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Sacyr prueba con éxito en Mina Concepción su tecnología de depuración de aguas ácidas de origen minero

La compañía Sacyr, que lidera junto a la Universidad de Huelva y la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía un proyecto Life con financiación europea, ha desarrollado una tecnología para la depuración de aguas ácidas, especialmente las de origen minero, que ha probado con éxito en un antiguo yacimiento onubense, Mina Concepción.

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Administradores concursales exigen el dinero desviado a las Setas en vez de a los sistemas generales de Santa Bárbara

Casi medio millón de euros pagados a Sacyr por la promesa de Monteseirín de subida “gratis” al mirador

 

El pasado 27 de marzo de 2019 se cumplió el octavo aniversario de la inauguración oficial del Metropol Parasol, vulgo Setas de la Encarnación, el símbolo del despilfarrador mandato de Monteseirín, en el cual enterró allí del orden de 120 millones de euros que en buena parte fueron detraídos del dinero que los promotores entregaron al Ayuntamiento con cargo al nuevo PGOU para financiar los sistemas generales de los nuevos barrios de la ciudad.

Monteseirín inauguró las Setas antes de que estuvieran acabadas y con tal de hacerse la foto en vísperas de las elecciones municipales de aquel año, en las que el PSOE lo apartó como candidato a la reelección tratando de evitar lo que al final pasó: el desastre en las urnas de Espadas, imputable a la gestión de su correligionario, y la arrolladora victoria del PP de Zoido (20 concejales) hasta con los votos prestados de barrios tradicionalmente socialistas, hartos de los escándalos de aquella etapa.

La prueba evidente del afán de Monteseirín por retratarse para la posteridad como el artífice de las Setas es que la concesión de su explotación por Sacyr expira el 28 de abril (la fecha de su recepción oficial, y no el 27 de marzo, de su inauguración) del año 2051, por lo que faltan 32 años para que reviertan al Ayuntamiento tras esta privatización, que incluye también la plaza de la Encarnación y que decretó el gobierno de coalición PSOE-IU.

 

TRIUNFALISMO

 

En su triunfalista discurso inaugural, el entonces alcalde dijo que Metropol abría las puertas “al progreso económico y al desarrollo de un sector de la ciudad que estaba en franca decadencia”. Aludió también a supuestos análisis de unos desconocidos expertos, según los cuales “los beneficios económicos, directos e indirectos, que Metropol Parasol va a traer a la ciudad superarán, en sólo un año, a la inversión acometida, en turismo, comercio, hostelería, imagen y proyección exterior”.

Así pues, según las particulares cuentas de la lechera de Monteseirín, las Setas iban a generar  anualmente más de los 120 millones de euros (cifra generalmente admitida sobre su coste final, oficialmente nunca revelado) que costaron, por lo que si le diéramos crédito en estos ocho años su impacto debe haber sido de 960 millones de euros (¿?).

Casi coincidiendo con el octavo aniversario, al arquitecto, profesor de la Universidad Hispalense y principal experto en patrimonio industrial, Julián Sobrino, le recordaron en ABC que Monteseirín hablaba de que a rebufo de las Setas llegarían las grandes firmas de moda a Sevilla. El profesor dijo lo siguiente: “Recuerdo que hablaba de Tiffany`s y no sé cuál otra y de que se iba a formar una especie de Quinta Avenida neoyorquina, cuando lo único que llegó allí fueron bares de franquicias que venden cubos de cerveza a cinco euros. Es obvio que se rehabilitó el espacio, pero era lo menos que podía ocurrir en un espacio que estaba cerrado y degradado. El resultado no justifica, ni de lejos, la inversión del Metropol Parasol, cerca de 120 millones de euros”.

 

PLATILLOS VOLANTES

 

Según Julián Sobrino, Metropol Parasol es, sin duda, el paradigma de lo que no se debe hacer en una ciudad. Por varios motivos. El primero, en relación con el lugar en que se encuentra, porque no era aceptable “que aterrizaran allí -ha dicho- unos platillos volantes. En segundo lugar, porque esos platillos volantes no se corresponden con el volumen, la trama, la altura o la textura de la Encarnación y el centro histórico”.

