El martes 30 de enero de 2018 fui invitado por el sindicato Comisiones Obreras a participar en el Teatro Duque en el acto titulado ‘La Gavidia a debate. Titularidad pública para las necesidades ciudadanas’, en unión de la decana del Colegio de Arquitectos de Sevilla, Cristina Murillo; Julián Sobrino, profesor de la Universidad Hispalense, y el periodista Carlos Mármol, que formó parte del equipo fundacional de Diario de Sevilla y fue mi subdirector en dicho rotativo.
He aquí un resumen de mi intervención en esta mesa redonda, que inicié tras unas palabras de gratitud a la central sindical por la invitación y un emocionado recuerdo a Alberto Jiménez Becerril y a su esposa, Ascensión García Ortiz, al cumplirse en esa misma fecha el vigésimo aniversario de su vil asesinato a manos de la banda terrorista ETA.
Voy a tirar de hemeroteca para hacer una cronología de los hitos más significativos acaecidos en la reciente historia de la antigua comisaría de la Gavidia porque creo que nos será útil para enmarcar el tema y tener una cierta visión global de cara al posterior coloquio.
Hay que recordar que el edificio fue comprado en diciembre de 2006 por el gobierno local que presidía Monteseirín al Ministerio del Interior por 9,9 millones de euros más la cesión de cinco solares, valorados en 2,3 millones de euros, para la futurible construcción de otras tantas comisarías.
En junio de 2010, la entonces delegada municipal de Hacienda, Nieves Hernández, se felicitaba por haber cuadrado las cuentas del Ayuntamiento al incluir en el Presupuesto la previsión de venta del mercado del Arenal y de la Gavidia, a la que daba una valoración de 12 millones de euros.
Por aquella época, el gobierno de coalición PSOE-IU / Monteseirín-Torrijos sostenía que los suelos de Mercasevilla no se podían adjudicar a la oferta más elevada económicamente porque ello contribuía a la especulación. Pues bien, ¿cómo puede calificarse que elevara en más de un 20% el valor de la Gavidia sobre el precio de compra unos años antes?
El 18 de marzo de 2011, Nieves Hernández, que continuaba de delegada de Hacienda, anunció la redacción de unos nuevos pliegos de condiciones para convocar un nuevo concurso (de lo cual cabía colegir que habría habido al menos un concurso anterior, se supone que declarado desierto) para la enajenación de la Gavidia. Se introducía como novedad la posibilidad de realizar una permuta: el comprador podría destinar la totalidad de la antigua comisaría a superficie comercial siempre que aportara el mismo número de metros cuadrados para equipamientos públicos dentro del Casco Histórico, para la cual habría una doble recalificación: se pasaría a terciario la Gavidia y a suelo de interés público y social (SIPS) el terreno del privado. Se mantenía la tasación de 12 millones de euros de la antigua comisaría.
Declaró por entonces la delegada municipal de Hacienda que al gobierno local le parecía interesante la actividad comercial en la Gavidia y su entorno en tanto que supondría una rehabilitación en el Casco Histórico Norte y generaría puestos de trabajo conforme a la posibilidad anunciada por el alcalde (Monteseirín) de realizar modificaciones puntuales del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Así pues, esta solución de convertir la antigua comisaría en un centro comercial ideada por el gobierno de coalición PSOE-IU / Monteseirín-Torrijos acabaría siendo coincidente con la que posteriormente planteó y tramitó Zoido desde el gobierno municipal del PP y que tan denostada fue por la izquierda cuando ésta ya se hallaba en la oposición. El factor agravante de Zoido fue su intento de construir un aparcamiento rotatorio subterráneo en la cercana Alameda que prestara servicio al futurible centro comercial pese a que el PGOU vetaba este tipo de parkings en el Casco Histórico.
Siguiente hito: Espadas llega a la Alcaldía de Sevilla en junio de 2015 y tan sólo tres meses más tarde, en septiembre, lanza el debate sobre una posible demolición de la Gavidia aludiendo a:
1.- Que el edificio había tenido históricamente muy escaso interés (entre los empresarios para su adquisición).
2.- Que tenía unas calidades (arquitectónicas) bastante discutibles.
3.- El coste que para el Ayuntamiento suponía su vigilancia (que no su conservación) para evitar el vandalismo.
Esta idea o globo-sonda atentaba contra la ley del Patrimonio, que obliga a proteger los Bienes de Interés Cultural (y la Gavidia está declarada BIC), y con la misma se trataba de exonerar al Ayuntamiento de su deber legal de conservación del edificio en cuanto su propietario.
