonces representación). Así pues, oficialmente Espadas ganó por 16 votos frente a 12 de su rival directo, Zoido, y no por la mínima de 16 a 15 si se hubiera unido el centro-derecha.

En la situación creada tras las elecciones generales  puede repetirse la historia de que PP, Cs y Vox acaben votándose a sí mismos con tal de no apoyar a ningún candidato de las restantes fuerzas de centro-derecha, por disputas de liderazgo o por cobrarse facturas políticas.

El sondeo de SW Demoscopia para Viva Sevilla muestra las razones por las que Espadas es el favorito para revalidar la Alcaldía, empezando por la imagen que proyecta como político moderado y centrado, capaz de atraer votos tanto a su izquierda como a su derecha. Es el único de los candidatos al que los sevillanos aprueban, aunque sólo sea con un 5,6 sobre 10. Más que suficiente.

La situación es todavía más favorable para Espadas cuando se pregunta a los sevillanos a quién prefieren como próximo alcalde: casi la mitad (el 48,2%) lo señalan a él, mientras que apenas llegan a uno de cada cinco (el 19%) quienes dan el nombre del candidato del PP, Beltrán Pérez, y a gran distancia (menos del 6% cada uno) aparecen Susana Serrano (Adelante Sevilla), Álvaro Pimentel (Cs) u otro. Obsérvese que la suma de la preferencia de todos los candidatos, incluido ese indeterminado “otro” (un 36,7% en total) ni siquiera se aproxima al porcentaje de los que prefieren al actual alcalde al frente del Ayuntamiento (48,2%).

PREFERIDO

Esta preferencia se registra en diez de los once distritos de la ciudad salvo en el tradicional feudo del PP, Los Remedios, pero incluso ahí Espadas queda a tan sólo 3,5 puntos de distancia de Beltrán Pérez, haciendo valer sus palabras de que él ha gobernado para ese distrito igual que para todos los demás y sin pensar en la ideología de sus vecinos porque es el alcalde de todos los sevillanos, y a las pruebas de las grandes obras realizadas allí (las de la calle Niebla, por ejemplo) puede remitirse.

Hasta ha recibido una valoración más positiva que negativa (once puntos de diferencia) el pacto de investidura que firmó con Participa Sevilla e Izquierda Unida y que le ha permitido gobernar haciendo, según él mismo dice, “milagros” con tan sólo once concejales, un gobierno minoritario nunca visto antes en Democracia. Ese juicio favorable por parte de los sevillanos puede ser motivo más que suficiente para que Espadas pueda defender un pacto similar con la conjunción de izquierdas (Adelante Sevilla) en caso de necesitar reeditarlo para el próximo mandato, tal como apuntan la encuesta y la extrapolación del resultado de las recientes elecciones generales.

OBSTÁCULOS

Con este panorama, la lucha de Beltrán Pérez como alcaldable del PP es aún más difícil. La irrupción de Vox se produce a costa de su electorado tradicional, a lo que hay que sumar el crecimiento de Ciudadanos, el cual se ha quedado a tan sólo 3.354 votos de los populares en Sevilla capital en las recientes elecciones generales y cuyo objetivo ahora es dar el “sorpasso” en el centro-derecha y colocar a su candidato, Álvaro Pimentel, al ,menos como líder de la oposición municipal. Por tanto, Beltrán Pérez ya no tiene a Espadas como único gran rival político, sino también a los candidatos de su mismo espectro ideológico y aunque él obtuviera el mejor resultado en el bloque de centro-derecha “a priori”, ni siquiera la hipotética suma en su favor del voto de todos los concejales de este signo le daría la Alcaldía.

Además, según pone de manifiesto la encuesta publicada por Viva Sevilla, Beltrán Pérez lucha por la Alcaldía en una ciudad en la que el 44,7% de los electores se declaran de izquierdas y un 36,6% afirma que no votaría nunca al PP, partido que sólo cuenta con la fidelidad inquebrantable del 5,3% de los votantes.

Tras la debacle sufrida en las elecciones generales del pasado 28 de abril, el PP ha dado libertad  sus candidatos para que potencien al máximo su propia imagen y minimicen las siglas del partido, una consigna que ha seguido Beltrán Pérez en el acto de presentación de los miembros de su lista electoral.

Sin embargo, hasta en esa estrategia el alcaldable del PP se encuentra con un nuevo obstáculo en su camino: pese a que lleva desde 2003 de forma ininterrumpida en el Ayuntamiento como concejal sólo es conocido por la mitad de sevillanos que Espadas (45,7% frente al 90,3%). Necesita el plazo de veinte días hasta la cita con las urnas el próximo día 26 de mayo para compensar una desventaja acumulada en los últimos dieciséis años. Demasiado.

Vaivenes en la Gavidia

Si es más interesante equipamientos en la Gavidia, ¿por qué no los hace el

Ayuntamiento en vez de privatizarla?

Mientras Espadas propugna un “coliving” privado en la comisaría, Emvisesa proyecta uno público en San Jerónimo

 

El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Francisco Moraga, ha declarado que Espadas “ha pasado de pedir informes para intentar derribar la Gavidia a querer que se construyera un hotel para, ahora, cuando se acercan las elecciones, volver a cambiar de opinión y apostar por conservarla con usos dotacionales para utilizarla como arma electoral con los vecinos de esta zona, necesitada de equipamientos públicos”.

 

Aunque el orden de los factores no altera el producto (por el momento) de la política del alcalde respecto de la antigua comisaría, en honor a la verdad hay que decir que lo primero que propuso, cuando era líder de la oposición y frente al centro comercial que pretendía Zoido, fue un hotel, salvo que apliquemos la doctrina de Carmen Calvo con Pedro Sánchez de que lo que se haga o diga antes de alcanzar el Poder ya no tiene validez luego.

La reacción de Moraga se ha producido después de que, en un nuevo vaivén del gobierno local, éste haya acordado media docena de requisitos para la venta de la antigua comisaría una vez aprobada, conforme al pacto con el PP para sacar adelante los últimos Presupuestos, su recalificación urbanística: de gran superficie comercial (Zoido) a servicios terciarios. Con esta modificación del PGOU, aún en fase de alegaciones y pendiente de ratificación por la Junta, se admitirían los siguientes usos: pequeño y mediano comercio, oficinas, hotelero, recreativo, espectáculos públicos, garaje-aparcamiento y equipamientos y servicios públicos.

 

PRIORIDAD

 

Dentro de esos nuevos usos, a la hora de la privatización el gobierno dará preferencia a la oferta que más equipamientos y servicios públicos incluya, una prioridad no especificada hasta ahora, que se aprueba a dos meses y medio de las elecciones municipales, se acerca a los planteamientos de Participa e Izquierda Unida y supone un guiño para los 58.000 habitantes del Casco Antiguo, que reivindican un centro cívico, biblioteca, guardería, centro de día para mayores….una dotación para el distrito, en suma.

Tras la aprobación de los criterios para la venta de la Gavidia y la preferencia por que albergue equipamientos y servicios públicos (también se incluyen la calidad arquitectónica del proyecto, la sostenibilidad ecológica, cesión de espacios al Ayuntamiento y respeto a su declaración como Lugar de Memoria Democrática), Espadas ha aseverado que “aunque hay gente empeñada en decir que desde el principio se tenía una opción cerrada, por más que hemos intentado explicarlo no se ha podido comprobar hasta que la Junta de Gobierno Local no ha aprobado las bases del pliego que se licitará”.

Si, según el alcalde, había que esperar a que la Junta de Gobierno aprobara esas bases, entonces ¿qué sentido tuvo que en el año 2017 se convocara una especie de concurso de ideas o se pidieran ofertas al sector privado sobre qué hacer y a cambio de qué en la Gavidia y se presentaran esos proyectos a los grupos municipales para que decidieran cuál era el mejor y se tramitaran los cambios urbanísticos para ejecutarlo?

 

En aquel entonces no se dio como orientación preferente el equipamiento y los servicios sociales, sino al contrario, plena libertad a los ofertantes. Y así, según lo trascendido, se pusieron sobre la mesa del Ayuntamiento tres ofertas para reconvertir la comisaría en hotel, una para instalar allí cines y teatro, otra para ubicar gimnasio y piscinas y la del colectivo sevillano Entreadoquines de un centro social por fases, que se financiaría con fondos europeos y con el alquiler de las oficinas a medida que se fueran construyendo.

 

Se pidió a las empresas que presentaran proyectos y una vez presentados se trata de justificar la declaración “de facto” del concurso como desierto con el argumento de que aún no se habían aprobado los criterios de adjudicación, un dislate éste de empezar la casa por el tejado y que proyecta una frívola imagen del gobierno municipal con continuos vaivenes sobre la Gavidia.

 

SATURACIÓN

 

Extraoficialmente se ha tratado también de justificar el volantazo político con el argumento de la saturación hotelera del Centro. E incluso oficialmente, ya que el delegado de Turismo, Antonio Muñoz, declaró: “El gobierno municipal tiene una preferencia, si se puede decir así, y es que haya equipamientos antes que un hotel. A priori, y hablando en términos asépticos, se prefiere el equipamiento; es más interesante para la ciudad”.