Para el profesor universitario, las Setas no han producido un “efecto Guggenheim” como el del museo del mismo nombre de Bilbao. En su opinión no son arquitecturas comparables: “La de Gehry (el arquitecto americano autor del museo bilbaíno) es de calidad, y la de Mayer (el arquitecto alemán autor del Metropol Parasol) no lo es. Ni lo que albergaba: el Guggenheim contiene un espacio cultural que supuso un gran revulsivo para Bilbao. Estos parasoles (en alusión a las Setas) no tienen ningún contenido”.

 

CASCO ANTIGUO

 

Si las Setas hubiesen tenido ese impacto económico multimillonario del que hablaba Monteseirín en su promesa de que supondrían el progreso y desarrollo para un sector de la ciudad que estaba en decadencia, al cabo de ocho años se habría dejado notar su efecto en los indicadores del Casco Antiguo, pero en el tiempo transcurrido no ha sido así.

 

En el año 2015 el distrito tenía 59.277 habitantes; en 2018, 58.693. Se han perdido, pues, 584 vecinos, el 1% de la población en el último trienio.

 

En el periodo entre 2012 (año siguiente a la inauguración de las Setas) y 2016, la edad media de la población ha pasado de 43,29 años a 44,45 años. Se ha incrementado el envejecimiento. El saldo migratorio por cada mil habitantes ha pasado de 3,24 a 6,39: se ha duplicado el éxodo poblacional. Y si nacían 1003 niños por cada mil vecinos que fallecían, en 2016 la cifra se ha reducido de forma preocupante a 968.

 

Y eso que según dijo Monteseirín en aquel acto inaugural, los allí presentes entonces tenían el privilegio de asistir a “la inauguración de la Sevilla del siglo XXI”, como si no hubiese existido previamente la Exposición Universal de 1992 o el tiempo se hubiera detenido durante once años para ver alzarse el faraónico icono de sus mandatos.

 

LA SUBIDA

 

También se ha conocido en coincidencia con el octavo aniversario del Metropol Parasol que el Ayuntamiento y la constructora que lo explota, Sacyr, han llegado a un acuerdo en virtud del cual ésta podrá cobrar hasta 10 euros a los turistas que quieran subir al mirador de las Setas a cambio de que el Consistorio deje de pagarle la compensación económica que ha venido abonando (se habló de entre uno y tres euros) por cada sevillano o empadronado en la ciudad que accediera a lo alto de los parasoles, y por el mantenimiento de la plaza de abastos.

 

Este acuerdo es la demostración de que la factura de las Setas, pleitos aparte, no ha dejado de incrementarse en estos ocho años, de manera que cada vez es más difícil averiguar cuánto han costado ya a la ciudad realmente.

 

Con tal de hacer más digerible la faraónica obra de los 120 millones de euros y de atraer visitantes que proyectaran una imagen de éxito, Monteseirín anunció que la visita de los sevillanos sería gratuita y así, en palabras de su valido Marchena, se democratizarían las vistas sobre la ciudad y se acabaría con el supuesto privilegio del que únicamente gozaban las clases acomodadas desde sus balcones y miradores.

 

El mensaje no podía ser más demagógico. Por una parte, porque los sevillanos han pagado a través de sus impuestos y de su Ayuntamiento por la subida a las Setas, aunque ingenuamente creyeran que lo estaban haciendo gratis. Por otra, porque raramente un sevillano, por mucho dinero que tenga, dispone de un mirador exclusivo de 28,50 metros de altura, como el de las Setas. Y tercero porque cualquier sevillano goza del privilegio, otorgado por el Arzobispado, de subirse gratis de verdad a la Giralda y divisar Sevilla desde sus 97,5 metros de altura (casi 3,5 veces más que las Setas). ¿Qué necesidad, pues, había de gastarse 120 millones en el Metropol Parasol con el argumento de que así se democratizaban las vistas sobre la ciudad?