Por cierto que en aquel entonces traté de verificar informáticamente a través de la página web municipal si el gobierno local había sometido la antigua comisaría a la obligatoria Inspección Técnica de Edificios (ITE) para conocer su estado de conservación y obrar en consecuencia, pero no tuve éxito alguno en el empeño, por impericia o la falta de información. Hay que recordar que la Ordenanza de la ITE estipula una sanción de 6.000 euros en caso de omisión del deber de pasarla. ¿Podría acreditar el Ayuntamiento que la ha cumplido en el caso de la Gavidia?
Nuestro siguiente hito cronológico es el 27 de noviembre de 2015, fecha de celebración de un Pleno municipal en el que todos los partidos, salvo el PP -se abstuvo-, aprobaron una moción de IU en virtud de la cual el Ayuntamiento desistió de la modificación del PGOU promovida por Zoido para recalificar la Gavidia para centro comercial y decidió mantener la calificación que tenía en el Plan General de 2006 para garantizar así su uso público y social.
Titulares de prensa de entonces: “El Ayuntamiento blinda el uso público y social de la Gavidia”.
Declaraciones tras el Pleno del delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz: “Ahora se abrirá un periodo de reflexión para debatir entre todos el tipo de equipamiento que se quiera llevar allí”.
Un año más tarde, el alcalde Espadas plantea al Pleno, que se la rechaza, la operación de comprar a la Junta de Andalucía la sede de la Consejería de Gobernación en la Plaza Nueva, que mide 8.838 m2, por los 7.462,59 m2 de la Gavidia (921 menos). Argumenta que así se podrían concentrar los funcionarios dispersos por distintas sedes de la ciudad, algunas de ellas de titularidad privada y por las que se pagaban cerca de 650.000 euros en alquileres.
La primera fase de la operación habría consistido en comprarle a la Junta el 35% de la Consejería (2.934 m2) por 6.080.000 euros, y alquilarle con opción a compra los dos tercios restantes para ir adquiriendo progresivamente la totalidad del inmueble a lo largo de nueve años a un total, conforme a la valoración del m2, de 17.331.428 euros, según mis cálculos. A título comparativo, se habían dado con motivo de la polémica sobre la posible demolición de la Gavidia diversas estimaciones sobre el coste de su restauración, de entre un mínimo de 8,5 millones de euros y un máximo de 10 millones. Dicho de otro modo, por la mitad del coste de la operación de compra de la sede de la Consejería de Gobernación se podría haber rehabilitado la antigua comisaría, pero parece que para aquélla sí había dinero y no para esta última.
Y en nuestro viaje por el tiempo llegamos a diciembre de 2017 e incluso los primeros días de enero de 2018, a las negociaciones PSOE/PP sobre el frustrado pacto para los Presupuestos del Ayuntamiento y que incluyeron un acuerdo de venta de la Gavidia por 10 millones de euros.
Este pacto no nato habría supuesto el incumplimiento del acuerdo plenario de noviembre de 2015 sobre el mantenimiento del uso público y social del edificio.
Y, por otra parte, si se quisiera vender la Gavidia, ¿cuál debería ser el precio para que la ciudad no perdiera dinero con la operación? Habría que tener en cuenta:
-El precio de adquisición (sin contar el de los solares entregados), que fue de 9,9 millones de euros.
-El coste de la vigilancia durante todos estos años, que ha sido de 1 millón en números redondos.
-El Indice de Precios al Consumo (IPC) acumulado a lo largo de once años y que ha sido del 16,8%, lo cual supondría una repercusión de 1.680.000 euros.
Por tanto, según mi estimación, el de precio de venta debería ser de 12,58 millones de euros.
Llegados a este punto, Espadas ha trasladado a los grupos municipales la existencia de cinco ofertas por la Gavidia, en su mayor parte para convertirla en hotel/comercio o centro deportivo, y que hay tres opciones:
1.- Vender el edificio
2.- Hacer una concesión
3.- Desarrollarlo desde la titularidad pública
En el caso de que se planteara la enajenación de la antigua comisaría, ¿qué uso interesaría no desde la óptica de un empresario privado, que es muy libre de jugarse su dinero conforme a la economía de libre mercado que reconoce nuestra Constitución, sino desde la óptica de la ciudad, como estrategia de ciudad?