 

Aun compartiendo el giro del alcalde y de su delegado, si hacemos de abogado del diablo y la tesis es que el Centro está saturado de hoteles, entonces ¿por qué el Ayuntamiento concede nuevas licencias hoteleras?, ¿por qué presume de la inversión y del empleo que generan en la construcción?, ¿acaso no supone tal tesis abonarse al argumento, lanzando por el propio sector en vísperas de un Fitur, de que Sevilla está masificada turísticamente? Y, ¿por qué no dejar en una economía de libre mercado como la nuestra que sea el mercado el que se regule y ponga de manifiesto si hay y cuándo saturación de hoteles? No sobrarán todavía cuando según un reciente informe de la patronal Exceltur los de Sevilla son los séptimos de España por rentabilidad, con un beneficio de 72 euros por habitación/noche durante 2018.  Con estas cifras y con continuos récord turísticos y de pasajeros en el aeropuerto de San Pablo a nadie puede extrañarle que se sigan construyendo hoteles en la ciudad.

 

EQUIPAMIENTOS

 

Pero decía que se trataba de hacer de abogado del diablo cuando habíamos llegado al “quid” de la cuestión: el delegado de Turismo reconoce al fin que llenar la Gavidia de equipamientos es más interesante para la ciudad que convertirla en un hotel. Y creo que es así, no por oposición al sector turístico, sino por razón de equidad social con un distrito como Casco Antiguo, carente de suficientes dotaciones, y también por estrategia de diversificación. Aunque el mercado es libre, al menos desde el Ayuntamiento en cuanto propietario de la Gavidia no se deberían poner todos los huevos en la misma cesta de un monocultivo turístico; como estrategia de ciudad debería propiciar allí la implantación de nuevos sectores, especialmente de la economía digital 4.0.

Ahora resulta que el alcalde también opina lo mismo que su delegado y dice apostar en la Gavidia “por equipamientos que primen el uso público, con fórmulas pioneras de algunas ciudades europeas, como el “coliving”, que aúna usos compatibles de alojamiento y espacios comunes de uso público, cultural o emprendedor”.

 

Llegados a este punto de unanimidad, la pregunta inevitable es por qué entonces el Ayuntamiento ha de privatizar la Gavidia por 12 millones de euros y esperar a que la equipe (¿gratis?) una empresa privada en vez de equiparla él mismo para los 58.000 vecinos del Casco Antiguo y todos los sevillanos.

 

DINERO

 

¿Se puede seguir sosteniendo que es porque no hay dinero para rehabilitar el edificio, rehabilitación que podría acometerse por fases, cuando sí lo había, y bastante más, para tratar de comprarle a la Junta la sede de la Consejería de Gobernación en la Plaza Nueva y a la Fundación Lara la Casa Fabiola para el museo Bellver? ¿Se puede sostener que no se pueden conseguir fondos europeos para la Gavidia cuando se han logrado 20 millones para la Fábrica de Artillería?

Espadas habla de “coliving” en la Gavidia. ¿Y por qué vender la comisaría, con 7.462,59 m2, para que lo haga allí una empresa privada cuando la pública Emvisesa ha solicitado a Urbanismo la cesión en San Jerónimo de un solar de 4.237 m2, con una edificabilidad de 10.170, para construir allí un edificio de tres plantas destinado a “coliving”? ¿Tiene dinero Emvisesa para hacer “coliving” en San Jerónimo pero no en la antigua comisaría y en el Casco Antiguo?

 

La Gavidia es ya un símbolo que pone de manifiesto las contradicciones urbanísticas, un edificio que un día iba a ser SIPS, otro gran superficie comercial, luego hotel, después “coliving”…según van pasando gobiernos municipales, señal de que como ninguno tiene un modelo claro de ciudad a ninguno les encaja en el tablero y a todos les sobra.

Incoherencias

El PP propone una macrosede municipal tras haber rechazado una idea de Espadas en tal sentido hace dos años

La propuesta es una variante de la diseñada por Carbajal en la Cartuja para Urbanismo y Emvisesa en 2007

 

El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla y candidato a la Alcaldía, Beltrán Pérez, ha presentado lo que ha calificado como su “primera gran propuesta de corte electoral”, fruto -ha dicho- del trabajo de su ampliado Consejo de Ciudad, ese órgano asesor compuesto por medio centenar de profesionales con la misión de dotar de contenido al programa del partido para las municipales.

La gran propuesta de Pérez consiste en unificar en un “edificio de vanguardia dotado de tecnologías y avances de última generación” las veintisiete sedes municipales dispersas por la ciudad y dejar las históricas Casas Consistoriales de la Plaza Nueva únicamente para la celebración de actos institucionales  y “usos ciudadanos de excelencia”.

Según la idea de las eminencias grises del alcaldable del PP, la sede municipal unificada se construiría en el sitio de la Cartuja cercano a la torre Pelli y ocupado por las caracolas de la Gerencia de Urbanismo desde la finalización de la Expo-92. Beltrán Pérez ha tirado del PGOU para recordar que allí el Ayuntamiento cuenta con 38.324 m2 edificables para usos terciarios, con una altura máxima de seis plantas y con 10.873 m2 de espacios libres.

En el “edificio de vanguardia” se podrían concentrar 2.100 empleados municipales, se construiría en el plazo de cinco años con un coste de unos 53 millones de euros y su diseño sería fruto de un concurso internacional de ideas. La factura se pagaría con recursos propios del Ayuntamiento, el dinero ingresado por la venta de propiedades municipales, subvenciones de la Unión Europea y préstamos bancarios ya concedidos (para otros objetivos, se entiende) y aún no utilizados por la Corporación Municipal.

 

Aparte de que cuando surge la palabra “vanguardia” hay que echarse a temblar porque es la justificación para que los arquitectos-estrella diseñen sus sueños faraónicos, o los de los políticos, a costa (habría que decir más bien sobrecostes) de los contribuyentes, y a las Setas de la Encarnación me remito, la supuesta original idea, que no es tal sino un poco antigua, de Beltrán Pérez y de sus cabezas pensantes supone una incoherencia política.

 

PLAZA NUEVA

 

Y es que el grupo Popular municipal que ahora lidera Pérez ya rechazó en noviembre de 2016 , en un Pleno municipal extraordinario, una propuesta de corte similar pero a coste mucho más barato que presentó Espadas. Consistía en comprarle a la Junta de Andalucía el edificio de la Consejería de Gobernación, sito en la Plaza Nueva, con ese mismo fin de concentrar las sedes municipales dispersas por la ciudad.

La idea del alcalde era empezar comprando a la Junta el 35% del inmueble de Gobernación (2.934 m2 de un total de 8.383 m2 construidos) por 6.080.000 euros y alquilarle los dos tercios restantes con opción de compra en el futuro. Según Espadas, con la compra de ese tercio el Ayuntamiento se ahorraría 5,7 millones de euros en nueve años respecto del precio que habría que pagar por un alquiler.

Además, la Junta estaba dispuesta a incluir en la operación sin coste adicional un edificio trasero que había comprado en tiempos para ampliar la Consejería y como el Ayuntamiento disponía de la sede de Emvisesa en la calle Bilbao al final se podía encontrar con cuatro inmuebles en el área de la Plaza Nueva (las Casas Consistoriales, la sede de Gobernación, su anexo y la sede de Emvisesa) donde concentrar los servicios y funcionarios municipales.

 

La propuesta de Espadas fue rechazada con el voto negativo del PP, el cual argumentó que “no era una prioridad” para Sevilla sino “una prioridad impostada”. El entonces portavoz, Gregorio Serrano, dijo que mientras se hacía ese planteamiento de gasto (6 millones de euros), el patrimonio “se sigue cayendo a pedazos”, por lo que a su juicio era mejor redirigir el dinero a asuntos sociales, un plan de empleo propio o el arreglo de calles.

 

Si para el PP no era una prioridad hace poco más de dos años gastarse 6 millones de euros en unificar las oficinas municipales, ¿cómo pretende ahora justificar Beltrán Pérez un gasto de al menos 55 millones para ese mismo fin y allende el río, ni siquiera en el Centro?

 

SATURACIÓN

 

En julio de 2018, cuando se preveía la apertura del centro comercial vinculado al rascacielos de la Cartuja para septiembre de dicho año, Beltrán Pérez auguró un “colapso de tráfico”. El alcaldable del PP ofreció una rueda de prensa en la que dijo que con el rascacielos ya prácticamente a pleno funcionamiento el circuito vial de este entorno, que acoge el tráfico de entrada a Sevilla desde la A-49 y el sector Norte de la cornisa del Aljarafe “está ya a punto de colapsar”, máxime tras el previsible impacto de las “decenas de miles de ciudadanos” que atraerá el nuevo centro comercial de los edificios Podio. Así pues, Beltrán Pérez concluyó augurando “atascos monumentales en la zona”.

Si el alcaldable del PP temía el colapso del tráfico por exceso de coches y de personas en el entorno del rascacielos, ¿con qué argumento puede justificar erigir allí, tras cinco años de obras, un macroedificio municipal con al menos 2.100 funcionarios al que tuvieran que acudir a diario los sevillanos y las empresas a arreglar cualquier papeleo, contribuyendo así a saturar aún más aquel entorno?

