El (sin) alcalde procura siempre elegir fechas simbólicas para vincularlas a sus faraónicos proyectos, por lo que les cuestan a los contribuyentes. Así, quiso inaugurar el tranvía de los 80 millones de euros el mismo día de su quincuagésimo aniversario, aunque al final parece que el trenecito no llegó a tiempo para su cita con el cumpleaños de Monteseirín. Ahora, anuncia que su mausoleo político de 100 millones de euros en forma de hongos en la Encarnación estará listo para el 17 de abril, Domingo de Ramos. Nada dice, sin embargo, de que las setas deberían estar finiquitadas para el 31 de marzo, conforme al ultimátum de mentirijillas que dio a la constructora, so pena de imponerle la sanción -¡uy, qué miedo!- a la que no se ha atrevido en estos años de demora. Será el enésimo incumplimiento sin que le pase factura alguna ni aplique las penalizaciones de risa previstas en el contrato redactado en papel mojado. El Domingo de Ramos, el (sin) alcalde de Sevilla demostrará que a Sacyr es incapaz de meterle mano. Unos irán con palmas y otros se irán de rositas.
De rositas
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