¿Para establecer un centro comercial? No. Si ya antes de los actuales desarrollos comerciales en curso o en proyecto Sevilla y su área metropolitana tenían en mayor número de grandes superficies comerciales de Andalucía, hay que unir la construcción del complejo comercial en los edificios Podio de la Torre Pelli; la zona comercial que quería conceder Zoido (y que en parte también empieza reconociendo Espadas) a Altadis; el complejo Sevilla Park en el puerto con el argumento de la integración puerto-ciudad; el centro Palmas Altas, junto a Los Bermejales, que será el mayor de Andalucía, y siguiendo adelante, ya en término de Dos Hermanas, el futurible Megapark.
¿Para convertirla en un hotel? No. Teníamos al acabar noviembre 208 hoteles, no hay día en que no se anuncie la construcción de uno nuevo, y pese a todo el ‘boom’ turístico del año pasado se ha quedado sin ocupar el 35% de la capacidad hotelera de la ciudad:
http://andaluciainformacion.es/m/?a=732058&friendly_url=sevilla&t=big-data-turistico
¿Para un centro deportivo? No. No parece que la ciudad esté falta de gimnasios e infraestructuras donde practicar deporte. Sin ir más lejos, en la antigua Estación de Cádiz Espadas inauguró no hace mucho un complejo deportivo.
Mi planteamiento es que no debemos apostar, como estrategia de ciudad, por un monocultivo económico ni poner todos los huevos en la misma cesta con el riesgo que supondría que estallara la potencial burbuja turística que se estaría formando en Sevilla. ¿Cuántos de nuestros turistas son prestados por crisis en otros países de la Cuenca Mediterránea? Aunque las previsiones de la Organización Mundial de Turismo (OMT) son optimistas para el año actual y siguientes, Egipto, Túnez y Turquía están ofreciendo hoteles de cuatro estrellas con todo incluido al precio de 36 euros la noche y gracias a esta agresiva política comercial ya han recuperado este verano 3,5 millones de turistas que habían perdido.
Si se planteara la enajenación de la Gavidia a un privado, como estrategia de ciudad para la diversificación económica yo apostaría por un uso ligado a la economía digital 4.0 o la instalación de una aceleradora de start-up.
Miren, Ciudadanos ponía de ejemplo a Bilbao, ciudad que tuvo primero claro qué quería hacer y por eso se fue en busca de Digipen, una especie de universidad privada de videojuegos de la que prácticamente todos sus alumnos salen ya colocados por la alta demanda del mercado; y los videojuegos no son una tontería, sino todo lo contrario: mueven más dinero en el mundo que todo el sector del automóvil.
En Madrid, recientemente, el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma y hasta la Fundación Universidad-Empresa acudieron en busca de TechShop, una cadena de centros tecnológicos que tiene 10.000 asociados en todo el mundo y que firmó acuerdos en Francia con Leroy Merlín.
En resumen, se trata de gobiernos que tienen previamente un modelo de ciudad en mente y en función de ese modelo actúan, y no en función del mercado o de los proyectos que les vengan sin selección previa por ellos mismos.
Naturalmente, en la hipotética enajenación de la Gavidia habría que preservar un espacio para la Memoria Democrática e Histórica en homenaje de quienes allí fueron torturados. Como ha dicho una de las personas que han aparecido en el vídeo proyectado antes de este acto,
llama la atención la desmemoria en España sobre nuestro pasado inmediato, al contrario de países como Francia o Italia, donde se pueden encontrar numerosas referencias y espacios dedicados a quienes lucharon contra el nazismo o el fascismo, como en el caso de Turín, al que me referiré más adelante.
Si no se enajena la antigua comisaría y se opta por mantener la titularidad pública, ¿qué usos preconizo?
Por ejemplo, para la reubicación de todos los funcionarios municipales dispersos por distintas sedes. Sería el equivalente a la frustrada operación de compra de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía pero invirtiendo en la Gavidia el dinero (o más bien la mitad) que la ciudad estaba dispuesta a pagarle al Gobierno autónomo.
Una variante de esa posibilidad sería aprovecharla para ampliación de la vecina Consejería de Justicia previa permuta y/o compensación económica con la Junta de Andalucía, terreno y/o dinero que podría dedicar el Ayuntamiento a dotaciones para el Casco Antiguo. Esta variante se parecería, salvando las distancias, a lo que se hizo en Turín con la cárcel de La Nuove, donde se torturó a los demócratas, los antifascistas y los judíos durante la época de Mussolini y la II Guerra Mundial, y que ha sido preservada como museo de la Memoria y en parte alberga dependencias de la Justicia.
(Aportaré más información al final).