 

EL CONCURSO

 

Por último, la idea de Beltrán Pérez de construir una macrosede en la Cartuja no es nueva ni original. Es una variante ampliada de la propuesta de unificar las sedes de la Gerencia de Urbanismo y de Emvisesa, que se lanzó hace doce años. En 2007, el gobierno de Monteseirín convocó ese concurso de ideas arquitectónico del que habla Pérez, un concurso que ganó el arquitecto sevillano José Antonio Carbajal y al que también se presentaron, entre otros, Guillermo Vázquez Consuegra, Cruz y Ortiz y Francisco Torres.

 

Según los detalles revelados por el entonces vicealcalde, Emilio Carrillo (aunque se pueden consultar en el portal en Internet del propio estudio de arquitectura: http://www.estudiocarbajal.com/es/nueva-sede-para-la-gerencia-de-urbanismo-y-emvisesa/ ), el diseño ganador del concurso consistía en un edificio de planta cuadrada, articulado mediante una sucesión de patios interiores y exteriores y que se remataría con hormigón blanco teñido, acero lacado y grandes planchas solares orientables a modo de celosías.

 

Con una edificabilidad de 40.000 m2 (23.000 sobre rasante), dispondría de 11.000 m2 de oficinas para los 600 empleados de Urbanismo y de Emvisesa y se dejaría reserva de espacio para un incremento de personal del 25%. La faraónica idea del gobierno local entonces era la de gastarse 70 millones en la obra y financiarla con los 100 millones que pensaba obtener por la venta, en plan cuento de la lechera, del edificio de Emvisesa en la calle Bilbao y de la parcela de las caracolas de la Expo.

 

FIN DE LA BURBUJA

 

Sin embargo, estalló la burbuja inmobiliaria y aquellos planes se fueron al traste. El Consistorio  pensó a continuación en una colaboración público-privada como solución: cedería el suelo a una constructora para que ésta levantara el edificio a cambio de pagarle luego un alquiler por ocuparlo, en línea con lo hecho por la Junta de Andalucía para su macrosede en la avenida de Grecia, en el barrio de Los Bermejales. Posteriormente inclusó pensó en instalar las oficinas de los funcionarios en el rascacielos de la Cartuja.

Finalmente nada se materializó y el PP denunció que el Ayuntamiento acabó pagando 1,6 millones de euros (1,1 millones a Carbajal y el resto a los cuatro arquitectos finalistas en el concurso de ideas) por el proyecto de sede urbanística unificada para al final dejarlo arrumbado en un cajón de la Gerencia.

Así pues, la factoría de pensadores le ha colocado a Beltrán Pérez una idea más bien de segunda mano por la que habría que ver si no tendría que pagarle el “copyright” a Monteseirín, tan propenso a aquel tipo de megalomanías arquitectónicas. Se agradecería que para la próxima ocasión fueran un poco más originales.

El agravio del Metro

La ley de 1975 estipula que Sevilla no tiene que pagar nada de la infraestructura del Metro

Málaga denuncia que la Junta exoneró además al Ayuntamiento sevillano a cambio de obras “sostenibles”

 

El candidato del PP a la Alcaldía y portavoz del grupo municipal en el Ayuntamiento de Sevilla, Beltrán Pérez, ha reaccionado al anuncio de Espadas de que cuenta con el respaldo de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para la financiación por el Estado de su parte (teóricamente, un tercio) de la línea 3 del Metro (tramo Pino Montano-Prado de San Sebastián) diciendo que “el PP no va a permitir que el Ayuntamiento tenga que pagar un solo euro, porque sería un agravio comparativo con otras ciudades cuyos ayuntamientos no han tenido que costear parte de la obra, como los de Málaga, Bilbao, Madrid, Valencia o Barcelona”.

Es ésta una cuestión que nunca ha quedado clara a ojos de la opinión pública y que, como no podía ser menos, también ha sido utilizada en Málaga, antes y después de la creación del eje simbólico con Sevilla, en ese mismo sentido esperable del agravio comparativo del que habla Beltrán Pérez. Y es que en la urbe de la Costa del Sol se interpreta que Sevilla no ha pagado ni un euro por las obras del Metro. A su vez, el alcaldable del PP sevillano entiende que como Málaga es la que no ha pagado Sevilla tampoco debe hacerlo.

Así pues, cabe preguntarse si el Ayuntamiento hispalense ha tenido alguna vez obligación legal de pagar al menos una parte de las obras de la línea 1 del Metro, obligación que se extendería también a futuras líneas como la 3, y si de hecho ha contribuido financieramente o no.

LA LEY DE 1975

Hay que empezar recordando que Sevilla tiene a su favor algo que no tienen otras ciudades, la ley 37/1975, de 31 de octubre, sobre construcción y explotación del Metro de la ciudad, una norma que no ha sido derogada hasta la fecha.

En el preámbulo de la misma se destaca como novedad que la financiación de la infraestructura corre íntegramente a cargo del Estado y se elimina la obligación del reembolso del 50% por parte del Ayuntamiento con cargo a contribuciones especiales y recargo del arbitrio sobre el incremento del valor de los terrenos.

De esta manera, según el artículo segundo de la ley, deben correr por cuenta del Estado (entonces nos hallábamos todavía en la Dictadura franquista y no existía el Estado de las Autonomías) la construcción de la infraestructura de la red: las obras de explotación, túneles, estaciones y accesos con sus servicios mecánicos, los edificios de cocheras, talleres y subestaciones y las instalaciones de ventilación e iluminación.

En virtud del artículo tercero de dicha norma, el Ayuntamiento quedó obligado a pagar la vía, el material móvil (los trenes), la electrificación, señalización, comunicaciones, puesto de mando, instalaciones de cocheras y talleres, subestaciones y los demás elementos necesarios para la explotación del servicio.

 

CONVENIO DE 2005

En septiembre del año 2005, el Ministerio de Economía del Gobierno central y la Consejería de Economía de la Junta de Andalucía firmaron un protocolo para la financiación de la línea 1 del Metro de Sevilla y de las líneas 1 y 2 del Metro malagueño. Ambas partes asumieron el planteamiento del Gobierno andaluz, el cual calculó que el Estado debía asumir el pago del 100% de la infraestructura de la línea 1 en el tramo que discurriera íntegramente por el término municipal de Sevilla capital (176 millones de euros) y el 33% de los tramos fuera de la urbe (42 millones de euros), tanto en la parte del Aljarafe como en la de Dos Hermanas. Los otros dos tercios los pagarían los restantes ayuntamientos implicados y la Junta de Andalucía.

Esta fue la fórmula en virtud de la cual el Gobierno de la nación se comprometió a abonar 218.313.046 euros a lo largo de 30 años, que es el plazo de duración de la concesión administrativa del Metro sevillano.

Ahora bien, ese cálculo se hizo a partir de la estimación de que el Metro costaría del orden de 461 millones de euros, cuando tras la reciente sentencia condenatoria del Tribunal Supremo a la Junta de Andalucía la factura real final se ha elevado a 890 millones.

Por eso, y mucho antes del fallo del Supremo, el PP ya exigió en el Parlamento de Andalucía que el Gobierno andaluz revisara el convenio del Metro firmado con el Ejecutivo central en 2005, para que éste incrementara su aportación económica conforme al coste real final y no al estimado al inicio de las obras. Veremos si ahora que el PP gobierna en la comunidad y Juanma Moreno es el presidente de la Junta no se abre un nuevo frente con Madrid a cuenta de la factura de la línea 1.

 

REACCIÓN EN MÁLAGA

 

El convenio de los 218 millones de euros que exoneraba al Ayuntamiento de Sevilla del pago de las obras de infraestructura (no así por otros conceptos) del Metro conforme a la ley del año 1975 no dejó de levantar ampollas en el Ayuntamiento de Málaga, que reivindicó una equiparación con el Consistorio hispalense.

A finales de 2018, el entonces consejero de Fomento de la Junta de Andalucía, Felipe López, hizo unas declaraciones a la prensa malagueña en los siguientes términos: “La paradoja es que después de la inversión tan importante hecha por el Gobierno andaluz en Málaga, a estas horas del mes de noviembre de 2018 la aportación del Ayuntamiento al Metro ha sido cero”.

Así pues, casi doce años y medio por entonces del inicio de las obras del Metro malagueño y cuatro años y medio después de la puesta en servicio del suburbano, el Ayuntamiento de la urbe costasoleña no había desembolsado un solo euro, en línea con lo expuesto por Beltrán Pérez.

La reacción del alcalde malagueño, Francisco de la Torre, a las declaraciones del consejero fue invocar el Metro sevillano, donde según él el Ayuntamiento de la capital de Andalucía “no ha puesto un euro”. Y añadió: “Nuestro compromiso era igual. ¿Por qué no se aplica esa misma norma? ¿O es que nosotros tenemos una norma distinta porque estamos en el Mediterráneo y la Andalucía de la Bética es distinta?”.

 

COMPENSACIÓN

 

El Ayuntamiento malagueño le reprocha a la Junta de Andalucía que en su día le perdonara a la Corporación Municipal sevillana una supuesta obligación de aportar 17,5 millones de euros a la línea 1 del Metro a cambio de la realización de obras de movilidad sostenible valoradas en 26,6 millones, unas obras que sonaban a mera coartada para justificar la falta de desembolso municipal.

El alcalde malagueño, Francisco de la Torre, no ha dejado de expresar su protesta por que la Junta llegara a un acuerdo con el Ayuntamiento sevillano “para que lo que iba a tener que poner (en el Metro) fuera sustituido por obras que haría el Consistorio, y con nosotros este tema está por resolver”.