Sólo por un periodo de cuatro años en números redondos (del 1 de junio de 2013 al 30 de abril de 2017) el Ayuntamiento ya compensó a Sacyr con 480.407 euros por la subida de los sevillanos a las Setas. A esa cifra tuvo que añadir 227.688 euros por servicios no cobrados a los titulares de los puestos del mercado de abastos. Y es que con tal de que los placeros aceptaran trasladarse desde el antiguo mercado provisional (una provisionalidad que duró más de 30 años) al construido bajo el Metropol Parasol, Monteseirín les anunció unas cuotas inferiores a las que realmente debían pagar a Sacyr, y para evitar su rebelión cuando las conocieran acabó por endosarle al Ayuntamiento el abono de la diferencia con el dinero de todos los sevillanos, su práctica habitual. Nadie debía estropearle la fiesta inaugural, con concierto de la banda sinfónica municipal incluido.

 

Con tal de librarse de estas facturas interminables, el Ayuntamiento autoriza ahora a Sacyr a que cobre hasta 10 euros a los ingenuos turistas por subirse a las Setas, un precio superior a los 9 euros que cuesta toda la visita a la Catedral, la Giralda y el Salvador.

 

RECLAMACIÓN

 

Pero no acaba aquí la pesadilla de las Setas. Los administradores concursales de los promotores que en su día entregaron 42.778.672 euros a la Gerencia de Urbanismo para financiar los sistemas generales del desarrollo urbanístico de Santa Bárbara (en Torreblanca) conforme al convenio firmado el 25 de julio de 2003, exigen ahora al Ayuntamiento la devolución de ese dinero, no empleado para aquella finalidad porque acabó financiando en parte la construcción del Metropol Parasol, y han llevado al Consistorio a los tribunales.

Así pues, Espadas o quien le suceda si es que éste no renueva en la Alcaldía se enfrentará al riesgo de una nueva hipoteca por las faraónicas Setas de Monteseirín.

Indigestión de Setas (de la Encarnación)

Apenas conocerse la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) revocadora en gran parte de la dictada el pasado 10 de abril por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Nº 5 de Sevilla y por la que finalmente el Ayuntamiento, gracias al recurso interpuesto por  los Servicios Jurídicos municipales por orden de Zoido, sólo queda obligado a indemnizar a Sacyr con 2,59 millones de euros por los incumplimientos y ocurrencias de última hora de Monteseirín en vez de con los 36,5 millones de euros del primer fallo judicial, apenas conocerse la sentencia, decía, Espadas ha anunciado su propósito de reorientar la gestión de las Setas de la Encarnación y de convertirlas en el “epicentro” de la próxima Navidad.

El alcalde ha afirmado lo siguiente: “Se lo voy a dejar muy claro a Sacyr. Ellos son una constructora, pero yo necesito un buen gestor para este espacio público”.

De entrada, el alcalde comete dos errores, porque Sacyr es mucho más que una constructora. Tiene una filial o división de concesiones y, por tanto, con un perfil puramente de gestión, con más de 20 años de antigüedad y que está especializada en el diseño, financiación, construcción y gestión de activos. Actualmente, según reza en su página web, cuenta con una cartera de 35 concesiones, distribuidas en siete países, de las cuales 23 están en explotación y el resto, en desarrollo. Entre sus concesiones figuran 24 autopistas que suman casi 3.000 Kms., entre la UE y América; 7 hospitales, con más de 3.000 camas (3 en Madrid, 3 en Portugal y 1 en Chile); 2 intercambiadores de transporte en Madrid; una línea de Metro en Tenerife y un aeropuerto en Murcia.

Por tanto, Sacyr es, además de constructora, gestora, pero cuando el alcalde habla de que necesita un buen gestor para el Metropol Parasol está diciendo de forma implícita que Sacyr es un mal gestor, ante lo cual podría preguntarle a su antecesor y correligionario Monteseirín por qué entonces le adjudicó la construcción y gestión, por 40 años, de las Setas.

ESPACIO PRIVATIZADO

La segunda aseveración de Espadas ya no se compadece con la realidad, porque la Encarnación es un espacio público privatizado “de facto” por Monteseirín en beneficio de Sacyr por ese periodo de 40 años al otorgarle la explotación de las Setas y de lo que está debajo (con la excepción del Antiquarium) y a su alrededor. A la constructora aún le quedan 36 años de disfrute de la privatización de ese espacio público realizada por un alcalde que se declaraba socialista como Monteseirín. Dicho de otro modo, Monteseirín privó a los sevillanos de la plaza de la Encarnación con tal de que Sacyr le construyera las Setas como icono de su mandato.

