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‘Safety car’

La consejera de Obras Públicas no descarta la creación de, ojo,  varias paradas de Metro en el centro. El fino oído político de Rosa Aguilar ha detectado en el proceso de alegaciones a las líneas 2,3 y 4 -el mismo en el que el Ayuntamiento ni-ni del (sin) alcalde se niega a participar por creer que está todo atado y bien atado-  cierto runrún en tal sentido y, en vez de enrocarse en el diseño de los técnicos, se muestra predispuesta a coger esa bandera reivindicativa y a ponerse al frente de la manifestación. Parafraseando a Fernando VII, de deseado a pérfido, doña Rosa está en trance de decir: “marchemos francamente, y yo la primera, por la senda de las dos estaciones en el centro”. El volantazo de la consejera deja en evidencia al (sin) alcalde que, más papista que el Papa, sigue empecinado en defender una sola parada pensando que así se congracia con la Junta. A Monteseirín le pasa como a Fernando Alonso: cree estar en cabeza de carrera y aún no se ha percatado de que la salida a pista del ‘safety car’ de la consejera lo ha dejado a la cola del pelotón.

Ayuntamiento ni-ni

La sociología habla de ‘generación ni-ni’ para referirse a los 700.000 jóvenes menores de 34 años que ni estudian ni trabajan. En línea con los nuevos tiempos, el (sin) alcalde ha inventado el Ayuntamiento ni-ni cuando ha dicho que el Consistorio no va a presentar alegaciones al proyecto del Metro: “Ahora son los ciudadanos los que decidirán los últimos detalles; nosotros no entramos en eso”. Osea, ni alegaciones, ni correcciones, ni puntualizaciones, ni sugerencias, ni mejoras, ni ampliaciones, ni más inversiones, ni más líneas, ni trazados alternativos, ni cocheras y talleres fuera del Alamillo…. Ni siquiera si una o dos estaciones en el Centro, o si la estación única debe ir en la plaza del Duque, la de la Encarnación, la del Cristo de Burgos o la de Ponce de León. Ná de ná. Ni chicha ni limoná. El (sin) alcalde se lava las manos con el Metro, en plan Poncio Pilatos, y deja que el pueblo haga según su libre albeldrío, mientras el Consistorio hace mutis por el foro. Así está Sevilla con Monteseirín: huérfana. Sin alcalde y, ahora, también sin Ayuntamiento.