Conclusión: Málaga se escuda en que Sevilla no ha aportado nada al Metro para no desembolsar a su vez, con lo cual el agravio comparativo entre una y otra sirve de perfecta coartada para las dos. En cualquier caso, Beltrán Pérez ha hecho bien en recordar que, según la ley del Metro, el Ayuntamiento de Sevilla no tendría que pagar tampoco ninguna infraestructura de la línea 3, por lo que habrá que estar muy pendientes de cómo se reparte la factura de los 718 millones de euros que costará el tramo entre Pino Montano y el Prado.

El tranvía descarrila

Si el PP ha cambiado de criterio con el tranvía también lo ha hecho Espadas con la Gavidia

¿Y si el alcalde destinara el dinero del tranvía a esos barrios pobres desencantados con el PSOE?

A veces no sé si Espadas peca de ingenuo o de listo al no querer enterarse al cabo de casi cuatro años al frente del Ayuntamiento que tiene tan sólo 11 concejales de una Corporación con 31, pese a lo cual actúa como si gobernara con mayoría absoluta, trata de forzar las situaciones y no se trabaja políticamente con antelación los asuntos al presuponer el apoyo a sus tesis, con lo cual corre el riesgo de darse algún que otro batacazo.

Ya le ha pasado más de una vez en el Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo, donde mecánicamente el PSOE se comporta como si contara de antemano con el voto favorable de Participa e IU, que hartos de ser ninguneados por Antonio Muñoz o le han dado un portazo ausentándose o le han castigado con un voto negativo.

Y recuérdese cuando sin sondear previamente la postura del resto de los grupos llevó al Pleno municipal la compra de la sede de la Consejería de Gobernación de la Plaza Nueva para meter allí a los funcionarios municipales y toda la oposición en bloque le tumbó aquella propuesta y lo dejó desairado ante la Junta de Andalucía.

 

NO ES PRIORITARIO

 

Ahora se ha repetido la historia con su proyecto estrella de ampliación de la línea del tranvía entre San Bernardo y Santa Justa, rechazada de plano por PP, CS, Participa e IU con, en síntesis, los mismos argumentos que hemos expuesto aquí desde el principio: es redundante e innecesaria porque discurre por un tramo ya servido por varias líneas de autobuses de Tussam y el Cercanías de Renfe y la ciudad tiene otras prioridades antes que gastarse 49 millones de euros que, en último extremo, no pasarían por el tranvía sino por la red de Metro y la conexión del aeropuerto con Santa Justa.

Espadas ha cargado especialmente contra el PP por su voto negativo y lo ha acusado de electoralista y de incoherente. Según el alcalde, el gobierno socialista siempre ha dado por hecho el respaldo del partido liderado por Beltrán Pérez al proyecto de ampliación del tranvía porque en abril de 2015 el entonces alcalde popular y candidato a la reelección, Juan Ignacio Zoido, presentó “un documento completo de viabilidad técnica, social y económica” de la prolongación del tranvía previamente encargado a Tussam, amén de que el PP había incluido esa misma iniciativa en su programa electoral.

El alcalde destaca que durante estos tres años y medio de mandato y año y medio de tramitación del Plan Especial del tranvía, el PP nunca había manifestado que estuviese en contra de este proyecto ni había presentado alegaciones al mismo. También ha recordado el acuerdo alcanzado entre su gobierno y los populares para que éstos se abstuvieran en la votación del Presupuesto municipal de 2018, y señalado que entre las condiciones por aquéllos exigidas no figuró nada relativo a la “paralización” de la ampliación del tranvía, ni tampoco Beltrán Pérez manifestó nada al respecto.

 

NUEVA COYUNTURA

 

Por ello, Espadas entiende que el PP ha “engañado” al gobierno y ha “tomado el pelo” al conjunto de los sevillanos al “cambiar” su estrategia sin contarlo a nadie y esperar a la votación definitiva del Plan Especial para revelar su nueva posición. Conclusión del alcalde: el principal partido de la oposición carece de fiabilidad y esta decisión obedece a una estrategia de desgaste político contra el PSOE o es consecuencia del gobierno de coalición que negocia con CS para la Junta de Andalucía.

No hace falta que lo interprete Espadas porque lo ha reconocido el propio Beltrán Pérez cuando ha dicho públicamente que ahora se ha creado una expectativa de ampliar la red de Metro de Sevilla con el líder del partido, Juanma Moreno, como posible presidente de la Junta de Andalucía.

Por tanto, los populares estiman que lo prudente es paralizar la prolongación del tranvía y enterrarla “para siempre”. Según Pérez, el tranvía de Monteseirín fue aceptado por el PP por “desesperanza” de que algún día se continuara ampliando la red de Metro. Y se ha preguntado: “¿De verdad hay que construir un tranvía que lleva el mismo trazado subterráneo que el anillo ferroviario ante la expectativa abierta por Juanma Moreno de que haya Metro?”

 

INCOHERENCIAS

 

Estas palabras confirman la incoherencia del PP, una de las acusaciones de Espadas, y de la carencia de modelo de ciudad por parte de Zoido al copiar el injustificado y oneroso proyecto de Monteseirín, también asumido ahora por el alcalde socialista, porque su prolongación por el mismo trazado del Cercanías de Renfe y de varias líneas de autobuses de Tussam no ha cambiado por el hecho de que Juanma Moreno pueda ser presidente de la Junta de Andalucía; tenía tan poco sentido antes como ahora.

 

Pero ¿acaso está libre de incoherencias Espadas como para arrojar la primera piedra al PP y acusarlo de no ser fiable, haberle engañado a él y a su gobierno y tomarle el pelo a los sevillanos por no votar a favor de la ampliación del tranvía?

Veamos. El 27 de noviembre de 2015 el PSOE de Espadas aprobó en el Pleno municipal una moción de IU en virtud de la cual el gobierno desistió de modificar el PGOU para la recalificación de la antigua comisaría de la Gavidia y mantener la calificación que tenía en el Plan General de 2006 para garantizar su uso público y social. Pues bien, tres años después, previo pacto precisamente con el PP, el gobierno socialista de Espadas ha modificado el PGOU  para que con la recalificación de la Gavidia para uso terciario se pueda privatizar y construir allí desde un hotel a un complejo de oficinas. ¿Se aplicará entonces el alcalde a sí mismo por cambiar de criterio en la Gavidia las mismas descalificaciones que ha vertido contra el PP por el tranvía?

 

ERRORES POLÍTICOS

 

Hay mayor diferencia todavía: el PP nunca dijo explícitamente que fuera a apoyar la ampliación impulsada por Espadas. El error  de este último ha consistido en aplicar por su cuenta una especie de silencio político-administrativo positivo: dar por supuesto que como los populares no habían alegado durante la tramitación del Plan Especial ni se habían pronunciado públicamente en contra eso significaba que iban a votar a favor, sin preocuparse de sondearlo previamente ni percatarse de que el contexto político ha cambiado tras las elecciones andaluzas tan sólo por la expectativa de que Juanma Moreno pueda gobernar en Andalucía. Así pues, el alcalde ha actuado conforme a una mera suposición no verificada previamente (no decir no equivale a decir sí) y sin quererse dar por enterado de que ha cambiado el “statu quo” político.

Y en cuanto a la acusación de electoralismo ¿acaso los partidos no se mueven siempre en clave electoral? Recuérdese cuando Espadas anunció el proyecto de la costosa y redundante ampliación del tranvía, no apoyada siquiera por la asamblea de la patronal sevillana con su presidente al frente, cómo le traicionó el inconsciente y dijo que algo tenía que hacer para las elecciones.

 

Pero, ¿por qué no convertir un revés político en una oportunidad? ¿Por qué, amparándose en el clásico tópico de haber entendido el mensaje, no anuncia que destinará los 49 millones del tranvía a los barrios desfavorecidos (siete entre los diez más pobres de España) de Sevilla, cuyos habitantes difícilmente se subirían al tranvía pero que en buena parte se echaron en brazos de la abstención en las elecciones autonómicas, desencantados con el PSOE?

 

Cuanto más insista Espadas en sus ataques a la oposición y en tratar de movilizar contra ella a vecinos, comerciantes y empresarios por causa del tranvía más dejará en evidencia su debilidad política y más parecerá preso de una pataleta por negarse a asumir  este rechazo, como si los demás tuvieran que someterse obligadamente a sus designios cuando resulta que carece de la mayoría suficiente. Y como dijo recientemente Felipe González, la grandeza de la Democracia no es la alternancia, sino saber aceptar la derrota.

El tranvía pierde 143.500 viajeros en los diez primeros meses de 2018

DIARIO

La media diaria supera por poco los 10.000 usuarios

NEGATIVO

Nueve meses con datos negativos y sólo mayo con alza de pasajeros

A LA INVERSA

Mientras Tussam crece en el año un 1,8% el tranvía cae en un 4,47%

 

El tranvía, cuya ampliación hasta Santa Justa ha tumbado la oposición en pleno, continúa confirmándose como la peor línea de Tussam, salvo que se invierta de forma radical su tendencia en la recta final de este 2018. Mientras que el conjunto de líneas de la empresa municipal de transportes ha crecido en un 1,8% hasta el mes de noviembre, el tranvía había perdido un 4,47% de sus viajeros hasta octubre, con una media diaria de poco más de diez mil.