Desde aquel momento, como concesionaria y explotadora del complejo Metropol-Parasol y del espacio Encarnación, Sacyr puede desarrollar allí, siempre que cumpla la normativa municipal, las actividades que considere más adecuadas o rentables para sus intereses, aunque sea la colocación de tiovivos y el paseo de camellos por Navidad y que tanto parecen haber disgustado a Espadas. Nada, por otra parte, muy alejado de lo que permitió el gobierno de Zoido en la cercana Alameda.

Lo más insólito de las declaraciones del alcalde es su aceptación de que el proyecto de las Setas ha sido hasta ahora “económicamente poco rentable”, siguiendo las tesis de la compañía en su afán de devolverlas al Ayuntamiento; que “tiene que revisarse en su conjunto” y que todo pasa por una “renovación comercial, con proyectos potentes, donde el Ayuntamiento invierta y haga actividades que conviertan la Encarnación en un punto focal de la ciudad”.

DATO OCULTO

El coste real del proyecto de reurbanización y reutilización de la Encarnación sigue sin ser aclarado por el Ayuntamiento, ni por el anterior gobierno municipal ni por el nuevo. También depende de que se contabilice el coste del abandono del proyecto inicial que Monteseirín desarrollaba con sus socios del PA (se dio una estimación de 14,6 millones de euros) hasta que se zafó de ellos para coligarse con IU.

En la sentencia del TSJA se lee que el proyecto de las Setas tenía un presupuesto total de 51.206.918,25 euros, que el Ayuntamiento se comprometió a financiar con 25.421.166,29 euros. El resto del dinero debía aportarlo Sacyr, que lo compensaría y obtendría un beneficio por la explotación comercial durante 40 años. Sin embargo, según el fallo judicial, del presupuesto total se detrajeron 5.326.690,22 euros, que no tuvieron que ser financiados por el adjudicatario de la concesión. De ello se colige que la aportación de Sacyr se redujo a 20.459.061,74 euros.

Posteriormente hubo dos modificaciones de obra que asumió el Ayuntamiento, el cual, según el TSJA, ha acabado pagando el 82% de la inversión en metálico. Por tanto, si el 18%, la parte de Sacyr,  eran 20,4 millones de euros, el Consistorio habría desembolsado 93.202.392,37 euros y el coste total de las Setas sólo en esta segunda fase habría ascendido a 113.661.454 euros en números redondos.

Espadas dice ahora que el proyecto ha sido poco rentable. Será que no escuchó el discurso de Monteseirín durante la inauguración de las Setas, donde dijo: “Según los análisis de los expertos, los beneficios económicos, directos e indirectos, que el Metropol Parasol va a traer a la ciudad superarán, en un solo año, la inversión acometida”.

REVISIÓN DEL CONTRATO

Y añade Espadas que “hay que revisar” el contrato con Sacyr y que el Ayuntamiento debe invertir en las actividades que en las Setas se hagan porque es un icono a nivel internacional. ¿Un icono con tiovivos y camellos y bares low-cost?

¿Por qué hay que revisar el contrato? ¿Lo revisaría acaso Sacyr para repartir sus ganancias con la ciudad? El riesgo es consustancial a la actividad empresarial. Se supone que una multinacional con 20 años de experiencia en concesiones y ejecutora hasta de la ampliación del canal de Panamá debió hacer bien sus cuentas cuando se presentó al concurso de las Setas, salvo que hiciera una oferta temeraria a la baja para que se lo adjudicaran. Si ahora, supuestamente, no le salen las cuentas, ¿le va a trasladar sus presuntas pérdidas también a los sevillanos?

¿No le bastan a Espadas los casi 108 millones de euros (contando los 14,6 millones iniciales) que del dinero de los sevillanos habría  enterrado ya el Ayuntamiento en las Setas como para anunciar nuevas inversiones municipales allí, en vez de dedicar el dinero a los barrios más desfavorecidos?