Otra posibilidad que me gusta es la propuesta de Participa Sevilla de crear allí un centro polivalente de cuidados porque -dice- la población de mayores de 65 años de Sevilla supone el 16% del total y sólo hay una residencia pública de mayores y grandes dependientes y que no llega a 300 plazas. En realidad, la proporción de mayores de 64 años en nuestra ciudad es del 18,8%, y la del Casco Antiguo, del 19,52%. Es el séptimo distrito con más personas mayores de la ciudad pero, ojo, el primero en menor número de jóvenes: sólo el 15% de su población tiene menos de 18 años, con lo que la proyección indica que en el futuro será el distrito más envejecido, aunque ahora lo sea Triana.
Cuarta posibilidad: una especie de Fab Lab turístico como el que en Lyon han proyectado en la Casa del Chamarier (intendente de finanzas del Obispado), que forma parte del conglomerado en torno a la Catedral de San Juan, pasado el río Saona. Sería el equivalente a nuestro Palacio Arzobispal, sólo que aquí se decidió construir, como no podía ser de otra manera en esta ciudad, un hotel más, el hotel Los Seises, mientras que en Lyon quieren fomentar todas las nuevas tecnologías aplicadas al turismo: la impresión 3D, la realidad aumentada, la robótica, la geolocalización, aplicaciones para móviles….y dar cobijo también allí a start-up como ésta que tenemos en Sevilla, Past View, la que ofrece esas gafas de realidad virtual con las que puedes ver cómo habría sido Itálica en tiempos de los romanos.
Una variante podría ser una biblioteca especializada en cultura “maker” y centro de fabricación digital como la que en Barcelona se inauguró el pasado viernes, 26 de enero, en una antigua fábrica textil a la que han dado el nombre de la poetisa Montserrat Abelló, en el barrio de Les Corts.
Esta es una de las tres que el Ayuntamiento ya ha construido en otros tantos distritos y su objetivo es que cada uno de la ciudad tenga la suya
El Consistorio barcelonés ha invertido en la restauración de la antigua fábrica textil, que mide 3.300 m2 (la mitad de la Gavidia), casi la misma cantidad por la que el nuestro adquirió al Ministerio del Interior la comisaría de la Gavidia: 9,6 millones de euros.
La gran diferencia es que Barcelona sí sabía qué hacer en la antigua nave textil y Sevilla, once años después aún no sabe para qué compró la comisaría de la Gavidia ni qué hacer con ella.
Museo del Carcere “Le Nuove” (Museo de la Cárcel “Le Nuove”), Turín
(De mi libro ‘Mi Guía práctica de Turín para ahorrar tiempo y dinero’, amazon 2018)
Se encuentra radicado en esta antigua cárcel de Turín, que fue construida en la segunda mitad del siglo XIX e inaugurada en el reinado de Vittorio Emanuele II. Permaneció en funcionamiento hasta 1986, cuando fue sustituida por otro penal más moderno. En los años veinte del pasado siglo, bajo el régimen fascista imperante en Italia, albergó muchos presos políticos y judíos. Dentro de los muros de la prisión funcionó en la II Guerra Mundial una unidad dirigida por las SS del Ejército nazi alemán, que se encargó de torturar a los presos.
Este museo erigido en la antigua cárcel tiene por objetivo preservar la memoria de aquellos que sufrieron en sus carnes los horrores del nazismo o cayeron en su lucha contra el totalitarismo y la afirmación de una Italia libre y democrática.
Mediante visitas guiadas por voluntarios es posible acceder a las distintas partes del antiguo penal y ver los lugares donde los detenidos fueron confinados, las celdas de castigo y los sistemas de tortura. Dentro de la prisión también hay un búnker antiaéreo excavado hasta los 18 metros de profundidad, hallado accidentalmente en el año 2010 y habilitado tras diversos trabajos de conservación.
La dirección del museo previene a los visitantes de que hay que pasar por pasajes muy angostos y subir numerosas escaleras, por lo que la visita no es recomendable para personas que sufran problemas cardiovasculares o tengan dificultades para caminar, y a quienes realicen la visita, que utilicen un calzado adecuado a las características de este antiguo presidio donde tantos antifascistas acabaron encerrados.
Dirección: Via Paolo Borsellino 3
Teléfono: 00 39 011 76 04 881
Correo electrónico: segreteria@museolenuove.it
Autobús: Líneas 9-55-68
https://www.museolenuove.it/index.php
https://www.youtube.com/watch?v=PbrUh8I48V0