La puesta en servicio de nuevas líneas, como las express Norte y Este, han contribuido de forma significativa al crecimiento de la demanda de viajeros de Tussam hasta noviembre del año en curso, según reflejan las estadísticas de la empresa municipal. En los once primeros meses del año a punto de expirar Tussam ha transportado 74,2 millones de viajeros, lo que supone un crecimiento de 1,3 millones, casi dos puntos más (en concreto un 1,8%).

En este cuadro general tan positivo resalta un punto negro prácticamente mes tras mes: el tranvía, eufemísticamente llamado Metrocentro. A falta de sus datos de noviembre, el de octubre fue tan negativo como el de meses anteriores, ya que transportó 15.405 viajeros menos, con lo cual en el acumulado de este año se anota 3.061.389, esto es 143.500 menos que en el mismo periodo del año anterior y una caída de casi cinco puntos (-4,47%).

Dado que en 2017 transportó un total de 3.969.237 viajeros, para que iguale esa cifra necesitaría tener una demanda de 907.848 usuarios entre los meses de noviembre y diciembre, a una media de 453.924 en cada uno de los dos últimos meses de este año. A título indicativo, en noviembre de 2017 transportó 363.413, y en diciembre, aunque se recuperó bastante con motivo de las fiestas navideñas, el número fue de 401.025.

Prácticamente no se puede decir nada diferente en relación con anteriores balances mensuales. De momento sigue registrándose sólo un mes en todo lo que llevamos de año con crecimiento de usuarios: mayo,  cuando se registró un alza de 30.262. En todos los demás meses ha perdido pasajeros, sobre todo en marzo y abril, cuando la caída fue superior a los 40.000, coincidiendo con las dos grandes fiestas primaverales de la ciudad, la Feria y la Semana Santa.

Gracias a mayo, el balance del segundo trimestre fue el menos negativo de los tres transcurridos del año en curso, con un balance parcial de 25.361 viajeros menos, tras el primero y peor (-64.100) y un tercer trimestre, el veraniego, con una nueva tendencia negativa al alza (-38.734).

Tras los 143.500 usuarios perdidos en comparación con el año pasado, la media diaria supera por poco los 10.000 viajeros, en concreto 10.070.

 

LA MITAD

Esta cifra es prácticamente la mitad de la que en su día anunció Monteseirín que se alcanzaría tras la primera ampliación de la línea, desde el Prado de San Sebastián hasta San Bernardo: 18.400.

En aquella prolongación, de unos 885 metros, se gastaron entre 10 y 13 millones de euros y fue inaugurada el 15 de abril de 2011, poco antes de las elecciones municipales que ganó Zoido y en las que el PSOE prescindió de Monteseirín como candidato en beneficio de Espadas, que llegaría a la Alcaldía cuatro años después.

 

Siete años y ocho meses  después de la inauguración de la ampliación del tranvía, la media de usuarios diarios no sólo no se incrementa hasta la meta fijada por el ex-alcalde, sino que está a punto de retroceder a la mitad.

Demanda de viajeros del tranvía

(Enero-Octubre)

 

2017                          2018                          Balance                     %

 

Enero            333.553                    319.749                    -13.804                     -4,13

 

Febrero         321.939                    315.109                    – 6.830                      -2,13

 

Marzo            398.140                    354.674                   – 43.466                      -11,0

 

Abril               367.896                    325.573                    -42.323                      -11,5

 

Mayo             329.605                    359.867                    +30.262                     +9,18

Junio              316.555                    303.255                    -13.300                     -4,21

 

Julio               244.061                    241.585                    – 2.476                       -1,02

 

Agosto           188.899                    181.293                    -7.706                        -4,03

 

Septiembre  318.535                    289.983                  -28.552                        -8,97

 

Octubre        385.706                    370.301                   -15.405                       -4,00

 

TOTAL         3.204.889               3.061.389                  -143.500                     -4,47

 

Número de viajeros del tranvía

(en millones)

 

Año                Viajeros

 

2008              4,46

2009              4,50

2010              4,70

2011              4,77

2012              4,54

2013              4,30

2014              4,15

2015              3,93

2016              4,03

2017              3,97

El «coliving»

Espadas importa de Pamplona un proyecto de vivienda y lugar de trabajo para la Gavidia

En Navarra se mantiene la titularidad pública mientras en Sevilla se va hacia la privatización

 

El “mapping” quedará por siempre asociado a Zoido y el “coliving” podría identificarse con Espadas merced al nuevo uso mixto que ha propuesto para la Gavidia, más allá y/o no sólo exclusivamente hotelero o deportivo (gimnasio). Este horrendo palabro es un nuevo anglicismo que nos invade cuando en nuestra lengua española tenemos una hermosa palabra que significa exactamente lo mismo: convivencia.

Quienes no recuerdan las convivencias estudiantiles de antaño (dada la crispación existente  en todos los ámbitos de nuestra sociedad es posible que hayan pasado de moda) dicen que el “coliving” lo inventaron los americanos de Silicon Valley, en California. Los emprendedores de eso que ahora llamamos “start-up” sufrían por aquellos lares el típico problema de la falta y encarecimiento de la vivienda. Las empresas consolidadas, con el fin de atraer el talento o de no perderlo, empezaron a ofrecer no sólo empleo, sino también sitios para que los nativos digitales pudieran vivir.

En el Valle del Silicio los jóvenes dominadores de la nueva economía digital convirtieron esos espacios vitales en extensiones del trabajo: seguían pensando y desarrollando sus ideas en las viviendas que les habían sido asignadas unas junto a otras. Al final se crearon comunidades de individuos que a partir del intercambio de proyectos y de experiencias fundaban sus propias compañías. Como los americanos lo miden todo, una consultora ha calculado recientemente que la economía “coliving” va a generar 40.000 millones de dólares en el año 2022.

 

MODELO PAMPLONICA

 

Espadas ha confesado que ha copiado la idea del “coliving” de Pamplona, una idea que además está recién sacada del horno. El pasado 20 de noviembre, la Fundación Universidad-Sociedad (dependiente de la Universidad Pública de Navarra) y el Ayuntamiento de Pamplona anunciaron la convocatoria denominada “Más Pamplona-Iruña: coliving-emprendimiento y laboratorio urbano”, con el fin de promover el desarrollo de modelos de negocio innovadores en un edificio de propiedad municipal (sería, salvando las distancias, el equivalente a nuestra Gavidia) sito en el número 59 de la calle Mayor de la ciudad, donde se ha previsto construir once plazas para residentes, una de ellas reservada a personas con movilidad reducida.

Según la declaración de intenciones de la Universidad y de la Corporación municipal, “con este nuevo espacio se va a potenciar la colaboración entre entidades públicas y privadas, asociaciones, ONGs, emprendedores y ciudadanos en general para satisfacer necesidades relativas a la ciudad a través de proyectos de emprendimiento viables y sostenibles, con un impacto positivo tanto desde el punto de vista social como económico. A la vez servirá para atraer y retener talento y posicionará la marca Pamplona como ciudad inteligente que dota a la ciudadanía de herramientas de innovación en el desarrollo de su futuro”.

 

LABORATORIO

 

El proyecto incluye un “laboratorio ciudadano” que será dirigido por la Fundación universitaria y en el que se fomentará el encuentro entre distintos agentes e instituciones para trabajar en las líneas estratégicas de la urbe. El laboratorio se complementará con el trabajo de “observatorio ciudadano”, centrado en identificar líneas de apoyo al emprendimiento, la transferencia de conocimiento con otros proyectos y la obtención de posibles líneas de financiación.

Las personas seleccionadas para el “coliving” pamplonica podrán residir gratuitamente en el edificio durante un año, plazo ampliable a dos más, aunque en este periodo prorrogado ya deberían pagar un alquiler. Formarán parte del “laboratorio ciudadano” que albergará el inmueble regentado por la Universidad, donde se trabajará en oportunidades de mejora de Pamplona y de sus habitantes.

 

COPIA

 

El Ayuntamiento sevillano ha calcado tan bien las bases de la convocatoria navarra que dice buscar para la antigua comisaría de la Gavidia personas con proyectos de emprendimiento innovadores en el ámbito de la “smart city” (ciudad inteligente), la economía circular, la innovación social y las industrias creativas y culturales. Además, fomentará que estos proyectos puedan asociarse a problemas urbanos identificados por los sevillanos, de manera que puedan resolverse a través de iniciativas de emprendimiento social y empresarial. Las personas seleccionadas podrán residir gratuitamente en la futura Gavidia durante un año.

Como se ve, es la traslación del proyecto de Pamplona a Sevilla, un plagio, ahora tan de moda, justificado cuando se trata de importar buenas ideas que estén funcionando fuera. Como decía cierto catedrático, la mayor parte de las veces el secreto del éxito consiste en copiar lo que ya hacen otros bien más que en quebrarse la cabeza pensando en inventar algo nuevo.

 

Hasta aquí las similitudes. A partir de aquí, las diferencias.

 

RASGOS DIFERENCIALES

 

La primera es que mientras Espadas quiere privatizar la Gavidia para que sea la iniciativa privada la que mediante un uso terciario de parte del edificio (no sabemos en qué medida)  financie el “coliving”, el Ayuntamiento de Pamplona mantiene la titularidad pública de su edificio y lo destina íntegramente (645 m2 útiles, que equivalen al 8,64% de los 7.462 m2 que tiene la Gavidia) a este proyecto de emprendimiento.