Al final, el alcalde, para regocijo de Sacyr, puede acabar aplicando en las Setas el principio capitalista de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas.

El Ayuntamiento de Sevilla acumula condenas judiciales por valor de 52 millones

Los cuatro grupos políticos de la oposición municipal han señalado con motivo de los primeros 100 días de Espadas como alcalde que están a la espera de que presente sus proyectos de Ordenanzas Fiscales y Presupuestos para evaluar con mayor fundamento su gestión. El problema para Espadas es que desde abril el Ayuntamiento acumula 52 millones de euros en condenas judiciales, una cantidad que supera en 2,6 veces el presupuesto real de inversiones con que cuenta la ciudad para el año en curso y que deja al alcalde con una limitadísima capacidad de maniobra.

El Ayuntamiento no tuvo más remedio la pasada semana, obligado por sendas condenas judiciales en contra, que aprobar el pago de 122.448,15 euros a Telvent y de 173.043 euros a Telefónica, dinero que se suma a varias condenas millonarias que ha sufrido desde el mes de abril y que suman casi 48 millones de euros , a los que hay que añadir más de cuatro millones por intereses de demora y de otro tipo y de reconocimiento de derechos de cobro a las empresas que han pleiteado contra la corporación y han obtenido estas sentencias favorables.

En total, el montante de las condenas asciende a 52 millones de euros, y todavía hay en lontananza pleitos pendientes en los que se dirimen 28 millones de euros más. Dado que en el actual Presupuesto municipal de 2015 el dinero realmente disponible para inversiones asciende a unos 20 millones (en concreto 19.990.748 euros), los pagos por los fallos judiciales en contra superan en 2,6 veces esa cifra.

Por ende, a Espadas se le complica el escenario económico debido a que el Gobierno de la nación le transferirá al Ayuntamiento 6 millones de euros menos con cargo a la participación en los ingresos del Estado que en el último ejercicio. Entre condenas judiciales y menores transferencias, el alcalde se va a ver abocado a buscar aquello que dijo en su controvertido anuncio de bajada/subida del IBI: los resquicios que haya en las normas, para tratar de recaudar más fondos con los que afrontar esta complicada situación.

‘LEGADO’ DE MONTESEIRÍN

La sombra de Monteseirín es tan alargada que cuatro años y medio después de su salida del Ayuntamiento su negativa herencia aún sigue lastrando a sus sucesores. Sin contar las cantidades que tuvo que pagar Zoido en los primeros años de su mandato por sentencias también contrarias por la gestión de Monteseirín, especialmente por las obras de la Alameda y del carril-bici, el pasado abril el Consistorio recibió el, probablemente, mayor golpe judicial de su historia reciente al fallar la Justicia en su contra y a favor de Sacyr en el pleito por las Setas de la Encarnación: 36,5 millones de euros.

Ya con Espadas como alcalde, el Ayuntamiento ha sufrido otra condena en un pleito arrastrado desde la época de Monteseirín, por la cesión de suelos de Mercasevilla a Sando para la construcción de naves industriales. En este caso la condena ha sido de casi 9 millones de euros, que con los intereses de demora y otros conceptos se elevará a 12 millones en números redondos.

Los siguientes pleitos perdidos han sido heredados por Espadas de la gestión de Zoido: condena de dos millones por la suma de dos sentencias favorables a Detea en el caso de la comisaría de la Ranilla, que acabarán siendo tres millones, ya que la Justicia le ha reconocido a la empresa el derecho a reclamar otro millón más.

Y las dos últimas condenas en contra del Consistorio son a favor de Telvent por la revisión de precios al alza del contrato de las señales de tráfico (0,12 millones) y a favor de Telefónica por unas obras de modificaciones de líneas de comunicaciones (0,17 millones).

El Ayuntamiento se enfrenta además a una demanda de Detea de 20 millones por el ruinoso estado en que le entregó los edificios de la Policía en la Cartuja y a una reclamación de Resipark de 7,8 millones por la anulación del contrato que firmó Monteseirín para la construcción de aparcamientos subterráneos en suelos que resultó no eran de propiedad municipal.

La factura judicial del Ayuntamiento

Empresa                 Asunto                                Importe indemnización

Sacyr           Setas Encarnación                        36.532.464,18  euros

Sando          Suelos Mercasevilla                        8.944.710,30

Sando          Intereses y otros (estimado)         3.055.290,00

Detea          Sede Policía La Ranilla                   1.902.366,91

Detea          Sede Policía La Ranilla                            177.923,88

Detea          Intereses y otros                            1.076.685,46

Telvent       Señales de tráfico                                122.448,15

Telefónica   Líneas teléfono                                173.043,00

TOTAL                                                                   51.984.931,88

Sobrecostes

Si la juez Alaya ha puesto de moda el término ‘sobrecomisiones’ con los ERE, mucho antes Monteseirín puso el de ‘sobrecostes’. Alfredo era como Atila: obra en la que pensaba, obra que dejaba esquilmada las arcas públicas. Con él nunca crecían los brotes verdes, porque dejaba a su paso un desierto presupuestario y una montaña de deudas a sus sucesores. Sus faraónicas ‘Setas’ se presupuestaron en 51,2 millones y se terminaron con varios años de retraso y a un ‘sobrecoste’ similar, para dispararse hasta los 100 y pico de millones de euros. En vez de indemnizar a Sevilla por la demora y la desviación presupuestaria, Sacyr quiere cobrarse el triple de lo estipulado por el alquiler de las oficinas de la Hacienda municipal, a cuenta de otro ‘sobrecoste’ pactado verbalmente por Monteseirín con tal de que le acabaran su pirámide particular y le diera tiempo a inaugurarla antes de las elecciones. Zoido hace perfectamente al negarse a pagar contratos sin papeles. Una cosa es asumir la herencia del mandato anterior y otra muy distinta, las facturas debajo de las alfombras.

 

Estas ‘Setas’ son una ruina

“Inauguramos hoy un magnífico espacio, en el centro histórico de Sevilla, que abre las puertas al progreso económico y al desarrollo de un sector de la ciudad que estaba en franca decadencia. Este proyecto, concebido en época de bonanza económica y concluido en una de crisis, es una excelente herramienta para la creación de actividad económica y empleo. Los beneficios económicos que Metropol Parasol va a traer a la ciudad superarán, en un solo año, la inversión acometida”. Así habló Monteseirín el 27-3-2011 en la inauguración de las ‘Setas’ de la Encarnación. Aludía a un supuesto estudio citado en junio de 2010 por el delegado de Urbanismo, Manuel Rey, según el cual el Metropol tendría un impacto económico, directo e indirecto y en sólo un año, de 369 millones de euros.

Pues ni 102.043.776 euros, dinero pagado por el Ayuntamiento hasta este año por su construcción, ni esos 369 millones augurados por Rey.

Veinte meses después, la concesionaria y constructora, Sacyr, exige al Consistorio 35.178.876 euros por las pérdidas sufridas ante la falta de negocio y quiere devolverlo mediante la resolución del contrato.

Por más que Sacyr exija que se la compense por sus supuestas pérdidas, de las cifras conocidas hasta la fecha se colige lo contrario. La construcción del Metropol al menos ha debido de ser un buen negocio. El Ayuntamiento de Monteseirín valoró inicialmente su  ejecución en 51,2 millones de euros, de los que el gobierno local aportaba a fondo perdido 25.421.166 euros, y la empresa, 25.778.834. A cambio de esta cantidad, Sacyr explotaría  durante 40 años el denominado ‘Espacio Encarnación’, que incluye toda la antigua plaza más la sede de la Delegación municipal de Hacienda.

Siempre con las salvedades a que obliga el oscurantismo mantenido con esta polémica obra, Sacyr habría facturado finalmente al Ayuntamiento (modificados de obra y otros) por valor de entre 63 y 72 millones de euros, quedando un resto de entre 4,3 y 8,5 millones del Antiquarium en función de lo que se haya imputado finalmente a los planes 8.000, de Zapatero, y Proteja, de la Junta de Andalucía.