Mientras el alcalde de Sevilla busca una empresa privada a la que vender el edificio de la Gavidia, el Ayuntamiento de Pamplona ha forjado una alianza con la Universidad (¿no la preconizaba Espadas cuando llegó a la Alcaldía?) para que gestione y tutele el proyecto.

Y mientras Espadas consigue dinero de Bruselas para rehabilitar la Fábrica de Artillería  pero no para la Gavidia, por falta de proyecto para la antigua comisaría (la prueba es que copia el de Pamplona), el Ayuntamiento navarro ha conseguido que la Obra Social de La Caixa le financie parte del suyo.

Así pues, el Consistorio pamplonica nos ha demostrado que puede transformar su particular Gavidia en un motor de innovación económica y social desde lo público, mientras que el de Sevilla tiró la toalla desde el minuto uno y sólo aspira a que algún privado le quite el “muerto” de encima.

Dije en el debate que sobre el futuro de la antigua comisaría organizó Comisiones Obreras el pasado 30 de enero que se si planteara la enajenación de la Gavidia a un particular, como estrategia de ciudad en pro de su diversificación económica (hoteles creo que no nos faltan precisamente) apostaría por un uso vinculado a la economía digital 4.0 o por la instalación de una aceleradora de “start-up”.

El “coliving” importado por Espadas de Pamplona va en esta segunda línea, por lo que me alegro, pero habrá que esperar a ver aparece una empresa que lo materialice y si la copia que se haga supera en tamaño (645 m2) al modelo original navarro o se queda reducida a un mero remedo en miniatura. Tiempo al tiempo.

«Sensación» de inseguridad

Las protestas vecinales han servido al menos para lograr una mayor y más frecuente coordinación policial

El programa electoral de Espadas incluía (medida número 69) la creación de la Policía de barrio, aún no constituida

 

Más de un millar de indignados vecinos de Pino Montano se echaron a la calle el pasado fin de semana en demanda de mayor seguridad tras diversos delitos sufridos a lo largo de este verano por algunos residentes y que han causado alarma entre el vecindario, un temor que algunos desaprensivos han tratado de incrementar sembrando las redes sociales con mensajes de odio. La preocupación en Pino Montano por la inseguridad se une a la expresada por vecinos de la Macarena y, en la pasada primavera, de Bellavista, distritos tradicionalmente de mayoría socialista.

El gobierno local respondió en primera instancia a esta inquietud vecinal con el argumento de que en realidad no había un problema de inseguridad, sino más bien una “sensación” de inseguridad, y se apoyó de forma genérica y sin descender al detalle en las estadísticas, según las cuales el número de hechos delictivos había disminuido en Sevilla.

Casualidad o coincidencia, en vísperas de la manifestación celebrada en Pino Montano se divulgó la Memoria de la Fiscalía General del Estado correspondiente al año 2017, según la cual en Sevilla y su provincia se incoaron un total de 92.133 diligencias previas, frente a 94.155 del año 2016. Por tanto hubo un descenso del 2,15%.

Los jueces sevillanos dictaron 10.097 sentencias, con predominio de las relativas a seguridad en el tráfico (un total de 3.553), robos (2.396), lesiones (1.305), administración de justicia (767), orden público (554) y tráfico de drogas (238).

 

PERCEPCIONES

Así pues, la Memoria de la Fiscalía General del Estado, cuya titular es la ex fiscal jefe de Sevilla María José Segarra, avala con datos objetivos la tesis de los responsables del orden público, desde Celis como delegado del Gobierno en Andalucía hasta Cabrera como delegado de Seguridad del Ayuntamiento, de que no ha habido un incremento de la delincuencia en Sevilla y que la reacción vecinal se debe más a una “sensación” de inseguridad que a inseguridad propiamente dicha.

Sin embargo, y los políticos parece que todavía no  han acabado de comprenderlo, la realidad no acaba siendo tal como es, sino tal como se percibe, se cree o se siente. En un símil económico, los datos macroeconómicos indican que España ha salido ya de la peor crisis de la historia reciente, provocada por la caída de Lehman Brothers y que con su efecto dominó sumió a nuestro país en una recesión que ha durado un decenio, pero ¿cuál sería la reacción de los más de 70.000 sevillanos de la capital y de los casi 200.000 de la provincia que se encuentran en el paro si se les traslada ese mensaje sobre el final de la crisis y la entrada en la era de la recuperación? ¿Cuál sería la reacción de esos otros sevillanos que tienen un trabajo precario que no les da para llegar a fin de mes y la de esos jóvenes que se vieron condenados a emigrar y que no pueden aún hacer planes de retorno?

Por mucho que los datos macroeconómicos dibujen una España resurgida de la crisis, la percepción/sensación para todos ellos será la contraria, porque se ven inmersos en la misma situación anterior. Mutatis mutandis, por mucho que Celis, Toscano y/o Cabrera se amparen en estadísticas objetivas que reflejan menos hechos delictivos en el conjunto de Sevilla y una delincuencia digamos de tipo menor (delitos contra la seguridad vial, robos, tráfico de drogas…), los barrios más afectados o que han sufrido en las carnes de algunos de sus vecinos hechos violentos como nunca anteriormente seguirán sintiendo, y expresando, sensación de inseguridad, reaccionarán conforme a ese sentimiento y creerán que hay mayor inseguridad.

 

ALUNIZAJES

 

Recordemos que este verano se cometieron quince espectaculares delitos de alunizaje en tan sólo siete días en centros comerciales (desde el Nervión Plaza hasta el Factory del aeropuerto), en acciones de menos de tres minutos que dejaron coches empotrados, persianas metálicas reventadas y cristales por doquier, tras lo cual se supo que había al menos una decena de bandas de aluniceros operando en la ciudad. La Memoria de la Fiscalía General del Estado que se conocerá el año próximo incluirá estos alunizajes entre los miles de robos que se habrán registrado en Sevilla, pero los fríos números no reflejarán el grado de alarma social y la sensación real de inseguridad que provocaron durante el mes de agosto.

Cuando también en la víspera de la manifestación de Pino Montano cae la banda denominada del Tripi, especializada en desvalijar naves industriales de Sevilla y provincias limítrofes, y se conoce que se necesitan veinte camiones de gran tonelaje  para sacar de los almacenes el material que había robado por valor superior al millón de euros no se puede invocar la estadística para tratar de minimizar los problemas o desautorizar las protestas vecinales.

La clase política ha tardado en comprender que debe dar respuesta a esas inquietudes, por muy subjetivas que les parezcan, y cuando lo han hecho le han dado, al menos indirectamente, la razón a los vecinos de Pino Montano y de la Macarena.

 

MESA POLICIAL

Hubo que esperar hasta el día 11 de septiembre para que, según la nota oficial, la Subdelegación del Gobierno y la Delegación de Seguridad del Ayuntamiento acordaran la creación de un dispositivo conjunto de análisis y seguimiento semanal centrado en la seguridad de los barrios de la ciudad que permita una mayor coordinación entre la Policía Nacional y la Local, tanto en la prevención y presencia en las distintas zonas como en la respuesta ante cualquier situación  que se pueda producir.

“En este encuentro -decía el comunicado del Ayuntamiento- se ha evaluado la sensación de inseguridad existente en zonas de la ciudad como Pino Montano o la Macarena que, pese a no corresponderse con los datos de delincuencia, que han experimentado un descenso en este último año y que se encuentran por debajo de la media de la ciudad, sí requieren una respuesta adecuada por parte de las administraciones”.

Ya era hora de reconocerlo oficialmente. Más vale tarde que nunca. Y por eso se crea “un mando profesional de primer nivel, con reuniones semanales de análisis específico de cada uno de los barrios que determinen cómo deben articularse los dispositivos en función de la realidad de las distintas zonas de la ciudad. Desde este mando conjunto se planificarán semanalmente, en función de las denuncias y los datos recabados de los dispositivos, las actuaciones que deben realizar en los días siguientes, de forma que se consiga dar una respuesta más coordinada y reforzada en los distintos barrios de la ciudad”.

 

Gracias a las protestas vecinales se va a lograr que las Policías se reúnan semanalmente y que se coordinen entre ellas bajo un mando profesional, algo que dábamos por supuesto porque parece de sentido común pero que resulta que no se hacía, o al menos con esa frecuencia.

 

EL PROGRAMA

 

La operación policial de cierre y registro del Vacie, donde fue detenida una persona reclamada por la Justicia e identificadas otras 33, también ha sido una tardía respuesta oficial a las inquietudes de los barrios colindantes, donde casi cuatro años después de la llegada de Espadas a la Alcaldía sigue sin desplegarse esa fuerza policial de proximidad prometida por el alcalde en su programa electoral, aunque a su delegado Cabrera le parezca ahora una “propuesta-trampa” (Javier Millán “dixit”). Sería entonces señal de que ni siquiera se leyó el programa  con el que el PSOE, de cuyas listas formó parte, concurrió a las pasadas elecciones municipales.

La medida número 69 de las promesas de Espadas dice lo siguiente: “Reestructuración de la organización de la Policía Local para avanzar en la disponibilidad de la Policía de barrio”.

 

El gobierno local dirá que no ha podido crearla porque por mor de la tasa de reposición cero y la crisis no hay suficiente número de agentes en Sevilla, pero cuando Espadas redactó su programa electoral (2015) ya sabía que desde 2012 no se convocaban ofertas de empleo público, por lo que habrá que recordarle que él mismo dijo que no haría ninguna promesa que no pudiera cumplir.

Espadas se mete en un jardín

Vincular el depósito de la grúa a dotaciones para Jardines de Hércules es un error político

Lo más sensato a estas alturas del conflicto con los vecinos es trasladarlo a un polígono industrial

 

El anunciado traslado del depósito de vehículos de la grúa municipal desde su ubicación actual a una parcela de 12.322 m2 calificada como SIPS (suelo de interés público y social) y sita en el barrio de Jardines de Hércules (distrito Bellavista-La Palmera) ha provocado una rebelión vecinal (3.500 firmas recogidas en contra) con el apoyo no sólo de todos los grupos de la oposición, sino también del propio partido del alcalde, el PSOE, en la Junta del distrito.

El depósito amenaza con convertirse en el NIMBY del mandato de Espadas, acrónimo de la expresión inglesa ‘Not in my back yard’ (No en mi patio trasero), referida a la reacción que se produce entre colectivos ciudadanos que en abstracto se mostrarían partidarios de que se adoptara cierta medida pero que al saber que afectaría a su entorno próximo la rechazarían por considerarla un riesgo, o al menos una molestia.

Así, más que probablemente si hace unos meses les hubieran preguntado a los vecinos de Jardines de Hércules si les parecería adecuado que el depósito de la grúa siguiera ocupando una zona verde vinculada al parque de Los Príncipes o si aprobarían el traslado fuera de la misma, la mayoría habría aplaudido la decisión de enviarla a otra parte. Obviamente, la opinión no es la misma cuando el destino elegido es una parcela de su barrio, el “patio trasero” o “nimby” estudiado por los sociólogos anglosajones.

CATORCE SITIOS

Según la versión oficial, el Ayuntamiento ha realizado un estudio técnico sobre catorce posibles emplazamientos para el nuevo depósito de la grúa y, finalmente, se decantó por la parcela de Jardines de Hércules por tener el tamaño adecuado y por las buenas conexiones del barrio con el resto de la ciudad, aunque el principal partido de la oposición, el PP, denuncia que lleva reclamando el expediente municipal con el famoso estudio técnico sin éxito pese a la pregonada promesa de transparencia por parte del alcalde.

Este, en una reciente reunión con representantes vecinales, declaró que el proyecto “no es lo que hay hoy en el parque de Los Príncipes: no es -afirmó- ni una chatarrería ni un cementerio de coches abandonados; se trata -añadió- de un aparcamiento vigilado 24 horas por la Policía Local, donde entrarán como máximo unos 50 coches diarios”.

Si nos remitimos a 2007, año previo al estallido de la crisis económica y en el que según la estadística fue cuando se retiró el mayor número de vehículos de la serie histórica, la media entonces fue de 57 coches al día (20.830 aquel año).

 

SUPERFICIE

 

Por tanto, por mera razón de prudencia o margen de seguridad habría que proyectar un depósito con capacidad mínima para 60 vehículos diarios. Si nos atenemos al estudio del Real Automóvil Club de Cataluña sobre las medidas que, con generosidad, debería ocupar una plaza de aparcamiento en función de los modelos de vehículos actuales, ésta debería tener 5 metros de longitud por 2,5 de anchura. En total, 12,5 m2 para cada vehículo. A una media de 60 vehículos retirados diariamente por la grúa se necesitaría un espacio de 750 m2.

Pero en la mayoría de los casos los propietarios no acuden a retirarlos el mismo día en que la grúa se lleva su vehículo, aunque dada la tasa de depósito y guarda que se aplica si transcurren más de 48 horas tienen buenas razones para no demorarse más de ese plazo. Si se considera una estancia media del vehículo durante 48 horas, se necesitarían 1.500 m2 para el depósito. Si es de 72 horas, se precisaría ocupar 2.250 m2. Si fueran cuatro días, los vehículos retirados ocuparían 3.000 m2, y así sucesivamente.

A ese espacio habría que añadir el de los pasillos interiores de circulación y el de las dependencias para la grúa para la Policía Local. Podría pensarse como razonable un área de 5.000 m2, pero si se ha seleccionado una parcela de 12.322 m2, entonces nos estaríamos aproximando a lo que el alcalde dice que no es el proyecto: una chatarrería o un cementerio de coches abandonados en vez de ese simple “aparcamiento vigilado las 24 horas del día”. Por tanto, podríamos concluir que se trata de un proyecto sobredimensionado para una parcela de ese tamaño y que bastaría otra en otra parte un 60% más pequeña para acoger el depósito, salvo que se quiera construir mucho más de lo que dice Espadas.

LA ESTADÍSTICA

En el año 2012 se conoció una estadística de vehículos retirados por la grúa en el curso de un trimestre: un 35% de los coches (1.096 de un total de 3.119) fueron denunciados en el interior del Casco Antiguo; un 16% (491 vehículos), en el distrito Sur, fundamentalmente en el entorno de la ciudad sanitaria Virgen del Rocío; el tercer lugar lo ocupaba, también por el influjo del otro gran hospital de la ciudad, el distrito Macarena, mientras que en Bellavista-La Palmera, el distrito al que pertenece Jardines de Hércules, sólo se retiró el 0,89% del total en tres meses (28 coches). Y entre la Puerta de Jerez como punto de referencia del Casco Antiguo (zona donde más vehículos se retiran) y Jardines de Hércules hay unos 7 kilómetros de distancia. Preguntémonos: ¿no hay una parcela de 5.000 m2 más cercana a partir de la ronda histórica?

Para tratar de sofocar la rebelión, el alcalde les ha dicho ahora a los vecinos que la Delegación de Movilidad se había limitado a hacer “un análisis” sobre los terrenos de Jardines de Hércules pero previo al inicio de los expedientes. O sea, cabe deducir entonces que todavía nos hallaríamos en una fase de mero análisis, pero el Ayuntamiento no la califica como tal hasta que no se produce la protesta de los residentes. Mientras no hubo contestación social el proyecto se divulgó como definitivo y fruto de la selección de entre esos otros trece emplazamientos posibles.

 

DOTACIONES

 

Espadas ha transmitido también que junto al depósito de la grúa se podría analizar otro tipo de iniciativa dotacional para el barrio, un análisis que requeriría de dos o tres meses, pero que si al barrio no le convence, su gobierno abandonaría el proyecto porque habría otros barrios interesados.

El discurso de Espadas comienza a hacer aguas y a perder credibilidad. Si, como afirma, el depósito de la grúa es un simple aparcamiento vigilado en el que no entrarían más de 50 vehículos al día, entonces ¿por qué lo vincula a “otro tipo de iniciativas dotacionales”? Inconscientemente asume que el depósito es una instalación cuanto menos molesta o ruidosa para los vecinos y por ello les ofrece compensaciones en forma de dotaciones para el barrio por aceptarlo.

Item más, transmite la idea de que Jardines de Hércules necesita dotaciones y equipamientos pero que su instalación queda vinculada a la aceptación del depósito de la grúa: si hay depósito, habrá equipamientos; y si no hay depósito, se llevaría éste y los equipamientos a otro barrio que no expresara su rechazo y haciendo allí una inversión de mayor calado. Con este planteamiento tan torpemente expresado da pie a que el PP califique sus palabras como un intento de chantaje al vecindario.

Lo más sensato que dijo el alcalde a los vecinos es lo mismo que ya había preconizado el grupo Participa: la posibilidad de llevarse el depósito de la grúa a una zona industrial y con menor coste. Es mucho mejor opción que la de tener sublevado a un barrio y a toda la oposición alineada con el mismo y en su contra, como se demostró en el último Pleno municipal. Espadas se ha metido literalmente en un jardín y lo más recomendable es salir de allí lo antes posible y con tan sólo algunos rasguños antes que con heridas profundas.

Espadas y Nadal

A Nadal y Espadas, cada uno en su terreno, les acusan de ser meros “pasabolas”

El alcalde tiene una concepción  tenística de la política: evitar los errores no forzados
Pocos días antes de que Rafael Nadal ganase su undécimo torneo de Roland Garros en París e igualara así la hazaña de la australiana Margaret Court como los dos únicos tenistas de la historia en cosechar tal cantidad de trofeos en un mismo Grand Slam (con la diferencia a favor de aquélla de seguir teniendo más grandes torneos que nadie, con 24 en total) , el diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid Isidoro López sembró la polémica al decir que le gustaría que el deportista de Manacor “dejase de practicar un tenis soporífero, defensivo, hipermusculado y pasabolas”.

Difícilmente, sin embargo, se pueden ganar 17 torneos del Grand Slam, 32 de categoría Máster 1000, 4 Copas Davis, dos medallas de oro olímpicas, decenas más de torneos de otras categorías (para un total cercano a 80) y ser número uno del mundo durante un acumulado de más de 140 semanas limitándose a pasar la pelota al otro lado de la red y sin tener un amplio dominio del repertorio de golpes tenísticos e incluso habiendo inventado uno propio conocido como el “banana shot”.