 

LOS CINCO ARGUMENTOS

 

 

La petición de resolución del contrato y de abono de una compensación de 35 millones de euros la basa Sacyr en:

 

1) Pérdidas por el acceso gratis de los sevillanos al mirador: Primero se dijo que había exigido 180.000 euros anuales a Monteseirín por permitir el libre acceso de los nativos a la cubierta, en cumplimiento de la demagógica promesa del ex-alcalde y de su valido, Manuel Marchena, de “democratizar las vistas de Sevilla”, de las que hasta entonces, según ellos, sólo podían gozar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Ahora se ha publicado que la estimación de la compensación podría ascender a 264.000 euros. Se tiene constancia de una factura mensual presentada por Sacyr por valor de 30.189 euros, lo que significaría una compensación anual de 362.269 euros.

La disparidad podría deberse a la variación con el tiempo en las previsiones de visitas y precios de las entradas. Inicialmente el objetivo era recaudar un millón de euros/año por 400.000 visitas anuales a un precio de 2,5 euros cada una. La última noticia al respecto habla de unos ingresos de 600.000 euros, de los que 450.000 se imputarían a los sevillanos y el resto a los turistas.

Esta previsión ya denotaría el fracaso del Metropol como el gran polo de atracción turística con que Monteseirín lo presentó, y ello pese a que se ha introducido el ‘Antiquarium’ en el circuito del Alcázar para derivar turistas hacia la Encarnación. Teóricamente, a medida que pase el tiempo el mirador de las ‘Setas’ debe de perder interés para los sevillanos una vez que lo hayan conocido, como ha ocurrido con Isla Mágica, la Catedral, la Giralda…. por lo que no tiene mucho sentido (sí, el de cobrarle al Ayuntamiento) imputarle a la ciudad el 75% de las visitas y sólo el 25% a los turistas.

 

2) Retraso en la entrega del inmueble de la Delegación de Hacienda: Sí, pero Monteseirín pactó con Sacyr que el Ayuntamiento se lo alquilara durante cinco años por 60.000 euros/mes. Contrato extraordinario para la empresa, que se ahorró el coste de la rehabilitación (2,7 millones) y se garantizó una renta mensual en plena crisis inmobiliaria, caída de alquileres y oficinas vacías por exceso de oferta.

 

3) Repercusión del coste de explotación a los placeros menor de lo pactado: Si le salvó políticamente la cara a Monteseirín para propiciar el traslado de aquéllos y justificar así la obra misma, sería porque tendría bastantes buenas razones para ello. En todo caso, es su problema haberlo aceptado y, además, no considera el valor comercial de la reversión de los puestos ya abandonados por sus titulares en estos dos años.

 

4) Retraso de 10 meses (febrero 2012) del pago de la última certificación de obra (11,6 millones): Sabido es que Monteseirín inauguró el Metropol antes de que estuviera terminado con tal de hacerse la foto él y no Zoido.

 

5) Inversión no amortizada y lucro cesante al haberse fijado unos mínimos con Monteseirín que no se han cumplido: Sacyr hizo su Plan de Negocio, no se lo hizo Monteseirín. El riesgo es inherente a la aventura empresarial. Si no se han cumplido sus previsiones es que estaban mal hechas y lo que ahora pretende es socializar las pérdidas.

Si se hubieran superado esas previsiones y Sacyr hubiese ganado 35 millones más de la cuenta, ¿los habría compartido con el Ayuntamiento o se los habría repartido a sus accionistas?

 

¿Gratis?

En los minutos de la basura de su último mandato, Monteseirín firmó una resolución por la que ordenaba a Sacyr que otorgara a los sevillanos en las ‘setas’ de la Encarnación el mismo trato de privilegio que otrora daban en Aviaco a la Maleni: ‘gratis total’. La orden era un mero paripé, porque previamente el ya (ex) había pactado con la constructora el abono de una subvención de 180.000 euros anuales en compensación por el dinero que dejaría de percibir por la visita de los nativos al mirador, a un promedio de 15.000 euros mensuales. De momento Sacyr le ha enviado a Zoido una primera factura que duplica las previsiones: 30.000 euros sólo por el mes de mayo. Los sevillanos, tanto los partidarios como los objetores del Parasol, están pagando con sus impuestos el supuesto ‘gratis total’ de Monteseirín, su moderna versión del ‘panem et circenses’. La única diferencia del (ex) con Roma es que sustituyó el pan por las setas, porque el circo (chabolistas de Los Bermejales, facturas falsas de la Macarena, falsos prejubilados de Mercasevilla, etc…) ya lo ponía él.