A Nadal le preguntaron al respecto en la conferencia de prensa posterior a su triunfo parisino y respondió lo siguiente: “Sinceramente, me río más que me molesto. Y si eres pasabolas, pues eres pasabolas. Al final estamos en un deporte que consiste en eso. Eso es una frase hecha de los niños de 10 años… ¡Este es un pasabolas! Pues bueno… Pues si te ha ganado significa que ha pasado una más que tú, ¿no? Dicho esto, ¿qué es ser pasabolas: una descalificación? ¿Y si uno es un bombardero que sólo saca, también es una descalificación? Pues no, estamos hablando de deporte y al final el objetivo último es alcanzar tu máximo; de la manera que sea, pero dentro de la ética y del buen hacer, ya sea jugando más agresivo o defensivo, al contrataque o haciendo saque-red”.

ANIVERSARIO

Tres días después de la victoria de Nadal en Roland Garros se cumplió el tercer aniversario de la toma de posesión de Espadas como alcalde de Sevilla, un aniversario que generalmente suele conmemorar la oposición por adelantado en cuanto se cumple el de las últimas elecciones municipales (24 de mayo) y que sirvió para que los líderes del resto de grupos municipales criticaran a Espadas con, salvando las distancias, un argumento similar al usado contra el tenista Nadal: un alcalde  -han dicho de él- que no arriesga nada; que no ha hecho ninguna transformación de la ciudad durante su mandato; que ha obrado con el mismo estilo de Zoido de mucho anuncio y pocas realidades; que se ha limitado a gestionar los Presupuestos con las restricciones impuestas por Montoro sobre reducción del déficit público y tasa cero de reposición de personal; que no ha molestado con ninguna reivindicación a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, porque sigue pensando en clave de consejero del Gobierno autónomo que fue y no como el alcalde de Sevilla que es; un alcalde, en fin, carente de modelo de ciudad.

 

Así pues, según la oposición y siguiendo con el símil tenístico, Espadas sería un mero pasabolas de la política que se limita a poner la pelota de forma cómoda al otro lado de la red y a esperar el fallo del contrario más que arriesgar en busca del acierto propio.

 

AUTORRETRATO

El alcalde contribuye a proyectar esa imagen de sí mismo que le confeccionan sus rivales con declaraciones como las que, por ejemplo, realizó recientemente a ABC, al que dijo como resumen de su personalidad y de su “filosofía” política a lo largo de estos tres años de mandato que él “no hace tonterías”.

Cuando le preguntaron con qué virtud política se quedaría entre la valentía y la prudencia, contestó lo siguiente: “Yo, siempre con la prudencia. Creo que en política no debes cometer errores porque los pagan los ciudadanos, pero tomando las mismas decisiones los resultados son siempre los mismos. Yo hablo de ser serio y riguroso; me gusta más. El ciudadano necesita tranquilidad y seguridad jurídica para invertir y en lo que su gobierno va a ir decidiendo en función de los problemas que afronte. No puede tener un gobierno con el que se levante cada mañana a ver qué deciden éstos”.

Y más adelante añadió: “Mi objetivo es no cometer errores, avanzar un poco más lento, pero avanzar (….) La vida en la ciudad no entiende de que en mayo haya elecciones; una obra no se puede hacer más rápida para que la inaugure el alcalde en abril”.

 

ANTÍTESIS

 

Frase esta última que, aun sin citarlo por su nombre, era todo un torpedo contra su antecesor y correligionario Alfredo Sánchez Monteseirín, el cual inauguró las Setas de la Encarnación el 27 de marzo de 2011, dos meses antes de las elecciones municipales del 22 de mayo de aquel año y pese a que aún no estaban concluidas las obras, pero para aparecer en las fotos y en la placa inaugural, una paternidad que a buen seguro no le habría disputado su sucesor, Juan Ignacio Zoido, ante el coste más que cien millonario en euros del icono de su mandato.

Espadas dice que no hace tonterías, en lo que cabe interpretar como referencia a un despilfarro faraónico similar al de las Setas de la Encarnación, pero a mi juicio está en trance de hacer una, cual es la innecesaria, por redundante y deficitaria a largo plazo (117 millones de euros), ampliación del tranvía a un coste inicial de 49 millones que podrían tener mejor destino. Ya que se ha empeñado en cometer este error, lo mínimo exigible es que se aprenda los datos para no quedar aún más en evidencia cuando declara que así el tranvía “será más rentable cuando duplique y pase de 15 a 30 millones de viajeros”. Todavía no se ha enterado de que este medio sólo transportó 3,97 millones de viajeros el año pasado. ¿Dónde están esos 15 millones de pasajeros de los que habla el alcalde y que ya querría Tussam que transportara realmente el tranvía?

Así pues, nonata ampliación del tranvía aparte, el modelo de alcalde que trata de representar Espadas con la no comisión de errores (“tonterías”, dixit) es el opuesto al que en la metáfora tenística sería, en palabras de Nadal, un alcalde “bombardero”, de tratar de destripar la pelota, o sea el Presupuesto, para dejar su huella con transformaciones y obras megalómanas, independientemente de su conveniencia o de su coste económico, como fue Monteseirín: las Setas de la Encarnación (cerca de 140 millones de euros); meter una línea de tranvía por medio de la Avenida (entre 90 y 96 millones de euros) con tan sólo 650 metros de trazado en superficie no redundante con el inferior de la línea 1 del Metro; destrozar el paisaje histórico de Sevilla y arriesgando su título de Patrimonio de la Humanidad al propiciar la construcción de la torre Pelli (178 metros) al borde del Casco Histórico; propiciar que la Universidad Hispalense destrozara los Jardines del Prado de San Sebastián con la construcción de la ilegal biblioteca diseñada por la arquitecta “estrella” Zaha Hadid, y etcétera, etcétera.

 

PRECURSOR

Pero, ¿puede decirse en puridad que Espadas es un “pasabolas” de la política que no asume riesgos con tal de no cometer errores y que por tanto se mantiene sólo a verlas venir?

Ahora que tanto se habla de la jugada maestra de Pedro Sánchez de haberse convertido en presidente del Gobierno con tan sólo 84 parlamentarios en el Grupo Socialista, una minoría tal por la que Susana Díaz, entre otros dirigentes de su partido, lo consideraba imposible, hay que destacar que el precursor en este sentido de Sánchez fue, con tres años de antelación, Juan Espadas.

Recuérdese que Espadas tan sólo tiene 11 de los 31 concejales del Ayuntamiento de Sevilla (el 35% del total), y que pese a ello dirige la ciudad desde hace un trienio sin haber formado previamente un gobierno de coalición con otra fuerza política ni tampoco haber firmado un pacto programático. Es más, también ha logrado sacar adelante los Presupuestos sin que se los tumbe nadie y haciendo concesiones mínimas a unos y a otros o tan genéricas que serían admisibles para la mayoría o su materialización depende de la financiación de otras Administraciones Públicas.

La realidad es que el “a priori” alcalde políticamente más débil, por el número de concejales de su grupo político, en la historia de la Democracia ha tenido el gobierno municipal más placentero que se recuerda, y eso es también una demostración de habilidad e inteligencia políticas.

 

EVOLUCIÓN

 

Aunque aún falta un año en números redondos para las elecciones municipales y, como suele decirse, las encuestas se limitan a ser una mera fotografía de un estado de opinión en un momento dado, por lo que todo es susceptible de cambio e incluso de la noche a la mañana, podemos al menos comprobar a través de los Barómetros de la Fundación Cámara de Comercio y del sondeo realizado por SW Demoscopia para Viva Sevilla cómo ha ido evolucionando la percepción de los sevillanos sobre su ciudad durante el mandato de
Espadas como alcalde:

-Barómetro de Diciembre de 2015: un 13% de los sevillanos estimaba que con Espadas la ciudad iba a peor; un 20,8%, que a mejor, y un 63,4%, que igual.

-Barómetro enero 2017: La percepción empeora. Sube en 3,6 puntos quienes opinan que la ciudad va a peor (16,6%) y baja en 4,5 quienes estiman que va a mejor (16,3%) , mientras se mantiene el de quienes no perciben ningún cambio (63,7%).

-Sondeo Viva Sevilla Junio 2017 (tomamos como referencia la calificación a su gestión): Sigue subiendo la percepción de que la gestión empeora (son ya un 25%), pero también empieza a crecer el número de quienes opinan que es buena (21,6%) y baja en 10 puntos lo que ven la gestión/situación igual o regular (53%).

-Barómetro Enero 2018: Aquí, hace tan sólo seis meses, se produce una inflexión. Empieza a bajar el número de quienes ven Sevilla peor, aunque aún es significativo (21,1%); crece en trece puntos el número de quienes ven la ciudad mejor con Espadas (34,6%) y baja al 39,5% el de quienes la ven igual que con Zoido.

Como balance hasta ahora, desde que Espadas rige los destinos de Sevilla la diferencia entre quienes creen que la ciudad ha empeorado y quienes estiman que ha mejorado es de 13,5 puntos a favor de la visión positiva, casi el doble que al principio de su mandato (entonces 7,8 puntos, también a favor de los segundos). No está mal para un político que dice de sí mismo seguir la estrategia del caracol: “avanzar un poco más lento, pero avanzar”.

 

Dicen los entendidos que el tenis es un juego de porcentajes y que gana el partido aquel que comete menos fallos, una definición muy acorde con la visión de la política por parte de Espadas, para el cual lo importante en la estadística no es el número de aciertos directos, ni los conseguidos con la derecha o con el revés, sino el de los errores no forzados.