 

Sin autoridad

F._Fernandez_visita_obras_paso_B._Monreal_El último de Filipinas del (sin) alcalde, el hombre grande (que no al revés) Fran Fernández, amenaza con sancionar a Bruesa, la constructora del túnel bajo la Palmera, si no lo acaba a tiempo. ¿Y cuál es el calendario de esta obra, que es como el cuento del lobo pero en versión del delegado de (in)Movilidad? Yo, como Javier Rubio, ya he perdido la cuenta de las veces  que Fran ha anunciado que veía la luz al final del túnel. Creo recordar que la primera fecha que dio él o el Consistorio fue noviembre de ¡2009!. Pues la última (im)previsión  es de que, con suerte, a ver si se puede abrir un carril para mayo. Quien para mayo, a partir del 22-M, tiene abierto  no un carril, sino una autopista de salida entera, es el propio Fran, regalo de Susana y Viera. Me pregunto: si Sacyr no acabó las setas en 2007, según la obligaba el contrato con el (sin)alcalde, ni en 2008, ni en 2009, ni en 2010, ni en marzo de 2011, y le han puesto menos multas que a los conductores del Plan Centro, ¿con qué (sin)autoridad moral va a multar Fran a la empresa del túnel de la Palmera?

De rositas

sevilla-ayer-y-hoy-giralda-metropol-parasolEl (sin) alcalde procura siempre elegir fechas simbólicas para vincularlas a sus faraónicos proyectos, por lo que les cuestan a los contribuyentes. Así, quiso inaugurar el tranvía de los 80 millones de euros el mismo día de su quincuagésimo aniversario, aunque al final parece que el trenecito no llegó a tiempo para su cita con el cumpleaños de Monteseirín. Ahora, anuncia que su mausoleo político de 100 millones de euros en forma de hongos en la Encarnación estará listo para el 17 de abril, Domingo de Ramos. Nada dice, sin embargo, de que las setas deberían estar finiquitadas para el 31 de marzo, conforme al ultimátum de mentirijillas que dio a la constructora, so pena de imponerle la sanción -¡uy, qué miedo!- a la que no se ha atrevido en estos años de demora. Será el enésimo incumplimiento sin que le pase factura alguna ni aplique las penalizaciones de risa previstas en el contrato redactado en papel mojado. El Domingo de Ramos, el (sin) alcalde de Sevilla  demostrará que a Sacyr es incapaz de meterle mano. Unos irán con palmas y otros se irán de rositas.

Chapuza

Monteseirín setasAl (sin) alcalde le ha salido el tiro por la culata. Invitó a periodistas para una sesión de botafumeiro a su mayor gloria en las ‘setas’ de la Encarnación, pero la dircom de Sacyr cantó la gallina. Reveló que el Ayuntamiento oculta desde hace un año que la sexta ‘seta’, la que destroza ‘la Encarnita’, no pinta nada porque la pasarela de conexión es tan feble que se prohíbe el paso, no vaya a hundirse por el peso de los visitantes. Osea, que la tesis con que trataron de justificar las ‘setas’, lo de democratizar las vistas al margen de la Giralda, también se les viene abajo con estrépito. Además, para no dejar en evidencia al arquitecto alemán que ni ha previsto el acceso para los minusválidos, en la reunión se puso a los sevillanos como salvajes al decirse que no abrían la pasarela por miedo a que la gente se dedicara a tirarle piedras a los vehículos (¿cuáles, si los han quitado del medio?) y viandantes. Monteseirín y Marchena -gerente de Urbanismo cuando las ‘setas’- son como Pepe Gotera y Otilio: chapuzas en Sevilla y (¿será por viajar?) a domicilio.